Famoso diplomático de Estados Unidos confesó que ayudó a planificar golpes de Estado en el extranjero
No es que no se supiera desde hace más de cien años, pero la confesión no deja de sorprender. El ex asesor de Seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, reconoció este martes haber “ayudado” a planear golpes de Estado en otros países. Reconoció la injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos de otras naciones y añadió que “se necesita mucho trabajo” para planear el golpe contra un gobierno y tomar el poder de un país.
La confesión imperial de Bolton se conoce tras la filtración de los contactos del ex presidente Donald Trump con grupos de extrema derecha en el periodo previo al ataque del Capitolio. En la entrevista con la cadena CNN el ex asesor buscaba dejar claro que el asalto al Capitolio no fue “algo debidamente planeado” sino que partió de una improvisación del expresidente para retener el cargo.
Pero cuando el periodista Jake Tapper le señaló que “uno no tiene que ser brillante para intentar un golpe”, Bolton decidió contradecirlo “confesando” que era un especialista en derrocar gobiernos extranjeros.
"Planificar golpes de Estado demanda mucho trabajo"
— Corta (@somoscorta) July 12, 2022
El exasesor de Seguridad de Donald Trump, John Bolton, admitió en una entrevista haber ayudado a planear interrupciones de la democracia "en otros lugares". pic.twitter.com/XA6ZzpG6Jq
“No estoy de acuerdo con eso”, declaró Bolton, tal como se observa en el video. “Como alguien que ha ayudado a planear un golpe de Estado, no aquí, sino en otros lugares, se necesita mucho trabajo. Y eso no es lo que hizo. Simplemente estaba dando tumbos de una idea a otra”, confesó.
“Usando una referencia a Star Wars, es una perturbación de la fuerza, pero no un ataque contra nuestra democracia. Es Trump preocupándose por Trump, algo que pasa una vez en la vida”, agregó.
Bolton resaltó que Trump “no derribó la Constitución para ganar tiempo” e insistió en que “es un error” decir que el asalto al Capitolio “fue un golpe de Estado cuidadosamente planificado”.
“No es la forma en la que Trump hace las cosas. Va de una idea a otra, un plan fracasa y otro surge”, indicó.
“No escucha a nadie más, pero es importante entender que nada de lo que hizo Trump tras las elecciones de noviembre de 2020 en relación con la mentira sobre el fraude electoral es indefendible”, ha señalado Bolton.
Unos minutos más tarde, Tapper volvió a la admisión de Bolton sobre su participación en golpes internacionales. “Cuando hablábamos de lo que es capaz, lo que hay que hacer para planear un golpe, usted citó su experiencia en planear golpes”, deslizó el periodista. “No voy a entrar en detalles”, dijo el diplomático republicano, quien luego sí mencionó el intento de golpe en Venezuela contra Nicolás Maduro en 2019.
“Escribí sobre Venezuela en mi libro, pero (el intento de golpe) no fue exitoso. Vi lo que es necesario para que la oposición intentara derribar a un Gobierno elegido de forma ilegítima”, explicó, en alusión a su libro “La habitación donde eso sucedió”, en el que reseña de manera muy crítica la gestión de Trump.
En aquel entonces, Bolton ya no era parte del Ejecutivo estadounidense, aunque dijo que “la idea de que Donald Trump era la mitad de competente que la oposición venezolana es risible”, comparó.
El cierre de la entrevista dejó aún más expuesta la impunidad imperialista de Bolton. “Siento que hay otras cosas que no me estás diciendo”, replicó el cronista de la CNN. “Estoy seguro de que lo hay”, se rió, entre dientes, Bolton.
La confesión de Bolton podría parecer un sincericidio, pero es parte de la impunidad de Estados Unidos que durante décadas ha planificado y ayudado directamente en golpes de Estado alrededor del planeta, y especialmente en Latinoamérica, desde la colaboración con las dictaduras genocidas, como la Argentina o el derrocamiento de Salvador Allende en Chile, hasta la injerencia más reciente en Venezuela en su abierto apoyo a la oposición de derecha y el autoproclamado presidente Juan Guaidó o en Bolivia donde dieron cobertura al golpe de los militares, con apoyo de empresarios y políticos de la derecha, contra el expresidente Evo Morales y a las masacres de Sacaba y Senkata cuando militares y policías reprimieron las protestas contra el gobierno de facto de Jeanine Áñez.
El diplomático ha ocupado numerosos cargos en las administraciones de Ronald Reagan, George H.W. Bush, George W. Bush y el propio Trump, además de ser representante permanente de Estados Unidos ante Naciones Unidas entre 2005 y 2006.
Anticomunista acérrimo y marcadamente belicista, fue uno de los arquitectos de la guerra en Irak de 2003 para derrocar a Saddam Hussein con el argumento falso de que su Gobierno poseía armas de destrucción masiva.