Histórica conmemoración del Genocidio Gitano
“Yo veo a las mujeres gitanas en la calle y las abrazo, porque me recuerdan a mis amigas de esa comunidad en el campo de concentración de Auschwitz Birkenau y las veces que ellas me salvaron de la muerte, y las abrazo porque recuerdo cuando todas ellas fueron asesinadas por los nazis”.
Eugenia Unger, sobreviviente del Holocausto, se refirió con mucha emoción a su terrible experiencia y su vínculo con el pueblo romaní, durante la conmemoración de un nuevo aniversario de aquella masacre.
El auditorio de la Universidad de Tres de Febrero fue el escenario de un hecho histórico: por primera vez, el Estado Nacional en conjunto con referentes de la comunidad Gitana y la Universidad, llevaron a cabo el Primer Acto de Conmemoración del Genocidio Gitano perpetrado por la maquinaria nazi.
El testimonio de Eugenia, sumado al de Jorge Bernal, al de Jorge Naidich, entre tantos otros presentes, evocó fielmente las sistemáticas persecuciones del nazismo, junto a la melodía y las estrofas del himno gitano, que le dieron un marco de enorme respeto y emotividad a toda la ceremonia.
La historia de Ely Juan, gitana salteña que hace junto a su marido una enorme tarea ligada a la inclusión de mujeres romaníes a través de la educación y el arte, representó otro punto alto que nos invita a pensar en todas las necesidades de la comunidad.
Fue en definitiva un acto simbólico, disruptivo, un gran primer paso institucional para saldar deudas con una de las comunidades más marginadas.
Para cambiar la historia, no existe otro camino que visibilizar, echar luz ahí donde reina la oscuridad, tender la mano abierta para integrar y convivir en paz.
Fue la noche del 2 al 3 de agosto de 1944, aquella en la que miles de gitanos, hombres, mujeres, niños y ancianos fueron masacrados en Auschwitz Birkenau, como parte del proceso de exterminio en masa que realizó el nazismo contra esa comunidad.
Desde entonces, la historia de este pueblo estuvo signada por la discriminación y los prejuicios.
Es por eso que, cuando creamos la Dirección Nacional de Pluralismo Cultural, lo hicimos entendiendo que la herramienta fundamental para unir a los argentinos se encuentra en el trabajo diario con las colectividades que cohabitan pacíficamente en nuestra sociedad y que conforman el mosaico de Identidades que nos distingue a los argentinos.
Tenemos la obligación de tender puentes entre ellas, ayudar en el desarrollo a las más desprotegidas, hacer visibles a las invisibilizadas, empoderar a todas como marco de referencia de todos.
La comunidad gitana está presente en todo nuestro país.
Está compuesta por cerca de 300.000 personas y, según un estudio del INADI de 2017, es una de las poblaciones más discriminadas, sobra la base de estigmas y preconceptos que llegan hasta el presente, con su correlato en los altos niveles de analfabetismo de sus miembros, la bajísima tasa de escolaridad de sus niños y la imposibilidad consecuente de acceder a empleos dignos.
De manera que tenemos una compleja tarea por delante.
Este primer acto institucional de homenaje y evocación que llega de la mano del Estado Argentino, y que se inscribe en un programa que incluye la creación de la mesa nacional gitana, es una reafirmación de nuestro compromiso y un llamado de atención para todos.
Hay mucho por hacer, mucho por aprender del pasado y mucha necesidad que debe ser atendida.
Por el secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, Claudio Avruj.
Fuente Noticias Argentinas