Invento forjado en Misiones recibió una inyección de 750 mil dólares para cambiar la medicina cardíaca a escala global

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En Iron Man, la primera película del maravilloso mundo de Marvel, el protagonista Tony Stark se salva de un feroz ataque con un corazón improvisado, que se convierte en el puntapié inicial y el núcleo de poder del multimillonario e inteligente superhéroe. La realidad, mucho más compleja, exige años de investigaciones y ensayos, pero un experimento igual de potente se está gestando… en Misiones. 

El diseño es de Osvaldo Amerio, un médico platense afincado hace 26 años en la tierra colorada, donde armó un equipo de trabajo con colegas locales para diseñar unas válvulas cardíacas que sinteticen las bondades de los modelos biológicos y mecánicos actuales.

Con dedicación, Amerio explica los detalles de su idea: “La válvula biológica es como tres pétalos de una flor que chocan en el centro. La mecánica, como el aleteo de una mariposa”, precisa.  “Ninguna de las válvulas que existen en el mercado cumple con lo que constituiría la válvula ideal o deseable. La nuestra cumpliría con estos requisitos, al evitar la formación de trombo (coágulos sanguíneos) y la deficiencia estructural producida con el tiempo”. 

El prototipo, de avanzada, superó varias pruebas científicas, fue patentado en Estados Unidos y está listo para ser probado en animales, el paso previo para ser utilizado en humanos. 

Después de ser reconocido en incontables congresos médicos, el proyecto acaba de recibir una inyección financiera de 750 mil dólares del Centro de Innovación Tecnológica, Empresarial y Social -CITES- del Grupo Sancor Seguros, para la compra de material, la producción de los prototipos y la prueba en animales. Si todo culmina de modo exitoso, las válvulas irrumpirán en un mercado global de millones de dólares. 

Amerio, cardiocirujano y líder del Grupo de Investigación de Válvulas Cardíacas en la Universidad Nacional de Misiones, se asoció con el también médico Diego Checa, quien presidió la compañía Medix. 

Entre ambos pulieron el nuevo tipo de válvulas cardíacas biomiméticas, una generación diferente de dispositivos implantables en el corazón con una serie de mejoras sobre las hoy disponibles: el paciente que las tenga, en el futuro, requerirá menos medicación y como se fabrican con materiales sintéticos biocompatibles ofrecen una mayor vida útil respecto a las actualmente disponibles para estos tratamientos. 

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Apenas recibido en La Plata, Amerio fue a trabajar a San Pablo. En el hospital de esa ciudad brasileña llegó a realizar un promedio de 600 operaciones anuales. Ahí comenzó a notar que los dos sistemas conocidos presentaban problemas. El biológico obligaba a una segunda intervención quirúrgica al cabo de diez años y el mecánico, a una medicación de por vida para eludir las coagulaciones.

La idea fue tomando forma, al principio en modo de bosquejo mental, para después ser volcada en los papeles. Una vez radicado en Posadas, a donde llegó con su esposa, también médica y sus cuatro hijos, dos de ellos nacidos en Brasil, Amerio armó un equipo con Carlos Schvezov, doctor en física, Mario Rosenberger, doctor en Ciencia y Tecnología, con mención en Materiales y María Laura Vera, una ingeniera química especializada en Materiales.

“Hay dos tipos de prótesis actualmente. Cuando las válvulas se enferman, hay que reemplazarlas. La válvula biológica es buena, se fabrica con pericardio de animales (vaca, cerdo). La mecánica es un implante hecho con carbón pirolítico. La primera no provoca sedimentos. La segunda forma coágulos, lo que obliga al paciente a tomar medicamentos de por vida. Las válvulas biológicas hay que reemplazarlas a los 10 años y las mecánicas disminuyen la calidad de vida, el paciente no puede hacer deportes de alta competencia. La idea fue trabajar en una válvula que fusione las cualidades de ambas, una válvula mecánica, con el diseño de la biológica, con un material que sea compatible y de durabilidad mayor”, detalla el médico fanático de Gimnasia y Esgrima de La Plata. 

Un primer paso fue la compra de un software para estudiar los fluidos. Entonces, comenzó el peregrinar en busca de fondos. Pero al mismo tiempo, la cosecha de elogios, premios y distinciones. El primero fue en 2012, de Incubando Salud, un brazo de la fundación Barceló que estimula proyectos novedosos. Ahí quedaron entre los diez primeros y consiguieron un coach para darle forma al proyecto y modelo de negocio. 

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En diversas conferencias, el modelo era aplaudido y destacado como necesario por cardiólogos y cirujanos. En una de esas reuniones, Amerio conoció a Cheja, que trabajaba junto a su padre en una empresa de insumos medicinales y se armó una sociedad que le dio escala al proyecto.

Con el prototipo listo, ahora llegó la etapa de las pruebas in vitro. Un ingeniero de Barcelona se encargó de darle forma al concepto y los test se harán en Estados Unidos, en una primera etapa en ovejas, durante varios meses. Recién después, si todo marcha sobre ruedas, en humanos en 2021.

Para tener dimensión de la magnitud del invento, los precios hablan por sí mismos: la fabricación de doce válvulas, cuesta 40 mil euros, las pruebas in vitro, 100 mil dólares, el experimento de prueba en ovejas, otros 200 mil dólares. Sin la financiación de inversores de riesgo, sería imposible la materialización. 

Confiado en su idea, Amerio, ya patentó las válvulas en Estados Unidos. “Me gusta ser cauto y nada garantiza nada, pero es un proyecto de primer mundo. Ya recibió cinco o seis premios”, dice entusiasmado el médico que atiende en un sencillo despacho del Instituto de Ortopedia y Traumatología.
Una vez que supere las pruebas y pueda ser utilizado en humanos, las válvulas ofrecerán una expectativa de vida más extensa para sus usuarios, sin importar la edad a la que se la coloquen. “El mercado medicinal espera una válvula anticoagulante. Es una demanda de escala mundial”.

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2 thoughts on “Invento forjado en Misiones recibió una inyección de 750 mil dólares para cambiar la medicina cardíaca a escala global

  1. Muy feliz de conocer esta noticia. El Dr. Osvaldo Amerio debería tener un premio no sólo por la válvula diseñada sino por su perverancia ejemplar. ¡Felicitaciones!

  2. Qué genio,doctor Amerio!,
    Y que lo esté haciendo en Misiones , que gran trabajo,de Ud y su equipo.
    Y el reconocimiento a CITES demuestra que hay apoyo para los proyectos importantes.
    Qué buena noticia.

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