Jóvenes empresarias revolucionaron la producción local de alimentos sin TACC
Motivos para emprender siempre hay varios, tal vez en la misma cantidad como para no hacerlo. Sin embargo, aquellos que tuvieron esa cuota de osadía y valentía fueron quienes hoy pueden presumir de un emprendimiento exitoso o, cuando menos, en auge. Las dificultades estarán y eso se debe tener tan en cuenta como los objetivos a cumplir, para no desanimarse y seguir.
Eso es algo que hicieron Ana Laura Villalba y Daiana Karaben, dos ingenieras en alimentos que las aulas las hizo amigas, la academia colegas y el oficio las convirtió en socias. Ellas están al frente de Vital Tacc, una creciente tienda de alimentos, a pasos del centro de Posadas, libres de gluten, que cuenta con una amplia variedad de productos elaborados, listos y pre listos para personas con afecciones como la celiaquía o simplemente quienes desean probar una comida diferente.
La fecha inaugural de su local se remonta a octubre del 2017, cuando todavía no contaban con el mobiliario y presentación que las caracteriza en la actualidad, pero sus orígenes vienen desde hace un tiempo atrás. Tal vez sea ese segundo año de cursado de ingeniería que las encontraría y las uniría, un poco sin saber lo que las deparaba en un futuro, o tal vez sea ese enero del 2017 cuando ya cada una tenía su familia, sus trabajos, decidieron emprender por su propia cuenta.
Tanto Ana Laura, como Daiana coinciden en varias cosas: las dos cuentan con 33 años, las dos son ingenieras en alimentos y las dos conformaron una familia con curiosas similitudes, al contar con una pareja y dos jóvenes hijos que las acompañan desde los albores de su amistad, siendo la maternidad, uno de los motivos que las empujó a ir detrás de su propio emprendimiento.
Previo a la creación de Vital Tacc, Daiana trabaja en el sector privado, mientras que Ana Laura se encontraba en el sector público, con una agenda de trabajo que le exigía muchos viajes y traslados que la alejaban de su casa y, sobre todo, de sus hijos. “Fue uno de los principales motivos por el cual decidimos emprender algo propio, algo en el que podamos decidir nosotras y manejar nuestros tiempos, con nuestras familias”, explicó Ana Laura.
El siguiente paso fue decidir de qué se trataría realmente su emprendimiento. Entre idas y venidas, se inclinaron por elaborar alimentos sin TACC, lo que sería el primer riesgo que correrían y que les funcionaría aún cinco años después. “Sabíamos que el porcentaje de población celíaca o intolerante al gluten, pero los pocos productos que se consiguen no son muy atractivos, además todo es para preparar y nosotras decidimos apuntar hacia otro lado y vender un producto ya hecho, pero sobre todo que sea rico y agradable al paladar”, señaló Ana Laura.
Los primeros pasos no fueron fáciles, fue un aprender a cocinar algo más de lo que preparaban en la academia, sobre todo con un producto que requiere de muchos cuidados, donde la contaminación cruzada es uno de los principales riesgos que deben afrontar. “Preparábamos cosas en mi casa, luego en el de Ana Laura, hasta que conseguimos un departamento donde podíamos preparar todo con mayor cuidado”, explicó Daiana, quien agregó que los primeros clientes, como en muchos casos, fueron los allegados.
Como se mencionara anteriormente, emprender requiere riesgos y sacrificios y, al tratarse de dos madres jóvenes, tenían responsabilidades ineludibles. “Es algo que tenemos desde la academia, yo era como la tía del primer hijo de Ana Laura, ya que lo cuidábamos mientras estudiábamos; ahora que tenemos nuestro emprendimiento nos vamos turnando, nos cubrimos, nuestras familias nos ayudan mucho también, es algo progresivo y que podemos hacer gracias a su ayuda”, remarcó Daiana.
En la edición 2017 de la Feria Forestal que se realiza en Posadas, Vital Tacc estuvo presente y fue un escenario que les sirvió de vidriera para captar nuevos clientes en lo que sería ya su actual local, que todavía se encontraba en construcción. “Atendíamos por pedidos, no teníamos mostrador, en un momento una señora nos retó porque dice que fue al local y estaba cerrado, pero es porque no estaba como ahora el local, estábamos instalándonos”, recuerda Ana Laura entre risas.
No obstante, los éxitos no se hicieron esperar y los clientes empezaron a llegar, de todo Posadas y de otros puntos de la Provincia. Una particularidad y que sirvió como motivación, fue el hecho de que, a pesar de contar con un público objetivo, su clientela creció más que ese pequeño porcentaje que esperaban. “Viene bastante gente que no es celíaca, simplemente porque les gusta lo que hacemos, tal vez cuando tienen alguna cena o encuentro y llevan algo listo para algún invitado que es intolerante al gluten o por diferentes motivos, los clientes se van sumando, muchas veces por recomendaciones de otras personas que vinieron antes a comprar y les gustó”, explicó Daiana.
Además de la venta en mostrador, donde se pueden apreciar distintos tipos de panificados dulces y salados, pastas y su producto emblema, que son las empanadas listas para cocinar, abastecen a alrededor de diez comercios y dietéticas de otras localidades, además de mercados locales y hamburgueserías o pizzerías. “La otra semana vino una chica de una rotisería y llevó 40 panes de hamburguesas para el fin de semana y para el lunes ya había vendido todo. Eso nos sorprendió y quiere decir que la gente consume nuestros productos, que gusta”, rememoró Daiana.
Sin embargo, Ana Laura y Daiana entienden que están en los inicios de su trayectoria y apuntan a crecer cada vez más, por lo que no se conforman con el mercado local y buscan expandirse a otras provincias, algo que en un primer intento no les funcionó tan bien, pero tampoco las desanimó. “Enviamos una tanda de empanadas a un comercio de Buenos Aires; el dueño vino una vez a Posadas, probó lo que hacíamos y le gustó tanto que nos pidió que le mandáramos para vender”, recordó Ana Laura.
La experiencia no fue la mejor, en el camino apagaron el motor de refrigeración del transporte y los productos llegaron deteriorados, aplastados y con una presentación poco favorable. “No fue una responsabilidad nuestra, pero ya es un cliente que perdimos y no sabemos si lo vamos a recuperar alguna vez. La logística es un tema delicado y costoso”, advirtieron.
Es por eso que apuntan a crecer en ese aspecto, debido a que amerita un esfuerzo económico muy grande o una inversión difícil de afrontar, sobre todo en tiempos donde la economía regional es tan volátil. “Es algo que deseamos y queremos tratar de resolver de la mejor manera que nos funcione, nos sea rentable y nos permita llegar de manera óptima a un público mayor”, reflexionaron.
Premio CEM Joven
A finales de junio de este año, la Comisión de Jóvenes Empresarios de la Confederación Económica de Misiones (JECEM) realizó la entrega del premio Joven Empresario Misionero 2021 en el contexto del Emprender Misiones que se realizóen el Salón Osde, de Posadas. Allí, Ana Laura y Daiana recibieron el premio a “Emprendedor del año”, gracias a Vital Tacc.
“Fue una situación curiosa, dudamos en ir, porque no solemos participar de nada externo a nuestro emprendimiento, estamos muy abocadas a esto y finalmente decidimos ir, sin saber que recibiríamos el premio”, recordaron las jóvenes empresarias, “hubiera sido muy cómico no asistir y enterarnos luego que recibimos el premio, algo que no esperábamos”, continuaron entre risas.
A pesar de ello, el reconocimiento sirvió para empujarlas a ir un poco más para allá y empezar los preparativos para participar del encuentro de CAME joven, a realizar en el mes de septiembre. “No es algo que buscamos, pero es lindo recibir un reconocimiento por el trabajo que uno realiza, porque sólo nosotras sabemos el sacrificio que hay atrás de todo esto, para que funcione, no es sencillo ser joven empresaria, madre y cumplir con todas las responsabilidades que tenemos”, finalizaron.