Juan José Szychowski y cómo reactivar la yerba mate: menos palo, más calidad y nuevos mercados
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Juan José Szychowski, diputado provincial y ex presidente del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), advierte que la cadena yerbatera atraviesa una de sus crisis más profundas en décadas. Sin regulación nacional y con un derrumbe histórico del precio de la hoja verde, en una entrevista con El Periodista, por Canal 12, el también productor yerbatero plantea un giro estratégico: abandonar la expectativa de volver a fijar valores desde Buenos Aires y concentrarse en los dos ejes que el propio decreto 812 dejó en pie para el INYM: promoción y calidad.
Un productor de Apóstoles definió la situación del sector como “a la deriva”. ¿Usted también le pondría ese título?
Estamos en una situación realmente muy difícil. El sector yerbatero la está pasando muy mal. La yerba mate es una cadena de valor, y una cadena de valor muy importante para toda la Argentina y la estructura vertical de la economía de Misiones. Cuando a la cadena le va mal, nos va mal a todos. Y cuando un eslabón se rompe, se rompe el funcionamiento de toda la cadena.
¿Cuándo comenzó a romperse ese eslabón?
Con las medidas del Gobierno nacional. Primero el decreto 70/2023 le quitó al INYM la facultad de fijar el precio. Después, el decreto 812 terminó de sacar las funciones de regulación: calendario de cosecha, cupos y manejo de plantaciones. Eso desnaturalizó al INYM. El espíritu de la ley era equilibrar oferta y demanda y garantizar un precio justo. Hoy nada de eso existe.
¿Qué le queda entonces al INYM?
Dos funciones claves: promoción y control de calidad. Y ahí, paradójicamente, puede estar la salida. El decreto dice “dedíquese a la promoción” y “dedíquese a la calidad”. Si uno profundiza en esas dos palabras, encuentra herramientas para reordenar el sistema.
Mientras tanto, el precio que recibe el productor está muy por debajo del costo.
El INYM fijó un costo de 450 pesos por kilo de hoja verde y se está pagando entre 250 y 300. Eso es inviable. Y cuando los productores se caen, se caen también los secaderos, los pequeños y medianos molinos. Hoy hay cheques rebotados, cesación de pagos, plazos larguísimos. La cadena completa está muy mal.
Incluso se habla de productores vendiendo sus chacras…
Sí. Ya pasó en los ‘90, cuando se desreguló la actividad. Hoy vuelve a suceder: están malvendiendo. Una hectárea que valía 5.000 dólares hoy vale 1.500 o 2.000, y en muchos casos no aparece comprador. La devaluación del precio de la yerba y la recesión generaron esta situación.
¿Dónde está la salida? ¿Existe?
Sí, pero no por donde se insistía antes. Insistir en Buenos Aires para que fijen el precio es inútil: la gente votó otra cosa. En las zonas productoras ganó Milei. Parecería que buena parte de la gente dijo “no quiero más intervención del Estado”. Ir ahora a pedir un decreto contrario a lo ya firmado es imposible.
Por eso hay que buscar otra salida: promoción y calidad.
La provincia acaba de enviar una misión comercial a Bombay. ¿Ese es el camino?
Totalmente. El mercado interno está saturado: estamos en el 97% de los hogares. La salida es exportar. Y la India es clave: es el país que más infusiones consume por habitante, incluso más que China. Toman té todo el día, en la calle, en pequeñas tazas, en infusiones que preparan en ollas.
Ahí entra el mate cocido. No debemos pensar en venderle la yerba como la tomamos nosotros, sino en incorporar el mate cocido como nueva infusión. Es un mercado ávido de productos nuevos. Es una oportunidad enorme.
Y Misiones ya trabaja en esto. El molino provincial de Andresito está en fase final de prueba y se prepara para exportar, sobre todo a Siria, que hoy representa el 70% de las exportaciones argentinas.
Dos cambios en el Código Alimentario
¿Qué se puede hacer en materia de calidad?
Dos cosas, ambas modificando el Código Alimentario Argentino (CAA) vía CONAL, sin necesidad de pasar por el Congreso.
- Bajar las hierbas en las compuestas del 40% al 10%.
Hoy sólo se necesita un 5 o 6% para saborizar. Reducir del 40 al 10% permitiría que entre más yerba verdadera en el paquete y generaría una demanda adicional de alrededor de 30 millones de kilos de canchada. - Bajar el contenido de palo del 35% al 25%.
Sería volver al estándar histórico. Eso crearía una demanda adicional de otros 40 millones de kilos y, además, estaría alineado con lo que piden los consumidores: cada vez prefieren yerbas con menos palo.
El sector industrial está totalmente de acuerdo con estas medidas. Las cooperativas también. Hay consenso. Falta unir voluntades y presentarlo formalmente.
¿Esto es rápido?
No. Pero es viable y es concreto. Y es ir en línea con lo que el propio Gobierno nacional dice que debe hacer el INYM: promover y cuidar la calidad.
Algunos productores votaron pensando que el libre mercado iba a mejorar el precio. ¿Es posible?
No. El mercado yerbatero es absolutamente inelástico. Si todas las marcas duplican el precio, el consumo no baja. Si regalan la yerba, el consumo no sube. Cada argentino toma lo que toma: ni más ni menos. Y el mercado interno está maduro. Por eso no funciona como la soja, el ganado o los cereales. No se abre el mundo automáticamente cuando baja el precio. Necesita intervención.
También aparece la discusión sobre diversificar las chacras. ¿Puede aliviar la situación?
La diversificación es importante, pero no es una actividad en reemplazo de otra. Primero hay que resolver la yerba mate. Luego sí, pensar en chacras multiproductivas: verduras, cítricos, ganadería. Y, sobre todo, el café.
Las proyecciones climáticas indican que para 2035 más del 50% de las plantaciones de café en Ecuador desaparecerán por el calor. Y las nuevas zonas aptas se desplazarán a latitudes como Misiones, Salta, Tucumán, Australia o Sudáfrica. Es una oportunidad histórica. Pero café no se puede plantar en cualquier lugar: hay que estudiar chacra por chacra.
¿Qué tan importante es que el INYM tenga presidente designado por Nación?
Muy importante. Aunque ya no fije precios, un presidente es clave para coordinar calidad con Senasa, CONAL, Cancillería y para las misiones comerciales. También para informar sobre estructuras de costos y cargas tributarias de Argentina, Brasil y Paraguay.
Porque si nos piden competir, tenemos que competir en igualdad. Paraguay tiene una carga tributaria total del 12%. Nosotros, entre IVA, Ganancias y aportes, superamos el 60%. Así no hay forma.
¿El sector está a la deriva?
Sí. Pero hay una salida posible si la cadena se une detrás de dos objetivos claros: más exportación y mejor calidad. Ese es el camino que queda abierto.

Me gustó lo que plantea Juan José.. creo que trabajando en éstas 2 medidas es la salida correcta y todavía nuestra yerba nos vá a sorprender gratamente en lo económico.