La COP28 debe ser la cumbre de la credibilidad climática
Los líderes mundiales deben garantizar que la cumbre climática COP28 recupere la credibilidad en el multilateralismo, afirma la Fundación Vida Silvestre Argentina, sumándose al pedido de la Organización Mundial de Conservación (WWF). Los acuerdos que se logren en Dubái deben estar alineados con el nivel de urgencia de la crisis climática y la magnitud de esfuerzos necesarios para abordarla.
“La COP28 debe ser la COP de la credibilidad climática, con todos los planes, compromisos y financiamiento alineados con la velocidad y la escala de acción necesarias para prevenir los peores impactos de la crisis climática. Todavía podemos evitar un futuro de catástrofes climáticas cada vez mayores, pero estamos muy desviados y el tiempo se agota”, dijo Manuel Pulgar-Vidal, Líder Mundial de Clima y Energía de WWF y presidente de la COP20.
“Los países deben acordar una hoja de ruta que restablezca una ambición y una acción climática globales que estén en consonancia con limitar el calentamiento global a 1.5°C. No podemos permitirnos tener otra COP donde la ambición y la acción no se incrementen. Cuanto antes y más decididamente actuemos, las personas y la naturaleza podrán cosechar más pronto los beneficios de un futuro más limpio, seguro y estable”, agregó.
“El primer Reporte de Global Stocktake, nos dice que el planeta se encamina a un calentamiento de 2,4°C, superando el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C. Esta es una noticia alarmante que reafirma la urgencia de tomar medidas para combatir el cambio climático.” puntualizó Manuel Jaramillo, Director General de Fundación Vida Silvestre Argentina, quien mientras se prepara para participar de la convención se refirió también a la particular situación que atraviesa nuestro país: “esta COP28 es muy importante para Argentina, ya que se produce en el medio de un cambio de gestión de gobierno nacional y debería celebrarse en un contexto de continuidad y aumento de los compromisos climáticos asumidos. El cambio climático afecta negativamente nuestra libertad de desarrollo, nuestra salud, nuestra propiedad privada, nuestra naturaleza y nuestra economía. La lucha contra este flagelo debe ser una prioridad, más allá de las ideologías de los gobiernos de turno. Así, todos los sectores de la sociedad, el gobierno y los actores no estatales, deberemos continuar trabajando juntos para enfrentar este desafío global y nacional. No hay tiempo para comenzar nuevos análisis y planes que lleven años. Es imperativo comenzar ya la implementación de las políticas que están elaboradas y, de ser necesario hacer ajustes, pero dentro de un proceso de implementación”.
En este contexto, Vida Silvestre y WWF hacen un llamado para cerrar las brechas hacia el cumplimiento del Acuerdo de París con un Balance Mundial que permita evaluar si los países están avanzando y que allane el camino para una implementación inmediata de las actuales Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDCs por sus siglas en inglés) a través de políticas y medidas sectoriales, especialmente en materia de energía, conservación y restauración de la naturaleza, y sistemas alimentarios. El Balance Mundial se realiza cada cinco años y el primer plazo concluirá en la COP 28.
Por su parte, Roberto Troya, Vicepresidente Senior y Director de América Latina y el Caribede WWF señaló que“el IPCC en su sexto reporte ha identificado a América Latina y el Caribe como una región vulnerable, con una alta exposición al cambio climático, lo que se agrava por los elevados índices de desigualdad, pobreza y pérdida de biodiversidad. En esta parte del mundo ya se registran eventos climáticos extremos, por lo que es indispensable que en la COP se cierren las brechas en políticas, marcos normativos, medidas de implementación y financiamiento para la adaptación al cambio climático y se avance hacia una transición y transformación justa que se extienda más allá del sector energético.
“Si bien la contribución de América Latina y el Caribe a las emisiones globales de gases de efecto invernadero es menor a la de otras regiones, esta geografía tiene muy baja capacidad de respuesta para enfrentar sus efectos adversos. Los organismos regionales y globales desempeñan un papel crucial en la prevención de un recrudecimiento de este escenario, por lo que se debe asegurar la distribución equitativa del financiamiento climático, incluyendo el Fondo de Pérdidas y Daños, así como una nueva meta global acompañada de la transformación del sistema financiero internacional”.
En América Latina, las decisiones tomadas en esta COP 28 tendrán un impacto crucial en la selva tropical y la cuenca más extensa del mundo, el Amazonas. La región ya experimenta condiciones más secas y cálidas debido al cambio climático, las modificaciones en el uso del suelo y los incendios, lo que la acerca a un punto de inflexión ecológica. Por ejemplo, la sequía actual en la Amazonía brasileña provocó la muerte de más de 270 delfines de río octubre pasado, evidenciando los efectos del cambio climático y el fenómeno de El Niño. Además, las comunidades locales e indígenas, dependientes de los niveles de los ríos para su movilidad, se encuentran aisladas. Aunque los impactos son actualmente locales, podrían expandirse regionalmente si la situación persiste.
Sobre esta situación, Jaramillo observó que “como demuestra el impacto de la sequía en nuestra economía, la Argentina no está exenta del cambio climático. Por ello debe llevar a la COP28 reclamos de implementación del fondo de pérdidas y daños, así como también de los mecanismos de financiación que permitirán adoptar una rápida transición hacia las energías renovables que numerosos estudios independientes nos dicen que son mejores ambientalmente, crean más puestos de trabajo y resultan más económicas que la senda del gas natural.”
“Pero, además, existen muchas otras acciones concretas que no necesitan de este apoyo, sino que resultan beneficiosas por sí mismas. Aquí encontramos las políticas para reducir nuestro consumo de energía y recursos y reducir al mínimo la deforestación, protegiendo y regenerando nuestros ecosistemas naturales beneficiando simultáneamente a los sistemas productivos agroalimentarios, a la gente y la biodiversidad.” agregó.
Por esta razón, Vida Silvestre y WWF instan a los sectores público y privado a tomar acciones concretas para que las comunidades se beneficien de la eliminación total de la deforestación y la minería ilegal. Asimismo, apoya la conservación del 80% de los ríos, humedales y bosques para 2030. Además, Jaramillo opinó que los sistemas naturales se están llevando más allá de sus límites, por lo que la descarbonización y la restauración de la naturaleza deben ocurrir de manera paralela. Para ello, “es clave que continuemos impulsando las iniciativas de actores no estatales que son y serán claves para achicar la brecha entre los compromisos actuales y el objetivo global que nos convoca. Para países del sur global como Argentina, además del fondo de pérdidas y daños, es menester avanzar en ítems de agenda relacionados al financiamiento que atañen al liderazgo que deben demostrar los países en desarrollo y que representan promesas hoy incumplidas. Esto, a la par de empujar estrategias ambiciosas que busquen la electrificación, en lugar de la gasificación, la cero deforestación y la conservación de nuestros ecosistemas, será clave para avanzar en compromisos ambiciosos nacionales.” sintetizó Jaramillo.