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La decisión de Brasil de hundir un portaaviones con material tóxico en el atlántico

Diversos organismos advirtieron sobre los daños incalculables al medioambiente, con impacto en la vida marina y las comunidades costeras. Aún así, el hundimiento se llevó a cabo.

Portaaviones Sao Paulo, fue construido en los años 1950 estuvo durante 37 años al servicio de la Armada francesa con el nombre “Foch” y formó parte de los primeros ensayos nucleares franceses en el Pacífico en la década de 1960.

La decisión de la Marina brasileña, que hundió en el océano Atlántico un antiguo portaaviones francés que estaba fuera de servicio y que según la fiscalía estaba lleno de residuos tóxicos, fue duramente criticado por ONGs ambientalistas, quienes habrían advertido sobre los daños que produciría si esto se llevaba a cabo.

El hundimiento se llevó a cabo cerca de las costas brasileñas a unos 350 kilómetros, en una zona con una “profundidad aproximada de 5000 metros”, informó la Marina.

Esta decisión abrió la polémica, ya que el antiguo portaaviones “Foch”, de 266 metros de eslora, está lleno de amianto, pinturas y otros desechos tóxicos, según varias ONG y la fiscalía.

Sustancias con potencial cancerígeno

“Los restos de la embarcación actualmente cuentan con 9,6 toneladas de amianto, sustancia con potencial tóxico y cancerígeno, además de 644 toneladas de tintas y otros materiales peligrosos”, afirmó el Ministerio Público Federal (MPF de Brasil, que intentó frenar el hundimiento con múltiples recursos ante la justicia.

“Una nota técnica del Instituto Brasileño de Medioambiente (Ibama) apunta hacia un riesgo de daños ambientales graves en caso de un eventual hundimiento, especialmente porque el casco está averiado”,  argumentaba el Ministerio Público.

Un buque tóxico de 30000 toneladas

Tanto Greenpeace, Sea Shepherd y Basel Action Network, afirmaron el viernes en un comunicado conjunto que el hundimiento viola “tres tratados internacionales” sobre medioambiente y causa “daños incalculables”, con “impactos a la vida marina y las comunidades costeras”.

Tanto la Marina, como el Ministerio de Defensa de Brasil, anunciaron la semana pasado que no había otra opción, debido al mal estado de la embarcación y tras no haber encontrado un puerto que lo recibiera. Si no realizaban esto, ocurriría un “hundimiento espontáneo” del casco, señalaron.

Esta operación ocurrió luego de la autorización de un juez de segunda instancia, que rechazó un pedido de la fiscalía, de acuerdo a la prensa brasileña.

La Marina brasileña aseguró que realizó estudios técnicos

La Marina aseguró que eligió el lugar en base a estudios técnicos propios, que tuvieron en cuenta la “seguridad de la navegación y el medio ambiente”.

El portaaviones pertenece a Brasil desde el 2000, fue rebautizado “Sao Paulo”, llevado hasta el punto en el que fue hundido por un remolcador neerlandés, contratado por el astillero turco Sok Denizcilik.

El hundimiento se llevó a cabo el día viernes, aún hay varios expertos analizando el impacto medioambiental de esta decisión.

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