La religiosidad
Podemos ver que el enemigo se apareció con tentaciones en el desierto como un intento de convertir a Jesús en un religioso más de los tantos que había en Israel, pero felizmente no venció a Jesús con nada. Es importante que sepas que el espíritu de religiosidad se va a oponer para que no comiences el ministerio que Dios ha puesto sobre tu vida, y va a tratar que no seas exitoso en lo espiritual. Veamos lo que nos dice la Palabra de Dios al respecto.
Leer Mateo 4:1 al 11 (Jesús en el desierto)
Antes de empezar el Ministerio, Jesús fue sometido a una serie de tentaciones para luego sí, comenzar su exitoso servicio. Y es algo que también sucede actualmente, porque el espíritu de religiosidad se va a oponer para que no comiences el ministerio que Dios ha puesto sobre tu vida, y va a tratar que no seas exitoso en lo espiritual.
Todo lo que vivió Jesús, lo hizo para que sea un símbolo, un mensaje y un ejemplo de la vida cristiana verdadera. Jesús hizo todo primero para que luego “siguiéramos sus pisadas”.
1ª Pedro 2:21 “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas”.
La prueba: Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días.
El Espíritu Santo jamás podrá usar a una persona que no supere estas tres pruebas que veremos a continuación, y así derrotar al espíritu religioso.
Esta tentación se convierte en un poderoso intento de frenarlo antes de que empiece… “siendo tentado por el diablo…” (Lucas 4:1-2).
Las tres tentaciones en el desierto fueron un intento de convertir a Jesús en un religioso más de los tantos que había en Israel, pero felizmente no lo logró. Vemos una tentación similar en Mateo 16:21-23 donde Satanás, a través de Pedro, intenta que Jesús renuncie a la cruz para la que fue destinado.
Las tentaciones de Jesús siguen tres patrones que son comunes para todos los hombres:
LA PRIMERA TENTACIÓN: los deseo de la carne.
VER Mateo 4: 3-4. Incluye toda clase de deseos físicos. Nuestro Señor Jesús estaba hambriento en el desierto, y el diablo lo tentó a convertir las piedras en panes, pero Él respondió citando Deuteronomio 8:3, que “no solo de pan vivirá el hombre sino de la Pablara de Dios”.
La cuestión que el religioso disocia, es el alma y el espíritu. Con el alma es salvo pero el cuerpo está dedicado a los placeres.
El ser humano debe consagrar todo su ser: espíritu, alma y cuerpo al Señor; y no separar uno para un reino y el otro para otro reino.
3° Juan 1:2 “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.
El deseo de Dios es que prosperemos, quiere decir que haya un crecimiento armónico entre las cosas espirituales y lo material, que las partes esenciales tengan un sano crecimiento y tengan su justo lugar.
Qué indicación tiene la biblia sobre los deseos de la carne:
- No tener confianza a la carne. Ver Filipenses 3:3.
- No satisfacerla. Ver Gálatas 5:16 y Romanos 8:1.
- Vivir en el Espíritu. Gálatas 5:25.
- Hacer morir las obras de la carne (la preeminencia). Ver Romanos 8:12,13.
- No sembrar para la carne. Ver Gálatas 6:8.
SEGUNDA TENTACIÓN: la vanagloria de la vida.
Otro de los intentos de Satanás para hacer a un cristiano religioso, vacío y sin frutos espirituales, es poder presumir de sus proezas, a lo concerniente al orgullo de la vida (Mateo 4:5-7).
Aquí el diablo trató de usar un pasaje de la Escritura contra el Señor (Salmo 91:11-12) pero el Señor nuevamente respondió con la Escritura de manera opuesta (Deuteronomio 6:16), declarando que sería un error que Él abusara de sus propios poderes.
El apóstol Pablo habla de los cristianos que hacen todo por vanagloria y contienda para demostrar, o demostrarse a sí mismo, y este origen es carnal y traerá frutos de la carne. Ver Filipenses 2:3.
El cristiano que llega a vivir para el “qué dirán” o para demostrar, es un cristiano vacío; es el religioso que acomoda aun la palabra de Dios para justificar sus acciones y fabula que de alguna manera Dios le va a respaldar.
Por eso dice el apóstol Pablo, si comemos o bebemos, hagamos todo para la gloria de Dios.
Cuando eres una persona espiritual te puede guiar el Espíritu Santo y también te puede guiar el diablo, en este sentido no hay problemas, pero lo más importante es tener discernimiento y finalmente victoria. Algunos creen que el más espiritual se libra de las ofertas satánicas, y no es así, solo que el espiritual tiene fortaleza y la capacidad para humillar al diablo.
El diablo ya tenía control sobre los reinos del mundo (Efesios 2:2). Aparentemente estaba listo para cederle todo a Cristo a cambio de Su lealtad. El demonio pensaba que si usaba esa vieja estrategia que usó con Eva, a la cual le hizo mirar el fruto que era bueno para comer, le haría caer en la trampa de lo pasajero y temporal.
TERCERA TENTACIÓN: los deseos de los ojos.
Los deseos de los ojos pueden reducir un hombre espiritual a una piltrafa. Debemos administrar los deseos de los ojos con mucha sabiduría, porque todo lo que anhelen nuestros ojos puede apasionar nuestra alma con fervor y llevar a la obsesión hasta alcanzarlo.
2° Pedro 2:14 “Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición”.
En la televisión, las películas, los videos musicales e Internet, puede verse fácilmente todo tipo de escenas sexuales. Y con certeza se puede decir que es terriblemente destructiva. La pornografía es cualquier material escrito o visual que presente desnudez y/o actividad sexualmente explícita hecha con el propósito de causar excitación sexual. Ver Efesios 5: 3-5.
Ver Isaías 33:15 a 17. Pero el Señor le contesta bruscamente al diablo, “AL SEÑOR TU DIOS ADORARÁS, Y SOLO A ÉL SERVIRÁS.” (Mateo 4:10) Hermanos, el adorar y el desear están totalmente conectados, mirando a Cristo, hace que se santifique el espíritu. Si no cuidamos la cuestión de los ojos, terminaremos adorando y sirviendo a lo carnal y material.
Hay muchas tentaciones para los ojos pero debemos estar avisados y ser sabios teniendo discernimiento. Hay que pedir ayuda, fuerza y sabiduría a Dios: “Fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla.” (1° Corintios 10:13).
Por tanto podemos obtener la victoria y agradecerle a Dios por librarnos de la tentación. La experiencia de Jesús en el desierto, nos ayuda a ver estas tentaciones comunes que nos impiden servirle a Dios eficazmente.
Más aún, de las respuestas de Jesús a las tentaciones, aprendemos exactamente cómo debemos responder – con la Escritura. Las fuerzas del mal vienen a nosotros con infinidades de tentaciones, pero todas ellas contienen las mismas tres cosas en su esencia: la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida. Ver 1° Juan 2:16-17.
La palabra griega traducida aquí como “tentado” significa “poner a prueba”. Así es que, cuando somos puestos a prueba y atribulados por las circunstancias de la vida, podemos asegurar que Jesús comprende y se compadece como alguien que ha pasado por las mismas pruebas.