La salida de dólares por turismo toma envión y enciende luces de alerta
Escriben Marcos Cohen Arazi y Vanessa Toselli, Fundación Mediterránea. Históricamente la salida de dólares por turismo emisivo sobrepasa el ingreso de dólares por turismo receptivo (extranjeros que visitan el país), sin embargo, la magnitud del desbalance oscila, según sean las condiciones de competitividad.
Cuando la competitividad cambiaria juega muy en contra del turismo en el país, la relación entre residentes que viajan al exterior y no residentes que vienen a vacacionar al país puede llegar a ser de 2 a 1. Hoy no se encuentra en niveles de desbalance tan marcados, pero sí se evidencia una tendencia muy marcada de deterioro mes a mes.
La relación entre turismo emisivo y receptivo aéreo en los últimos tres meses se ubicó en 1,37, acercándose a los parámetros del 2019. En dicho año, el déficit de turismo había sido de US$ 2.600 millones. Además, solo el turismo emisivo había implicado la salida de US$ 7.850 millones. En ese sentido, el saldo de dólares entre turismo emisivo y receptivo se constituye en una demanda neta de dólares adicional que influye en el balance de pagos y resulta un aspecto especialmente importante para este año en el que el gobierno aún se encuentra mejorando el balance del banco central, motivo por el cual enciende luces de alerta. Además, a mayor desbalance, peor es la performance de los sectores productivos asociados a la cadena de valor turística.
En el primer semestre del año el turismo emisivo demandó US$ 3.900 millones, y el saldo de balanza (neto de los ingresos por turismo receptivo) fue negativo por US$ 1.400 millones. A partir del examen de tendencias, es posible prever que en el año la demanda de dólares por turismo emisivo se acercará a US$ 7.500 millones y el saldo podría ubicarse en torno a una salida neta por US$ 2.700 millones (con ingresos de turismo receptivo por alrededor de US$ 4.800 millones), de acuerdo con estimaciones preliminares.
En ese sentido, de cara a la eliminación del impuesto PAIS en 2025 (que actualmente encarece las operaciones realizadas con tarjeta en el exterior), teniendo en cuenta que el mayor desbalance habitualmente se ubica en el primer trimestre, y teniendo en cuenta el sendero esperado para el tipo de cambio que se desprende de la estrategia monetaria y cambiaria, la magnitud del desbalance podría acrecentarse especialmente en el próximo verano.
Un indicador que puede dar señales anticipatorias de estas tendencias es el ritmo de búsquedas de internet asociado a opciones de turismo que suelen escoger los argentinos. En ese sentido, las búsquedas asociadas a turismo emisivo crecen a un ritmo de 54% interanual en septiembre, mientras que las de turismo interno caen 15%, reflejando un interés renovado por las opciones de turismo fuera del país, en detrimento del turismo en el país.
Si se contempla que la actividad turística explica alrededor de 7% del empleo privado registrado en Argentina, y que los últimos registros dan cuenta que está enfrentando una pérdida de puestos de trabajo acumulada de 2,2% respecto de diciembre pasado, la luz de alerta productiva también se enciende para los próximos meses.
En ese sentido, si el tipo de cambio no ofrece condiciones para mejorar la competitividad, y comienza a brindar incentivos al crecimiento del turismo emisivo, a la merma del turismo interno y del turismo receptivo, será vital acelerar el logro de reducciones de costos por otras vías que permitan la recomposición competitiva, lo cual podría lograrse a través de reformas regulatorias o impositivas.