La silvicultura responsable puede ser un buen negocio en Misiones

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El planeta a lo largo de su vida ha tenido variaciones en el clima, como la Era de Hielo en la que se formaron los glaciares y los casquetes eternos de los polos, pero hay indicadores contundentes que nos dejan en claro que el Cambio Climático actual no se trata de un proceso que forma parte de una evolución natural de las cosas, como algunos quieren hacernos creer, sino que es verdaderamente una consecuencia directa de la actividad descontrolada de las personas sobre la tierra. 

Para comprobarlo, alcanza con ver los niveles de los Gases de Efecto Invernadero, y cómo se han venido incrementando sus emisiones -en especial carbono y metano- desde 1880 hasta la actualidad. A través de los siglos, la naturaleza se encargó con éxito de no sobrepasar nunca las 300 partículas por millón de dióxido de carbono en la atmósfera, y la acción del hombre, principalmente la combustión de los motores y la deforestación, ha llevado a que hoy tengamos 420 ppm, y siga en ascenso. 

Resolver este problema, al que algunos prefieren directamente llamar Crisis Climática, ya que la palabra cambio puede confundirnos evocando un proceso largo y lento, requiere de acciones relativamente inmediatas. 

Una gran parte de los esfuerzos deben dedicarse a la reducción de esas emisiones de los gases que conducen al Calentamiento Global. Sectores como la Energía, en el caso de Misiones principalmente el transporte, tienen el gran desafío por delante de volcarse a alternativas limpias con vehículos a biodiesel, movilidad eléctrica o transporte público con hidrógeno verde

Pero la otra gran parte de los esfuerzos necesita enfocarse en capturar de la atmósfera este excedente de carbono que termina acelerando los fenómenos climatológicos extremos, debemos trabajar en volver a los niveles que la naturaleza tenía antes de la Revolución Industrial. 

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Por lejos, hoy la mejor forma de secuestrar carbono de la atmósfera es dejando a los árboles crecer: un bosque que crece -por el milagro de la fotosíntesis- convierte al dióxido de carbono en oxígeno y almacena el carbono en su madera. 

Según explica el ingeniero forestal Juan Emilio Bagado, especialista en el tema, por cada dos toneladas de madera, se absorbieron 3,7 toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera. 1,7 toneladas volvieron a la atmósfera como oxígeno y una tonelada queda stockeada en la madera. 

Tanto los bosques nativos, como los bosques de cultivo y los bosques urbanos, están haciendo el gran trabajo de limpiar el aire que respiramos y ser depósitos de carbono. 

Actualmente, Misiones cuenta con 400.000 hectáreas de bosques de segunda categoría, por ejemplo yerbales abandonados, o popularmente conocidos como capuera, que pueden ser reforestados y pueden sumarse a fortalecer este proceso de retirar carbono de la atmósfera.

Desde nuestro lugar, en nuestra vida cotidiana, sería muy positivo prestar especial atención y saber que cuando usamos madera cultivada para los muebles de nuestros hogares, nuestro papel o construir nuestras casas, estamos fortaleciendo la acción climática, ocupamos esa pieza que es 50% carbono en objetos o equipamiento, y ya no volverá a emitirse. 

Buscando ser parte de la solución, empresas como Carrefour, McDonalds o IKEA, solo ocupan para su papelería, envases y mobiliario, madera que provenga exclusivamente de bosques cultivados. 

En ese sentido, Misiones cuenta con una Ley de Ordenamiento Forestal que nos permite poder trazar claramente un rollo de madera y poder garantizar que no proviene de la deforestación de bosques nativos. Hoy, a las empresas del mundo no les interesa comprarse un problema y que las tilden de acompañar la deforestación del planeta

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Una entidad que ha ido tomando relevancia en este sentido es la ONG alemana Forest Stewardship Council, dedicada a certificar silvicultura responsable. Desde la FSC dan un sello, garantizando que los productos de sus afiliados son hechos completamente con madera de cultivo, con un componente parcial de reciclaje o completamente productos de madera reciclada. 

Hace un mes las autoridades de FSC, encabezados por su presidente Kim Carstensen, visitaron Argentina, y le dedicaron un capítulo especial a Misiones. Aquí concretaron un encuentro en la Cámara de Representantes, con la Comisión de Recursos Naturales, la Comisión de Desarrollo forestal, el Ministerio de Ecología, y el Ministerio de Cambio Climático, donde destacaron las políticas de estado que lleva adelante nuestra provincia y su completo abanico de leyes que le dan forma. 

Desde la ONG alemana aspiran a colaborar en consolidar el modelo misionero y hacerlo extensivo a otras partes del mundo, ya que en la Tierra Colorada el desarrollo sostenible no se trata solamente de dejar atrás la tala ilegal, sino que además, nuestros bosques aspiran a convertirse en verdaderos epicentros desde donde se le mejora la calidad de vida a todas las personas que viven allí. Formando a sus trabajadores, garantizando salud a sus familias, erradicando el trabajo informal y otros numerosos avances. 

En conclusión, podríamos recordar lo que dice el Santo Padre Francisco en su encíclica Laudato Si, remarcando que no se puede resolver el problema ambiental desatendiendo la pobreza, y en ese camino avanzan los bosques misioneros, capturando carbono y -a su vez- prestando especial atención en aprovechar la oportunidad de generar crecimiento para toda la comunidad que lo rodea. 

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