Los nuevos aportes por el Premio Nobel para las proyecciones económicas

Escriben Guillermo Knass y Martín Leiva Varela, ECONEA, para Economis. La economía siempre se ha jactado de ser la más científica de las ciencias sociales. Sin embargo, este es un debate que se aviva cada cierto tiempo, poniendo en tela de juicio dicha afirmación, sobre todo cuando los economistas fallan en sus predicciones. Uno de los ejemplos más recientes es el hecho, de que prácticamente ningún economista fue capaz de predecir la gran recesión iniciada en 2008, la crisis más grande en 75 años.
El punto central de por qué fallan los economistas radica en los modelos económicos que utilizan para estudiar la economía, donde a través de éstos tratan de describir el funcionamiento de los agregados económicos y la posible respuesta de tales agregados a modificaciones de la política económica o a alteraciones originadas por la Naturaleza, basándose para ello en supuestos que no se necesariamente pueden condecirse con la realidad por los criterios de abstracción que emplean. La teoría económica tradicional asume que las personas, para tomar una decisión económica, tienen acceso completo a la información y que pueden procesarla de forma correcta y, además, supone que siempre actúan de forma racional. Sin embargo, podemos notar que estas personas perfectas no existen en el mundo real. Uno de los muchos ejemplos es que hay gente que mantiene plata en sus cajas de ahorro o guardada en su casa sin recibir ningún interés a cambio y se financia con atrasos en las tarjetas de crédito a tasas muy altas, pero tener dinero guardado le da una sensación de seguridad aunque no estén tomando la decisión óptima en términos financieros.
Otro ejemplo curioso podría darse cuando a una persona, llamémosla María le regalan un objeto costoso, podríamos decir un reloj de u$s 500. Tal vez María no esté dispuesta a pagar el precio de ese reloj para obtenerlo, sin embargo una vez que lo tiene tampoco lo vendería. Este comportamiento que parece irracional es porque las personas tienden a valorar más aquellos bienes que son de su pertenencia y esto se ha comprobado a través de numerosos experimentos. Un caso típico de ello es el mercado inmobiliario, donde las personas tienden a sobrevaluar sus propiedades y por lo que muchas veces nos encontramos con precios tan elevados.
Considerando los comportamientos mencionados en los ejemplos y comparándolos con los supuestos de la teoría económica tradicional, podemos darnos cuenta de por qué los economistas en determinadas predicciones pueden equivocarse.
Richard Thaler y sus contribuciones a la economía del comportamiento
Las propias deficiencias de las Ciencias Económicas en predecir el comportamiento humano hacen que los aportes de Richard Thaler, un economista estadounidense de 72 años, sean tan importantes para la disciplina que le valiera el Premio Nobel de Economía entregado el pasado 9 de Octubre por la Academia Sueca.
Los estudios que llevaron a Thaler a ser el 29° economista de la Universidad de Chicago en ser galardonado con este premio destacan por la incorporación de la psicología a las ciencias económicas. Entre otros aportes, sus investigaciones han demostrado que las decisiones de los seres humanos no siempre obedecen a la racionalidad, sino que muchas veces se ven afectadas por variables psicológicas que no se encuentran alineadas con el llamado “comportamiento económico racional”. De esta manera, se demuestra cómo las características del comportamiento humano afectan a los mercados supuestamente racionales.
De manera más precisa, el jurado que le otorgó el premio al economista Richard Thaler señaló que “Thaler ha contribuido a expandir y refinar el análisis económico al considerar tres rasgos que sistemáticamente influyen en las decisiones económicas: la racionalidad limitada, la percepción de justicia y la falta de autocontrol”. También señaló que sus aportes han contribuido a “construir un puente entre los análisis psicológicos y económicos de los procesos de decisión individuales”.
Esta nueva teoría, según The Guardian es especialmente útil para las empresas y negocios que buscan impulsar sus niveles de ventas mediante el cambio del comportamiento de los consumidores, como así también, para establecer políticas públicas. Particularmente su trabajo, ha estimulado a que los Gobiernos como las empresas hagan un mayor esfuerzo en incorporar la ciencia del comportamiento, incluyendo los elementos relacionados con los sesgos inconscientes, dado que más del 90 % de las decisiones se hacen en forma subconsciente.
En manera de síntesis, se puede decir que la contribución de Thaler a la economía consiste en hacerla una ciencia más realista y con mayor capacidad de predicción debido a que se nutre de supuestos más sensatos del comportamiento humano a la hora de tomar decisiones.
Los Premios Nobel
Es un reconocimiento honorífico otorgado cada año por el gobierno de Suecia a personas que hayan hecho aportes científicos sobresalientes o hayan realizado contribuciones notables a la sociedad. Los mismos fueron instituidos en 1895 como última voluntad de Alfred Nobel, inventor de la dinamita e industrial sueco. En principio, los premios se habían creado para los campos de la física, la química, la medicina y la fisiología, la literatura y la paz y desde 1969 en Banco Central de Suecia creó el premio a la economía en honor a Alfred Nobel.