
Los nuevos aranceles de Trump: los riesgos y oportunidades para la Argentina
El retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos genera expectativas en el gobierno de Javier Milei por el alineamiento ideológico y la posibilidad de alivios en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, la imposición de nuevos aranceles a México, Canadá y China representa una amenaza para la Argentina y el comercio global, planteando un escenario de incertidumbre para la economía mundial.
El flamante jefe de Estado norteamericano anunció la imposición de aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá, y del 10% a las de China, a partir del 4 de febrero. La medida contradice la idea de que Trump podría moderar su política comercial y confirma que el proteccionismo será un pilar de su gestión. El impacto más inmediato se siente en la industria automotriz: datos de la Asociación Mexicana de Fabricantes de Automóviles (AMIA) y la Asociación Canadiense de Fabricantes de Vehículos indican que alrededor del 90% de las exportaciones de automóviles de ambos países tienen como destino Estados Unidos, lo que genera una disrupción en las cadenas de producción.
Una estrategia de presión internacional
La decisión de Trump forma parte de la política del “gran garrote”, un método de negociación y disciplinamiento en el marco de la guerra comercial con China. Para Argentina, la cercanía ideológica con Washington abre oportunidades, aunque también supone riesgos en caso de represalias globales.
El analista de negocios internacionales Marcelo Elizondo minimiza un impacto inmediato en la Argentina: “Por ahora, los aranceles están enfocados en países específicos”. Sin embargo, advierte que la política proteccionista de Trump puede generar un reordenamiento del comercio internacional, lo que podría beneficiar a Argentina en ciertos sectores. “Si Trump aplica barreras a determinados países, Argentina podría sustituir exportaciones en el mercado americano”, explicó.
Por su parte, el especialista en comercio internacional Miguel Ponce alerta sobre las consecuencias globales de las medidas: “Esta transformación del comercio mundial puede derivar en un desastre similar a la Gran Depresión de los años 30”. En caso de que China, Canadá y México tomen represalias, la política proteccionista de Trump podría disparar costos de producción, afectar la inflación y generar caídas en los mercados financieros.
Elizondo coincide en que las medidas de Trump podrían generar un fortalecimiento del dólar y un alza de tasas de interés en Estados Unidos, lo que afectaría a los países emergentes como Argentina. “Si el dólar se fortalece, habrá presiones cambiarias que pueden complicar el esquema macroeconómico de Milei”, indicó.
La ventaja de la afinidad ideológica
La política exterior de alto perfil de Trump busca reafirmar el liderazgo estadounidense en el sistema internacional, y en esa estrategia, Argentina podría beneficiarse como un aliado estratégico en América Latina. El economista Federico Vaccarezza sostiene que “Argentina se convierte en una vidriera de cómo llevarse bien con Trump puede traer beneficios”.
Este alineamiento es también una herramienta de presión en la relación con Brasil, país que ocupa un rol preponderante en los BRICS y mantiene una postura menos dependiente de Estados Unidos. La posibilidad de obtener concesiones comerciales o diplomáticas dependerá de la capacidad de Milei de sostener una relación fluida con Washington.
No obstante, Julieta Zelicovich, investigadora del área de Política Productiva de Fundar, descarta la posibilidad de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y considera más viable una negociación para reducir nuevos aranceles. En ese escenario, Argentina podría verse obligada a realizar concesiones en temas estratégicos para Washington, como la provisión de minerales críticos.
Un terreno de oportunidades y riesgos
A pesar de que Argentina representa solo el 0,8% de las importaciones agroindustriales de Estados Unidos, el Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales (INA) identifica oportunidades en sectores como carne bovina, biodiésel, vinos, miel, aceite de oliva, limones y jugos cítricos. Sin embargo, las barreras comerciales de EE.UU. han restringido exportaciones clave como biodiésel, miel y jugo de limón concentrado.
Desde la Casa Rosada siguen de cerca el impacto de los aranceles de Trump en los mercados. La volatilidad internacional afectó a las acciones de empresas automotrices y tecnológicas, impactando también en el S&P Merval y los bonos argentinos. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, logró una pausa de un mes en la aplicación de aranceles a su país tras negociar con Trump, a cambio de un mayor control fronterizo y la lucha contra el tráfico de fentanilo.
El desafío de equilibrar relaciones con Estados Unidos y China
Milei busca avanzar en la firma de un TLC con Estados Unidos, pero las restricciones del Mercosur dificultan ese objetivo. Según la normativa del bloque, cualquier acuerdo comercial debe contar con la aprobación de todos los países miembros, algo que por ahora no tiene consenso.
En paralelo, el presidente argentino mantiene una agenda con China, principal socio comercial del país. Planea viajar a Beijing en abril o mayo para consolidar acuerdos financieros y comerciales. Este equilibrio entre su alianza con Washington y la necesidad de sostener relaciones con China será clave en la estrategia económica de Milei.
El futuro comercial de Argentina se mueve en un delicado juego de intereses globales. Mientras la afinidad ideológica con Trump puede generar oportunidades, las medidas proteccionistas del republicano plantean desafíos que podrían comprometer la estabilidad de los mercados y la política económica del Gobierno argentino.