Madeca, zapatillas hechas en Misiones resistentes a todas las crisis
Apostar al emprendedurismo en la Argentina siempre fue un desafío, sobre todo en contextos de incertidumbre económica y social, como lo fue con la vuelta de la democracia y una estabilidad latente. Sin embargo, eso no fue impedimento para que Daniel Lirussi, un viajante misionero, decidiera iniciar su propia empresa en el año 1983 y pudiendo concretarlo cuatro años después gracias a unos ahorros y con ayuda de quien fue su primer socia y pareja, Teresa Spizzo.
Fue de esta manera que Daniel y Teresa fundaron Madeca S.R.L., una empresa que supo sobrevivir a todos los vaivenes económicos, que aprendió a reconstruirse en base a las adversidades y que se mantiene vigente como una de las industrias más pujantes de la localidad de Garupá. Madeca S.R.L. es una fábrica de manufactura de calzado que nació gracias a la visión de Daniel que conocía el rubro por su trabajo y podía capitalizar clientes que hizo durante sus años como transportista.
En la actualidad, Madeca fabrica entre 600 a 700 pares diarios, entre las tres líneas de producción: Kid Racer, Ladys y Mariner. Desde zapatillas deportivas, sorpassos y ojotas, distribuyen sus productos a 16 provincias, además de varias localidades de Misiones y cuentan con un local comercial ubicado por la avenida Mitre, entre las calles Junín y Ayacucho de Posadas. Todos los productos están registrados de manera independiente bajo la marca global Sportgar (acrónimo de Sport y Garupá).
“La empresa, en sus inicios, era totalmente otra cosa a lo que es ahora, elaboraba zapatillas mucho más elaboradas de lo que fabricamos hoy en día, que son productos mucho más económicos”, explicó Diego Lirussi, uno de los hijos de Daniel y actual socio propietario de la firma, a Economis. Diego, junto a su hermano Pablo, adquirieron el porcentaje de la sociedad correspondiente a su madre Teresa en el año 2012, para administrar el negocio familiar.
En los inicios, las pretensiones de Daniel eran altas, ya que los primeros productos eran calzados de cuero con suelas con cámaras de aire. Las zapatillas eran de una calidad respetable pero con contaba con el hecho de que no podía venderlo al mismo precio que otras marcas establecidas por ser modelos nuevos, de una marca local.
“Daniel quería producir algo de calidad, algo superior que lo hiciera sentir orgulloso”, recuerdan los hijos quienes vivieron el proceso de transformación de la empresa. “Era una zapatilla que tranquilamente podía competir con una Nike o Adidas, pero no eran de estas marcas y no podía cobrarle a la gente lo que valía, eso lo obligó a buscar una alternativa más económica y aumentar el volumen de producción para ganar competitividad”, agregaron.
Esa fue la primer transformación estructural de la empresa, donde empezaron a utilizar la tecnología de inyección directa en la fabricación de los calzados. “Esta técnica implica inyectar la suela directamente a la capellada y aumenta diez veces la producción; si originalmente se producían 150 pares diarios con 20 operarios, la inyección directa nos permite fabricar 700 pares por día con sólo 12 empleados”.
Estos calzados que empezaron a producir tenían un valor de aproximadamente 2,5 dólares, en una época donde la moneda estadounidense y la argentina estaban con el mismo valor.
Madeca ya existía como razón social previo a la fábrica de calzado, como una empresa de logística y fue de ahí que surgieron los primeros clientes. “El ya tenía una clientela y fue instalando de a poco su producto, llevando un muestrario. Al principio tenía más clientes en Misiones, siendo el fuerte Posadas”, recuerdan Diego y Pablo que comentaron que, en esos años, la fábrica trabaja hasta la siesta, donde subían la mercadería a un utilitario y salía a vender los productos, llevándolos personalmente a cada local.
“Iba por todos lados, volvía para las diez de la noche y al otro día a las 5:30 de la mañana ya abría de nuevo la fábrica”. El esfuerzo tuvo sus frutos, ya que después de 30 años, son los clientes los que se acercan a la fábrica ubicada sobre la avenida de Las Américas y Gallardo, a buscar los productos. Además, también envían lotes de productos a Chaco, Formosa, Entre Ríos, Tucumán, Jujuy, Santiago del Estero, Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Buenos Aires, por nombrar algunos.
A diferencia de otras empresas del rubro, Madeca se encarga de toda la línea de producción y fabricación. Compran la materia prima y, dependiendo del modelo, eligen el proceso de fabricación: desde la suela, las plantillas, ojales, cordones, capelladas, hasta el packaging y logística. “Tratamos de que el producto final no dependa de un tercero que puede estar a mil kilómetros, nosotros armamos hasta las perchitas donde se cuelgan las ojota que fabricamos para el verano”, explicitaron.
Con un total de 16 trabajadores en las diferentes áreas de producción, Diego y Pablo trabajan codo a codo con los operarios y supervisan que todo funcione correctamente. Si una máquina tiene un desperfecto, cuentan con su propio taller para arreglarlo. De hecho, algunas máquinas fueron fabricadas exclusivamente por los hermanos Lirussi, con ayuda de ingenieros y obreros, con quienes colaboraron en el montaje de herramientas que se ajusten a las necesidades que tiene la empresa y el producto que necesiten fabricar.
A pesar de ser una empresa establecida y con una producción estable, Madeca trabaja para continuar con su crecimiento. “Queremos dar un salto de calidad en nuestra producción y englobar todo en una sola marca que sea representativa de nuestro producto. La idea es ofrecer un mejor calzado, trabajar con el marketing para instalarlo en el mercado misionero, que se reconozca como algo que se hace acá”, señalaron.
Si algo destaca a la empresa, es el sentido de familiar que conserva de sus primeros años y la diversidad etaria de sus trabajadores. “Acá hay operarios que se mantienen desde el inicio, como es el caso de uno que trabajó en la construcción del galpón como ayudante de albañil y quedó a trabajar en la fábrica hasta el día de hoy, además de varios trabajadores que hicieron carrera y se jubilaron acá adentro”, destacan.
De esa misma manera, la acción social es un factor importante en la actividad de la empresa, debido a que donan, con regularidad, calzados a comedores, hogares y fundaciones varias de la zona. “Somos muy partícipes en la comunidad, también pasa que tenemos un lote entero de calzados que salen con una mancha en la tela, que no afecta al producto, pero ya no se puede vender, entonces la donamos completa, con plantilla, cordones, la caja y explicando bien que es en carácter de donación”, advirtien.
Diego y Pablo son la nueva cara de una empresa que supo reponerse a una hiperinflación, a las crisis del 2001 y a cuanto vaivén social y económico atravesó el país. Madeca es una empresa con una visión y seriedad que les permitió emplear a trabajadores y mantenerse vigente, agotando variables que no afecten a sus empleados y les permita mantenerse vigentes por más de 30 años, que no es poca cosa.