Más de 140 mil argentinos con VIH y hay subdiagnóstico: la importancia de testearse
En el marco del Día Internacional del VIH, que se conmemora este jueves 1° de diciembre, el Hospital de Clínicas ‘José de San Martín’ organiza ese día una jornada de jornada de prevención, concientización y detección del VIH, sífilis y hepatitis C, entre otras enfermedades de transmisión sexual. La actividad, que incluye orientación y testeos, es libre y gratuita, está dirigida a toda la comunidad y tendrá lugar en el hall central del hospital de Clínicas ‘José de San Martín’, de 9 a 13 hs ingresando por avenida Córdoba 2351.
Según el último boletín sobre VIH y enfermedades de transmisión sexual del Ministerio de Salud de la Nación, se calcula que se diagnostican 4800 nuevos casos de VIH por año y habría más de 140 mil personas con el virus en Argentina. De ellos, se estima que el 17% (cerca de 23 mil) lo desconoce (lo que conlleva el riesgo de transmitir el virus a otras personas sin saberlo) y alrededor 3 de cada 10 llegan al diagnóstico recién en etapas avanzadas de la infección, ya cursando una infección oportunista o en contexto de inmunosupresión severa[1].
Aquellas personas que logran carga viral no detectable en estudios de laboratorio, gracias a haberse diagnosticado tempranamente y haber cumplido el tratamiento antirretroviral, ya no transmiten la infección por vía sexual; en otras palabras, indetectable es igual a intransmisible.
“A pesar de ser una de las enfermedades para las que más campañas de concientización ha habido en las últimas décadas, todavía tenemos mucho trabajo por delante, tanto para su prevención como para su diagnóstico y tratamiento. En ese sentido, cada Día Mundial del VIH es una oportunidad para reiterar determinados mensajes y brindar oportunidades de detección a la comunidad.”, sostuvo la Dra. Vanesa Fridman, médica de Planta de la División Infectología del Departamento de Medicina Interna del Hospital de Clínicas ‘José de San Martín’.
Los testeos, siempre, son seguros, confidenciales y gratuitos. De hecho, la nueva Ley nacional N° 27.675 de respuesta integral al VIH, hepatitis virales, otras infecciones de transmisión sexual y tuberculosis, que se aprobó este año, sigue garantizando la confidencialidad de los test.
Si bien actualmente se dispone de nuevos métodos de diagnóstico y de tratamiento, esta infección continúa planteando desafíos de salud pública y requiere que no se relajen las estrategias de prevención y diagnóstico.
Cualquier persona sexualmente activa tiene riesgo de contraer infección por VIH. Por eso, la medida considerada más contundente contra el VIH es el uso de métodos de barrera como el preservativo en todas las relaciones sexuales (incluyendo las orales), dado que la transmisión por mantener relaciones sexuales sin protección representa el 98% de los casos. Otro dato preocupante es que el 4,6% de los bebés que nacen de personas gestantes con VIH reciben diagnóstico de infección por VIH1.
Existen, además, determinadas ‘poblaciones clave’, con mayor riesgo de contraerlo, y en las que, con supervisión médica, puede indicarse la profilaxis preexposición, que es la administración preventiva de antirretrovirales. Estos son:
· Trabajadores sexuales
· Hombres que tiene sexo con hombres
· Mujeres trans
· Usuarios de drogas recreacionales por vía parenteral
“El testeo contra el VIH debería ser de rutina en personas sexualmente activas y también es crítico durante el embarazo porque, sabiendo que la persona tiene infección por VIH, pueden tomarse medidas para evitar la transmisión vertical en el parto”, subrayó la Dra. Fridman.
Hoy, en Argentina están aprobadas y disponibles múltiples medicaciones para controlar muy satisfactoriamente el VIH, permitiendo al paciente llevar una vida normal y con una expectativa de vida similar a la de las personas sin el virus, siempre que se cumpla el tratamiento en tiempo y forma y se haga un adecuado seguimiento con controles periódicos.
¿Por qué también testear hepatitis C?
Un informe de ONUSIDA estableció que la coinfección por hepatitis C y VIH se registra en todos los grupos de población clave con mayor riesgo de infección por el VIH y, dentro de ellos, en las personas que se inyectan drogas[2]. Esto se debe a la facilidad con la que ambos virus se transmiten por el contacto con sangre contaminada al compartir instrumental cortopunzante no esterilizado.
La hepatitis C no da síntomas y puede pasar desapercibida durante décadas, mientras va dañando el hígado y puede poner en riesgo la vida. Además, la evolución a cirrosis es más rápida entre las personas que viven con coinfección por VIH. Las enfermedades hepáticas se han convertido en una causa de muerte importante entre las personas que viven con el VIH coinfectadas por la hepatitis B o C2.
“Es importante testearse porque, en pocos minutos, a través de dos pinchazos mínimamente invasivos, la persona se lleva el resultado y puede quedarse tranquila de que no tiene VIH, ni sífilis (que se miden con el mismo testeo), ni hepatitis C; o, en caso de recibir algún diagnóstico positivo, empezar a controlar su salud en nuestro hospital o en otras instituciones y prevenir complicaciones futuras con riesgo de vida. Respecto de la sífilis, específicamente, no debemos olvidar su prevención y manejo; es una enfermedad muy antigua y de la que mucho no se habla, pero cuya incidencia va en aumento”, puntualizó la Dra. Asunta Melgar, del Programa de Enfermedades de Transmisión Sexual del Hospital de Clínicas ‘José de San Martín’.
Tal como describió el Dr. Esteban González Ballerga, Jefe de Hepatología del Hospital de Clínicas ‘José de San Martín’, el caso de la hepatitis C es inclusive más favorable: “directamente se cura en más del 98% de los casos en pocas semanas. Curándose a tiempo, se evita el daño hepático que puede derivar en cirrosis, cáncer de hígado y necesidad de trasplante. Por eso es clave detectarla a tiempo y curarse rápido, porque también hay personas que saben que tienen el virus, pero se dejan estar por desconocer que se cura, por creer que no podrán acceder a los medicamentos o por descuidar su salud”.
En nuestro país, los tratamientos para controlar el VIH y aquellos para curar la hepatitis C están cubiertos por obras sociales, prepagas y el estado, por lo que el acceso no debería ser un impedimento para lograr un buen manejo de ambas. Pero el primer paso es el diagnóstico, por eso es tan importante testearse: solo sabiendo a tiempo que se tiene alguno de estos virus se pueden tomar medidas para iniciar oportunamente el tratamiento necesario.