
Menos inflación y dólar estable: las claves detrás de la baja en la pobreza en 2024
Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) muestra que la pobreza cayó al 38,1% en 2024, pero advierten riesgos de reversión si se devalúa el peso. La desaceleración inflacionaria y la apreciación cambiaria permitieron reducir la pobreza e indigencia, pero especialistas alertan sobre la sostenibilidad de esta mejora.
Reducción de la pobreza e indigencia en 2024
En el segundo semestre de 2024, la pobreza en Argentina alcanzó al 38,1% de la población, marcando una caída de 3,6 puntos porcentuales (p.p.) respecto al mismo período de 2023 y una reducción de 14,8 p.p. frente al primer semestre del año. La indigencia, en tanto, se ubicó en el 8,2%, con una baja de 3,7 p.p. interanual y de 9,9 p.p. en comparación con los primeros seis meses del año.
Sin embargo, expertos advierten que estos datos deben analizarse con cautela. La baja de la pobreza no responde a un aumento del poder adquisitivo de los hogares, sino a la desaceleración inflacionaria y a la metodología de medición de la Canasta Básica Total (CBT), que subestima el impacto del alza en servicios y transporte.
El rol de la inflación y los ingresos en la medición de la pobreza
El informe detalla que la inflación mensual promedio de los alimentos en el segundo semestre de 2024 fue del 2,2%, muy por debajo del 14,8% registrado en el mismo período de 2023. La Canasta Básica Alimentaria (CBA) también mostró una caída real del 8 p.p. interanual, contribuyendo a la reducción de la pobreza.
No obstante, el poder adquisitivo de los ingresos laborales y sociales siguió deteriorándose. Los salarios de los trabajadores no registrados cayeron 16,4 p.p. en términos reales interanuales, mientras que el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) se redujo 29 p.p. frente a 2023 y 0,3 p.p. respecto al primer semestre de 2024. A su vez, la jubilación mínima con bonos perdió 10,1 p.p. de poder de compra interanual.
En el ámbito de la asistencia social, la Asignación Universal por Hijo (AUH) mostró un crecimiento real del 31,9 p.p. respecto a 2023, pero la Tarjeta Alimentar cayó 2,1 p.p. interanuales y los planes sociales sufrieron un derrumbe del 72,3 p.p., impactados por la falta de actualización de montos.
La apreciación cambiaria como estrategia anti-pobreza: ¿es sostenible?
El informe señala que la reducción de la pobreza se sostuvo en gran parte por la estabilidad cambiaria y la consecuente desaceleración inflacionaria. Sin embargo, si el gobierno enfrenta presiones sobre el tipo de cambio y se ve obligado a devaluar, los precios podrían dispararse nuevamente, especialmente los de los alimentos, lo que afectaría el poder adquisitivo de los sectores más vulnerables.
Además, el nivel de actividad económica se mantuvo estable respecto a 2023, pero excluyendo el agro, que se comparó con un año de sequía, la retracción interanual fue del 1%. El desempleo también aumentó del 5,7% al 6,7%, lo que refleja un mercado laboral debilitado.
Perspectivas para 2025: incertidumbre cambiaria y pérdida de poder adquisitivo
Las proyecciones para el primer semestre de 2025 plantean interrogantes. En febrero, la inflación comenzó a repuntar y las estimaciones privadas anticipan una nueva aceleración en marzo. El mayor riesgo radica en la sostenibilidad de la apreciación cambiaria: si el gobierno se ve forzado a devaluar, la pobreza podría volver a incrementarse por el impacto en los precios y la pérdida de ingresos reales.
En este contexto, el poder adquisitivo de los sectores más vulnerables sigue en riesgo. El SMVM continuará su tendencia de deterioro, los planes sociales mantendrán su valor congelado y la jubilación mínima seguirá perdiendo capacidad de compra.