Misiones alcanzó el nivel más bajo de deforestación de su historia, pero la mitad ocurrió en el Corredor Verde

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La deforestación en Misiones volvió a retroceder en 2025 y alcanzó su mínimo histórico, consolidando una tendencia descendente que ya suma tres años consecutivos. De acuerdo con el informe Estado de la Deforestación en Misiones, elaborado por el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables, durante el último año se registraron 4.118 hectáreas de bosque nativo deforestadas, lo que representa una reducción del 18% respecto del promedio histórico, estimado en torno a las 5.000 hectáreas anuales.

El dato cobra mayor dimensión al observarse en perspectiva: en 2023 la deforestación había alcanzado las 4.790 hectáreas, en 2024 descendió a 4.277 hectáreas y en 2025 volvió a caer, profundizando una curva descendente que posiciona a Misiones por debajo de sus propios registros históricos. En términos relativos, la pérdida de bosque registrada durante el último año equivale apenas al 0,27% de la superficie boscosa provincial, que supera las 1.500.000 hectáreas, una proporción que refuerza el perfil conservacionista del territorio misionero.

El informe oficial atribuye de manera directa esta mejora a un cambio estructural en el modelo de control forestal, basado en una mayor planificación, profesionalización de los equipos y uso intensivo de tecnología. Durante 2025 se desplegó un esquema de incremento sostenido de los operativos de fiscalización, con más de 150 operativos realizados en distintos puntos de la provincia, superando el enfoque histórico de controles esporádicos.

Como resultado de estas intervenciones, se labraron 111 actas de infracción y se aplicaron 43 multas, cifras que reflejan una presencia territorial más activa del Estado y un fortalecimiento del cumplimiento normativo. El enfoque del Ministerio de Ecología apunta a sostener un piso de al menos 120 operativos anuales de control e inspección en lotes, lo que permite reducir los tiempos de respuesta y cerrar con mayor eficacia el circuito de extracción y transporte ilegal de madera.

Uno de los indicadores más relevantes del informe es la marcada reducción en los Planes de Cambio de Uso del Suelo (PCUS). Durante 2025, la cantidad de estos planes disminuyó un 46% en comparación con 2024, lo que evidencia un endurecimiento en los criterios de aprobación y una política más restrictiva respecto de la transformación del bosque nativo.

En términos más amplios, el total de planes aprobados -incluyendo Planes de Manejo Sustentable- mostró una caída interanual del 39%, consolidando una tendencia a la baja en las autorizaciones que implican presión directa sobre el recurso forestal. Para las autoridades, este descenso no sólo responde a mayores exigencias técnicas, sino también a un efecto disuasorio generado por el refuerzo de los controles en territorio.

El “desmonte hormiga”, una problemática persistente

A pesar de la mejora global, el informe de la cartera que conduce Martín Recamán, admite que la deforestación en Misiones mantiene características estructurales que requieren políticas diferenciadas. El fenómeno continúa siendo mayoritariamente atomizado, con una fuerte prevalencia del denominado “desmonte hormiga”.

Los datos son elocuentes: el 81% de los eventos detectados corresponde a desmontes menores a una hectárea, que en conjunto explican el 29% de la superficie total deforestada. En contraste, las intervenciones de entre 1 y 5 hectáreas representan apenas el 17% de los casos, pero concentran el 44% de la pérdida total de bosque nativo, lo que las convierte en un segmento crítico desde el punto de vista del impacto ambiental.

En cuanto a la tenencia de la tierra, el 77% de la deforestación se produce en parcelas menores a 50 hectáreas, mientras que el 34% ocurre en tierras fiscales, muchas veces asociadas a ocupaciones espontáneas. Estos datos refuerzan la necesidad de articular control ambiental con políticas de ordenamiento territorial y acompañamiento productivo, especialmente en contextos de agricultura de subsistencia.

Categorías de conservación y presión sobre áreas sensibles

El análisis por categorías del Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos muestra que la mayor presión se sigue registrando en zonas donde el desmonte está restringido. En 2025, el 56% de la deforestación ocurrió en áreas de Categoría Amarilla, donde el uso del bosque debe ser sostenible y sin desmontes, mientras que el 44% se concentró en áreas de Categoría Verde, donde el cambio de uso del suelo está permitido bajo criterios técnicos estrictos.

Uno de los datos más sensibles del informe es que el 48% de la deforestación se registró dentro del Corredor Verde, un territorio clave para la conectividad biológica de la Selva Paranaense y la conservación de la biodiversidad. Desde el punto de vista geográfico, las zonas de mayor presión se concentran en el noreste y centro de la provincia, con municipios como Pozo Azul, San Vicente, San Pedro y Bernardo de Irigoyen, que en conjunto concentran el 43% de la pérdida total de bosques registrada en 2025.

Más inversión, tecnología y trazabilidad

Durante el último período, el Gobierno concretó una fuerte inversión en recursos operativos, orientada a mejorar la capacidad de control y monitoreo ambiental. Entre las principales incorporaciones se destacan camionetas 4×4, nuevos profesionales con perfiles técnicos especializados, drones, equipamiento de seguridad y una casilla rodante para controles móviles, que amplía la capacidad de fiscalización en zonas rurales y de difícil acceso.

A esto se sumó la implementación de vuelos mensuales de monitoreo territorial y un esquema de capacitación técnica permanente del personal, orientado a optimizar la eficacia de las intervenciones en territorio..

En paralelo, se avanzó en políticas integrales de restauración y concientización. Durante 2025 se plantaron 100 mil árboles, se lanzó la campaña “Respiremos Bosques” y se puso en marcha el Programa Transformación Esencial, mediante el cual se entregaron más de 500 muebles fabricados con madera decomisada a escuelas, clubes y parques provinciales.

Con vistas a 2026, la provincia proyecta profundizar su política forestal con un conjunto de herramientas orientadas a modernización, transparencia y prevención. Entre las principales medidas se destaca la creación del Registro Provincial de Infractores Forestales, que impedirá aprobar planes de manejo a personas o empresas con sanciones activas, permitirá sancionar con mayor precisión a reincidentes y facilitará las consultas de municipios, el Poder Judicial y las fuerzas de seguridad.

También se implementará un Sistema Digital de Trámites y Planes de Manejo, que digitaliza la totalidad de los procedimientos forestales, incorpora notificaciones automáticas y establece canales de comunicación directa con los municipios. El sistema contará además con conectividad satelital Starlink en delegaciones remotas, garantizando la continuidad operativa.

A esto se sumará la ampliación de puestos de control en ruta, con cámaras lectoras de patentes integradas en tiempo real al Registro de Infractores, y el lanzamiento de Eco Contacto, un sistema unificado de consultas y denuncias ambientales que fortalece la participación ciudadana y la trazabilidad de cada intervención.

En conjunto, los documentos oficiales describen la consolidación de un modelo de gestión forestal más moderno, confiable y preciso, con menor margen para irregularidades y una reducción sostenida de la deforestación, que posiciona a Misiones como una de las provincias con políticas ambientales más consistentes del país.

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