Murió Gerónimo “Momo” Venegas
Gerónimo “Momo” Venegas formó parte de la dinastía de dirigentes sindicales que hicieron culto a la perpetuidad. Asumió en la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) el 28 de diciembre de 1991 y condujo el gremio con puño de acero. Se mantuvo firme al frente del sindicato a pesar de que arrastraba un cáncer que lo venía debilitando desde hace un tiempo. Tenía 75 años y falleció esta noche alas 22.10 en su casa de Necochea, su ciudad natal
Venegas había ganado protagonismo con la llegada de Mauricio Macri al poder. Fue el único sindicalista que apoyó abiertamente al ex jefe de gobierno porteño en su campaña camino a la Casa Rosada. Fe, la fuerza política que fundó Venegas, integra la coalición oficialista Cambiemos en la provincia de Buenos Aires. El 1 de mayo último montó un acto en Ferro en apoyo al Presidente.
Compinche de Hugo Moyano desde la juventud sindical en Mar del Plata, la política bifurcó su amistad. Compartían ocasionalmente un palco en el segundo piso del estadio de Independiente, pero el vínculo se enfrió a partir de los alineamientos con el poder. Venegas tomó distancia del camionero cuando este fue aliado del kirchnerismo. Habían retomado la relación hace algunos años, pero se volvió a enfriar cuando el ruralista impugnó el año pasado al triunvirato de mando de la CGT por considerarlo irregular y fraudulento.
Venegas siempre se definió como un peronista de pura cepa. En su despacho lucen fotos y bustos de Perón. Una foto con el traslado del féretro del general ilustraba el fondo de pantalla de su computadora. Era el jefe de las 62 Organizaciones Peronistas, el brazo político que supo tener la CGT.
Durante el kirchnerismo sintió una persecución. En su pulseada contra el sector agropecuario y en tren de combatir el trabajo no registrado, la administración kirchnerista se alzó en 2011 con una caja millonaria del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (Renatre), un ente que estaba controlado por las entidades rurales y Uatre. Cuatro años más tarde, y ya con Macri como presidente electo, la Corte Suprema de la Nación falló para que el control del organismo y de los fondos vuelvan a las manos del sindicato. Venegas celebró.
Su peor hora fue en 2011, cuando el juez Norberto Oyarbide lo encarceló por la denominada causa mafia de los medicamentos, una trama que roza a más de 50 dirigentes sindicales y cuyo desenlace aún es incierto. La detención de Venegas, por entonces, causó estupor en la CGT, aunque provocó algo inédito para la época: ubicó a los sindicalistas en la misma vereda. Pese a las diferencias, el “Momo” siempre fue valorado en el mundillo sindical. Incluso en la actualidad, cuando apostó por Macri e impugnó a la CGT unificada.