Por qué necesitamos las grandes hidroeléctricas

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Ahogado por el desmadre socio económico y geopolítico, en el que nos embretaron nuevamente los neoliberales, y en el cual día a día nos empantanan más profundamente, y en forma acelerada; en ese contexto quedó a un lado el interminable debate por las hidroeléctricas en Misiones y la región.
Sintéticamente, los furibundos antirrepresas, por lo general muy poco ilustrados en la temática energética, y fuertemente influenciados por el ecologismo cavernario, omiten o desconocen un puñado de datos esenciales y contundentes.
 Antes que existieran las hidroeléctricas de Urugua-Í y Yacyretá, Misiones dependía totalmente de la generación termoeléctrica, quemando ingentes y crecientes cantidades de petróleo, transportado por camiones desde San Lorenzo (cerca de Rosario, Santa Fe), en un viaje de 2.000 km. de ida y vuelta, lo cual encarecía los de por si elevados costos de los combustibles en más del 30 %.
 Esa operatoria era ruinosa en lo económico y en lo ambiental, con el único gran beneficiario, que era el transportista casi monopolista de ese servicio, cuya empresa creció exponencialmente en esos años.
 La empresa transportista del combustible que quemaba EMSA en ingentes volúmenes (al punto que por algún motivo ignoto o no, sus vehículos fueron llamados “los camioncitos voladores”), ese mismo grupo empresario compró un diario local, que pronto pasó a ser el de mayor difusión provincial, el cual a su vez asumió una línea editorial marcadamente opositora a la generación hidroeléctrica, con cuyo tono excluyentemente monocorde machacó a la opinión pública de Misiones y del cercano Corrientes.
 Ese mismo diario fue el ariete y vocero principal de los promotores de las “energías renovables sesgadas” (son sesgadas, pues promueven a todas las renovables, excepto las hidroeléctricas, las cuales también son renovables, pero hasta por una amañada ley nacional, la “Ley Guinle” fueron excluidas de esa clasificación).
 Los voceros de las “renovables sesgadas” (eólicas, solares, de biomasa y otras), siempre omiten cuidadosa y amañadamente explicar que además de muy costosas por KWh, nunca son “neutras” ambientalmente, y por insalvables limitaciones técnicas no sirven como usinas de base de ningún sistema eléctrico, por sus oscilaciones en el voltaje, por su imprevisibilidad, por sus bajísimos volúmenes por unidad de generación y otras limitantes técnicas.
 Los economistas liberales, y mucho más los acentuados neoliberales, como los que hoy (des)manejan la economía argentina, siempre atacaron a la generación hidroeléctrica, y privilegiaron a la generación termoeléctrica (la que quema petróleo y gas); y mucho más ahora que el Ministerio de Energía está manejado por un personero de la holando-británica Shell; con todos los negocios dudosamente justificables y pisoteos de soberanía consecuentes que todo eso implica.
 Las muy promocionadas “renovables” que están instalándose en cantidades masivas (pero que solo representan un porcentaje ínfimo de la generación total), implican una serie de prebendarias ventajas para los grupos inversores que están inmersos en el “festín de renovables”, con tarifas dolarizadas e indexadas, con privilegios excluyentes para vender sin importar el precio (un salvavidas de plomo para la economía argentina) y otra serie de ventajas leoninas, en contra del Estado argentino y de los consumidores locales de energía eléctrica.
 Las petroleras transnacionales son “compañeras de ruta” de las renovables, habida cuenta que las eólicas, solares y similares, necesitan los respaldos de usinas termoeléctricas como reservas en caliente (funcionando) para tapar los continuos baches y falencias de generación de las que adolecen aquellas. Esto no lo cuentan ni los ultra ecologistas ni los promotores a ultranza de las “renovables sesgadas”. Tampoco lo saben los opinantes desinformados ni los necios crónicos asumidos como opinólogos.
 De no comenzarse pronto las construcciones de las hidroeléctricas de Garabí, Panambí y Corpus; o alternativamente de Itatí – Itacurubí, en pocos años padeceremos falta de Potencia Instalada en el NEA, lo cual de no preverse adecuadamente, nos hará caer nuevamente en la dependencia del petróleo y el gas como fuentes de generación eléctrica, con todos los problemas económicos y ambientales consecuentes
Pero como se expresó antes, en el medio del desmadre generalizado provocado por el neoliberalismo rampante actual, los crecientes problemas de coyuntura y la profundización de serias deficiencias estructurales, tapan hoy por completo este tema.

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