Lactancia materna: proteger el derecho de la alimentación
Del 1 al 7 de agosto, se conmemora la semana mundial de la lactancia materna. Este año, el lema nos invita a empoderar a las mujeres y la sociedad en su conjunto para que todos seamos actores fundamentales en garantizar la lactancia materna en todos los ámbitos. Compartimos la reflexión de la Esp. Mónica Barresi, profesora en la Especialización en Enfermería Neonatal en la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.
Según indica el último estudio de Situación de la Lactancia Materna en Argentina (2017), el 58% de los bebés de 2 meses reciben lactancia materna exclusiva, y dicha proporción se reduce al 51% en el cuarto mes y al 42% en el sexto. Para poder mejorar estas estadísticas es necesario contar con normas sociales equitativas en cuanto al género, como el trabajo en equipo entre las madres y su familia para una lactancia exitosa, así como también el equilibrio del trabajo remunerado y no remunerado. Contar, además, en los lugares de trabajo con un espacio “amigo” de la lactancia que permita a las mujeres mantener esta acción de gran importancia para los niños por 2 años, tal como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud.
Los primeros días de agosto de cada año se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, en 2019 el lema que nos guía es: “Empoderémonos ¡Hagamos posible la lactancia materna!”. Entre otros objetivos, propone concientizar a los gobiernos, sindicatos, empleadores y organizaciones de la sociedad civil para abogar e implementar espacios que garanticen la lactancia sostenida y, de esta manera, mejorar las tasas de adhesión a la lactancia materna en el mundo.
La construcción en equipo de políticas que favorezcan y estimulen el amamantamiento beneficia a los niños, las mujeres, las familias y a la sociedad en general. El Ministerio de Salud de la Nación recomienda que toda mujer tenga en su lugar de trabajo un sector privado e higiénico, con las comodidades mínimas y necesarias, para poder extraerse leche y mantener así la lactancia materna.
Quienes estamos involucrados en la atención perinatal debemos brindar educación y apoyo las madres durante los primeros meses. La reinserción laboral de la madre suele coincidir con los 2 a 3 meses de vida del bebé y tanto la ausencia de políticas de apoyo a la lactancia, como la falta de un espacio “amigo” dentro de los lugares de trabajo (y también el no respeto por el tiempo que la madre necesita para realizar la extracción) son factores que acortan los tiempos de lactancia exclusiva.
Las enfermeras altamente competentes en el cuidado del binomio y particularmente promoviendo el amamantamiento, contribuyen en incrementar la adherencia a la lactancia materna; siendo esta una medida de salud pública que impacta favorablemente en el recién nacido y el vínculo.
Para lograr una lactancia materna óptima, debemos atender las necesidades de la mujer y el niño y sus sistemas de apoyo integral desde el embarazo hasta los primeros 1.000 días de vida. La evidencia demuestra que cuando hay preparación y concientización antenatal dirigida hacia las parejas en comparación a la preparación y transmisión de información solamente a las mujeres, las tasas de lactancia aumentan. Con ello se obtienen muchos otros beneficios, como mejores actitudes en el hogar, empoderamiento y conocimientos sobre la lactancia materna, apoyo de la familia en su conjunto y la menor incorporación de fórmulas infantiles.
La falta de apoyo para los padres en el trabajo es una de las principales barreras para una lactancia materna óptima. La protección social de los padres con igualdad de género en todas sus formas (permiso parental, de maternidad, de paternidad y/o familiar) puede ayudar a crear el entorno propicio para la lactancia materna en el contexto del trabajo y su entorno.
Los especialistas que a diario nos encontramos con mujeres gestantes y madres lactando no debemos perder la oportunidad de apoyarlas, conducirlas y educarlas para que puedan amamantar y hacer visible sus derechos en todos los ámbitos donde estén presentes. Hacer valer los derechos de las mujeres y sus familias para una lactancia exitosa será también beneficioso para el aumento de la calidad.
Equipo de salud, familia y trabajo con espacio “amigo” de la lactancia es, sin duda, una cadena fundamental para proteger el derecho de la alimentación al pecho exclusivo hasta los primeros 6 meses de vida del bebé.
Esp. Mónica Barresi. Profesora en la Especialización en Enfermería Neonatal en la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral