
Rihanna, madre y mito: anunció su tercer embarazo en la Met Gala 2025
La cantante anunció que se convertirá en madre por tercera vez, nuevamente en una alfombra de la reconocida gala anual del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
Como si fuera un ritual cuidadosamente orquestado entre la alta moda y la maternidad, Rihanna volvió a convertir una alfombra roja en un escenario íntimo. La Met Gala 2025 fue testigo de otro de sus momentos memorables: el anuncio de su tercer embarazo, confirmado no desde una declaración oficial sino desde el lenguaje silencioso pero elocuente de su cuerpo, su ropa y su andar.
La estrella barbadense fue fotografiada saliendo del Carlyle Hotel en Nueva York, vestida con un conjunto gris de dos piezas que revelaba sutil pero inconfundiblemente la curva incipiente de su vientre. Como en un susurro público, Rihanna dejó que su silueta hablara, fiel a su estilo de comunicar lo íntimo en lo espectacular.
Una llegada diferente
A diferencia de otras ediciones, donde suele ser de las últimas en pisar la escalinata del Museo Metropolitano, esta vez llegó temprano. No por casualidad: A$AP Rocky, su pareja y padre de sus hijos, actuaba como co-presidente del evento. Ella, en cambio, fue la gran protagonista sin necesidad de presentación formal.
El fotógrafo Miles Diggs, que ha retratado varios de sus momentos más personales, capturó la imagen y la compartió en redes sociales, convirtiendo el instante en una noticia mundial incluso antes de que Rihanna cruzara la alfombra.
La maternidad como declaración de estilo
Para la gala, Rihanna eligió una silueta que reafirmó su estatus como ícono no solo de moda, sino también de poder blando en la cultura pop. Los accesorios fueron impecables, sí, pero fue su vientre el que se llevó todas las miradas: allí estaba la noticia, envuelta en tela y celebrada con glamour. La moda, para ella, es mensaje; y el embarazo, una forma de manifestación artística.
Ya lo había hecho antes.
Un relato en tres actos
En 2022, su primer embarazo se reveló al mundo de manera casual, casi callejera, mediante fotos que la mostraban caminando por Nueva York con el abrigo abierto y el vientre al aire. No asistió a la Met Gala de ese año, pero su ausencia no fue silencio: el MET le rindió tributo con una escultura digital inspirada en su portada para Vogue, donde aparecía embarazada. Fue un homenaje a su magnetismo, incluso sin estar allí.
En 2023, durante la Met Gala dedicada a Karl Lagerfeld, reapareció con un imponente vestido blanco de Valentino, cubierto de camelias tridimensionales. Al principio ocultó su cuerpo con una capa, pero al quitarla dejó a la vista su segundo embarazo, provocando ovaciones en la prensa y en redes sociales.
Ahora, en 2025, la historia se repite y se reinventa. Rihanna vuelve a mezclar lo sagrado con lo profano, lo íntimo con lo mediático. Anunciar una nueva vida en el templo de la moda es su manera de declarar que su cuerpo, su maternidad y su legado forman parte de una misma narrativa. Ya no solo canta, diseña o actúa. Rihanna encarna, a su manera, el relato moderno de una mujer que convierte cada paso en un símbolo.
Y lo hace con la serenidad de quien ya no necesita hablar para ser escuchada.