Según Ecolatina, la creación de empleo se acelera

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El gobierno tiene el desafío de generar las condiciones que permitan generar empleo de calidad para reducir la pobreza y la indigencia. Por lo tanto, comprender la configuración actual del mercado de trabajo es un punto de partida para contextualizar el debate sobre la reforma laboral y previsional que se está dando actualmente en el Congreso.

Recientemente, el INDEC publicó estadísticas del mercado laboral del tercer trimestre de 2017 que surgen de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). El primer dato a destacar es que la tasa de desempleo afectó al 8,3% de la Población Económicamente Activa (-0,2 p.p. respecto de la desocupación del tercer trimestre de 2016). En términos absolutos, esto significa que en los 31 aglomerados urbanos relevados por la EPH, hay 11.000 desempleados menos en relación al mismo periodo de 2016 (-1% i.a.).

La mencionada reducción del desempleo se explica por un mayor dinamismo del empleo (+1,9% i.a.) respecto del aumento de la participación en el mercado laboral (+1,6% i.a.). En los 31 aglomerados, hay 217.000 más ocupados respecto del mismo trimestre del año pasado, a la vez que se sumaron 206.000 personas al mercado de trabajo.

En este sentido, al comparar la mayor generación de empleo con la evolución del Estimador Mensual de Actividad Económica, que muestra un aumento de la actividad del 4,3% i.a. en el tercer trimestre de 2017, se obtiene que la elasticidad empleo-producto rozó el medio punto porcentual (0,44). De esta manera, a diferencia de lo sucedido durante el segundo trimestre de 2017, cuando la brecha entre el dinamismo del PBI y el empleo fue significativa (+2,7% i.a. vs +0,5% i.a. respectivamente), se observa que el crecimiento de la economía está teniendo un efecto relevante en el nivel de empleo.

A nivel regional, se encuentran diferencias en creación de empleo. El mayor crecimiento de la ocupación se observó en la región Noroeste (+5,4% i.a.) y en la región Pampeana (+2,0%). Levemente por debajo del Promedio nacional se ubicaron el Gran Buenos Aires y la región Noreste (ambas registraron un alza de 1,7% i.a.). En cambio, la cantidad de personas empleadas se contrajo en la región Patagónica (-0,2% i.a.) y en la región Cuyo (-1,2% i.a.)

Con el objetivo de lograr una caracterización más acabada del mercado del trabajo, en la siguiente sección se extrapolarán los datos de los 31 aglomerados urbanos al total de la población. Esto permitirá comparar la información provista del INDEC con las cifras de empleo registrado difundidas por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).

Crece el empleo registrado pero también el informal

Dado que la población de referencia de los 31 aglomerados urbanos relevados en la EPH es de 27,6 millones de personas y la población total del país se compone por 44,1 millones de individuos, al extrapolar linealmente la información descripta en el apartado anterior se obtiene que la cantidad de ocupados trepó en 348.000 personas entre el tercer trimestre de 2017 y el mismo periodo del año pasado.

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Más allá de la cantidad de empleo generada, cabe indagar sobre la calidad del mismo. A tal fin, recurrimos a la información provista por el SIPA que recopila datos referidos únicamente a los trabajadores formales. Dicha fuente, muestra que el empleo registrado (alrededor del 66% del empleo total) también creció 1,9% en relación al tercer trimestre de 2016. Esto implica, que en un año se generaron más de 226.000 empleos formales.

El aumento en la cantidad de personas ocupadas relevado por la EPH fue similar al valor que arroja SIPA (+1,9% i.a.), lo que sugiere que el empleo informal también creció en torno al 2% i.a. De hecho, la brecha entre la creación de empleo agregado (+348.000) y el registrado (+226.000) sugiere que la ocupación informal trepó en 122.000 puestos.

Vale destacar igualmente, que entre el segundo y tercer trimestre de 2017 se aceleró el ritmo de expansión del empleo registrado, ya que entre el segundo trimestre de 2017 y el segundo trimestre de 2016 se habían generado alrededor 163.000 empleos formales, (+1,4% i.a.).

Asimismo, se debe reconocer que la situación dentro del empleo formal es heterogénea. Mientras que los asalariados del sector público, que representan alrededor de un cuarto de los empleados registrados, crecieron 1,2% (+38.700 puestos de trabajo), la cantidad de trabajadores formales del sector privado aumentó 2,1% (+187.700 puestos de trabajo).

Este cambio de composición refleja la voluntad de la actual administración de contener el aumento del empleo público permitiendo que crezca a un ritmo similar al de la población, y el mayor dinamismo del empleo privado. Igualmente, dentro de esta última categoría destaca la creación de empleo cuentapropistas que sumaron 122.900 puestos de trabajo en el periodo (+4,5% i.a.), mientras que los asalariados del sector privado sólo crecieron en línea con la población (+1,1% i.a.) sumando 64.800 trabajadores en un año.

Respecto al empleo asalariado privado, la información provista por el SIPA muestra fuertes diferencias entre las distintas ramas productivas. Destaca el fuerte aumento del empleo en la construcción (se generaron casi 130.000 puestos de trabajo entre el tercer trimestre de 2017 e igual periodo del año pasado), en contraposición con la caída de los asalariados en la industria (donde se perdieron más de 85.000 puestos de trabajo en el mismo período).

Esto pone en relieve la dificultad que presenta la economía argentina de generar empleo de calidad, vinculado con las actividades productivas que brindan mayor estabilidad laboral y la posibilidad de obtener salarios más altos. De hecho, la elasticidad empleo-producto que en promedio alcanzó 0,44 en el tercer trimestre de 2017, se reduce a sólo 0,24 si se considera la expansión del PBI vs. el empleo asalariado privado formal.

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Asignaturas pendientes

En la primera mitad del año el empleo privado registrado creció principalmente por la fuerte expansión de los cuentapropistas (monotributo social, monotributistas y trabajadores de casas particulares)[1] ya el empleo asalariado privado formal se mantuvo prácticamente estable. En cambio, en coincidencia con la consolidación del nivel de actividad, el empleo mostró un mayor dinamismo en todas sus modalidades durante el tercer trimestre de 2017.

De todos modos, el empleo no registrado se expandió (+2% i.a.) por encima del crecimiento de los asalariados privados registrados (+1,1% i.a.), lo que refleja que el mayor dinamismo del empleo no necesariamente implica creación de puestos de trabajo de calidad asociados a actividades de mayor productividad que, en comparación con el empleo informal, proveen a los trabajadores mayor estabilidad y mejores salarios.

En este sentido, hay que destacar el incremento de la subocupación demandante registrado en el tercer trimestre del año que alcanzó 14,7% i.a. Extrapolar dicho aumento al total de la población indica que hay 207.000 individuos más que están ocupados por menos de 35 horas semanales pero buscan trabajar más tiempo. Por lo tanto, si bien se observó una caída en la cantidad de desempleados durante el tercer trimestre de 2017 (-1% i.a.), aumentó la cantidad de personas que precisan trabajar más.

Esto ocurre por el aumento del empleo “part time” (modalidad fuertemente vinculada al empleo en negro) que no alcanza a satisfacer la necesidad de ingresos de los individuos, lo que también refleja la dificultad que tiene nuestra economía a la hora de generar empleo de calidad.

Estos aspectos deberán ser tenidos en cuenta al momento de analizar el impacto del paquete de reformas  propuesto por el Ejecutivo sobre el mercado laboral. En primer lugar, es insostenible el sistema de reparto en una economía en la cual uno de cada tres trabajadores ejerce en el sector informal. El blanqueo laboral, la proliferación de mayores facilidades para la formalización de los empleados y los mecanismos para reducir la litigiosidad apuntan a resolver esta problemática. Asimismo, la progresiva reducción de ganancias para aquellas firmas que reinviertan utilidades es un claro incentivo para impulsar la creación del empleo privado de calidad.

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