“Que se vayan todos, que no quede ni uno solo” era la consigna que más se escuchaba aquellos 19 y 20 de diciembre de 2001, cuando el pueblo argentino, luego de una larga noche neoliberal, le decía basta a una clase política corrompida que en una década dilapidó gran parte del capital social acumulado durante un siglo.
Un 20 de diciembre Fernando de La Rua, entonces presidente de la República Argentina, huía en helicóptero por los techos de la Casa Rosada, mientras un pueblo entero, tomaba las riendas de su destino como nación enfrentando la represión de un Estado de Sitio declarado que no pudo frenar la rebeldía popular.
Desde aquel entonces, las cosas no fueron igual en Argentina. Aunque algunos se fueron, otros se quedaron e, incluso, muchos otros políticos volvieron, lo cierto es que en Argentina, esas jornadas históricas deberían haber marcado un fuerte llamado de atención para cualquiera que detente el gobierno en el país. Desgraciadamente 18 años después estamos ante un escenario que se aproxima cada vez más a esos años de crisis y por ello creo conveniente repasar el pasado para entender el futuro.
¿Fue un reclamo de mayor democracia o un estéril grito de antipolítica?. Fue un debate sobre el frontal repudio a los partidos y su ejercicio del poder que mostró la gente en las calles, con la cacerola y a los gritos. “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, se coreaba en todas las protestas, en alusión, claro está, a los políticos. La consigna aglutinadora del descontento social fue expresión de la crisis de representatividad de Argentina pero además: ¿fue injusta, reduccionista o destructiva?.
Los caceroleros no eran un manifiesto de la antipolítica, por el contrario, la frase intentaba expresar la exigencia de la “apertura del juego democrático”. Si lo escuchabas (el que se vayan todos) suelto parecía infantil, sin objetivo ni dirección pero tenía que ver con un modelo económico y político que no daba para más.
Los analistas sociales Federico Schuster y Fortunato Mallimaci discrepaban por esos días, sobre la pertinencia de la consigna. Al primero le parecía “justa, entendible y justificable”. Al segundo, “confusa y simplificadora de una realidad compleja en un momento crítico”. Ambos coincidían en que expresaba el hartazgo y la falta de credibilidad en la clase política y en que era difícil prever qué sector iba a explotar su poder de convocatoria. “Estábamos en una situación negativa de desmovilización, ahora podemos mirar el lado positivo”.
Mallimaci, menos esperanzador, vislumbraba el fantasma de la cultura autoritaria de la sociedad argentina. “No veo que la consigna incluya a los empresarios, a los dirigentes sindicales y religiosos que también fueron parte de este sistema. Creo que puede llevar a más o menos democracia, y que hay un grupo de gente que anima la consigna para alentar el descreimiento de la política partidaria y dejarnos a merced de los virtuosos no contaminados que pueden encarnarse en algunos comunicadores sociales, militares o empresarios”.
Para el sociólogo no se trataba de destruir la representación sino de reconstruirla. La historia muestra que ese tipo de experiencias (las asambleas) son importantes al principio, como espacio de creación, pero que para que haya participación masiva hay que buscar representantes, si no se canaliza en una estructura más tradicional es puro romanticismo.
Carlos “Chacho” Alvarez fue uno de los que se fue. Pero su renuncia a la vicepresidencia de la Nación tampoco fue aceptada por los caceroleros. “Es uno más de la partidocracia asquerosa”, decían. “El rechazo es contra la corporación política y creo que la respuesta es llamar a elecciones sin listas sábana”. ¿Quiénes reemplazan a los que están si todos se van? Los asambleístas reconocían que el futuro era incierto, apostaban a que de los barrios pudieran salir nuevos dirigentes que acompañen “al puñado que se puede salvar”, especulaban con que las comisiones barriales pudieran ser el prototipo de un organismo de control, reconocían que si se devolvían los ahorros algunos vecinos perderían interés por la movilización pero, sobre todo, rescataban que algo nuevo estaba surgiendo.
“Veo que en las asambleas hay mucha gente de mi generación participando activamente. Somos parte de los que fuimos desaparecidos o eliminados como personas en la dictadura y estuvimos todo este tiempo hechos unos burgueses de mierda. Ahora queremos construir nuevos caminos y eso es algo rico”, sintetizaba Susana, una vecina del Cid Campeador.
Agosto del 2019. Contra todo pronóstico de analistas, periodistas, politólogos y políticos, el 2001 está de vuelta. La economía real ya fue devastada. La crisis de deuda y el consiguiente default amenaza con llevarse puesto el sistema financiero. La realidad de miles de argentinos –escondida por la asistencia social- pone en jaque la paz social. Como ya sabemos, ésta secuencia terminará impactando en el sistema político.
No se aprendió del pasado. No se quisieron ver las señales de alerta que pululaban por todas partes. Ahora sólo resta esperar a que la sociedad esté varios pasos delante de su clase dirigente y pueda pacíficamente amortiguar lo que viene.
Cómo los dinosaurios se extinguieron hace unos 65 millones de años el contador Luis Pastori deberá de extinguirse políticamente de una vez por todas terminado el gobierno de macri.
Mucho daño ha hecho a la situación económica de los misioneros defendiendo a raja tabla la política económica de Macri y cada una de sus medidas buscando el artilugio técnico para defender lo indefendible.
Asimismo ha proclamado él mismo en la convención de san Ignacio un cerrojo absoluto en la UCR, con modificaciones antidemócratas y autoritarias. En la cual el único perjudicado fue el afiliado de la UCR sin tener las internas tan esperadas.
Existen muchísimas declaraciones de Luis Pastori con una defensa aguerrida y acérrima de un gobierno sin poder, con recetas que en la historia económica Argentina han dañado muchísimo a los ciudadanos, solo basta con googlear Luis Pastori y se pueden ver las innumerables manifestaciones en favor de la política de ajuste, deuda, desorden, recesiva, exclusiva e inflacionaria del gobierno nacional.
En diferentes ocasiones ha sido el estandarte de casi todo lo que propuso Mauricio Macri y nunca ha recogido algo para la provincia de Misiones. Sabemos que es uno de los referentes más importantes en el congreso nacional sobre el presupuesto nacional. Jamás ha pedido la devolución del fondo solidario, ha defendido la quita de $1.070 millones de pesos a la provincia de misiones, pidió que la provincia recaude menos escribiendo su famoso artículo “un elefante en un bazar” en el cual demuestra claramente sus intereses nacionales por sobre los de a quienes realmente representa que son los Misioneros. Pareciera este hombre haber sido elegido por Macri y no por el voto popular de los Misioneros, en otras palabras, más parecido a un funcionario o ministro que a un legislador de la UCR.
Hoy nos encontramos en una tierra de confusión en el cual la provincia no puede estimar sus recursos y gastos explícitamente por el desastre económico nacional que tanto ha sostenido Pastori.
Esta crisis que nos ha puesto en jaque a millones de argentinos no merecen tener representantes que defiendan un modelo que a la luz ha demostrado incapacidad para gobernar.
Esperemos los representantes elegidos por el voto popular defiendan los intereses de Los Misioneros y no de las grandes corporaciones y de un gobierno nacional inconcluso, perdido en un laberinto que solo él propio presidente entró.
El primer spot de la fórmula Fernández-Fernández ya se estrenó. Y con ella, nuevas muestras de cómo ese espacio piensa la política en la Argentina 2020. La destrucción total. Un país, Argentina, que hoy está en cenizas. Alberto lo dice tres veces en un minuto y medio. La propuesta de Alberto Fernández es gobernar sobre las cenizas. Hay un juicio sobre el presente indiscutible, casi categórico. Lo comparten cerca del 72 por ciento de los argentinos que desaprueban la gestión del Presidente. Hay un paralelismo casi inmediato con el 2001, y allí es donde está el quid de la cuestión. Se apela al sentimiento 2001 pero no desde “el club del helicóptero”, si no desde la capacidad de gestión que tuvo el gobierno en el 2003 para reactivar la economía. “Nosotros no improvisamos, sabemos cómo salir de ese laberinto” nos dice Alberto, casi con una nota nostálgica al de “Nosotros queremos un país en serio”, frase de cabecera usada en la campaña del 2003. Si uno hace memoria sobre aquella campaña, la del 2003, poco se hablaba de las Madres o justicia social. El mensaje era la capacidad que tuvo Néstor para sacar una provincia adelante, con esfuerzo, un plan y trabajo en equipo. Lo de hoy no parece tan diferente. En ningún momento se menciona lo electoral. Pasa desapercibido. Se habla de cómo se gobierna un país, no de cómo ganar una elección. Sumadas las declaraciones de Cristina en relación con la necesidad de construir nuevas mayorías que gobiernen argentina en el 2020, lo electoral no existe. Se está haciendo comunicación gubernamental en lugar de comunicación electoral. Se habla como un gobierno, en pleno clima electoral. Apelar a la que muchos consideran una de las mejores gestiones presidenciales (2003-2007) desde la vuelta de la democracia, es un recurso simbólico fuerte. Habría que preguntar si primero vino el recurso y luego el hombre o primero el hombre y luego el recurso, pero Alberto Fernández es una figura de consenso en una gestión valorada positivamente. Él es el kirchnerismo sin Axel Kicillof o Amado Boudou, da certidumbres en momento de crisis y propone ampliar el consenso peronista. Su misión principal, esforzarse por ampliar el techo de CFK. ¿Cómo? Criticando el presente, sin pasado y proyectando su gestión en un futuro apocalíptico. De base le sirve el amplio consenso en la opinión pública desaprobando la gestión actual. Macri electoraliza su comunicación de gobierno, se cansó de hacerlo. La grieta no es un proyecto político, es explotar el disenso para generar consensos precarios. La estrategia del peronismo K rompió lo esperable. Obliga a repensar la estrategia de posicionamiento del oficialismo, y a todos nos obliga a repensar los análisis posibles. El que vaticine resultados electorales a la semana del anuncio, no está analizando. Está adivinando. Ahora sólo queda esperar, le toca a Macri. La carrera comenzó.
Traje sastre negro, zapatos de cuero con un mínimo taco. Borceguíes y tatuajes varios combinados con ropa formal. Zapatillas y jeans. Estilos diferentes, pero un común denominador: son muy jóvenes, profesionales y simbolizan un nuevo tiempo. Rita Núñez, Anazul Centeno y Soledad Balán, las tres primeras candidatas a diputadas de la Renovación, son los nuevos rostros de un espacio político que nacía cuando ellas eran apenas unas adolescentes a las que poco importaba la política. Son además las primeras sin lazos partidarios previos, una característica que distingue a los candidatos actuales de los antecesores: el candidato a gobernador, Oscar Herrera Ahuad, se sumó a la política en la génesis de la Renovación. El candidato a vice, Carlos Arce, hace cuatro años era un médico del sector privado sin pertenencias partidarias. Rita es la mayor con 37 años. Se recibió de abogada a los 23 años, aunque pudo ser cantante. Es la presidente de la comisión provincial de Prevención de la Tortura. Cursaba la facultad de Derecho cuando estalló la crisis de 2001, pero fue en la secundaria cuando supo que si iba a ser abogada, la legislación era lo suyo, antes que el litigio. Entró a la Legislatura en 2007 como asesora y desde entonces, no paró. Fue una de las que trabajó en la creación del Digesto Jurídico de Misiones. Anazul estaba en la secundaria en 2003 y reconoce que a esa edad, “me importaba más salir con mis amigas, descubrir la vida, que la política”. Lo que sabía de la política era por su padre, médico peronista y militante estudiantil en plena dictadura. Se recibió de abogada en la UBA y tras un paso por el Senado de la Nación, se convirtió en una luchadora por los derechos femeninos y la igualdad de género. Militó con el pañuelo verde. Soledad también cursaba la secundaria en 2003. Pero en su Bragado natal. Es licenciada en Comunicación y estudió marketing. La organización Techo le mostró la realidad y se convirtió en su directora en Misiones. Eso la hizo palpar las necesidades sociales en Buenos Aires y en la tierra colorada. Es capaz de entrar a cualquier barrio de Posadas y ser abrazada como una más. Adoptó a la Renovación sin militancia en otro espacio político. Aunque cada una sabía de la otra, no se conocían hasta hace unas pocas horas. Economis las juntó para un reportaje en el que ellas mismas terminaron sabiendo de sus futuras compañeras de banca. Soledad Balán (izq), Rita Núñez, centro, Anazul Centeno, (der)
La Rita adolescente ya se marcaba el camino. Cuando participó del Parlamento Estudiantil fue elegida presidenta de bloque. “Tengo una personalidad muy directa, digamos”, ríe. Y aunque prefiere evitar los litigios, anticipa que será la negociación su estrategia para el trabajo legislativo. Anazul muestra sus credenciales. “Empecé a militar en política en la facultad, estudié Derecho en la UBA, que, si bien dentro de las facultades es la que políticamente es más lenta, empecé ahí con la militancia, más que nada militancia de base, no partidaria. Una vez recibida comencé a trabajar en el Senado de la Nación con Salvador Cabral Arrechea, que fue uno de los fundadores de la Renovación. Ahí empezó mi contacto con la política provincial, porque estando lejos es un poco difícil. Ahí empecé mi contacto con la Renovación, y cuando volví, también milité desde el Sindicato de Amas de Casa”. Soledad es casi debutante en cuestiones partidarias. “Vengo de un espacio social, trabajé diez años en Techo, por eso me vine a vivir a Misiones. Y lo primero que conocí de Misiones fueron los sectores más vulnerados, por eso también elijo este camino, porque sino, siento que no le puedo dar una solución real y estructural a los problemas que padecen misioneros y argentinos hoy”. Soledad viene de Techo, donde era una joven admirada por sus convicciones. Pero cuenta…. “Cuando me metí en política, fue al revés, es como que provoca rechazo. Pero veo en la política la oportunidad de hacer cosas desde otro lugar, con mucho más impacto. La vocación política debiera ser la que más admiración despierte por tener posibilidad de transformación. Necesitamos más políticos con valores”. ¿Qué ven en la Renovación? Soledad– “En lo personal y en la temática que trabajo, en un contexto socioeconómico de crisis nacional, creo que lo que la Renovación logró engrosar ese colchón para los sectores más vulnerables que estaba quedando cada vez más finito. Con un montón de medidas que son paliativas, por supuesto y que hay que trabajar con una proyección a futuro para que, ojalá, ya no sean necesarias, pero hoy hacen que muchos misioneros la estén pasando mejor, sin siquiera la comparación con otras provincias. Veo cómo se está trabajando con el agua en los distintos barrios, es la segunda provincia que más soluciones habitacionales entrega. Todos los Ahora que están beneficiando a diferentes sectores, los operativos del PAS, que permiten un acercamiento y herramientas a estos sectores que de otras formas no lo podrían hacer. Los que estamos en la política tenemos que ser pontífices, que viene de crear puentes, porque no se puede pensar en gobernar una provincia, un país, pensando en un solo sector, porque ningún puente se sostiene de un solo lado, hay que incluir a los sectores más vulnerados en esto, si queremos lograr una sociedad más justa y más igualitaria. Me parece que estas medidas hacen esto, y, también lo hacen desde cosas más explícitas, como ir abriendo caminos. Los Patitos es un barrio de Posadas, que hoy tiene más de 40 años, es uno de los asentamientos más antiguos, y hoy se está terminando si el clima lo permite, el asfalto para conectar con la 213, que son 35 cuadras y que antes era impensado. Es unir, desde algo tan físico y tangible como eso, hasta con oportunidades para todos. Anazul -Me parece que Misiones es como un ejemplo, un laboratorio de ideas que debería ser tomado en cuenta, no sólo por las provincias, sino para la Nación, especialmente en este momento en donde hay una total crisis de representación política. La Renovación viene hablando del consenso, que hoy está tan en boga y tan en boca de todos, viene haciendo consenso desde 2003. O sea, que venimos con una escuela, de larga data de incluir a todos los sectores políticos. Hoy las sociedades están compuestas por personas dinámicas que están todo el tiempo cambiando, entonces encerrarse en cuestiones egoístas, es como que no llegan a nada, me parece que la construcción pasa por otro lado, me parece que es valorable que podamos seguir en este camino, transformado estructuralmente a la provincia, está buenísimo. Rita- Yo que vengo trabajando hace un poco más en política, no me sorprende la capacidad de transformación de la Renovación, que se va adaptando a las circunstancias, va evolucionando como lo exige la propia especia humana, una especie que evoluciona constantemente. Y la política no debe ser ajena a eso, en ese camino, la importancia de la generosidad y de la visión estratégica del partido y de todos sus componentes que se adhieren a esto. Porque a veces, en otros espacios, la conducción dice algo, y, los espacios internos generan rompimientos. Nuestros dirigentes tienen muy en claro cuál es la línea de trabajo, y se adhieren a esas líneas. Con eso uno se siente a salvo y en casa, sabiendo que el misionero piensa para el misionero. Esa es una cuestión que siempre resalto: No es que uno no piensa en Argentina, o en el país, se siente parte, porque sería absurdo decir que es sólo Misiones y nada más. Pero claramente uno puede ocuparse de lo suyo primero, resolver esa prioridad, y, luego sí abrirse. De hecho, somos ejemplo nacional en un montón de cosas. Todo lo que se hace en el ámbito estatal en nuestra provincia, es reconocido por la excelencia. Pensá en salud, en el Centro del Conocimiento, que no lo tiene nadie. Viene gente de afuera y dice ¿cómo puede ser que una provincia tan chica tenga tantas cosas? El Centro del Conocimiento tiene eventos propios, cuando la Nación está desfinanciando ballets, gente que se quedó sin trabajo de la cultura, viene a probar a Misiones para ingresar a las orquestas. Todo lo que tiene que ver con educación, con la innovación, toda la cuestión de la producción, la biofábrica. Hay una infinidad de instituciones que se juntan y que tienen personal calificado, que está formado acá en Misiones. Entonces, esa transformación fue no sólo impulsada, sino que, llevada adelante por la Renovación. El proyecto misionerista no es una frase, es una realidad palpable por todos. ¿Qué pueden aportar ustedes, en un año en el que la mujer va a tener mucho protagonismo a partir de la Paridad de Género? Anazul– Desde mi formación quizás, yo soy abogada, pero especializada en género y políticas públicas, justo estoy terminando mi tesis de mi maestría, siempre en la lucha por los derechos de las mujeres por supuesto. Y esto que hablábamos de que quizás la incorporación de este nuevo género de mujeres, que tiene que ver con una visión distinta. Si bien traemos experiencias, que forman parte de nuestra identidad política, con toda la trayectoria de mujeres que han luchado para que estemos acá, nosotras vamos por lo que sería la cuarta ola de feminismo. Mira que yo hablo de feminismo en una provincia que es difícil hablar de feminismo. En todos lados se le ha dado como una carga negativa, sin embargo, en ser feminista no hay nada más que entender que hay una relación desigual de poder para las mujeres y que te parezca que eso está mal. Nada más. Es la búsqueda de la igualdad, siempre escuchamos que el feminismo es justicia social y yo creo que estoy absolutamente de acuerdo con eso. Entonces yo por ahí vengo desde ese lado, a ponerle esa cara. Me parece que es un mérito de Carlos Rovira como conductor poder distinguir cuáles son las necesidades del pueblo que quieren representar, en este caso ponerle cara, darle voz, darle un lugar muy importante. Rita– ¿Qué puedo aportar? Primero un compromiso inclaudicable con mi pueblo, con Misiones, claramente con el partido y con lo que significa. Más allá de la cuestión partidaria, lo que significa el proyecto misionerista, el proyecto de la Renovación. Me considero a mí misma, alguien a quien le gusta laburar, las mujeres de mi casa siempre trabajaron, yo viví en un matriarcado. Mi papá es mecánico, mi mamá fue directora de escuela, supervisora, siempre hizo su carrera, mi papá siempre con nosotros, mecánico, con su taller en la casa, y mamá siempre laburando. El compromiso, porque es la base de todo, la lealtad, las causas tienen que ver con las necesidades de la gente, eso básicamente, compromiso y trabajo es lo que voy a ofrecer. Estoy abierta a los desafíos que requiera la conducción, que requiera el bloque de mí. Mis habilidades las conocen, claramente. Me considero un soldado de la Renovación, siempre lo fui. Y en eso me siento tranquila, porque uno va trabajando mientras hay alguien que está pensando, uno va haciendo lo que la conducción va mandando. No me siento un títere, porque hay gente que dice que uno no toma sus propias decisiones, y sí las tomo, porque mis decisiones son hacer la dinámica. Porque uno viene de un bloque, que tiene una dinámica propia, a la que uno le pone su impronta, pero tiene que sumarse. Soledad -En mi caso lo que puedo aportar es la tranquilidad, la escucha, estar al lado de los sectores más vulnerables, el estar al lado de la gente, porque se dice mucho y no deja de ser real por más que se repita tanto, que creo que eso que nos lleva a tomar decisiones en cuanto a las realidades, a las grandes necesidades y sueños de los misioneros, así que esa es mi apuesta y lo que puedo ofrecer. Por supuesto con muchísimas cosas para aprender y seguir profundizando para dar respuesta a todos los sectores. Las responsabilidades vienen de la mano de las oportunidades, hoy hay muchos sectores que necesitan esas oportunidades, así que, trabajar para esa igualdad. ¿Cuál sería el nuevo desafío del momento? Soledad En lo político, si venís hablando de la paridad, que surjan miles de mujeres que quieran participar en política y que ganemos esos espacios. Es esta provincia es en donde tenemos mayores diferencias entre lo que ganan hombres y mujeres por su trabajo, tenemos muchas luchas que dar desde este lugar, creo que la Cámara es un gran lugar para poder hacerlo, y nosotras, desde la juventud y como mujeres podemos incentivar a que más mujeres se quieran meter. Rita– Que le pierdan el miedo a la política. Anazul -Me parece que también hay que entender que muchas mujeres participen en la política, no significa que participen con una mirada de género, entonces es un poco abrir la cabeza y transversalizar la mirada de género en la política, en la Cámara y en las instituciones. Creo que el feminismo popular ha tenido esa característica, de haber influido en las instituciones, leyes y en distintos lugares, de manera positiva para nosotras. Para mí el feminismo es lo máximo, nos ha ayudado en un montón de aspectos, entiendo que es un movimiento masivo con el “Ni una menos”, que ha logrado sacar a la calle a millones de mujeres. ¿Anazul, vos tenés militancia con el pañuelo verde y en Misiones hay un proyecto para que sea declarada pro Vida? Anazul- No se ha declarado, fue un proyecto que se presentó, pero nunca fue declarada por la comisión. Creo que es una discusión muy profunda y es un debate que tendrán que volver a dar nuestros representantes y nuestras representantes en Cámara alta también. Me parece que está bueno abrir la discusión en forma interna, creo que también tiene que ver con eso mi inclusión en la lista, el poder ponerle la cara, porque el movimiento feminista en Misiones también tuvo mucho peso, así que está bueno plantear las distintas ideas. ¿Cómo resolver cuestiones de género como salario y violencia? Rita Salarios es difícil, porque no se puede legislar desde acá. Más que nada primero hay que contarlo más, porque cuando se saben los problemas, cuando se conocen, decimos “tenemos que solucionarlos”. Y a veces no se habla de eso. Sobre el femicidio, que es el peor resultado de la violencia, hay que difundirlo, se tiene que saber qué es violencia. Yo creo que hay que trabajarlo muy fuertemente y también es una cuestión también de ustedes como comunicadores, contarlo, decirlo, y, cómo se titula. Porque es como decía Anazul de la transversalidad, los derechos humanos en general deberían ser transversales, y nos ha pasado lamentablemente, que se han mal utilizado, se le daba mala prensa, sobre todo con este último Gobierno nacional, que demonizó un trabajo tan fantástico como la reivindicación de los derechos humanos, no. Hoy tenemos un Ministerio de Derechos Humanos totalmente flojo, que habla de una crisis penitenciaria como el éxito de un sistema de seguridad, que me parece un espanto. Lo más grave es que no solamente lo diga el ministro Garavano, sino que hay mucha gente que lo escucha y coincide. Pero me parece que falta la difusión. Anazul- Una deconstrucción. Rita– Debatir que se pueda decidir qué es lo mejor para la ciudadanía. Porque en definitiva la decisión la tiene que tomar el pueblo, somos nosotros sus voces. Seremos si Dios quiere. ¿Qué piensan del momento económico, momento de crisis? Anazul– Es terrible. Uno de cada tres argentinos es pobre, y, dentro de eso, siete de 10 son mujeres. Misiones gracias a esos planes, a esos programas, que se implementaron, el impacto es fuerte, pero puede sobrellevarse. En 2001 del riesgo país no entendía mucho, ahora recién empiezo a entender el concepto. No lo puedo creer, pensé que era un ciclo que no lo iba a ver nunca más y hoy se está repitiendo. Muy triste la realidad de muchos argentinos. Rita -Lo decían muchos intendentes, en las recorridas, mucha gente te pide para comer. Creo que eso es el desafío, es ver esa necesidad, ver cómo colaborar a paliar eso sin pasar al asistencialismo masivo, que también es un riesgo. Hay que generar trabajo. Creo que la línea de la agricultura familiar, las huertas, generan trabajo. Ver la producción alimentaria, enseñar que la gente puede comer lo que crece en su lugar, creo que es una herramienta clave. El fomento de las cooperativas, me parece que la economía fraterna o social, así la llamamos porque mi hija va a una escuela donde lo tenemos muy asimilado como fraterno. Creo que el desafío está en no perderse, porque hay muchos que se van en lo semántico y no bajan a lo práctico, en una crisis que está atravesándonos, sería un error grave y las consecuencias las pagaría el pueblo.
En el marco de la reunión de gabinete ampliado en el Centro Cultural Kirchner, el Presidente defendió su gestión, al punto de afirmar que, “sin Cambiemos en el Gobierno, esta tormenta hubiese destruido hasta el último cimiento de la Argentina como pasó hace 17 años”.
El presidente Mauricio Macri encabezó este martes (11/09) la reunión de Gabinete ampliado en el Centro Cultural Kirchner. Allí, ante unas 800 personas, el mandatario defendió su gestión. “Sin Cambiemos en el Gobierno, esta tormenta hubiese destruido hasta el último cimiento de la Argentina como pasó hace 17 años”, aseguró, refiriéndose a la crisis de 2001.
Según Macri, ese escenario “no pasó porque hoy tenemos un Gobierno con una convicción clara y que tiene un vínculo muy fuerte con el mundo”.
“Nunca en su historia la Argentina ha tenido este nivel de apoyo político de los principales países del mundo”, consideró. Y expuso que eso “se va a ratificar nuevamente en noviembre, cuando llegue el G-20”.
Y si bien admitió que su Gobierno “cometió error es propios”, justificó que la crisis cambiaria se produjo como consecuencia de una crisis externa “imprevista”.
Macri mostró su expectativa de “que se logre aprobar el Presupuesto y un nuevo acuerdo con el Fondo (Monetario Internacional)” ya que “eso va a dar una plataforma de estabilidad para empezar de vuelta un camino de crecimiento”.
El jefe de Estado luego parafraseó a Mario Negri, uno de los más enérgicos oradores. “Como dijo Mario, somos como una hoja porque hemos hecho tan pocas cosas de raíz que tenemos una dependencia total del mundo. Y sufrimos cuando el mercado va para un lado y para otro. Y a veces nos volvemos a abrazar a que cambiando tres o cuatro nombres todo se a a arreglar. Y no, hay que resolver los problemas de fondo”.
A su turno, el jefe de Gabinete Marcos Peña bromeó al hacer uso de la palabra: “No voy a hablar más después de Mario porque es competenc ia desigual”.
También hubo intervenciones de la vicepresidenta Gabriela Michetti, los ministros Nicolás Dujovne (Hacienda), Dante Sica (Producción), Carolina Stanley (Desarrollo Social) y el senador Luis Naidenoff.