Reapareció Cavallo: “Es un error que Macri quiera ser su propio ministro de Economía”

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El grabador está apagado. Pide un favor. “Quiero dejar en claro que el Gobierno tiene un capital humano muy valioso. Con alto grado técnico y, además, moral, de integridad. Pero muy inexperto, con poca experiencia”, advierte. “Lo único que quiero hacer con mis opiniones es colaborar. Por eso, les pido que miren un poco más la Historia y traten de aprender, rápido, a gobernar. Será un año clave para que terminen de conformar un equipo que se afiance en 2018 y logre resultados concretos en 2019”, aconseja.

Domingo Cavallo no es ingenuo. Sabe que sus palabras serán aceptadas en silencio o –al menos, públicamente– rechazadas. Pero nunca, ignoradas. Como Ministro de Economía, conoció cielo e infierno. Su ostracismo cumplió ya 15 años. A sus 70, ya sin vocación de retorno a la vida pública, mira las cosas desde otro lugar. Este mes, la editorial británica Routledge –especializada en textos académicos– habrá publicado “Las reformas económicas de la Argentina de los ’90, en una perspectiva contemporánea e histórica”, que escribió con su hija, Sonia Cavallo-Runde. Porque El Mingo, siempre, tiene algo para decir. Quien quiera oír, que oiga.

¿Cómo hizo para abordar hechos en los que usted fue protagonista?

Cuando decidí escribir el libro, revisé uno que había leído: la historia de la Segunda Guerra, narrada por (Winston) Churchill. Vi que él usó la primera persona toda vez que se refería a sí mismo. Decidí imitarlo. Examinando las evidencias que surgen de la información, de los datos. Pero incorporando las vivencias que sólo yo puedo tener porque estuve ahí.

¿No corrió el riesgo de que se convirtiera en un libro de memorias?

No, no es un libro de memorias. Es uno de historia económica. Que, de 1989 en adelante, se mezcla con testimonios. Pero no es una autobiografía. No me refiero a mi vida. Por supuesto, introduzco mucho análisis político, sociológico, ideológico, para explicar por qué se tomaron determinadas decisiones. Y quiénes estaban a favor y en contra, o qué intereses hubo que vencer. 

¿La investigación le permitió abordar algunos hechos desde otra perspectiva?

Me resultó muy interesante trazar paralelismos y diferencias con otros episodios. Hay muchas cosas de la historia argentina que ayudan a entender mejor lo que pasó en los últimos 25 años. Por ejemplo, la tendencia de muchos actores de la sociedad a sacarse de encima los problemas recurriendo al golpe inflacionario. Es algo reiterado desde mediados de los ’40. No antes. Porque, hasta entonces, el país había puesto mucho énfasis en aplicar políticas que significaran moneda sana. Cuidar la estabilidad monetaria, además de los precios. Pero, ya en la época de las guerras civiles, desde 1810 a 1852, hubo golpes inflacionarios como forma de resolver problemas de endeudamiento y de financiamiento.

¿Y pudo encontrar un punto de vista nuevo para situaciones que protagonizó?

Lo que me permitió fue entender mejor algunas cosas que, en el momento, no entendía bien. O no sabía bien por qué habían ocurrido. Por ejemplo, en 2001, la estrategia que decidí fue salir del tipo de cambio fijo, recién, una vez que hubiéramos terminado de reestructurar pasivos. Pero decidí hacerlo sin controles de cambio, ni restricción alguna al movimiento de capitales. Mirando referencias históricas, la Primera Guerra y la Gran Depresión de los ’30, los gobiernos de Victorino de la Plaza y el de (José Félix) Uriburu, con (Raúl) Prebisch de Secretario de Hacienda, impusieron controles de cambio cuando suspendieron sus regímenes de convertibilidad, que habían entrado en crisis por esos shocks externos. Eso demuestra que es muy difícil llevar adelante una reestructuración de pasivos y resolver una crisis financiera con completa libertad para el movimiento de capitales.

¿Y usted no hizo eso con el corralito?

Fue un sistema de control de cambios. Pero lo pusimos a destiempo. Y obligados por las circunstancias. Quizás, tendríamos que haber adoptado una medida de esa naturaleza más tempranamente. Antes de que se hubieran ido muchos capitales de la Argentina… Pero son reflexiones que uno puede hacer mirando episodios críticos con una perspectiva histórica. Es muy difícil advertirlo en ese momento. Además, poner controles de cambios es algo que todo ministro de Economía, siempre, trata de evitar.

Y, al final, usted tampoco pudo evitarlo.

Es que el golpe final a la convertibilidad lo dio Anne Krueger, en la última semana de noviembre de 2001. Declaró que lo primero que debía hacer un país que tenía que reestructurar su deuda era poner controles de cambio. Fue muy inoportuna: acentuó la corrida contra el sistema bancario. Mirando la experiencia argentina de 1914 y 1931, en esos momentos, no se produjo una fuerte devaluación ni se introdujo la inflación, como, lamentablemente, ocurrió en 2002. Porque, en esas otras salidas, se pusieron controles de cambio y se manejaron como un mecanismo transitorio.

¿Fue la única autocrítica que encontró?

Autocrítica… Esa palabra no me gusta porque uno hace lo mejor que cree que puede hacer en la circunstancia en la que le toca actuar. ¿Se podría haber hecho algo diferente? Sí. Por supuesto, siempre es fácil advertirlo con el diario del lunes. Pero sí: quizás, una suspensión de la convertibilidad y un control de cambios puesto más tempranamente, en mayo o junio, habría permitido llevar adelante la reestructuración y salir de la crisis financiera más fácilmente. Y, sobre todo, se habría evitado un descalabro como el que significó la pesificación compulsiva que adoptó Duhalde en enero de 2002. Que fue el verdadero desastre de la economía argentina.

¿Así define a los años posteriores a su salida del Ministerio de Economía?

Los 15 años siguientes, desde Duhalde hasta el final de Cristina Kirchner, fueron un ejemplo de lo que no debe hacerse en economía. Casi todas las decisiones que tomaron fueron a contramano de lo que habría sido razonable. Tuvieron la gran suerte de recibir términos de intercambio sumamente favorables, que nunca antes se habían dado en la historia argentina. Hasta 2013 tuvieron un viento de cola impresionante. Eso les permitió perpetuar políticas pésimas, que desalentaron la inversión. Introdujeron distorsiones que serían muy costosas en la economía. Llegaron a un gasto público imposible de sostener. Y, a su vez, con presión tributaria altísima e impuestos muy distorsivos. Con toda esa recaudación elevadísima, así y todo, tuvieron un déficit fiscal enorme.

¿Qué constantes identificó en la historia económica argentina?

La principal fue haber utilizado los golpes inflacionarios como forma de sacarse de arriba las deudas, tanto los gobiernos como las grandes corporaciones del sector privado. La persistencia de la inflación en la Argentina tiene que ver con esta idea de que los problemas de endeudamiento (público y privado) se resuelven con golpes inflacionarios.

¿Qué factores estructurales tiene la economía argentina para que ese problema sea recurrente?

Dos características predominaron durante muchas décadas en sus reglas de juego: el aislamiento internacional y su organización corporativa. Es decir, grupos organizados para modificar las reglas en su beneficio, en lugar de pensar en el bienestar general. Esto es típico de las economías en las que se combina el encerramiento con mucho intervencionismo del Estado. El intervencionismo no beneficia a los pobres. Es al revés: los que más poder tienen para influir en las intervenciones que hace el Estado son los más poderosos. El problema de la Argentina es de organización económica. Las más de las veces, las reglas de juego han sido malas. No permitieron conciliar el interés individual con el general. Y los políticos se transformaron en instrumentos de los poderes corporativos. Entonces, no nos transformamos en una democracia liberal, sino en un sistema corporativo, desde el punto de vista político. Y mucho más corporativo, desde un análisis económico.

Da la sensación de que es, también, lo que la gente prefiere votar.

La experiencia de los ’90, justamente, demuestra que eso no es así. En los ’90, todo el mundo amaba la estabilidad. Perdían elecciones quienes creaban dudas sobre la convertibilidad. Nadie pedía encerramiento de la economía. Las voces de los ultraproteccionistas fueron neutralizadas por el entendimiento de que convenía que hubiera más libertad de comercio. Porque, así, la gente tenía acceso a bienes de más calidad, a menor precio. Tuvimos la mala suerte de sufrir una crisis financiera.

Camino a la estabilidad 
La voz aguda, inconfundible. Sus ojos celestes siguen emanando ardor. Aunque de intensidad menguada por los años. Está sentado en su escritorio, en el primer piso de su bunker de calle Tagle. A su espalda, la ventana de vidrio opacado deja ver el temporal que, en un ensañado y violento azote de poco menos de una hora, dejó una postal de anegaciones, hojas y ramas caídas en Palermo.

Es lunes. Uno de los tres días que estará en Buenos Aires. Esa mañana, visitó la sede de un importante banco extranjero, donde dio una charla para los ejecutivos que vuelan más alto en la cúpula de su filial. Viene de Córdoba. Irá a los Estados Unidos, donde viven sus hijos –Alberto, Eduardo y Sonia; los tres, economistas– y él pasa varias semanas al año, dando clases en Harvard y Yale. Intenta cuidar sus declaraciones. Aunque, cada tanto, dice, lo sacan de contexto. Como cuando, en diciembre, afirmó en una entrevista radial que radicales y frepasistas “deberían haberle hecho un monumento” (sic), en vez de echarle la culpa por el derrumbe de su gobierno. Por eso, su canal más activo de comunicación con el mundo exterior son los posts que publica en su blog.

Sabe que su vida pública ya pasó el ocaso. Intentó volver en 2013, como candidato a diputado por Córdoba, su provincia. Sacó poco más del 1 por ciento en las PASO, insuficiente para acceder a las elecciones generales. “Me fue muy mal. Ahí, me equivoqué. No me di cuenta de que ya nadie estaba interesado en que yo volviera a la política”.

¿Qué lo impulsa a seguir opinando?

Cuando me preguntan, trato de contestar para que no quede, en la Historia, una versión falsa de la realidad. A veces, cometo algunos errores. Por ejemplo, utilizar expresiones que pueden ser fácilmente sacadas de contexto. En eso, no aprendí (se ríe). Cometí muchas veces esos errores. Pero, si para no repetirlos, dejara de escribir, de hablar… Lo que pasa es que hay mucha gente que, directamente, por prejuicio, no presta atención a lo que digo. Bueno, mala suerte. Pero no por eso me voy a inhibir de seguir dando mi opinión.

Pero, ¿por qué? Hay gente que no tuvo el mismo nivel de responsabilidad que usted y, sin embargo, se guarda mucho más. No se expone tanto.

Si uno tiene cola de paja, es muy timorato o la quiere pasar bien, independientemente de lo que pueda ser su contribución a resolver los problemas del país, lo entiendo. Pero no es mi caso. Nadie menciona que yo desmonté a una mafia. Una mafia que, de haber seguido desarrollándose, podría habernos llevado a una situación mucho peor a la que hoy tenemos en materia de seguridad. Obviamente, eso me significó un costo personal muy grande. Pero no me inhibió de hacer lo que creía. A los políticos timoratos, nadie los insultará. Pero tampoco transforman la realidad.

En la anterior entrevista que le hizo APERTURA, en 2013, dijo que quien asumiera en 2015 debería hacer lo mismo que el gobierno de Menem en 1991. ¿El de Macri lo está haciendo?

Se está moviendo en la misma dirección: hacia una economía de mercado, con menor intervencionismo, mayores grados de competencia, más estable… Lo único que, a mi gusto, se mueven muy lentamente. No demuestran una gran convicción, como la que yo tenía como Ministro de Economía. Tampoco demuestran haberse preparado lo suficiente como para saber, exactamente, qué hacer en cada una de las áreas de gobierno. Y el liderazgo político de Macri es distinto al que proveía Menem. Hay una diferencia fundamental. Menem sabía cómo manejarse con los sindicatos, con los dirigentes políticos, con los gobernadores. En materia de gestión, no se metía. Confiaba. Dejó que el equipo que yo lideraba organizara la parte económica. Él daba respaldo sin pretender ser quien decidiera todos los detalles.

Y Macri, en eso, es diferente.

Aparentemente, él quiere ser su propio ministro de Economía. Quien decida no sólo la gran política, sino, también, la gestión en temas muy concretos y complejos, que son los económicos. Para mí, es un error. No lo digo con ánimo de criticarlo. Pero creo que podría tener una gestión más eficaz si confiara en sus ministros. Que les diera poder. Pero cada uno tiene su estilo. Yo apuesto a que, a Macri, le vaya bien. Pero entiendo, también, que las circunstancias políticas son bastante diferentes.

¿Por qué?

La híper y la recesión de 1989 y 1990 les abrieron los ojos a los argentinos. Tenía que haber resultados concretos y rápidos. Y, una vez que los vio, la gente brindó mucho apoyo. Tuvimos mucho respaldo popular entre 1991 y 1994 para hacer las reformas. Macri, en cambio, se enfrenta con una población que fue engañada durante 14 años. Pero que no terminó de desengañarse.

Es que no hubo crisis…

Hay una crisis latente. Lo que no hubo fue explosión inflacionaria o hiperrecesión. Entonces, le resulta más difícil. Y, además, Macri tiene consejeros políticos que lo asesoraron bien para llegar a ser presidente pero, en materia de gestión, siguen pensando en la próxima campaña electoral. Y deberían estar mirando hacia 2019, a cómo llegarán la economía y la percepción que la gente tenga, de ella y de la gestión.

¿Es un gobierno con ideas económicas pero no con un plan o programa?

Bueno, cuando digo que no estaban lo suficientemente preparados, me refiero a eso. En general, no tienen un plan. Ahora, por las declaraciones que hizo (Nicolás) Dujovne, me parece que se insinúa que tendrán una visión más integral y con mucho énfasis en la parte fiscal. Pero, aunque tengan las ideas, cada vez, más claras, les va a resultar difícil presentarlas, explicarlas y tomar decisiones complejas, dado que estamos, de nuevo, en un clima electoral.

¿Qué pueden hacer, entonces?

Lo interesante sería que aprovechen este año, en el que no van a poder tomar decisiones muy trascendentes, para tener preparado ese plan que falta. Y lanzarlo, inmediatamente, después de las elecciones, cualquiera sea el resultado. Deben animarse a adoptar medidas difíciles pero pensando que, a dos años, la gente ya vea que hay una transformación muy positiva de la realidad.

¿Se puede hacer política económica en la Argentina sin un ministro de Economía?

Si el Presidente, el Jefe de Gabinete y sus ayudantes aciertan en proveer una buena coordinación, a lo mejor, sí. Yo creo que es un poco más difícil que si tuvieran un ministro de Economía con convicciones, en el cual el Presidente confíe. Y que tenga, además, gran capacidad de comunicación. A lo mejor, con una actitud un poco más humilde y menos confrontativa, Dujovne logra convencer a Macri, a Marcos Peña, a Quintana y a Lopetegui –incluso, a los otros miembros del equipo económico– de que sus ideas son las adecuadas. Probablemente, el problema de Prat-Gay era que él no tiene la paciencia de persuadir respecto a sus ideas. Tenía que explicárselas a Quintana, a Lopetegui, a Peña y, recién entonces, a Macri. Eso lo hacía sentir incómodo. Me parece que, por personalidad, Dujvone hace una mejor contribución al funcionamiento de este equipo que quiere Macri. Ojalá sea así.

¿Usted fue “superministro” por el contexto o porque es lo que, realmente, se necesita para ejercer el cargo?

El gobierno de Menem necesitaba a una persona que jugara ese rol. En su primer año y medio, había nombrado a muchos funcionarios que no conformaban un equipo. Y ninguno le explicaba, con una visión integral y coherente, cómo salir de la crisis. Como canciller, cada vez que me preguntaba sobre economía, le explicaba qué pasaba, lo que yo creía que ocurriría y por qué. Eso lo convenció de que yo tenía el diagnóstico correcto y el plan que se necesitaba. Entonces, me adquirió mucha confianza y me dio mucho poder. Prácticamente, me dejó que yo nombrara a todos los funcionarios que, hoy, son los siete u ocho ministros del área económica, que en aquel momento eran secretarías.

Macri no siente esa necesidad.

Ojalá tenga razón. Y pueda, con la Jefatura de Gabinete, proveer esa coordinación, esa coherencia y esa capacidad de comunicación que debe tener quien quiere transformar la realidad. Pero, si porque las encuestas dicen que la gente no quiere que haya privatizaciones, se inhibe de solucionar algo que se resuelve con una buena privatización, se pone una restricción importante.

Hace poco, usted declaró que Jaime Durán Barba está conduciendo a Macri por el mismo camino que a Jamil Mahuad, derrocado presidente ecuatoriano cuyo gabinete coordinaba Durán Barba.

Tengo miedo de que su influencia sobre Macri sea como la que tuvo sobre Mahuad en su etapa de gestión. Si Jamil Mahuad tuviera que volver a gobernar Ecuador, estoy seguro de que no seguiría los consejos de Durán Barba, que estaba muy pendiente de las encuestas. Y, cuando uno se enfrenta al riesgo de una crisis grande –en el caso de Ecuador, era tremenda–, postergar decisiones, pretender medidas en dosis pequeñas, termina empujando a un callejón sin salida. Eso le hizo perder el gobierno a Mahuad. Espero que no sea el caso de Macri. Aparentemente, le presta mucha atención a Durán Barba en términos de estrategia electoral. Espero que no en materia de gestión.

Peña es un discípulo de Durán Barba.

Marcos Peña es un muchacho joven. Y los jóvenes pueden aprender mucho y rápidamente de la propia experiencia. Por supuesto, sería bueno que aprendan, también, de la de los demás.

Por un lado, dice que Durán Barba lleva a Macri por el mismo camino que a Mahuad. Por otro, que la Argentina resuelve sus problemas financieros con shocks inflacionarios. No es un muy alentador.

Durán Barba le contó a Macri la historia de Mahuad de una manera muy diferente a cómo yo la interpreto. Le dijo que perdió el gobierno por hacerme caso a mí. Totalmente falso. El único momento en que tomó alguna decisión como la que yo le recomendaba fue cuando ya no tenía poder: la dolarización. Que no benefició a su gobierno, sino a los que lo sucedieron. Es cierto que Durán Barba ayudó mucho a Mahuad a ganar la elección. Como lo hizo con Macri. Ahora, mi interpretación es que sus consejos no lo ayudaron a tener éxito en el gobierno. La suya, en cambio, es que Mahuad perdió el gobierno porque hablaba por teléfono conmigo. A lo mejor, está convencido de lo que dice. Vaya a saber.

 

El artículo original fue publicado en la revista Apertura, en su número 278.

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Para la UIA, la producción industrial cayó 4,9% en el 2016

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La producción industrial presentó una caída del 4,9% en 2016 con relación al año anterior, informó la UIA, la cual señaló que se perdieron 48.480 puestos de trabajo entre noviembre de 2015 y noviembre último.Durante diciembre, la producción industrial presentó una contracción interanual del 2,8% y y se observó una baja del 1,1% con respecto al mes anterior en la medición desestacionalizada, señaló la entidad fabril.

Pronosticó que, para este año, la industria crecerá entre 1% y 2%, dado que la base de comparación es “baja”.

“Si bien el escenario internacional en materia comercial presenta más incertidumbres que certezas, Brasil no traccionaría la producción local porque experimentaría un crecimiento muy bajo, pero al menos dejaría de caer”, estimó.

Durante 2016, los sectores que traccionaron hacia la baja la actividad fabril fueron la producción de metales básicos con un 15,1%; minerales no metálicos con un 13,1%; metalmecánica con 8,5%; edición e impresión con 6,2%.

También bajaron los sectores calzado con 11,2%; madera y muebles con 15%; mientras la cadena textil-indumentaria presentaron bajas por la contracción del consumo y la presión importadora.

La producción de alimentos y bebidas cerró el año con una caída en la producción, pero “amortiguada parcialmente por la mayor molienda de oleaginosas, que avanzó 8,4%, mientras la producción de sustancias y productos químicos aumentó 1,3% durante el 2016”.

“La contracción de la producción industrial en 2016 estuvo asociada con múltiples factores”, subrayó la UIA y apuntó: “Por un lado, el escenario internacional donde el comercio global está relativamente estancado y Brasil, principal socio comercial, cerró el año con una caída cercana al 3,5%”.

Por el otro lado, señaló que “la economía comenzó 2016 reordenando desequilibrios heredados como el cepo y la falta de reservas que afectaron el desempeño industrial durante el primer semestre del año”.

“La extensión en la contracción del mercado interno, el aumento de los costos, y sobre todo, las elevadas tasas de interés en conjunto de una mayor presión importadora en determinados rubros impactaron negativamente en la producción local”, evaluó la entidad fabril.

Los datos arrojaron que el empleo registrado en el sector manufacturero exhibió en noviembre 2016 una contracción interanual del 3,9%.

“La pérdida de empleos registrados en la industria fue de 48.480 puestos entre noviembre de 2015 y noviembre de 2016”, advirtió.

El sondeo señaló que la producción industrial del año anterior por trimestres “se observó una baja en todos ellos, aunque con procesos diferenciados”.

Las importaciones cayeron en un 6,9% en valores y fueron de USD 55.610 millones, señaló el estudio.

“Esta caída fue por los menores precios de los bienes importados del 10,4%, mientras que las cantidades aumentaron en 3,8%”, puntualizó.

Destacó, en tanto, que en el último trimestre del 2016 se dio “una desaceleración de la caída de los precios de importación que, de continuar, junto con el aumento de las cantidades de bienes importados registrado desde mediados de 2015, puede contribuir negativamente al resultado de la balanza comercial”.

Los rubros con los mayores aumentos en las cantidades importadas fueron los de bienes de consumo con 17% y la de vehículos automotores de pasajeros con 38,5%.

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Por primera vez la imagen negativa de Macri supera a la favorable

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Una nueva encuesta de la consultora Gustavo Córdoba y Asociados, revela que por primera vez son más los que desaprueban la gestión de Mauricio Macri. El nivel de aprobación bajó a 44,8 por ciento y el de la desaprobación se elevó a 53,2 por ciento, cuando en diciembre, la ecuación era al revés: 53,5 de aprobación y 45,2 de desaprobación.

El sondeo realizado por Córdoba, con 1.200 casos, señala que el 37,9 por ciento desaprueba totalmente la gestión, otro 15,3 desaprueba algo y sólo aprueba totalmente, un 16,2 por ciento de los consultados, mientras que aprueba algo, el 28,6 por ciento.

Pese a que la nueva gestión llegó con la promesa de la transparencia y terminar con la corrupción, esa es la principal preocupación de los entrevistados. En medio de las denuncias que salpican al Gobierno en relación con casos de corrupción como Odebrecht en el Lava Jato brasileño o el perdón a la deuda del Correo a la familia Macri, el 22,20 por ciento de los entrevistados considera que la corrupción es el principal problema del país, seguido por la inseguridad, con 19,70 por ciento y la inflación, con 15,90 por ciento.

¿Cómo cree que estará la economía dentro de un año?, fue una de las preguntas realizadas. El 32,8 por ciento cree que empeorará, por encima del 30,9 que considera que mejorará y otro 22,3 por ciento que cree que seguirá “igual de mal”. Es también la primera vez que la expectativa positiva cae por debajo de la negativa.

La imagen del Presidente redondea un 50,2 por ciento de negatividad, contra 45,3 entre muy buena y buena. El 61,2 por ciento de los entrevistados considera que hizo menos de lo que esperaba.

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Jubilaciones: Peña dijo que Macri quiere modificar la ley

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El jefe de Gabinete, Marcos Peña, confirmó hoy -en declaraciones a radio Mitre- que el presidente Mauricio Macri “se comprometió a revisar” la resolución de la Anses que modificó el cálculo de la movilidad jubilatoria pero sostuvo que “hay un tema de fondo” que “requiere debatir que habrá que modificar la ley” que estableció dos aumentos al año para los jubilados.
Luego de que el Director Ejecutivo de la ANSES, Emilio Basavilbaso, modificara la fórmula para calcular los aumentos por decreto en las jubilaciones, pensiones y asignaciones familiares, que significa una suba será menor a la que se había pautado por ley el año pasado, abogados advirtieron que la decisión del Ejecutivo podría generar una “catarata” de juicios contra el Estado.“No se entiende mucho esta baja a jubilados. El índice de movilidad venía rondando los 15 puntos y ahora al Gobierno le da 12,5%”, criticó el abogado Federico Bobrovski en declaraciones al programa “Mañana Sylvestre”, que se emite por Radio 10.

Asimismo, remarcó que “para que dé este número (por el 12,5%) tendrían que haber bajado profundamente los aportes y contribuciones”.

En tanto, el dirigente radical Eduardo Santín sostuvo en diálogo con Radio 10, que “dos millones de jubilados perdieron el 100% de los medicamentos” y agregó que “el año pasado los jubilados perdieron 12 puntos en sus haberes”.

“Vienen por nuestros bolsillos. El Gobierno busca transferir ingresos”, lanzó Santín. Y en esa línea, consideró que el gobierno del presidente Mauricio Macri “busca inventar una crisis en el sistema previsional”. “El aumento a la baja será objetado judicialmente”, concluyó el dirigente.

Cabe recordar que el anuncio gubernamental difundido el miércoles daba cuenta de que más de 8,4 millones de titulares de derecho recibirían un aumento en sus haberes del 12,65%: “6,9 millones de ellos son jubilados y pensionados y 1,5 millones son titulares de Pensiones No Contributivas (PNC) y excombatientes de Malvinas. Además, y a partir de la sanción de la ley 27.160 en 2015, el incremento también será aplicado a las Asignaciones Familiares (AAFF)”, establecía el comunicado de la ANSES.

Hubo además un amplio rechazo de la oposición al cambio del cálculo jubilatorio. El Bloque Justicialista de la Cámara de Diputados y el massismo expresaron sus críticas a la modificación del cálculo del aumento jubilatorio.

En este sentido, los diputados del BJ manifestaron que “esta medida no solamente afecta a jubilados sino que también perjudica a trabajadores y jóvenes que estudian con el apoyo de PROGRESAR, a beneficiarios de la Asignación Universal y otros programas”.

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Macri prometió dar marcha atrás con el ajuste a los jubilados

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Los presidentes de los bloques que integran Cambiemos en la Cámara de Diputados adelantaron anoche se comunicaron telefónicamente con el presidente Mauricio Macri, quien, según los legisladores, se comprometió a dar de baja una resolución de la Anses que altero el cálculo de la movilidad jubilatoria.

Luego de que la polémica resolución casi motivara el fracaso de la sesión en la que se trataba el el proyecto sobre el sistema de ART, los líderes parlamentarios de la UCR, del PRO y de la Coalición Cívica se comunicaron con el Poder Ejecutivo para plantare su malestar con el tema.

El radical Mario Negri, el macrista Nicolás Massot y Fernando Sánchez, de la Coalición Cívica, y el presidente de la Cámara, Emilio Monzó, se comunicaron con Macri para relatarle la situación y para pedirle la rectificación.

Según relataron luego, obtuvieron el “compromiso” del titular del Ejecutivo para dar marcha atrás con la polémica resolución.

Minutos antes, la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, anticipó que si “es cierta” una resolución de la Anses por la que se modifica el cálculo de la movilidad jubilatoria pedirá la renuncia de “(Emilio) Basavilbaso -titular de la Anses- o de quien corresponda”.

En tono elevado frente a la Sala de Periodistas de la Cámara baja, Carrió se dirigió a Sánchez, quien atendía un llamado telefónico, expresándole: “deciles que si hacen estas cosas, que agreden las reglas de la ética voy a pedir la renuncia de Basavilbaso o de quien corresponda”.

Carrió había dejado expuesta su desacuerdo en el recinto, cuando los opositores bloques del Justicialismo y del Frente Renovador habían anticipado que no apoyarían la ley de ART por la aparición de la cuestionada resolución.

“Esto es nefasto, nos vamos a abstener en la votación de la ley”, anticipó la massista Graciela Camaño, antes de obtener el respaldo del justicialista Diego Bossio.

Carrió recogió el cuestionamiento: “Si lo que dice la oposición es cierto, pido una cuestión de privilegio contra el Poder Ejecutivo”, espetó; al tiempo que se comprometió con la oposición a que “el Gobierno deje sin efecto la resolución”.

Finalmente, al oficialismo le alcanzaron los votos para imponerse en la votación, mientras el massismo y el kirchnerismo se retiraban de la sesión reprochándose mutuamente las posturas tomadas.

Al término de la sesión, Sergio Massa afirmó que “el mismo día que se trata el ‘choreo’ del Correo, el oficialismo viene con esto” y que “a Cambiemos lo salvo el kirchnerismo levantándose de sus bancas al momento de la votación”.

Según analistas políticos el líder tigrense calculaba que si los votos del kirchnerismo se sumaban a los otros 22 negativos, Cambiemos perdía la votación de la ley de ART.

 

De la otra vereda, Teresa García había advirtiendo esa situación y ya sabía que aún votando los números no le daban para derrotar al oficialismo.

Por eso, desde el FpV-PJ le cuestionaban al Frente Renovador y al Justicialismo que no se levantaran de sus bancas para dejar sin quórum la sesión y consecuentemente, impedir que se votara.

“Hay leyes que se votan con el culo y no con la mano”, señaló García, en clara referencia a la permanencia del massismo en el
recinto para permitir que Cambiemos votara la ley.

Luego de que la polémica resolución casi motivara el fracaso de la sesión en la que se trataba el proyecto sobre el sistema de ART, los líderes parlamentarios de la UCR, del PRO y de la Coalición Cívica se comunicaron con el Poder Ejecutivo para plantear su malestar con el tema.

Por su parte, la diputada nacional de la Coalición Cívica Elisa Carrio anticipó hoy que si “es cierta” una resolución de la Anses por la que se modifica el cálculo de la movilidad jubilatoria pedirá la renuncia de “-el titular de la Anses, Emilio- Basavilbaso o de quien corresponda”.

El tema de la resolución del organismo previsional estuvo a punto de hacer fracasar la sesión en la que se estaba por aprobar la modificación al sistema de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART).

El bloque Justicialista de la Cámara de Diputados expresó hoy su “contundente rechazo” a la decisión que tomó el Poder Ejecutivo por la cual se modifica el sistema de reajuste semestral de jubilaciones, que anoche estuvo a punto e hacer fracasar la sesión en la que se debatía el proyecto sobre ART.

En este sentido, los diputados liderados por Oscar Romero y Diego Bossio manifestaron que “esta medida no solamente afecta a jubilados sino que también perjudica a trabajadores y jóvenes que estudian con el apoyo de Progresar, a beneficiarios de la Asignación Universal y otros programas”.

“Quieren sustentar las facilidades que le dan a las empresas del padre del Presidente con la plata de los jubilados y los sectores que peor la vienen pasando. No podemos permitir que a las cuotas de Franco Macri las financien nuestros jubilados”, remarcaron a través de un comunicado de prensa.

Y agregaron: “Queremos que se respete el espíritu de la ley de movilidad jubilatoria. Esta es una decisión injusta del Presidente y su Gobierno, va en contra de los que más lo necesitan. Están aumentando menos de lo que corresponde”.

“Este es un gobierno a la deriva”, alertaron los diputados Justicialistas; al tiempo que afirmaron: “Es alarmante la desorientación que transmiten en cada uno de sus pasos. Los errores los sufren siempre los mismos y los beneficios los familiares y amigos del gobierno”.

Sobre este tema, los presidentes de los bloques que integran Cambiemos en la Cámara de Diputados adelantaron que anoche se comunicaron telefónicamente con el presidente Mauricio Macri, quien, según los legisladores, se comprometió a dar de baja una resolución de la Anses que altero el cálculo de la movilidad jubilatoria.

 
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