Aunque el tabaco es responsable de la muerte de ocho millones de personas al año, científicos exploran su potencial para revolucionar la producción de medicamentos.
Gracias a la ingeniería genética, esta planta podría convertirse en una fuente crucial de fármacos complejos, tanto en la Tierra como en futuras misiones espaciales.
El tabaco, conocido por los pueblos indígenas de América por sus propiedades curativas, fue considerado una panacea en la Europa del siglo XVI. Sin embargo, su toxicidad pronto eclipsó sus supuestos beneficios medicinales. Ahora, la biotecnología moderna busca redimir a esta planta, aprovechando su capacidad para la modificación genética y su alta producción de biomasa.
Al igual que las células recombinantes que se utilizan actualmente, las plantas también pueden ser modificadas genéticamente para elaborar productos farmacéuticos, con la diferencia de que las plantas solo necesitan tierra, agua y luz solar para crecer.
El tabaco es la principal planta de hojas que se cultiva con fines no alimentarios. Es muy susceptible de modificación genética y es una fuente inagotable cuando se trata de producir proteínas, ya sean propias o las que hemos introducido.
Esto, combinado con su alta biomasa, la convierte en la planta más eficaz para la producción farmacéutica.
Aunque es originaria de América y Australia, es una planta resistente y puede cultivarse en todo el mundo. Gracias a su facilidad para la modificación genética, el tabaco puede incluso volverse resistente a las sequías.
A diferencia de los costosos biorreactores utilizados para producir medicamentos basados en proteínas, el tabaco ofrece una alternativa económica y sostenible. Esta planta, fácilmente modificable genéticamente, puede producir grandes cantidades de proteínas terapéuticas utilizando solo tierra, agua y luz solar.
Avances y Ensayos Clínicos
La empresa canadiense Medicago demostró en 2012 la eficiencia del tabaco para la producción de vacunas, generando 10 millones de dosis contra la gripe en un mes. Actualmente, se realizan ensayos clínicos con inmunoterapias derivadas del tabaco para tratar enfermedades como el VIH, el ébola y otras enfermedades.
El tabaco incluso se está utilizando para producir inmunoterapias contra el cáncer. Estos tratamientos contra el cáncer funcionan estimulando nuestro propio sistema inmunológico para combatir las células cancerosas, con pocos efectos secundarios en comparación con la quimioterapia tradicional. Sin embargo, son prohibitivamente caros, por lo que esta plataforma podría hacerlos más accesibles.
Fumar ha causado mucho daño en todo el mundo, pero la disminución de popularidad de los cigarrillos va a causar un nuevo problema: los cultivadores de tabaco en países de bajos ingresos perderán sus medios de vida.
Sostenibilidad y Nuevas Aplicaciones
La ingeniería del tabaco también ofrece soluciones sostenibles para la producción de medicamentos y otros productos valiosos, como especias y sabores, reduciendo la dependencia de plantas en peligro de extinción.
No solo eso, sino que también podemos producir especias caras como el azafrán, o sabores como la frambuesa, a una fracción del costo. El tabaco, una planta con un pasado oscuro, podría tener un futuro brillante en la medicina y la biotecnología.
Gracias a la edición genética realizaron una prueba, que aún deben perfeccionar para una protección total y enfrentarse a los retos de su aplicación práctica.
En el laboratorio donde se clonó a “Dolly”, en el Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo, se desarrolló mediante la edición genética pollos resistentes a la infección por gripe aviar. Este virus letal para las aves, se lo considera muy evasivo a las vacunas cambiando con rapidez las proteínas de su superficie que reconoce el sistema inmune. Por ello este prestigioso avance de un grupo de investigadores, es prometedor.
La Revista Nature, hoy tiene los resultados de esta investigación sobre el potencial de modificar pequeñas secciones de ADN de los pollos, para evitar, aunque solo en parte, la infección por este virus.
La gripe A necesita una proteína de las células de los pollos, la ANP32A, para replicarse. Gracias a la técnica de edición CRISPR, el equipo de científicos, liderado por Mike McGrew, investigador de la Universidad de Edimburgo, logró modificar el gen que produce la proteína en las células germinales de los pollos, algo que les permitiría transmitir el cambio a su descendencia. De esta forma, se crearon animales que apenas se infectaron de gripe cuando se les expuso a otras aves con el virus (solo 1 de 10 adquirió el virus) y no contagiaron después a otros pollos.
Los autores explican que el virus se adaptó al cambio y pasó a utilizar otras dos proteínas de la misma familia (ANP32B y ANP32E) para continuar replicándose, aunque con menos eficiencia. Esto hizo que los autores probasen la edición de dos genes más, consiguiendo así detener la progresión del virus en los huevos. Aunque no llegaron a dejar crecer pollos con esta triple edición, los autores creen que tendría efectos secundarios nocivos sobre la fecundidad de los animales, su capacidad para ganar peso o la protección frente a otras enfermedades, algo que haría imposible su aplicación práctica. Aun así, consideran que es una prueba de concepto de que es posible utilizar esta técnica para proteger de la infección por gripe A.
Lluís Montoliu, genetista del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, ,valora esta investigación como anuncio de un futuro en el que se puedan generar “animales resistentes a infecciones por gripe, que requerirán no una, sino varias modificaciones genéticas”. “Generar más de una modificación en un mismo animal hubiera sido todo un reto hace unos años”, explica. “Ahora es mucho más sencillo con las herramientas CRISPR de edición genética”, añade. Según explica el investigador, estas técnicas permiten trasladar “mutaciones existentes ya en la naturaleza”, porque “hay pollos resistentes a gripe con dos mutaciones en ANP32A, a la producción de aves editadas”. “Aprovechamos la variabilidad genética existente para generar resistencias”, resume.
Por otro lado, uno de los resguardos de los investigadores es que, al conseguir introducir mutaciones protectoras sin crear animales menos productivos, deben asegurarse que un virus tan versátil como el de la gripe no tome direcciones peligrosas. Cuando le quitaron su proteína ANP32A, los virus se adaptaron para utilizar proteínas de la misma familia que se encuentran en humanos. Según explica Wendy Barclay, investigadora de Imperial College London y coautora del trabajo, “esto no significa que podría infectar a humanos, pero debemos ser cautos para no facilitar adaptaciones del virus que lo hagan más peligroso de lo que es”.
Una vez superados los problemas y riesgos de la edición, la aplicación práctica, como reconoce McGrew, tendría que superar otras dificultades. “Se producen unos 70.000 millones de pollos al año. Para llegar a esa cifra, empiezas con unos 100.000 en la cúspide de una pirámide reproductiva que vas expandiendo durante cuatro años. Empezarías editando a los animales de la cúspide para que luego se reprodujesen transmitiendo la resistencia a su descendencia”, explica. “Pero los pollos no son como otros animales, en los que un macho se aparea con 100 hembras. Es, más bien, 100 con 100, y meter tantas ediciones va a ser algo difícil”, reconoce.
Víctor Briones, investigador del Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, considera que es “una prueba de concepto interesante”, pero cree que su aplicación solo sería posible “en la avicultura industrial”. Además, recuerda, “los grandes reservorios -del virus- son las anátidas (aves, habitualmente migratorias, de la familia de los patos)”. Aunque introducir este tipo de cambios genéticos en aves salvajes parece difícil de hacer realidad, McGrew señala que los tres genes modificados “se encuentran conservados en todas las especies de aves y esa edición debería funcionar con cualquier especie”. Incluso entre los pollos domésticos, la gran cantidad de variedades haría necesario que los cambios se introdujesen por separado en cada una de ellas. Los autores trabajan ahora en la resolución de estos y otros problemas para convertir en una solución práctica, un interesante trabajo científico.
Los avances en la biotecnología pueden repercutir en la humanidad, la Tierra y el reino animal.
La biotecnología es un conjunto de técnicas que utiliza células vivas, cultivo de tejidos o moléculas derivadas de un organismo, por ejemplo, enzimas, para obtener o modificar un producto, mejorar una planta o un animal o desarrollar un microorganismo para utilizarlo con un propósito específico.
Esta actividad se apoya sobre el conocimiento de determinados procesos biológicos básicos (biología molecular y genética) y ofrece instrumentos para el desarrollo de la agricultura, la pesca, la actividad forestal y las industrias alimentarias de manera sostenible. Cuando se integra debidamente con otras tecnologías para la producción de alimentos, productos agrícolas y servicios, la biotecnología es una herramienta de gran importancia para satisfacer las necesidades de una población en crecimiento.
La revista Forbes reunió los avances, o las nuevas herramientas biotecnológicas, que todos deberían conocer, además de la revolución en diferentes áreas que esto implicaría. A continuación te dejamos una recopilación de las 18 experiencias biotecnológicas y su impacto en las diferentes áreas.
1. Mapeo cerebral
En 2021, Google y Harvard anunciaron que habían cartografiado el equivalente a una millonésima parte del cerebro humano. El mapa resultante ocupó 1,4 petabytes de espacio en disco, comparable en tamaño a tres décadas de imágenes de satélite de la Tierra. Cuando la tecnología avance y nos permita cartografiar zonas más extensas del cerebro humano, comprenderemos mejor y podremos ayudar a quienes sufren lesiones traumáticas o trastornos y enfermedades neurológicas. – Joe McCunney, Laboratorios Scalar
2. Sistemas terapéuticos autónomos
Los sistemas terapéuticos autónomos son una de las tecnologías médicas del futuro más importantes. Estos sistemas toman el relevo de los proveedores (humanos) en la atención a los pacientes analizando, determinando y controlando de forma autónoma las afecciones y los tratamientos. Para ello, necesitamos una simulación precisa del estado de salud del paciente, su gemelo biodigital. Así se reducirían los errores humanos y los costos de la atención médica. – Kazuhiro Gomi, NTT Research
3. AlphaFold
AlphaFold es un programa de plegado de proteínas desarrollado por DeepMind de Google. Es un gran avance en el campo del plegamiento de proteínas. Al comprender cómo se pliegan las proteínas, podemos entender mejor cómo funcionan y cómo se pueden manipular para mejorar la salud humana. Además, podemos diseñar más rápidamente mejores fármacos que se unan a sus dianas con mayor especificidad y afinidad”. – Sandeep Singh, Beans.AI
4. Investigación celular antienvejecimiento
Uno de los mayores campos de investigación biotecnológica en la actualidad es el antienvejecimiento celular. Los investigadores creen que podemos revertir el envejecimiento, lo que no sólo ayudaría a las personas a vivir más tiempo, sino que también podría proporcionar curas o tratamientos para enfermedades que hoy son incurables. Hay cuestiones éticas que resolver, pero el potencial de cambiar la vida tal como la conocemos es apasionante. – Lior Yaari, Grip Security
5. Edición genética basada en CRISPR
Un emocionante avance biotecnológico es la edición genética basada en CRISPR. Esta técnica permite realizar modificaciones precisas en el ADN, ofreciendo posibles curas para trastornos genéticos. Para el público en general, las implicaciones son enormes, y abarcan desde el tratamiento de enfermedades hereditarias hasta la revolución de la agricultura. Imaginemos un futuro en el que pudiéramos eliminar afecciones como la fibrosis quística o cultivar plantas resistentes a la sequía. – Miguel Llorca, Grupo Torrent
6. Manipulación del microbioma
La manipulación del microbioma está entusiasmando a todo el mundo. El estudio de los numerosos microbios que residen en nuestro cuerpo indica que su impacto en nuestra salud va más allá de la digestión. Aprovechar este conocimiento puede allanar el camino para tratamientos personalizados dirigidos a una serie de afecciones, desde la obesidad a la salud mental, abriendo así nuevas vías hacia un mayor bienestar. – Jagadish Gokavarapu, Wissen Infotech
7. Medicamentos vivos
Un campo de la biotecnología apasionante pero del que se habla menos es el de los medicamentos vivos. Imagínese tomar una pastilla llena de bacterias buenas programadas para combatir una enfermedad concreta. Estas bacterias podrían detectar lo que va mal en el cuerpo y liberar el medicamento sólo cuando sea necesario. Esto podría cambiar las reglas del juego en el tratamiento de enfermedades crónicas. Pero, como ocurre con cualquier nueva tecnología, también plantea dudas sobre su seguridad a largo plazo. – Margarita Simonova, ILoveMyQA
8. Órganos cultivados en laboratorio
Uno de los avances más emocionantes de la biotecnología ha sido la creación de órganos cultivados en laboratorio. A partir de las células del propio paciente, los científicos pueden cultivar en el laboratorio órganos que podrían sustituir a los dañados, eliminando la necesidad de donantes y reduciendo el riesgo de rechazo. Esto podría revolucionar la medicina de los trasplantes. – Sandro Shubladze, Datamam
9. Epigenética y terapéutica digital
La epigenética y la terapéutica digital representan fronteras rompedoras en biotecnología que serían de interés masivo. La epigenética ofrece un potencial transformador para la medicina personalizada y de precisión, adaptando los tratamientos a los perfiles genéticos individuales. Al mismo tiempo, la terapéutica digital anuncia una nueva era de bienestar holístico, integrando la tecnología para mejorar los resultados curativos. – Rashmi Rao, RCubed Ventures
10. Dispositivos portátiles sofisticados
La convergencia de la inteligencia artificial y la biotecnología ha dado lugar a wearables muy sofisticados que hacen algo más que contar los pasos o controlar el ritmo cardíaco. Estos dispositivos son capaces de diagnosticar en tiempo real enfermedades que van desde la apnea del sueño hasta las arritmias cardíacas. Lo hermoso de esta tendencia es su accesibilidad: no es necesario estar ingresado en un hospital para someterse a un seguimiento exhaustivo. – Marc Fischer, Dogtown Media LLC
11. Imágenes bioluminiscentes
Las imágenes bioluminiscentes, analizadas desde los años 90, están ganando adeptos. Permite visualizar en tiempo real los procesos celulares de los organismos vivos haciéndolos brillar. Imagínese ver cómo un fármaco viaja y afecta a diferentes partes de un organismo vivo. Esto podría ofrecer información muy valiosa sobre los efectos de los fármacos y la progresión de las enfermedades. – Andres Zunino, ZirconTech
12. Interfaces cerebro-ordenador
Aunque aún falta una década, las interfaces cerebro-ordenador pueden revolucionar nuestra forma de aprender, trabajar y comunicarnos. Los avances en las BCI no intrusivas de una empresa llamada Neurable van a hacer por la monitorización cognitiva lo que el Apple Watch hizo por la salud cardiovascular. Los consumidores ya no necesitarán electrodos ni gorros de natación para monitorizar su salud cerebral, solo auriculares compatibles con Neurable. – Gentry Lane, ANOVA Intelligence
13. Carne cultivada en laboratorio
La carne cultivada en laboratorio se produce directamente a partir de células animales sin recurrir a la ganadería tradicional. Esto puede resolver problemas relacionados con el bienestar animal, la sostenibilidad medioambiental y la seguridad alimentaria. Podría reducir significativamente el impacto medioambiental de la producción de carne y ofrecer al mismo tiempo una forma más ética y eficiente de satisfacer la creciente demanda mundial de proteínas. – Cristian Randieri, Intellisystem Technologies
14. Inteligencia organoide
La inteligencia organoide es un campo fascinante, aunque de gran alcance y difícil de imaginar como realidad para un no científico. Mientras que la IA pretende hacer que los ordenadores sean más parecidos a cerebros, la investigación en inteligencia orgánica trabaja para hacer que un cultivo de células cerebrales en 3D sea más “parecido a un ordenador”, dándole más entradas y salidas para que “piense”. Imagínese un futuro de interfaces cerebro-máquina y computación biológica. – Paula Kennedy García, IntouchCX
15. Bioimpresión 3D
La bioimpresión 3D permite a los científicos crear estructuras biológicas tridimensionales a partir de células vivas. Este avance podría revolucionar los trasplantes de órganos al ofrecer órganos específicos para cada paciente, reduciendo drásticamente las listas de espera. Además, encierra un inmenso potencial para remodelar la medicina personalizada y la precisión de los análisis de fármacos. – Amitkumar Shrivastava, Fujitsu
16. Bacterias que comen plástico
Los científicos han creado recientemente bacterias que “comen” residuos plásticos, abordando así uno de los problemas medioambientales más acuciantes del planeta. Estas bacterias modificadas pueden degradar los plásticos mucho más rápidamente que los procesos naturales, lo que podría revolucionar la gestión de los residuos y reducir considerablemente la contaminación. Este avance muestra cómo las soluciones inspiradas en la naturaleza pueden dar respuesta a desafíos globales. – Marc Rutzen, HelloData.ai
17. IA generativa
Para las empresas de biotecnología, la IA generativa puede mejorar el ritmo de la innovación y aumentar la eficiencia, al tiempo que proporciona mejores barreras para la privacidad, la seguridad y el cumplimiento. Los modelos generativos entrenados en contenidos biotecnológicos pueden ampliarse con contenidos específicos de proyectos privados o de empresas, automatizarse para llevar a cabo comprobaciones de validación que garanticen el cumplimiento de los contenidos (como la no inclusión de información personal identificable) y verificarse con listas de comprobación especificadas. – Amrit Jassal, Egnyte
18. Tecnología cuántica
Puede que la tecnología cuántica sea aún incipiente, pero ya está mostrando un potencial increíble para transformar la biotecnología en áreas como el descubrimiento de fármacos. En la actualidad se están analizando enfoques híbridos, como el aprendizaje automático cuántico, por su capacidad para analizar datos biológicos, identificar posibles dianas farmacológicas y predecir rápidamente interacciones entre fármacos. Esto podría dar lugar a nuevos tratamientos farmacológicos para enfermedades complejas como el cáncer. – Jeff Wong, EY
El término bioeconomía, consiste en la producción sustentable de bienes y servicios a través del uso o transformación de recursos biológicos. La biotecnología, rama de la bioeconomía, es una de las disciplinas científicas y tecnológicas que más ha avanzado en los últimos 20 años.
De acuerdo a la Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico, la bioeconomía es un modelo donde la biotecnología contribuye significativamente a la producción económica y, a partir de ello se generan dinámicas de gestión e innovación dando origen a nuevas actividades, empresas y territorios sostenibles. Los avances biotecnológicos en mayoría son en materia genómica, edición genética y biología sintética, lo que permiten desarrollar nuevas soluciones en industrias como la agricultura y la medicina.
De acuerdo al analista Roberto Bisang, las dificultades competitivas en mercados mundiales, por parte de la Argentina, la incapacidad de generación de empleo masivo y de calidad, desigual localización territorial y rezago tecnológico son incompatibles con las demandas de la sociedad actual. Donde una y otra vez, se propone replicar acciones que fueron efectivas en el pasado, además de incorporar otras herramientas, lo más reciente son las “energías fósiles no convencionales”.
Este analista sostiene que hay dos bloques de actividades en la estructura productiva, con diferencias claras. “la agrobioindustria, los servicios especializados y otras actividades derivadas de los recursos naturales y, por otro, la industria manufacturera tradicional centrada en la metalmecánica y la electrónica”.
Bisang sostiene que la mayoría de los sistemas productivos del país están basados en los últimos, los cuáles ya no tienen la misma capacidad de generación de empleo, encadenamiento productivo y reequilibrio del balance externo. “Los saldos comerciales netos de las primeras no alcanzan para proveer divisas para solventar importaciones de las segundas alimentando -junto con otros mecanismos- los endeudamientos externos y/o desequilibrios monetarios fiscales”.
En qué se aplica la biotecnología
En la actualidad, las cadenas de producción buscan eficiencia y sustentabilidad, para esto utilizan la biotecnología como un medio para generar nuevos productos que satisfagan las necesidades de los sectores farmacéuticos, energético y computacional. Sin embargo, un sector donde la biotecnología está haciendo una verdadera revolución es en la salud, principalmente en el diagnóstico de las enfermedades causadas por factores genéticos.
Otro aspecto importante es la medicina personalizada a partir de la biotecnología, donde se busca que los pacientes reciban medicamentos adecuados de acuerdo a afecciones específicas, su composición genética y otras características innatas.
Inversiones en la industria
IBISWorld sostiene que el crecimiento promedio de la industria biotecnológica en el periodo 2015-2020 fue de 1.3%. El tamaño del mercado en ese último año ascendió a 295,000 millones de dólares, con un total de 11,343 empresas inmersas en el rubro.
Se espera que el mercado mundial de biotecnología llegue a unos 833,340 millones de dólares para 2027, creciendo una tasa anual compuesta de 7,02%, de acuerdo a la información de Fior Markets.
La biotecnología está destinada a cambiar el futuro de la humanidad de una u otra manera, y al ser una de las industrias que más han avanzado durante los últimos años, la inyección de capital en ella representa una de las mejores opciones para los inversionistas de cara al futuro.
Bisang, sostiene que el desafío de nuestro país es “concretar un cambio masivo en la estructura productiva en línea con la bioeconomía demanda una profunda reorientación de los sistemas promocionales hacia las nuevas actividades líderes, la co-creación (pública y privada) de innumerables nuevos mercados y la generación masiva de bienes públicos del nuevo paradigma. Usemos la escalera y no perdamos el tren”.
La herramienta para revertir la tendencia negativa de la producción agrícola, se sumó al uso de la edición génica, una técnica que reemplaza la evolución natural, acelerando los procesos con mayor precisión.
Desde hace décadas, la producción agrícola en el país hace uso de la biotecnología moderna, lo que permitió introducir genes de otras especias. Argentina fue de los primeros países en adoptar este tipo de tecnología e incluso la ley de Semillas y Creaciones Fitogenéticas de 1973, convirtiéndose en la pionera de la región. Hoy el mercado se encuentra en tendencia negativa, con un crecimiento menor frente al de países como Brasil.
La biotecnología consiste en utilizar técnicas de ingeniería genética para mejorar los cultivos. Esa calidad puede tener diferentes consideraciones: que el cultivo no pierda rendimiento ante problemas climáticos, el generar una mayor tolerancia a los factores adversos como sequías e inundaciones, así como también a enfermedades o plagas. También aumentar la productividad en una misma superficie de hectáreas.
Argentina que se sumó tempranamente al uso de la edición génica, técnica que reemplaza la evolución natural, acelerando los procesos y con mayor precisión. Esto tiene impactos en costos y aspectos regulatorios a novel local e internacional.
David Hughes, expresidente de la Asociación Argentina de Trigo y tesorero de Barbechando, sostiene la necesidad de actualizar la normativa, puesto que lo que se legisló hace 50 años hoy no alcanza para regular un escenario en el que la tecnología ha cambiado drásticamente: “Es impresionante todo lo que está ocurriendo. El desarrollo va a pasos agigantados tanto para el mundo vegetal como animal. Pero, al no tener una normativa adecuada a los tiempos de hoy, el país está perdiendo por todos lados. Falta una normativa que regule y promueva este tipo de investigaciones”.
Alfredo Paseyro, director ejecutivo de la asociación de Semilleros Argentinos e integrante del Consejo Agroindustrial Argentino, sostiene “Hoy en términos de soja y tasa de mejora genética, sacando la sequía, Argentina podría tener entre U$S4000 y U$S5000 millones por año, solo sumando más rinde a la misma unidad productiva. Hoy estamos 300 kilos abajo del promedio de Brasil por hectárea y la proyección es que en 10 años vamos a estar en 600 kilos abajo”.
Por otro lado, debe considerarse que los años y el dinero invertido en investigación y desarrollo no den los resultados esperados, o que simplemente el mercado no los acepte. Nada de lo que se produce en Argentina es exclusivo para el mercado interno, por lo que hay que entender de qué producto se trata y hacia dónde será exportado.
El maní, por ejemplo, tiene por destino el mercado europeo, pero la utilización de biotecnología en este producto no está aceptada por el mercado, ni por los consumidores. En cuanto a la soja, se realizan gestiones para que no haya barreras en China, su principal destino. Pero, si el mercado no acepta o si no es acorde a las regulaciones, puede haber pérdidas para el productor.
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) ha hecho importantes desarrollos con escaso presupuesto, por ejemplo, nuevas variedades de algodón y arroz. Ese material genético llega al mercado y la mejora es notable para toda la cadena productiva. También el Conicet y las universidades nacionales pueden aportar lo suyo, tal como sucedió con el trigo HB4, desarrollado por la Universidad Nacional del Litoral junto a la empresa Bioceres y aprobado en 2020.
“Pero el reconocimiento es bajo y el sistema no se retroalimenta” dice Paysero. Quien plantea que para recuperar la competitividad “se necesita un salto de 30% en la producción de soja. Hoy no llegamos al 2%”.
Hughes, agrega que se debe promover y proteger a la actividad ligada a la biotecnología, “es una inversión a riesgo que tenemos que reconocer. Hay que cuidar y proteger y retribuir esa inversión. A las empresas no les pagan acorde a ese riesgo, entonces no hacen inversiones. Así el mundo crece y nosotros no”.
Cualquier cambio en estos procesos puede requerir mucho tiempo hasta aplicarse. Por eso, dice Paseyro, se debe trabajar en toda la cadena productiva. Para que el beneficio lleve a una retroalimentación de todo el sistema.