Celulosa

Residuos Cero 2030: el plan de Arauco para transformar desechos en valor económico comunitario

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La inabarcable planta exhibe un movimiento constante. Camiones con madera que ingresan, camiones con cargas que salen. Cientos de operarios dentro de las naves. Solo en Puerto Esperanza se mueven cinco mil toneladas de madera por día, en unos 200 camiones. Arauco produce pasta celulosa y pasta Fluff -para pañales y productos de limpieza-, con una precisión que no admite fallas: un tercio va al mercado interno, otro poco a Brasil y un tercio se exporta a China. 

Por día, trabajan en la planta de Puerto Esperanza de Arauco entre 600 y 800 operarios, entre personal propio y contratistas. Cada uno tiene una misión específica y clave en el mecanismo de relojería que culmina en las enormes planchas de papel y en las bobinas listas para cargar en los containers y tomar rumbo al mercado externo. 

“Los operarios son en su mayoría locales, de Puerto Esperanza, Piray o Wanda. Hay algunos puestos específicos que cubrimos con especialistas de afuera, pero en su mayoría son locales”; explica a Economis, Sebastián Ascat, gerente de Personas y responsable de Seguridad y Salud Ocupacional en todas las operaciones de Arauco en Argentina.  

Arauco es el principal empleador privado de Misiones y también el principal exportador. Y se está preparando para dar un salto de calidad con alto impacto en la economía. Es una de las metas más ambiciosas de su historia ambiental y productiva: alcanzar el objetivo de Residuos Cero para el año 2030. Tras varios años de investigación y pruebas de campo, la compañía culminó el diseño de un plan integral que busca reciclar absolutamente todos sus desechos industriales y transformarlos en insumos útiles para la producción local, la generación de energía y la restauración de suelos.

Si bien la compañía se ha certificado desde 2020 como carbono neutral, la primera en su rubro a nivel global en alcanzar esa certificación, hoy lleva su compromiso un paso más allá, con el compromiso de cero residuos y una reducción de sus emisiones en aproximadamente 1,5 millón de toneladas de CO2 al 2030. Esto equivale a sacar de circulación aproximadamente 330 mil autos o a las emisiones anuales de 400 mil habitantes.

En esa línea, el programa presentado el jueves en una audiencia pública en Puerto Esperanza, marca un punto de inflexión en la estrategia de sostenibilidad de la empresa forestal más grande del país. La iniciativa espera la aprobación definitiva del Ministerio de Ecología de Misiones, paso que permitirá iniciar su implementación plena.

El objetivo de Arauco es redefinir el concepto de residuo, sustituyendo la idea de desecho por la de recurso renovable dentro de un esquema de economía circular, definió María Paula Balla, Especialista Senior en Medioambiente y Sostenibilidad y Coordinadora Corporativa Medio Ambiente de Arauco. 

“Hemos terminado una linda instancia de intercambio y de comunicación con la comunidad. Hemos presentado los proyectos de valorización de residuos de la forestaindustria. Agradecidos del intercambio, agradecidos de la presencia de mucha gente hoy y con expectativas para seguir generando alternativas de economía sostenible, economía circular”, detalló Balla al finalizar el encuentro realizado en el Centro Cultural Ladislao Ziman, en el centro de la ciudad.

 “Queremos cambiar el modelo obsoleto de basura por un modelo de aprovechamiento integral, donde cada subproducto tenga una nueva utilidad”, explicaron los técnicos durante la audiencia que convocó a vecinos, especialistas y representantes de otras empresas forestales.

La propuesta se apoya en tres pilares:

  • Conservación y restauración ambiental: más de 500.000 hectáreas bajo manejo sostenible.
  • Reemplazo de plásticos por fibras naturales, con desarrollos que incluso alcanzan a la industria de la moda.
  • Revalorización de residuos industriales a través de innovación tecnológica aplicada en las plantas de Piray y Puerto Esperanza.

Desde 2020, Arauco trabaja junto al INTA y Papel Misionero en proyectos de Investigación y Desarrollo (I+D) para validar el uso agrícola de sus residuos. Los estudios abarcan la ceniza de caldera, el lodo de clorato, la escoria del licor verde, el lodo de cal y la corteza de árboles, materiales que, una vez tratados, se transforman en enmiendas minerales de alto valor agronómico. Los resultados de las investigaciones están disponibles para otras empresas que quieran utilizarlos o incluso sumarse al programa. 

Entre sus múltiples aplicaciones, estos subproductos permiten corregir el pH de los suelos -en especial aquellos degradados o acidificados por el uso intensivo-, mejorar la estructura y aumentar la retención de nutrientes, generando un impacto directo en la productividad agrícola. Incluso, hay demanda creciente de carbón activado, para sistemas de refrigeración, insumo que también puede obtenerse del proceso industrial de las plantas de celulosa y papel. 

Los resultados han sido contundentes: en ensayos supervisados por el INTA, las aplicaciones de estos materiales mejoraron significativamente los rindes de cultivos de zapallo, maíz, mandioca, tabaco y yerba mate, con plantas más vigorosas, raíces más profundas y una mayor capacidad de respuesta a condiciones de estrés hídrico. En la audiencia se exhibió la foto de un zapallito llamativamente más grande que los habituales de una chacra. 

En paralelo, se concretaron experiencias con la Cerámica Garuhapé, que incorporó lodo de carbonato, cenizas y aserrín en la fabricación de ladrillos, y con Hormisa, que utiliza lodos para la producción de cemento. Otros desarrollos incluyen pinturas celulósicas junto al Parque Tecnológico de Misiones, asfaltos para Vialidad Provincial y lana mineral aplicada a placas tipo durlock. El carbón activado es otro residuo que puede ser aprovechado para sistemas de refrigeración y tiene una alta demanda en el exterior. 

El plan “Residuos Cero 2030” no solo busca reducir el impacto ambiental de las operaciones industriales, sino también generar valor económico y social en las comunidades cercanas. Los subproductos serán entregados sin costo a productores y empresas locales, con la condición de que les incorporen valor agregado antes de su comercialización.

“Será gratuito, pero no para especular. Quien reciba un residuo debe convertirlo en algo útil para la comunidad: energía, fertilizante, materiales o productos con valor ambiental”, explicaron los representantes de la empresa. Quien se lleve los subproductos, debe costear el transporte y garantizar la trazabilidad. 

Hoy, alrededor del 60% de los residuos industriales de Arauco ya se reciclan o reutilizan, especialmente los pellets de biomasa. Queda un 40% por recuperar -unas 40.000 toneladas anuales-, cifra que el plan 2030 busca llevar a cero mediante sistemas de segregación, tratamiento y valorización. Se estiman unas diez mil toneladas al año por producto. 

El programa forma parte de la estrategia global de la empresa para potenciar Arauco más allá de la celulosa, con metas alineadas al Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Entre sus líneas de acción destacan:

  • Generación de energía renovable a partir de biomasa.
  • Captura y almacenamiento de carbono en su patrimonio forestal.
  • Producción de bioinsumos y carbón activado para uso agrícola e industrial.
  • Corrección de pH y restauración de suelos degradados mediante minerales derivados del proceso industrial.
  • Aseguramiento ambiental, con coberturas de Sancor Seguros para ambas plantas.

Este modelo de gestión posiciona a Arauco como una referencia en economía circular aplicada a la industria forestal latinoamericana, combinando innovación, conservación y desarrollo local. La experiencia más cercana es Chile, donde ya está en marcha un programa similar.

Uno de los eslabones claves del plan es el benchmarking, un sistema permanente para comparar prácticas y medir progresos con otras industrias y municipios. La meta es clara: minimizar el desperdicio, reutilizar materiales y transformar residuos en recursos, replicando las mejores estrategias del mundo y consolidando un nuevo paradigma productivo desde Misiones hacia la región, en línea con el modelo productivo que impulsa la Provincia, con cuidado ambiental y chacras multiproductivas. 

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Uruguay apuesta por la industria forestal pese a la contaminación y los conflictos sociales

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Ramiro Barreiro, Dialogue Earth. Viajar por el interior de Uruguay es encontrarse con un paisaje repetitivo de soja y eucaliptos. Donde acaban los bosques de una empresa empiezan los de otra. Las líneas paralelas de eucaliptos forman oscuros corredores, donde los árboles crecen durante aproximadamente diez años antes de ser talados, pelados y cargados en enormes camiones para su procesamiento.

En 2023, más de 1,1 millones de hectáreas estaban dedicadas a monocultivos de eucalipto y pinoaproximadamente el 6% de la superficie de Uruguay. A medida que aumenta la preocupación por los daños medioambientales asociados a la industria de la celulosa y el papel de Uruguay, aparecen en el horizonte planes de expansión.

En 2024, la celulosa se convirtió por primera vez en el principal producto de exportación del país, superando a la carne vacuna. Representó el 20% del total de las exportaciones anuales de Uruguay, generando unos ingresos de más de 2.500 millones de dólares. Solo dos empresas dominan el mercado: la finlandesa UPM, con dos plantas, una en el departamento de Fray Bentos y otra en el de Durazno y Montes del Plata, con sede en el departamento de Colonia, en el suroeste de Uruguay. 

China fue el principal destino, recibiendo el 42% de las exportaciones uruguayas de celulosa. Dialogue Earth habló con Ignacio Bartesaghi, director del Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica del Uruguay: “China es un socio clave en este y otros productos, pero especialmente en el caso de la celulosa, y el potencial para un mayor crecimiento de la producción de celulosa”, afirma.

En sus últimos planes de mitigación del cambio climático —presentados a la ONU en 2024 y que abarcan hasta 2035—, Uruguay declara su intención de aumentar la superficie de plantaciones forestales en un 20% de la superficie total registrada en 2020. También prevé mantener la misma superficie de “tierras de bosque nativo” registrada en 2012 (aunque existe una falta de acuerdo general sobre cómo definir este término). 

La presidenta de la Sociedad de Productores Forestales (SPF) de Uruguay, Lucía Basso, sostiene que “hay espacio para más” plantaciones de eucalipto. Basso espera que el país alcance los 1,8 millones de hectáreas forestadas en 2050.

El sector forestal uruguayo, motor de la política

El sector forestal uruguayo se vio impulsado en 2005, cuando Uruguay cerró un acuerdo con UPM (entonces denominada Botnia) para la construcción de una planta de celulosa. Así nació la primera planta de celulosa en la costa del río Uruguay, situada en el departamento de Fray Bentos, en la frontera occidental del país con Argentina. “El desarrollo de esta industria es el resultado de una exitosa política de estado, conocida como la Ley Forestal”, explica Bartesaghi, “que junto a otras políticas que son las zonas francas y los puertos libres han permitido captar inversiones en el sector por varios miles de millones de dólares”. 

La Ley Forestal de 1987 ha impulsado el sector de diversas maneras. Habilitó subvenciones y exenciones fiscales, definió los suelos de prioridad forestal —en general, se trata de suelos productivos para fines agrícolas aunque sí permiten la ganadería de pastizal que caracteriza al país— y estableció la necesidad de un aval de la Dirección General Forestal del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca para que un proyecto de plantación pueda seguir adelante (las nuevas plantaciones de entre 40 y 100 hectáreas deben registrarse ante el gobierno y los proyectos de más de 100 hectáreas deben superar un proceso de autorización medioambiental antes de su establecimiento).

En junio de 2023, se inauguró la segunda planta de celulosa de UPM en Uruguay. Ubicada próxima a la ciudad de Paso de los Toros, la planta recibe 1.300 camiones de troncos e insumos químicos por día y puede producir 2,1 millones de toneladas de celulosa por año. Los troncos se trituran en lo que se denomina “chips”, luego se cuecen a presión y se someten a un lavado intenso. Para ello se utilizan 129 millones de litros de agua al día, que se devuelven al río Negro después de diez ciclos. Luego, la pulpa viaja a los puertos de Montevideo y Nueva Palmira en un tren de carga que comenzó a funcionar en 2024, y sale del país.

Contaminación forestal

Incidentes recientes, como el vertido de ácido sulfúrico en la planta de UPM en Fray Bentos a mediados de marzo, están suscitando preocupación por el impacto medioambiental de la industria de la pasta y el papel de Uruguay. Paso de los Toros acumuló 11 sanciones durante su construcción y el Ministerio de Ambiente le impuso multas por cada una de ellas. A esto han seguido tres incidentes desde su inauguración, entre ellos vertidos de soda cáustica (investigados por el ministerio en septiembre de 2023) y celulosa en cursos de agua.

En 2017, Daniel Panario, investigador científico de la Universidad de la República (Udelar) de Montevideo, fue coautor de un informe en el que se analizaba el proyecto Paso de los Toros de UPM para Serpaj, una ONG de derechos humanos. Más allá de la contribución que estos proyectos de forestación pueden hacer a la captura de carbono, el informe pone de relieve sus efectos negativos. Por ejemplo, la demanda de agua de los eucaliptos, que no son autóctonos de Uruguay, puede generar desequilibrios hídricos en los suelos del país, lo que reduce la cantidad de agua que fluye a los acuíferos para alimentar los ciclos hídricos locales.

Según Panario, otro problema son las raíces de los eucaliptos, que se extienden horizontalmente y compiten por el espacio. Esto añade una barrera al movimiento de la materia orgánica a través del suelo, lo que acelera su acidificación.

Panario también señala que, más allá de los vertidos de la planta, el agua contaminada vertida desde Paso de los Toros contribuye a densas floraciones verdes de cianobacterias en el río Negro: la contaminación aumenta la disponibilidad de nutrientes en los cuerpos de agua, lo que está alterando los ecosistemas acuáticos. Esto ha provocado, por ejemplo, grandes depósitos de cianobacterias en las playas de Palmar, un destino turístico. “Tenés que cerrar la ventana, te cuesta concentrarte. Te vas a sentar a estudiar y sentís el olor”, cuenta el veterinario Juan Aguirrezabala, quien vive hace siete años en Palmar y asistió en las autopsias de algunos animales muertos que aparecieron en los campos de la zona luego de beber agua del embalse.

Dialogue Earth se puso en contacto con UPM en relación con el vertido de ácido de Fray Bentos y su posible contribución a la proliferación de cianobacterias. La empresa remitió estos asuntos a las autoridades medioambientales. El Ministerio de Ambiente comunicó a Dialogue Earth que UPM aún está dentro del plazo para responder a su solicitud de información sobre el último incidente. Dice que no se descartará una fuerte sanción si se detectan irregularidades.

En su sitio web, UPM comparte información sobre la sostenibilidad de su negocio. Afirma que el 40% de su tierra se destina a actividades ganaderas, conservación de recursos naturales e infraestructuras. Describe cómo su producción utiliza un sistema de economía circular, con un control constante del agua y medidas para minimizar el impacto medioambiental.

Consecuencias comunitarias

Edgardo Gutiérrez Lavié, concejal del Partido Nacional en Paso de los Toros, sostiene que los residuos que quedan en la ciudad son importantes. Dice que puede ver la planta al otro lado del río desde la puerta de su casa, pero también puede sentirla: hay un “olor rancio” en el aire, y “un zumbido constante” procedente de las chimeneas.

“Hay problemas respiratorios, de vista, de secreción nasal”, añade. “Hay muchas cosas que están contaminando porque lo que larga esa chimenea no es solo humo [ordinario], son cantidad de tóxicos”. 

En los informes presentados a la comisión de seguimiento, UPM afirmó que “no se han constatado contingencias ambientales de relevancia asociadas a la matriz aire”. UPM también dijo que no había recibido muchas quejas. No obstante, la empresa reconoce que “sí se han registrado superaciones a los límites diarios establecidos [de vertido químico] y una frecuente ocurrencia de venteos de gases olorosos diluidos, especialmente durante los primeros meses de operación”.

Gutiérrez Lavié afirma que el proyecto de la pasta de celulosa le ha creado otro problema, en su finca ganadera. Cuando se talan los eucaliptos, surgen animales salvajes desplazados, como zorros, caracaras y jabalíes, que se aprovechan de su ganado. Una de sus ovejas fue atacada por lo que él cree que era un zorro, basándose en las mordeduras. Ese mismo zorro puede ser uno de los muchos que se ven a los lados de las rutas y caminos.

Mientras tanto, los manifestantes en las reuniones de la intendencia han estado exigiendo viviendas para las 12 familias del asentamiento de “La Balanza”. Afirman que estas familias fueron excluidas de la entrega por parte de UPM de 60 viviendas el Estado en 2023, entre casas de material y módulos habitacionales que antes fueron albergue de los obreros que levantaron la planta. 

Uno de estos peticionarios es Lucas Correa, de 84 años, que también lamenta la falta de puestos de trabajo creados por UPM. Dice: “Mucha gente que estaba en el asentamiento con nosotros vino de otro lado en la búsqueda de trabajo por UPM, pero hoy las plazas laborales de acá son dadas por el municipio y después mucha gente va heredando trabajos de los padres. Y los demás vivimos de changas o se van a otro lado a trabajar. Está dura la mano”. La demanda de viviendas y puestos de trabajo en Paso de los Toros contrasta con lo que ocurre en la ciudad de Durazno, la capital del departamento, a unos 60 kilómetros al sur. En Durazno viven muchos de los que se desplazan a diario para trabajar en la planta de Paso de los Toros, y el mercado inmobiliario es fuerte allí.

El intendente de Durazno, Carmelo Vidalín, destaca la instalación de un nuevo vivero de UPM y la llegada de 15 empresas de transporte, que entre todas generan unos 600 puestos de trabajo vinculados a la fábrica. Añade que viene defendiendo que la red de trenes de mercancías de UPM se habilite también para otras mercancías, y para pasajeros. Vidalín admite, sin embargo, que “los resultados en general han sido negativos en lo que tiene que ver con contaminación”. Afirma que siempre ha recibido buenas respuestas de UPM y de las autoridades nacionales durante los incidentes de contaminación. 

Henry Rosano vive a 200 metros de las vías del tren en Durazno. Es uno de esos choferes que durante la construcción estuvo 100% abocado a UPM y aún aprovecha la actividad de la planta. Sin embargo, prefiere la cautela. Cree que UPM “dio mucho trabajo a la gente”, pero afirma que el principal beneficio —la planta de celulosa— no favorece a los uruguayos.

Rosano propone hacer un balance dentro de 40 o 50 años para saber “si valió la pena o no”. Y concluye: “Eso lo sabrán los que vengan después de nosotros”.

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El mayor fabricante mundial de hilos de celulosa pone la mira en Mato Grosso do Sul

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El vicepresidente de la FIEMS (Federación de las Industrias del Estado de Mato Grosso do Sul), Crosara Júnior, y el director de relaciones internacionales, Aurélio Rocha, recibieron el pasado 15 de abril a representantes de la industria china Broad Wire. La empresa es la mayor fábrica de hilos de celulosa del mundo y tiene interés en invertir en el estado. En la ocasión, el economista jefe de la FIEMS, Ezequiel Resende, presentó el panorama del sector industrial del estado.

Para Crosara, la búsqueda de la región se debe al crecimiento del mercado de la celulosa en los últimos años, con perspectiva de expansión, y por la instalación de la Ruta Bioceánica, que conectará Mato Grosso do Sul con los puertos de Chile.

Broad Wire fue fundada en 1954 y está especializada en la producción de hilos de celulosa, hilos para desecho de residuos, hilos ovales, hilos de clavos e hilos para cables, ampliamente aplicados en la industria de la celulosa, construcción, negocios agrícolas, comunicación, entre otras. Sus productos se distribuyen en más de 30 países. Entre sus clientes se encuentran empresas como Arauco, Suzano, Bracell, Paper Excellence, Eldorado y Klabin.

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Arauco producirá 3,5 millones de toneladas de celulosa por año en la planta de Inocência, en Brasil

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Arauco realizó el 9 de abril, en Inocência (MS), la ceremonia de colocación de la Piedra Fundamental del Proyecto Sucuriú, marcando oficialmente el inicio de las obras de su primera fábrica de celulosa en Brasil, en el estado de Mato Grosso do Sul. Con una inversión de US$ 4,6 mil millones, la nueva unidad, la mayor del mundo construida en una sola etapa, tendrá capacidad para producir 3,5 millones de toneladas de celulosa de mercado por año y se prevé que comience a operar a finales de 2027.

El Proyecto cuenta con un área total de 3.500 hectáreas, siendo más de 4.800.000 m² de área construida, donde se realizará el montaje de las principales estructuras de la fábrica, incluyendo sectores de preparación de madera, cocción, blanqueo, secado, recuperación química y generación de energía, entre otras instalaciones. Durante las obras, se generarán más de 14 mil empleos directos. En operación, el Proyecto debe emplear a unas 6 mil personas en las áreas industrial, forestal y logística.

Para el CEO Global de Arauco, Cristián Infante, el Proyecto Sucuriú representa la unión entre innovación y la posibilidad de generar desarrollo con sostenibilidad. “Somos una compañía global que utiliza un recurso renovable esencial y busca generar valor económico, social y ambiental de forma simultánea. Creemos que este desarrollo debe estar basado en el respeto a la naturaleza y en el bienestar de las personas y comunidades. Por eso, seguimos promoviendo un ambiente seguro, inclusivo y colaborativo, garantizando que este Proyecto traiga una transformación positiva para Mato Grosso do Sul”.

El Presidente de Arauco Brasil, Carlos Altimiras, reforzó la relevancia de la participación colaborativa del poder público y de entidades del sector, además de la escucha activa con la comunidad. “Con diálogo y asociación junto a la Alcaldía, al Gobierno del Estado y a las demás autoridades, celebramos el compromiso y el vínculo con esta región y las personas, porque un Proyecto grandioso como el Sucuriú, tiene el potencial de dejar, con igual grandeza, un legado en el presente y para las futuras generaciones. Y solo quien valora el origen y el respeto a la historia puede hacer esto abrazando a esta comunidad y todo su entorno”, evaluó.

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Impulsan ley de promoción de grandes inversiones forestoindustriales

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En el contexto de la Mesa Nacional Foresto-Industrial , representantes de CONFIAR- especialmente del área de celulosa y papel – se reunieron con funcionarios nacionales para avanzar en el análisis y resolución de las cuestiones específicas del sector. Entre los principales temas tratados se pidió la vehiculización del Proyecto de Ley de Promoción de Grandes Inversiones en la Foresto Industria, en avanzar con un nuevo decreto que regule la adquisición de reciclados celulósicos importados, así como eliminar el IVA a la primera compra de materiales reciclados nacionales, con el objeto de formalizar el circuito de economía circular. Adicionalmente se trataron temas concernientes a las mejores prácticas disponibles para nuevas inversiones en la industria celulósico papelera y alternativas de financiamiento de una planta piloto pa ra motorizar la innovación en productos de base celulósica.

El Consejo Foresto Industrial Argentino (CONFIAR) representa al sector foresto industrial que, en conjunto, involucran 1,3 millones de ha. de plantaciones forestales; 53 millones de ha. de bosques nativos; exportaciones por 550 millones de dólares; 100 mil empleos directos; 6000 Pymes de la cadena madera-muebles. Actualmente la foresto industria en Argentina tiene amplias posibilidades de expandirse promoviendo economías regionales, con un impacto positivo en empleos y en divisas de manera inmediata.  

Una de las áreas fundacionales del sector es la Industria de la Celulosa y el Papel que, actualmente en la Argentina tiene los siguientes niveles de producción:

• 800.000 Ton/año TOTAL de Pastas Celulósicas

• 1.875.000 Ton/año TOTAL de Papel

• 48.000 Ton/año de papel para Diario

• 230.000 Ton/año de papel para Impresión y Escritura

• 1.180.000 Ton/año de papeles para Embalajes

• 417.000 Ton/año de papeles Tissue

En lo que respecta al Consumo Nacional Aparente de Papeles (CNA), los datos indican:

+ Producción: 1.875.000 Ton/año

+ Importación: 625.000 Ton/año

– Exportación: 150.000 Ton/año

= CNA: 2.350.000 Ton/año

El complejo de celulosa, papel y cartón está integrado por 849 empresas que generan más de 32.500 puestos de trabajo, cifra que representa el 2,8% del empleo total de la industria manufacturera. Por otra parte, el valor bruto de producción (VBP) del complejo se ubicó en los 3.253 millones de dólares en 2021, lo que representó el 1,4% del VBP industrial. Por su parte, el valor agregado bruto (VAB) fue de 2.244 millones de dólares, un 3% del VAB de la actividad manufacturera (*)

En este contexto, Claudio Terrés, presidente de la Asociación de Fabricantes de Celulosa y Papel (AFCP) y una de las 5 entidades que conforman CONFIAR destacó que “estamos ante un cambio de era, en donde la escala de las plantas de celulosa ha permitido- sobre todo en los países limítrofes que abrazaron y confiaron en la inversión foresto-industrial – invertir en puertos, rutas y sistemas logísticos competitivos que benefició a otras actividades productivas.”.

De hecho, continuó Terrés “en los últimos años pasó un tren de desarrollo del sector foresto-industrial que produjo inversiones en Chile, Brasil y Uruguay de alrededor de 30.000 millones de dólares. En 1990 Argentina producía unas 800.000 TN. de celulosa al año, que representaba el 12% del total del conjunto. Actualmente, produce prácticamente lo mismo, representando el 0,4% del total regional”.

La oportunidad de inversiones y crecimiento todavía está disponible para Argentina. El mercado interno está insatisfecho en papeles, con un déficit en comercio internacional. Argentina puede crecer en productos tradicionales, pero, además, se pueden sumar a través de innovación, nuevos productos de alto valor agregado; bioproductos químicos, nanocelulosa, envases con recubrimientos especiales biobasados, enzimas para mejorar la calidad del reciclado, papeles con propiedades antimicrobianas en el envasado de alimentos, entre otros.

La subsecretaria de Política Industrial, Daniela Ramos destacó en todo momento la importancia de los temas tratados en la submesa y comprometió acciones para incentivar las propuestas realizadas, a la vez que comentó que los avances que se fueran logrando serían consensuados en el ámbito público privado, con el fin de arribar a los necesarios consensos.

Participaron de la reunión Daniela Ramos, subsecretaria de Política Industrial; Antonio de Luca, Jefe de Gabinete de la Subsecretaría de Política Industrial; Juan Galeano, Director Nacional de Desarrollo Sostenible de la Subsecretaría de Política Industrial; Sandra Panes, Directora Nacional de Competitividad de la Subsecretaría de Gestión Productiva; Ornella Calvete Directora Nacional de Proyectos Estratégicos de la Subsecretaría de Gestión Productiva; Diego Boriosi, Subdirector de la Dirección de Promoción de Inversiones de Cancillería; Luis Olmo Director de Industria Forestal de la Secretaría de Bioeconomía; Edgardo Fontana, Director de Laboratorios de Celulosa y Papel del INTI; María Cristina Area, Directora del Programa de Celulosa y Papel de la Universidad Nacional de Misiones.

Por la parte privada estuvieron presentes: por la Asociación de Fabricantes de Celulosa y Papel (AFCP) su presidente, Claudio Terres de Ledesma y miembros de la mesa Ejecutiva:  Jorge Martinez Falino de Celulosa Argentina, Carlos Malmorea del Grupo Arcor, Agustina Schcolnik de Celulosa San Pedro, así como Néstor Nisnik, Gerente de AFCP. Por CONFIAR estuvieron presentes Claudia Peirano, directora ejecutiva de la Asociación Forestal Argentina (AFoA) y Fernando Couto, director ejecutivo de la Federación Argentina de la Industria Madera y Afines (FAIMA).

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