Cuba libre o libertaria

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El gobierno nacional argentino desempolvó una vieja disputa de los años de la Guerra Fría, al poner en discusión la situación del famoso embargo de Estados Unidos sobre Cuba. La situación, que ya lleva más de 60 años, parecía cosa del pasado pero el giro ideológico del gobierno argentino con Milei a la cabeza demuestra una vez más su férrea decisión de alineamientos y rupturas de índole internacional.

¿Qué es el embargo sobre Cuba?

En tres etapas (1958, 1960 y 1962) Estados Unidos decidió comenzar un proceso de cepo sobre el comercio internacional de la isla cubana, es decir, no permitir que comercien libremente. La gota que rebalsó el vaso fue la decisión de adoptar el marxismo leninismo como doctrina política, económica y filosófica, rompiendo lazos en su totalidad con Washington, en una relación que ya venía desgastada desde el régimen de Fulgencio Batista.

Este embargo no es otra cosa que el impedimento absoluto de exportaciones e importaciones en Cuba. Cuando arrancó esta problemática no parecía dilema mayor, debido a que en un contexto de mundo bipolar, el comercio con la Unión Soviética hacía que el cimbronazo no sea tan fuerte. Con el correr de las décadas, el debilitamiento de la economía interna soviética se fue evidenciando en el comercio internacional y trajo aparejado el desmejoramiento de la situación de Cuba, siendo la década de los 80’s una situación de quiebre. Lo peor, sin embargo, vendría con la caída y desintegración de la Unión Soviética en 1991 y el arribo de la globalización. Ese triunfo estadounidense sólo sirvió para profundizar una crisis que tenía rehenes a los propios cubanos.

Durante muchísimo tiempo se discutió sobre la eficacia o necesidad de mantener este embargo. El trasfondo era meramente ideológico. En plena Guerra Fría, tener a un país tan cercano en términos geográficos como Cuba, donde había triunfado una revolución de corte socialista, era una amenaza para el entramado geopolítico planteado por Washington.

En su momento, la epopeya encabezada por Fidel Castro, Ernesto “Che” Guevara y Camilo Cienfuegos, fue una situación políticamente poética. La isla que fue liberada de los españoles gracias a Estados Unidos, con una serie de gobiernos corruptos y con el broche de oro de la dictadura tiránica de Fulgencio Batista, se levantó contra quienes pregonaron su historia reciente. Además, la Revolución Cubana significó que Estados Unidos comenzó a tener un apéndice de su enemigo en el patio de la casa. Ideológicamente, Cuba se transformó en un emblema latinoamericano de la Guerra Fría.

Hoy en día la situación es muy distinta. Ya no están los Castro, los Guevara ni los Cienfuegos. La utopía revolucionaria es algo que quedó en los libros cuando ve el sometimiento al cual está acostumbrado el pueblo cubano. Más allá de que todo revolucionario se transforma en un tirano con el tiempo, el embargo fue un determinante primordial para el empobrecimiento de Cuba, a tal punto de no permitir la compra de medicamentos o insumos sanitarios. El embargo que funciona hasta el día de hoy sigue ocasionando los problemas de desabastecimiento a los cuales estamos acostumbrados a ver en redes sociales o en medios de comunicación. Así como el comunismo ya es cosa del pasado, el embargo sobre Cuba también lo es.

El voto de la discordia

La ex canciller Mondino votó a favor del fin del embargo sobre Cuba y empezó el escándalo. La mayoría de los países del mundo votan, en el plenario de Naciones Unidas, por el cese de esta medida, aunque claro, Estados Unidos ignora por completo esto. Es una situación hasta casi protocolar.

Todo estalló cuando se tomó la medida de echar a Mondino por esto, y ahí está el meollo de la cuestión. El alineamiento argentino en términos internacionales es total y efectivo, algo que en la política exterior argentina no se había visto con tanta rudeza en mucho tiempo. El alineamiento de Milei con Estados Unidos es tan fuerte que hasta un voto sobre el fin del embargo de Cuba es cuestión de vida o muerte política.

Asimismo, Argentina rompió una suerte de tradición. La situación del embargo comienza por una aprobación contundente de nuestro país y casi toda América Latina en 1962. La presión de Estados Unidos era tal que votaron a favor del embargo al principio. En 1973, con la figura de Cámpora, principalmente, se rompe esta decisión y comienzan a votar en contra del embargo. Durante la última dictadura cívico militar en nuestro país pasa algo curioso, Cuba decide apoyar la causa Malvinas para Argentina, siendo un gesto que mantuvieron durante el tiempo en Naciones Unidas. El gobierno de Menem, por su parte, tuvo idas y vueltas y algunas rispideces pero no pasó a mayores. El kirchnerismo reforzó los lazos con Cuba y Macri no pasó de una simple prédica contra el comunismo. En síntesis, la historia argentina marcó un entendimiento contra el embargo de Estados Unidos desde 1973, situación que sufrió la motosierra de Milei y donde la cortesía diplomática quedó de lado.

Pareciera ser que el presidente argentino es “más papista que el Papa”, dicho esto porque ni siquiera a los estadounidenses parece molestarles que el embargo se levante, de hecho, muchísimos habitantes de ese país ya crecieron en un mundo sin Guerra Fría.

Lo de Milei es una demostración de la exageración de toma de decisión para reconfortar al otro o para pertenecer a un sitio. Es el equivalente a quién se banca todo tipo de “burlas” o destratos para pertenecer a un círculo social determinado. Y no, Cuba no mueve ni por asomo la brújula ideológica o económica de Argentina. Es un país productor de azúcar principalmente, en donde el comunismo y la corrupción dejaron una cara muy pálida, sumado a un embargo agobiante. Es decir, no necesita que los bastardeen más.

Milei hizo de la diplomacia una simple prédica de su alineamiento y un paso más en su batalla cultural. La lucha contra un comunismo ya prácticamente inexistente es parte de su modelo discursivo que a tantas personas captó en las redes sociales, inclusive cuando parece que es la lucha contra un fantasma. Hoy es el rechazo al levantamiento del embargo y ayer fue la preocupación absoluta por la guerra entre Israel y Hamás, y así con cada acontecimiento internacional en donde la nueva Argentina de Milei busca demostrar que pertenece a un sitio donde realmente no está: la alta política global.

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“Estoy Aquí” es la nueva canción del cubano Jaykei 305

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El cantante cubano Jaykei 305, presenta su nuevo sencillo “Estoy Aquí” una canción motivadora, donde relató su vida de inmigrante, una dedicación a los soñadores y que trabajaron duro para salir adelante para ellos y sus familiares, esta canción conecta con la cultura latinoamericana. 

Jaykei 305, busca con “Estoy Aquí“, conectar aún más con su público, este joven cubano ha logrado labrarse un camino exitoso en su arduo esfuerzo y trabajo incansable en Estados Unidos, como un inmigrante más Jaykei busca rescatar los ánimos y la esperanza de esa masa que ha perdido su rumbo. 

Jaykei 305” es considerado uno de los artistas de la nueva escuela con más versatilidad a la hora de componer y cantar en diferentes géneros, sus composiciones se definen en canciones que llegan a quedarse en los hogares de quienes lo escuchan. 

El cantante y compositor cubano Jaykei 305, viene regalándonos grandes éxitos como lo son CandelaCubaneoLuna LunitaCoronaoFiesta Pal Mundo entre otros que acumulan miles de reproducciones presentando un éxito absoluto, para el artista no ha sido fácil llegar a este reconocimiento, pero su esfuerzo, dedicación y meta clara han hecho que este cubano comparta su corazón y música con el mundo. 

“Los sueños son lo que hacen la vida interesante, y superarlos es lo que hace que la vida tenga un significado, nunca dejes de soñar, levántate, suspira, sonríe, y sigue adelante” Gracias al maravilloso trabajo que ha venido interpretando junto a la empresa discográfica Farandula Records, radicada en Canadá, quien ha colocado un Jaykei 305 en el punto central para que el mundo pueda disfrutar de su gran ritmo. 

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En Cuba, la prioridad debe ser “arreglar la economía y atender las demandas en todo lo posible”

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(Por Martín Piqué) El gobierno de Cuba debe “tratar de arreglar la economía y atender las demandas de los cubanos en todo lo que sea posible”, ya que “eso es lo que está realmente en sus manos”, mientras que al “bloqueo, la política estadounidense y los sectores cavernarios de Miami es mejor considerarlos como factores constantes”, analizó el politólogo y jurista cubano Roberto Yepe en una entrevista telefónica con Télam desde el barrio Aldabó, en las afueras de La Habana, al cumplirse este lunes un año de las protestas que se iniciaron en San Antonio de los Baños el 11 de julio de 2021.

Yepe definió a esas manifestaciones como “un suceso bastante inédito” para la historia reciente de la isla, porque fue un proceso que “surgió realmente muy rápido y sin que eso implique un juicio de valor de ningún tipo hay que reconocer que acabó bastante rápido”, mientras que al repasar los reclamos que se expresaban en las calles dijo que la principal demanda estaba ligada a la economía y sigue vigente, dado que “las personas en Cuba necesitan urgentemente resultados en materia económica”, reiteró.

En diálogo desde su lugar de residencia, en el municipio Boyeros de la capital cubana, Yepe analizó también la relación entre Washington y La Habana, un tema que estudió largamente y del que se convirtió en un especialista, lo que lo llevó a concluir que la administración de Miguel Díaz-Canel debe priorizar “en lo que realmente está en sus manos” para mejorar la situación económica ya que Cuba seguirá coexistiendo por años con el bloqueo estadounidense y los sectores intransigentes de Miami “hasta que podamos tener nuevamente otro (Barack) Obama, pero parece más probable que primero tendremos otro (Donald) Trump”.

Yepe se graduó en Relaciones Políticas Internacionales y Derecho, cuenta con un máster en administración de negocios y fue docente en el Instituto de Relaciones Internacionales de Cuba y en la Academia Diplomática de El Salvador, donde se forman los diplomáticos de ambos países -un espacio similar al Instituto del Servicio Exterior (Isen) de Argentina-; desde hace tiempo escribe artículos para medios locales e internacionales al tiempo que sostiene su propio blog.

En el plano personal, Argentina tiene una presencia importante en su biografía porque su madre, la poeta de ascendencia griega Basilia Papastamatíu, nació en Buenos Aires aunque en 1969 se establecería en La Habana, una historia que a Yepe le dejó un cariño especial por el país natal de la mujer que lo dio a luz, al que calificó como “entrañable” tras asociarlo inevitablemente con el Che, Maradona, Gardel y con “los alfajores, esa maravilla que inventaron ustedes”.

-Télam: ¿Cuál es su balance del año que se cumplen de las protestas de julio de 2021?

-Roberto Yepe: Fueron acontecimientos inéditos, para nada usuales en Cuba, porque realmente sí hubo protesta, y junto a la protesta también ocurrieron disturbios o elementos delincuenciales que se aprovecharon de la situación. Hubo también una protesta pacífica, genuina. Recuerdo que el presidente cubano (por Miguel Díaz-Canel) lo reconoció inmediatamente en su momento, durante las intervenciones iniciales, cuando empezó por San Antonio de los Baños. En esa fecha en Cuba ocurrió una tormenta perfecta. Una combinación de descontento de muchos años de crisis económica que a la vez coincidió con un momento en el que parecía que la pandemia se iba de control. Y todo eso se combina con el hecho de que con la pandemia estaba cerrada la emigración. Esa acumulación de circunstancias explica lo que sucedió. Hubo un temor en materia económica, por muchos años de inmovilismo, de malas decisiones. Esa explosión de descontento estuvo además estimulada por las redes sociales, con fenómenos que conocemos del mundo entero. Para Cuba fue un suceso bastante inédito, que surgió muy rápido y también -y sin que esto implique un juicio de valor de ningún tipo- acabó bastante rápido.

-T: No fue la primavera árabe, digamos.

-RY: Eso no quiere decir en modo alguno que ahora mismo no existan tensiones sociales importantes, porque muchas de las cuestiones de fondo que provocaron lo del 11 de julio permanecen. Hoy en Cuba la pandemia está bastante controlada, es el único país de Latinoamérica que creó cinco vacunas propias. Y actualmente sí está funcionando la vía de escape inmigratorio. Son elementos que aflojan la tensión. Pero un tema de fondo es sobre todo la crisis económica.

-T: ¿Cuáles son los principales problemas de esa crisis?

-RY: Los problemas internos, las insuficiencias o los errores y problemas de origen del sistema económico cubano, más el bloqueo estadounidense, que es una realidad innegable, que dura más de 60 años, no tiene paralelos históricos en el mundo, se recrudeció mucho con el gobierno de Trump y al que el gobierno de Biden no cambió en lo más mínimo. Con las novedades que introdujo Trump para fortalecer más el bloqueo se creó una situación de acoso, con la persecución a cualquier barco que llegara a Cuba a traer alimentos o combustible. Eso viene desde el año ’95, con la ley Torricelli. En plena pandemia, hubo persecución a cualquier operación cubana para traer materiales, oxígeno, medicamentos o material médico. El bloqueo es un cerco económico que tiene como objetivo lograr que el sistema político cubano colapse de la peor manera posible. Que funcione como escarmiento para todos los tiempos, de que adoptar un camino independiente de EEUU tiene un precio muy alto, impagable. El bloqueo es algo con lo que ya Cuba tiene que lidiar, desgraciadamente, como un factor constante. Por otro lado, yo soy consciente y estoy de acuerdo en que en el discurso oficial, en los medios oficiales cubanos, hay un uso y quizás un abuso al ponerle al bloqueo como causa a cualquier problema. Eso hace que la denuncia de ese fenómeno, que es real, pierda efectividad y credibilidad.

-T: En el período de Obama, estuvo durante un tiempo John Kerry como secretario de Estado, un irlandés y católico, como también Biden. Y en ese momento es que el papa Francisco viaja a los dos países y se inicia un descongelamiento histórico de las relaciones entre EEUU y Cuba. ¿En qué quedó todo eso?

-RY: Fue un descongelamiento muy efímero, desgraciadamente. Se anunció en diciembre de 2014 y duró hasta que terminó el mandato de Obama, en enero de 2017. Dos años y un poquito más. Durante ese breve período la economía cubana se animó bastante. Los intercambios de todo tipo -científico, tecnológicos, culturales- se incrementaron muchísimo. Y se ordenó mucho el tema de la emigración. Lamentablemente, el gobierno actual (de EEUU), aunque el presidente (por Biden) haya sido vice de Obama, no ha movido nada para retomar todo eso.

-T: ¿Influyó en esta situación el peso político de la comunidad cubana de la Florida?

-RY: Es un factor importante pero quiero decir que no está demostrado científicamente que los cubanos que abogan por recrudecer y ser hostiles hacia Cuba sean determinantes electoralmente. De hecho, Obama siempre ganó en la Florida las elecciones y lo ganó con otro enfoque. Esa interpretación es muy interesada, muy conveniente para un buen manipulador.

-T: Los cubanos estudian mucho a EEUU y por obvias razones EEUU también estudia y está muy atento a Cuba. Se hablado mucho de las 90 millas que separan ambos países. ¿Cómo analiza esa relación, casi de enemigos íntimos?

-RY: Es una relación muy compleja de adversarios políticos actualmente, pero entre las dos sociedades es una relación mucho más profunda que eso. Es como una relación amor-odio, sin duda, también. Y no se puede desconocer que hay más de un millón de cubanos o de origen cubano viviendo en EEUU. Entonces, indudablemente, hay una interrelación, una interdependencia social.

-T: ¿Cuba se convirtió en una economía de monoproducción volcada a los servicios, en particular al turismo? Porque esa estructura económica resultó muy vulnerable a la pandemia.

-RY: Sí, la pandemia afectó de manera brutal al turismo, que es un sector importante aunque no creo -y esto quizá sea una opinión minoritaria- que sea estratégicamente buena para Cuba. Pero yo no diría que la economía sea tan monoproductora como quizás lo fue en un tiempo con el azúcar. Hay una importante producción de níquel, que ha tenido problemas, pero es una importantísima fuente de ingresos también. Hay una diversificación en algunos sectores que son más o menos competitivos, como la exportación significativa de medicamentos. Cuba es el único país latinoamericano que logró vacunas autóctonas nacionales contra la Covid-19. Pero, en general, esos sectores no son suficientes para sacar a la economía cubana de la crisis del turismo. Sobre todo, la pandemia tuvo un impacto muy negativo porque sí es una importante fuente de ingreso para las personas: en ese sentido tuvo un impacto muy, muy negativa. Aunque si me preguntaras mi preferencia, yo preferiría una orientar la economía a actividades que ofrezcan más valor agregado, mayor desarrollo industrial, productivo, material, para que el turismo tuviera un peso porcentual relativo del PIB mucho menor. El problema de la economía cubana es que está en una crisis sistémica de manera integral.

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Cumbre de las Américas, choque de visiones

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Uno de los eventos más importantes a nivel geopolítico continental tuvo lugar en Estados Unidos, en el corazón del estado de California. Hablamos de una nueva Cumbre de las Américas, en este caso la edición IX, que se dio en la ciudad de Los Ángeles y que estuvo repleta de polémicas, curiosidades y aspectos a analizar. En ese sentido, la tan ansiada Cumbre dio mucho que hablar en una semana repleta de actividades para los líderes americanos que se dieron cita en el encuentro.

Ausencias y presencias

Las polémicas comenzaron antes de la cumbre que tuvo lugar entre el 6 y el 10 de junio. Joe Biden, presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, comenzó a agitar el avispero político latinoamericano desde la lista de invitados. Desde hace varios meses antes del inicio de la cumbre, el demócrata fogoneó la posibilidad, e inclusive en tono de amenaza, del veto de países de suma importancia para la región. Hablamos de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Los deseos del Tío Joe fueron órdenes y se hicieron realidad. Finalmente, esta tríada de países latinoamericanos fue excluida de la IX Cumbre de las Américas. Las razones abundan desde Washington. En principio, y según deslizó la mismísima Casa Blanca, la cuestión principal es ideológica y de manejo político. Estados Unidos acusó a estos países de tintes socialistas de ser dictaduras sanguinarias donde no se reconocen Derechos Humanos fundamentales. Desde esta perspectiva, Joe Biden, Kamala Harris y Antony Blinken sentaron una rígida postura que no fue bien recibida desde el centro y sur de América. 

La cuestión ideológica es llamativa, en principio porque Joe Biden abogó por mayor pluralidad y cooperación con los países latinoamericanos en su discurso preelectoral. Y, por otro lado, que es algo que pareciera tener mayor flexibilidad, es la relación Estados Unidos-Cuba. Entre tantos avances y retrocesos, la Cumbre de las Américas del 2022 marcó un claro retroceso en cuanto a relaciones diplomáticas refiere entre estos países. En este apartado, cabe una comparación con lo sucedido en la Cumbre de las Américas de 2015 que se realizó en Panamá. Allí participó Cuba y hubo un encuentro histórico con Estados Unidos tras 50 años, que fue materializado con un apretón de manos entre Barack Obama y Raúl Castro, ambos máximos mandatarios en esos años. 

Si nos remitimos a la actualidad, Biden decidió tomar una distancia considerable de la cuestión cooperativa con Cuba, en disidencia con las decisiones tomadas por el expresidente Obama. Y por el lado de Cuba, a Miguel Díaz-Canel no le tembló el pulso para apuntar sagazmente con su discurso contra Washington, acusándolos de tener una acción represiva, de discriminación y de generar una situación rupturista para con la región latinoamericana.

Los otros dos países vetados fueron Venezuela y Nicaragua. Estos países siguieron el mismo camino de Cuba en el marco de las decisiones de Biden de no tenerlos en cuenta para esta novena edición de la Cumbre de las Américas, casi por un efecto rebote, en cuestiones ideológicas. Tanto Venezuela como Nicaragua mantienen, con total controversia y discusiones, ciertos modelos socialistas, cercanos a la experiencia cubana. Más allá de esto, la situación se vuelve más confusa cuando se comprende que Estados Unidos es uno de los más grandes compradores de petróleo a Venezuela, y potenciado aún más por el contexto de la crisis energética global generada por la Guerra en Ucrania. Este año, Biden se refugió en el petróleo de Maduro y allí parece no importar los Derechos Humanos. 

Cierto es que estos países tienen en su haber una gran cantidad de polémicas relacionadas a la falta justamente de los derechos fundamentales del hombre y la mujer. Cuando se habla de Cuba, Venezuela y Nicaragua, generalmente se asocia a problemáticas concernientes con la falta de disidencia política, la persecución, arrestos ilegales e inclusive represiones que llevan a la muerte a personas opositoras al régimen. Biden, al mejor estilo Tío Sam, parece sólo mirar la paja en el ojo ajeno. Estados Unidos es el país con mayor cantidad de invasiones en el extranjero en las últimas décadas, incluyendo delitos de profunda complejidad como el de crimen de guerra. 

Cabe hacer una lectura entrelíneas acerca de la decisión de Joe Biden que es mucho más profunda que un simple desencuentro ideológico, propio de la Guerra Fría. En un contexto macro, es la guerra ruso-ucraniana la que vuelve a tomar importancia. Cuba, Venezuela y Nicaragua son aliados estratégicos regionales de Rusia, y además son países que no han condenado con total seguridad ni con sanciones a las acciones de la patria de Putin sobre el suelo ucraniano. En base a eso, el mensaje es el siguiente: Cuba, Venezuela y Nicaragua son aliados de Putin, por ende, no pueden entrar a Estados Unidos. Y al no participar de la Cumbre de las Américas, se los excluye directa e indirectamente de las decisiones continentales. Ese mensaje no solamente se remite a una cuestión de simpatía o “amistad” de la tríada socialista latina con Putin, sino que denota que Estados Unidos sigue teniendo la suficiente autoridad como para decidir por todo el continente. Hacen honor a su gentilicio interno, los estadounidenses se dicen americanos y durante esta semana han decidido por sobre el resto de los países que integran América.

El día después del veto 

Las reacciones ante la decisión de exclusión que tomó Washington contra los países de Díaz-Canel, Maduro y Ortega fueron diversas, polarizadas e inmediatas. La más fuerte de ellas vino desde un vecino país de Estados Unidos. México hizo un repudio público a través de su presidente Andrés Manuel López Obrador. El mandatario mexicano se rehusó a asistir a la cumbre llevada a cabo en Los Ángeles, pero sin embargo sí participó una delegación en representación de su país. De hecho, el mismo AMLO habló de la participación de la IX Cumbre de las Américas bajo protesta, ante el veto contra Cuba, Nicaragua y Venezuela. La figura del presidente mexicano era clave para Joe Biden, y simbólica y comunicativamente, López Obrador le dio un disgusto. Estados Unidos necesitaba tratar asuntos relacionados a las crisis migratorias que provienen desde Centroamérica, pasan por México y terminan en la enorme frontera común. De hecho, la crisis migratoria continúa agravándose y en el trajín de la cumbre se han visto movilizaciones monumentales de centroamericanos intentando llegar a Estados Unidos, asentarse y tener una mejor vida, entendiendo la mayor posibilidad de movilidad social ascendente que se pueda dar una vez que penetren las fronteras protegidas por “la migra”. 

El repudio no quedó solamente en AMLO y en Norteamérica. A la decisión de no asistir se les sumaron Bolivia y Guatemala, de la mano de sus presidentes: Luis Arce y Alejandro Giammatei. Ambos países se sumaron al boicot contra Estados Unidos. A ellos se les sumaron los 13 países que integran la Comunidad del Caribe (CARICOM). Un revés que no esperaba Joe Biden y que termina significando una derrota en su proceso de integración con Latinoamérica. 

Si uno habla de política internacional, es una clara derrota de Estados Unidos y que genera, en perspectiva globalista, una mayor desconfianza en Biden como el líder de occidente. Esto es importantísimo para Estados Unidos, entendiendo que, en un contexto de guerra en Europa, el cual puede agravarse en cualquier momento, tener una figura rígida en el marco de decisiones en el exterior es clave para Occidente, y la demostración de un boicot generado en su propio continente, no deja bien parado a Washington, e inclusive puede verse vulnerable ante semejante escenario. 

En tanto, hubo países que se presentaron en la cumbre, llevando la bandera del mensaje de unidad y de la disconformidad con la decisión estadounidense. Tal es el caso de Alberto Fernández y Gabriel Boric, quienes han dicho presente, pero han disparado contra la decisión de Biden. Y, por otro lado, hay países que no han discrepado en ningún aspecto con la decisión de vetar a Cuba, Venezuela y Nicaragua, es el caso de Brasil del siempre polémico Jair Bolsonaro y de Uruguay, bajo la presidencia de Luis Lacalle Pou, quien finalmente no asistió por dar positivo en COVID – 19. 

Argentina in L A 

La delegación argentina llegó a esta IX Cumbre de las Américas con una gran serie de disyuntivas. Por un lado, el hecho de participar, pero no guardarse ninguna crítica por las ausencias forzadas desde Estados Unidos. Alberto Fernández consideró que el hecho de ser anfitrión no le da la capacidad a Washington de excluir a otros países americanos. Asimismo, Argentina ofició de representante de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y aclaró su preocupación en “que impidan que todas las voces del hemisferio dialoguen y sean escuchadas”.

De hecho, si hablamos de representación latina en la bandera celeste y blanca, fue el mismo presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, quien aclaró que Alberto Fernández fue el señalado para llevar las voces venezolanas a Los Ángeles.

La presencia argentina en la Cumbre de las Américas 2022 se complejiza aún más, comprendiendo una necesidad de características simbólicas para con Estados Unidos. La reestructuración de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional no solamente se entiende por el hecho de llevar adelante un programa económico que agrade a los acreedores (FMI), sino también con cierta cordialidad política y diplomática con el gran país del norte. La presencia de Alberto Fernández mucho tiene que ver con continuar obteniendo los vistos buenos de Joe Biden para mantener cierto crecimiento económico mientras se salde la deuda con el Fondo Monetario Internacional. Una situación prácticamente de parentesco que se explica nuevamente la importancia del capital social para tener resultados positivos. 

Asimismo, y de manera paralela a estas cuestiones, Argentina busca rubricar una serie de inversiones en distintos rubros del sector productivo nacional para los próximos meses y años que potencien aún más a una economía en reconstrucción. La necesidad de tener aliados poderosos es una estrategia llevada adelante por la política de consenso de Alberto Fernández. En menos de un año, el presidente argentino se ha mostrado cerca de EEUU, Francia, Alemania, Rusia y China. Todos ellos, países que responden a intereses yuxtapuestos, sobre todo en una vieja disputa Occidente – Oriente. 

Otra cuestión a tener en cuenta cuando se analiza la presencia de Alberto Fernández en la IX Cumbre de las Américas, se basa en el posicionamiento de Argentina como un líder regional. Las ausencias de los países socialistas en conjunto con México y Bolivia, sumadas a la reciente imagen que tiene Gabriel Boric en Chile y Xiomara Castro en Honduras, posicionan al gobierno de Fernández como el máximo representante del progresismo en Latinoamérica. Por un lado, esto tiene preponderancia bajo la premisa de que siempre es positivo ser la referencia máxima en un evento diplomático de supina importancia; y por otro, la posibilidad de obtener una mayor visibilidad diplomática que traiga a colación beneficios a futuro para Argentina. 

La tierra colorada tuvo su representante en esta novena edición de la Cumbre de las Américas. El intendente de Posadas, Leonardo Stelatto participó y disertó en el capítulo de los alcaldes. Con presencia en Los Ángeles, el mandatario de la capital provincial, habló de las políticas a corto, mediano y largo plazo llevadas adelante en Posadas desde la perspectiva de la sustentabilidad, la sostenibilidad y el cuidado del ambiente. Estos tópicos fueron de los temas principales de debates entre los jefes de estados americanos, y allí, en el marco de una agenda global, Misiones tuvo su representante. Asimismo, un dato que no es menor, es que “Lalo” Stelatto fue el único intendente argentino en participar en la Cumbre, junto a otros alcaldes o jefes comunales de todo el continente. Posadas fue vista como una Smart City en Los Ángeles. 

Primeros resultados de la Cumbre 

Pasando por encima la imagen internacional que dejó Estados Unidos ante el veto contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, y el boicot generado por una gran cantidad de países americanos contra Joe Biden, hay una serie de acuerdos directos e indirectos de carácter bilateral que se pueden visualizar. 

Centrado en las problemáticas principales, como se nombró previamente, la sustentabilidad, los objetivos climáticos y las energías renovables fueron ejes primordiales de la agenda de la IX Cumbre de las Américas. Lógicamente que la voz cantora principal la tuvieron Estados Unidos y Canadá, aunque con buen presencia argentina y chilena en ese aspecto, y, además, hubo una reunión esperada en este aspecto: Biden – Bolsonaro. Estos líderes se reunieron con el tópico, entre tantos otros, de debatir la problemática del Amazonas, el mal manejo de políticas medioambientales en Brasil y la queja constante de los pueblos originarios del Amazonas por el avasallamiento de sus territorios mediante el accionar extractivo de empresas privadas. Cabe recordar que Bolsonaro había criticado, hace unas semanas, la llegada a Biden al poder y volvió a esbozar el concepto de fraude electoral en los comicios que impidieron la reelección de Donald Trump en Estados Unidos.

La noción del cuidado del ambiente como parte de una política integral americana, guarda mucha relación con lo sucedido casi paralelamente en el viejo continente. Los eurodiputados tomaron una serie de medidas que benefician al cuidado del ambiente en esta semana, e inclusive planteando el debate de restringir el uso de autos a combustión para la próxima década. No es casualidad que los jefes de estados americanos busquen consenso en ese punto de vista. 

En consecuencia, con lo explicado en el principio acerca de la crisis migratoria en el centro y el norte de América, aquí también hizo hincapié Estados Unidos. Más allá de la ausencia de Andrés Manuel López Obrador, la misma delegación estadounidense hizo oficial su intención de un paquete monetario que se inyecte en los países centroamericanos que ofician de génesis de las corrientes migratorias. Según Kamala Harris, la vicepresidenta estadounidense, anunció un compromiso con el sector privado expresado en más de 1,9 mil millones de dólares destinados para la creación de oportunidades económicas en tres países en particular: El Salvador, Honduras y Guatemala. Asimismo, Washington anunció la creación del Cuerpo de Servicios Centroamericano, con una iniciativa del sector público y privado, y con una visión filantrópica de 50 millones de dólares. La vicepresidencia de Estados Unidos también aseguró el compromiso de su gobierno con el sector privado para empoderar económicamente a las mujeres en Centroamérica. Estas medidas buscan generar un efecto positivo al interior de dichos países para evitar oleadas de migrantes que busquen como destino a EEUU.

Cabe aclarar que una gran suma de migrantes que se sumen casi indirectamente al mercado laboral informal estadounidense puede llegar a generar una serie de problemáticas económicas en distintas urbes de EEUU. Entendiendo que, a mayor mano de obra disponible, más trabajos pueden ocuparse, y al haber mayor demanda y menor oferta, los sueldos y las mensualidades pueden decrecer. Esta es una de las preocupaciones principales de los alcaldes y gobernadores estadounidense de las urbes que generalmente son elegidas por los migrantes que huyen de las crisis económicas, sociales y políticas de sus países de origen. 

Asimismo, también se suman temáticas relacionadas a la salud, en un contexto donde continua la pandemia de COVID – 19 y cada tanto se generan nuevas olas en distintos países americanos, y a eso sumarle la alerta epidemiológica de la viruela del mono, presente ya en varios países. De igual manera, cuestiones relacionadas directamente a la desnutrición infantil guardan estrecha relación con la pobreza existente en todos los países del continente americano, en mayor o en menor medida, pero con presencia, a fin de cuentas. 

Otra temática incluida en la IX Cumbre de las Américas es la inseguridad y la delincuencia. Esta llega en un contexto sensible en Estados Unidos, país anfitrión que se encuentra sumergido en una ola de críticas por el increíble número de tiroteos masivos que tienen lugar en suelo estadounidense prácticamente día tras día y con un profundo e histórico debate sobre el acceso a las armas. A eso se le suman los distintos parámetros de inseguridad en toda América, como mafias, pandillas y narcotráfico. Si bien se entiende que estas problemáticas tienen sus cimientos en cuestiones verdaderamente estructurales, los representantes presentes en la cumbre han hecho eco de su preocupación por el creciente número de situaciones relacionadas a la inseguridad en el interior de sus fronteras, cada una con sus propias características. 

Más que una cumbre, un escenario internacional Este concierto denominado IX Cumbre de las Américas desnudó una gran cantidad de variables ideológicas que se dan en el continente americano y las cuales ya se han analizado. Ahora queda pensar en cómo se va a configurar el mapa geopolítico del continente luego de las rispideces y las diferencias generadas en este evento diplomático. Hay que comenzar a pensar en un mayor deterioro de la relación de EEUU con los países socialistas de Latinoamérica, y en ese punto, las implicancias económicas de este enfriamiento diplomático. En consecuencia, cabe preguntarse se repercutirá en el crudo de petróleo venezolano vendido día a día a Estados Unidos, en el bloqueo económico que el país de Biden ejerce sobre Cuba desde 1962 y en el paquete económico que prometió Washington para países centroamericanos como Nicaragua. Asimismo, habrá que comenzar a pensar en que, si los países latinoamericanos fortalecerán la CELAC o una nueva comunidad de integración regional por fuera de los intereses directos de Estados Unidos y Canadá, y si la confianza en la Organización de Estados Americanos será unánime, luego de su fatídica actuación en el golpe de estado en Bolivia en 2019 y su repudio público en la cumbre. Finalmente, habrá que pensar que sucede con los países que han respaldado con efusividad las decisiones tomadas por Washington. Es necesario pensar en Colombia, Uruguay y Brasil y en un potencial mejoramiento de las relaciones bilaterales con Estados Unidos y, casi como anexo, un mayor respaldo económico interior y exterior. El teléfono de la Casa Blanca volvió a sonar y Latinoamérica se expresó.

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Tras una fuerte explosión, se derrumbó un histórico hotel de La Habana

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Ocurrió en La Habana vieja y los bomberos trabajan en el lugar. Hay al menos ocho muertos y unos 30 heridos, según las autoridades.

Una explosión destruyó el hotel Saratoga del centro de La Habana, Cuba, este mediodía. Los bomberos trabajan en el lugar, que está ubicado cerca del Capitolio. En Twitter, la Presidencia cubana informó de al menos ocho muertos y una treintena de heridos.

“Todavía hay personas atrapadas. El hotel no estaba en operaciones, pero estaban los trabajadores del hotel. Las personas que iban transitando en ese momento cerca de las edificaciones sufrieron lesiones”, informó Reynaldo García Zapata, Gobernador de La Habana.

Se cree que podría haber más víctimas y medios locales hablan de al menos 13 desaparecidos. Según Cuba Debate, varios de los heridos están graves y están siendo operados en hospitales de la zona. Al menos ocho tuvieron que ser intubados.

Alexis Acosta Silva, intendente de La Habana Vieja, dijo que todos los niños de la escuela cercana al Hotel Saratoga fueron evacuados y ninguno sufrió daños.

El director provincial de Salud, Emilio Delgado Iznaga, señaló que el sistema de Salud en La Habana se encuentra activo en su totalidad y que varios ciudadanos están donando sangre.

Tal como lo muestran las imágenes, los primeros cuatro pisos del hotel quedaron prácticamente destruidos, con montones de escombros y vidrios alrededor.

“Se sintió un estruendo tremendo y una nube de polvo que llegó hasta el parque (de enfrente), mucha gente salió corriendo”, dijo a la agencia de noticias AFP Rogelio Garcia, conductor de un bicitaxi que iba pasando justo en el momento de la explosión.

“Lo que se sintió fue una explosión estremecedora y todo eso se vino abajo”, dijo otra mujer que traía aún polvo el rostro y que no quiso dar su nombre.

Policías acordonaron con cintas amarillas dos cuadras a la redonda. A los alrededores del hotel llegaron al menos dos ambulancias y cinco autobombas. el presidente Miguel Díaz-Canel llegó al lugar del accidente.

Yazira de la Caridad, que vive en un edificio a una cuadra del hotel, relató a la agencia de noticias AP que “el edificio se movió todo, pensé que era un temblor. Tengo todavía el corazón en la mano”. El hotel se encuentra en una zona de edificaciones antiguas y deterioradas, por lo que cientos de vecinos salieron a las calles ante el temor a nuevas explosiones.

El Saratoga fue fundado en 1933. Se trata de un hotel de “categoría cinco estrellas plus” que tiene 96 habitaciones, dos bares, dos restaurantes, spa, gimnasio y pileta en la terraza con una vista panorámica de la ciudad, según se informa en el sitio del albergue de fachada neoclásica con ventanas francesas.

Asimismo, desde AFP confirmaron que el edificio, ubicado a pocos metros de Prado, la avenida principal del centro de La Habana, estaba en reparación.

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