La empresa forestal Pomera Maderas aumentó su superficie forestal certificada FSC®
La empresa forestal ha incorporado 3.000 hectáreas adicionales a su superficie certificada bajo el reconocido sello internacional FSC® de manejo forestal responsable. Esta expansión se ha llevado a cabo en un establecimiento ubicado en Santo Tomé, provincia de Corrientes.Pomera Maderas ha mantenido su compromiso con la certificación FSC® desde el año 2006, bajo el certificado SGSCH-FM/COC-002791 (FSC® C016482). Además, su planta impregnadora de postes cuenta con la certificación SGSCH-COC-830013 (FSC® C181810).En Argentina, la empresa se encuentra entre las 11 compañías que han obtenido la certificación de manejo forestal responsable. La nueva superficie certificada de 3.000 hectáreas corresponde a un terreno recientemente adquirido por la empresa, previamente destinado a la ganadería y que ahora será utilizado para la plantación de pino y eucalipto, según informaron representantes de Pomera Maderas.El sello FSC® respalda la gestión responsable de la empresa, que se compromete a cumplir con los principios y criterios del FSC®. Estos abarcan desde la preservación de valores naturales y socioculturales de alto impacto hasta el mantenimiento de relaciones comunitarias y derechos laborales, así como la supervisión de los impactos ambientales y sociales derivados del manejo forestal.
Pensar en el uso sostenible de la biodiversidad conduce indefectiblemente a pensar en el arraigo, pues los territorios se conservan siempre que las comunidades permanezcan en ellos y; para que eso suceda, es preciso otorgar herramientas y recursos a las personas. Bajo esta pequeña gran premisa, hay quienes están liderando un cambio de paradigma en el sistema productivo misionero.
Nilda Rivas, de Paraje Gentil y Raúl Ramírez, de Colonia Yabotí, son dos agricultores que hoy se posicionan como referentes en un escenario en el que la agricultura es amiga de la naturalezay deja de ir en contra de ella.
La instalación de parcelas agroforestales sucesionales con fines productivos y educativos en sus chacras, desplegó un abanico de oportunidades hacia la regeneración del ambiente y la recuperación de la biodiversidad local, pero también hacia la reconversión y la generación de ingresos en la unidad productiva.
Pudieron lograrlo a partir del programa USUBI o Uso Sustentable de la Biodiversidad. La iniciativa que invita a un transformación socio cultural y abre un camino de oportunidades hacia sistemas agroforestales como productores de grandes beneficios económicos, sociales y ambientales.
El proyecto cuenta con financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y lo implementa el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación junto al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En Misiones, se articula con el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de Misiones y otras instituciones como por ejemplo la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), institución con la que recientemente se firmó una carta acuerdo. Al respecto, la coordinadora Marina Parra, comentó que “este camino que se consolida es un cambio de paradigma por la manera en que se concibe el territorio, la articulación interinstitucional, el rol que posee la universidad pública y el modo en que se crea conocimientos por medio del diálogo entre la academia y los saberes ancestrales y populares”.
Varios de los pequeños agricultores que participan del programa son ex tabacaleros y hoy están abocados a la producción de vinagres y mermeladas de frutas nativas. USUBI los asiste con acompañamiento y capacitaciones técnicas, y cuestiones vinculadas a la producción y comercialización de sus productos.
Los productos basados en la biodiversidad nativa son fundamentales para la subsistencia y la economía de las familias rurales y las comunidades locales. En ese contexto, las aristas de trabajo en territorio son variadas incluyendo frutales nativos, plantas medicinales, abejas nativas (miel de yateí) y aportes a viveros de Eldorado y del Jardín Botánico.
Se propician espacios participativos de diagnóstico, planificación, diseño, capacitación y acción. Además de las familias productoras, participan los jóvenes referentes del Programa de Capacitación y Entrenamiento Laboral “Promotores ambientales y del empleo verde en el marco de la articulación de USUBI, INTA y el Ministerio de Trabajo de la Nación.
Escalabilidad y replicabilidad son dos cualidades que tranquilamente se pueden asignar al proyecto. Y esto no es un dato menor en un contexto en el que la situación ambiental mundial es cada vez más alarmante y requieren actuar de forma inmediata. Pero también, la importancia radica en la capacidad instalada que permanece en las comunidades, más allá de los proyectos y financiamientos.
Acerca de los Sistemas Agroforestales. Contribuyen a la soberanía alimentaria de las familias productoras, eliminando la necesidad del transporte de los alimentos y la utilización de energía fósil; al utilizar fertilización natural -no agroquímicos-, produce alimentos sanos y de calidad.
Además de hortalizas, granos y frutales que generan otros productos, incluyendo árboles de biomasa destinados a nutrir y regenerar el suelo cubriéndolo con sus ramas y hojas al ser podados. Dichas especies fijan en el suelo gran cantidad de dióxido de carbono, uno de los gases de efecto invernadero más problemáticos. Justamente por esto, se considera que los sistemas agroforestales enfrían el planeta, a diferencia de la cadena de agricultura industrial que, según algunos grupos de investigación, producen más del 45% de los gases de efecto invernadero.
Los árboles maderables también sirven para otros propósitos tales como obtener leña, comercializar madera (lo que aminora la tala de dichas especies en el monte nativo) e incluso cultivar hongos comestibles en troncos.
Además, en los sistemas agroforestales las plantas crecen una muy cerca de la otra pero en tiempos de vida diversos logrando así un mejor aprovechamiento del espacio, la luz y el agua y; generando, las condiciones para que las plantas cooperen entre sí, mejorando continuamente las condiciones del suelo para las que son más exigentes y que viven mayor cantidad de años.
La organización de la plantación permite trabajar el suelo una sola vez y generar cosechas escalonadas. Así, por ejemplo, el primer año se cosecharía lechuga, tomate, pepino, porotos, arroz, etc. Luego, mandioca, ananá, banana, etc. Entre los 5 y 8 años, según la especie, se podrá cosechar los frutales (guaporeití, jaboticaba, cereza de monte, pitanga, ubajay, aguay, yacaratía, palmito, palta, mango y cítricos). Estos frutales serán abonados con las podas de árboles de biomasa y maderables (anchico colorado, cedro, caña fístula, caroba, viraró, timbó, ceibo grande, etc) y cuando lleguen a un diámetro esperado, se los aprovechará para comercializar madera de calidad plantada de forma sustentable y regenerativa. Debajo de ellos, crecerán otras especies maderables de crecimiento más lento (cancharana, grapia, loro negro, marmelero, rabo molle, guayubira, canela de viado, alecrín, incienso, guatambú blanco, etc). Estos árboles se quedarán en el sistema hasta lo último, junto con los frutales. Ellos también serán podados y alimentarán la vida del suelo y a los frutales durante todo el ciclo productivo.
También se podría cosechar la madera de estos árboles y sacar los frutales para reiniciar el ciclo productivo, pero esta vez, sembrando en suelos mucho más fértiles y más capaces de almacenar agua, gracias a que durante muchísimos años el suelo fue abonado por las plantas de biomasa.
El proyecto USUBI en Argentina, propone un enfoque conceptual, metodológico y político basado en el desarrollo territorial e integrando en el abordaje la sustentabilidad ambiental, la inclusión social, los derechos humanos, la transición hacia la agroecología y la soberanía alimentaria.
Además de Misiones, el PNUD acompaña iniciativas y equipos territoriales en Salta y Jujuy. Los equipos territoriales ecorregionales llevan adelante acciones sostenidas de articulación interinstitucional, capacitación y asistencia técnica, financiera, legal y comercial; destinadas a mejorar las oportunidades y condiciones de vida de productores/as rurales agrupados en asociaciones y cooperativas, y comunidades originarias en relación al uso sustentable de la biodiversidad, lo que ha posibilitado el desarrollo de experiencias en 14 sitios pilotos (parajes y localidades y municipios) .
El bienestar de las personas, el desarrollo de las comunidades locales y la conservación de la selva es igual a una combinación perfecta que da como resultado el triple impacto al que muchísimos proyectos aspiran alrededor del mundo.
Imaginar un proyecto con ese resultado de triple impacto en El Soberbio, una de las localidades misioneras con la mayor concentración de familias de pequeños agricultores abocadas hace más de 25 años a la producción de tabaco; es para algunos un tanto utópico. Sin embargo, en este contexto de usos y prácticas culturales sumamente arraigados tanto en el plano doméstico como en el productivo, hay personas que están movilizando estructuras para generar nuevos paradigmas.
Economis entrevistó a Patricio Persini, el principal referente al frente de Yevia, un proyecto disruptivo que propone un gran cambio cultural. Gestado a partir de la premisa de que toda empresa puede crecer y aumentar su rentabilidad de forma paralela al progreso de la comunidad; el proyecto avanza impulsando la producción agrícola sustentable para el desarrollo económico para las comunidades en situación de vulnerabilidad.
Desde el año 2015, el proyecto avanza en fases financiadas por la Embajada de Nueva Zelanda y con aportes del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Primeramente se cultivaron plantas madres de stevia rebaudiana bertoni en la reserva Aponapó y, en articulación con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), se implementaron talleres con las familias locales.
En vistas a retroalimentar el desarrollo comunitario, ofreciendo material alternativo para que cada vez más familias puedan integrarse al proyecto y canalizar su producción de forma directa y sin intermediarios; la segunda fase consistió en la entrega de plantines de forma gratuita a los productores y beneficiarios locales.
Actualmente se encuentra activo un cuadro de stevia en la comunidad Pindó Poty con 6 familias involucradas, y además hay colonos en la zona de Kaá Guy Porá. Próximamente se sumarán 5 familias nuevas que ya están esperando los plantines. “Estamos preparando los esquejes y calculamos que para septiembre ya tendrán los plantines”, señaló.
El impacto esperado no se limita al plano económico en las unidades productivas, sino que va más allá. Además del bolsillo del productor, se intentará marcar un antes y un después con la stevia, también en los aspectos sociales y ambientales. Patrició explicó que “por un lado, buscamos superar los ingresos que los productores tienen hoy en día con la plantación de tabaco, duplicarlos o triplicarlos y; por otro, acceder a esas tierras deforestadas y degradadas a causa del tabaco para restaurarlas con especies nativas”. Trabajar a nivel agropaisaje, implementar agroecología, poner en valor el rol de las mujeres en las tareas de vivero requeridas y crear nuevas áreas protegidas son las aristas que nutren la iniciativa y le van dando forma.
Con el incremento del número de beneficiarios y la compra garantida de la cosecha, bajo principios de Comercio Justo la comunidad podrá salir al mercado sin intermediarios y Yevia se comprometerá a retroalimentar al desarrollo comunitario para que cada vez haya más beneficiarios que se suban a la ola de la transición del tabaco hacia la stevia.
Patricio explicó que en septiembre de 2020 comenzaron a trabajar en redes sociales para comunicar los beneficios de la stevia. “La verdad es que tuvo un muy buen feedback porque ya que existe un gran nicho de mercado de consumo de productos naturales, orgánicos y a su vez ecológicos”.
A posteriori, se realizó una prueba de mercado con una degustación y lanzamiento, “el producto viene en bolsas biodegradables con almidón de maíz y con semillas nativas de regalo, eso gustó mucho. Además, ya que es un endulzante natural, hay muchas personas tanto del mundo fitness como diabéticos que buscan este tipo de producto para cuidar su salud”.
La salida al mercado está prevista a partir del mes de diciembre. La marca ya está registrada, el packaging diseñado y el Registro Nacional de Establecimientos (RNE) finalizado. Actualmente avanzan con el Registro Nacional de Productos Alimenticios (RNPA).
A través de e-commerce se implementará en una primera etapa la venta a nivel nacional, en locales de herboristerías, tiendas dietéticas y naturales, entre otros puntos de venta. Luego, en el mediano y largo plazo, se pretende avanzar con canales de comercialización en la Unión Europea y Estados Unidos, así como también Japón que es el principal importador de stevia.
“Estamos súper entusiasmado. Hay mucho potencial y estamos muy contentos con los resultados hasta ahora. A medida que esto avance, y el productor vea que se le paga la cosecha a un precio superior al tabaco, otros productores se irán sumando” señaló Patricio.
En este contexto de perspectivas a futuro, uno de los grandes desafíos tiene que ver con trabajo sostenido con las comunidades que integran el proyecto en vistas a lograr el cambio cultural. Para poder pensar en un producto orgánico por ejemplo, es necesario trabajar para evitar la contaminación cruzada y otras prácticas tradicionales pero no sostenibles tales como las quemas para limpieza y/o preparación de rozados.
El horizonte es muy amplio. Productos de yerba mate con stevia, blends con cultivos regionales como pitanga o jengibre, son algunos de los próximos pasos. ¿Las formas? Creación y ampliación de mercados internos y externos, certificación orgánica, denominación de origen y sistema B para potenciar la impronta de triple impacto.
Kaá Guy Porá es un proyecto que nació en 2011 para trabajar 14 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a través de los siguientes ejes: Turismo Rural, Programa de Producción Agrícola Sustentable, compensación de huellas ambientales y el Instituto Huellas para un Futuro. Una Comunidad Integrada, Una Reserva Sagrada, es la forma en que se denomina a la superficie de aproximadamente 19.000 hectáreas donde conviven más de 200 familias de pobladores locales -entre ellos de origen ucranianos, criollos, alemanes, y polacos- y, más de 500 pobladores distribuidos en cuatro comunidades Mbya guaraní.
Las obras correspondientes a la Estación Junín, avanzan mediante distintos trabajos complementarios que hacen a la totalidad del refugio. El mismo brindará capacidad para más de 100 personas y a partir de la combinación de seguridad, información, comodidad y sustentabilidad contará con características innovadoras.
En ese sentido, actualmente se está reparando la vereda sobre la calle La Rioja perteneciente a la Escuela N°1 “Félix de Azara”, en donde se colocarán baldosas podotáctiles, como las ya instaladas sobre calle Junín, que cuentan con una superficie diseñada para las personas con discapacidad visual usuarias de bastón. Este sistema tiene botones o domos que sirven de guía para un desplazamiento antideslizante y seguro de las personas ciegas, personas con baja visión y personas sordociegas.
Para lograr el mejoramiento de la acera, se levantó por completo el solado existente con el fin de optimizar la base y colocar el mismo revestimiento que se encuentra en la parada localizada entre Córdoba y Rioja. De esta manera, se mejorará el paso peatonal. Además, también se reparó el desagüe de la escuela con el fin de lograr un mejor corrimiento hacia los sumideros existentes.
Asimismo, también se están optimizando los accesos a la institución educativa, con rampas y minimizando el nivel existente, para reparar el ingreso a la institución escolar en todos los accesos peatonales.
La Mesa de Coordinación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en Misiones se puso en marcha este miércoles con una reunión en Casa de Gobierno. En este encuentro, representantes de distintos organismos acordaron la metodología de trabajo que emplearán para llevar adelante su tarea.
En 2015 la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó la Nueva Agenda Global de Desarrollo Sostenible, conformada por 17 Objetivos, que tienen como plazo de cumplimento el 2030. Argentina adhirió en 2017, al igual que Misiones. En la provincia, por decisión del Gobernador Oscar Herrera Ahuad, en 2020 el trabajo de coordinar la tarea interinstitucional de cumplimiento de los ODS está bajo la órbita del Ministerio de Coordinación de Gabinete, que conduce el ingeniero Víctor Kreimer. Coordinación de Gabinete se convirtió entonces en Punto Focal ODS y designó al ingeniero Carlos Medina como coordinador de la Mesa. En ese sentido, ya tomó contacto con el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, que es el órgano federal rector de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el país y conduce el proceso de adaptación a nivel nacional y acompaña técnicamente a aquellos gobiernos provinciales y municipales que manifiesten su interés en incorporar los principios y contenidos de la Agenda 2030 y los ODS. “Es un desafío importante el que tenemos por delante y la idea es trabajar en Mesas Interministeriales o Sectoriales, ya que de esos 17 objetivos surgen 169 Metas, que derivarán en 230 indicadores. Es un árbol que se va ramificando y demandará mucho trabajo en equipo”, indicó Medina. “Es un compromiso que debemos asumir entre todas las áreas. El Consejo Nacional se puso a disposición para llevar adelante las capacitaciones necesarias, que están disponibles y podemos empezar a tenerlas en breve”, adelantó el coordinador. Cada uno de los organismos deberá formar su Mesa Sectorial para recabar información, que luego será volcada en la Mesa. Es un trabajo minucioso, que llevará tiempo y busca ser lo más abarcativo posible.
Decisión política de Misiones
“La idea es empezar a trabajar, dar un primer paso formal para desplegar las Mesas sectoriales, para ver qué información tenemos disponible, cuál vamos a tener que elaborar o a quiénes más convocar para seguir agrandando esto”, indicó el Ministro Kreimer. “Debemos trabajar con más datos, más orden y tener un Norte bajo el cual alinear la gestión para ir cumpliendo esos objetivos”, añadió y aclaró que la ventaja es que la Provincia viene trabajando fuerte desde hace tiempo en distintos de los Objetivos como: Hambre Cero, Educación de Calidad, Salud y Bienestar, Acción por el Clima e Igualdad de Género, por ejemplo. El Ministro ratificó que hay una decisión política muy fuerte en Misiones para avanzar con el alineamiento a los ODS. Entre los presentes estuvo Marcos Santibañez, del Ministerio de Desarrollo Social, quien indicó que “lo importante acá es organizar datos para un punto de inicio”. Darío Díaz, en representación del Instituto Provincial de Estadística y Censos, añadió que “sobre esta temática elaboramos un informe hace dos años haciendo un diagnóstico en base a los objetivos, los indicadores y las metas”. “Tenemos algunos datos que pueden ser útiles y hay indicadores que son posibles construir pero demandarían más tiempo de procesamiento de la información”, agregó el funcionario del IPEC. De su lado, Antonella Pernigotti, del Ministerio de Trabajo y Empleo, aportó que su cartera viene siguiendo la temática con lo hecho en cuanto a la erradicación del trabajo infantil, en el análisis de datos provenientes del Observatorio de Violencia Laboral y de Género y las capacitaciones en género desplegadas en el marco de la Ley Micaela. Lucas Solís, del Ministerio de Coordinación, adelantó que junto con el Instituto Misionero de Estudios Superiores están ultimando detalles para el lanzamiento de una diplomatura sobre los ODS. Silvia Kloster, referente del Ministerio de Ecología en cuanto a Cambio Climático y quien ahora está colaborando en la recientemente creada Secretaría de Estado de Cambio Climático, elogió la decisión del Gobernador en aunar criterios en pos de las metas fijadas por la ONU. “En el area Cambio Climático avanzamos, pero no aún en indicadores, porque estamos en la tarea de trabajar con los inventarios, con las bases de datos. Tenemos que definir qué información necesitamos, qué tenemos. Habrá definir dentro de Cambio Climático qué vamos a trabajar”, explicó y reveló que “hay muchos municipios que están trabajando y muy bien en ese sentido”. Por el flamante Ministerio también acudió a la reunión en la Sala de Situación de Vicegobernación Mayra Berezowski. En tanto que como representante del Ministerio de Hacienda estuvo María Lucrecia González Forastier. Finalmente, Ana Do Nacimento, del Departamento de Educación Ambiental del Ministerio de Ecología, otra de las funcionarias presentes contó que desde su área “empezamos a identificar aquellas acciones de políticas públicas que lleva adelante nuestra cartera y vincularlas con su impacto social en relación con los ODS. Es un proceso de construcción y aprendizaje colectivo”.