Meta elimina el fact-checking: la desinformación gana terreno
Meta decidió eliminar el programa de verificación de contenidos (f3PFC, en inglés) en sus plataformas en Estados Unidos, generando un retroceso en la lucha contra la desinformación y un grave riesgo para la libertad de expresión y los derechos digitales de los ciudadanos.
Las consecuencias son la exposición de usuarios a la manipulación, la falta de moderación y la propaganda. Además, facilita la proliferación de discursos de odio y discriminación, con graves consecuencias en el debate público y la democracia.
Esta medida, anunciada inicialmente para Estados Unidos, representa un retroceso en la lucha contra la desinformación y un grave riesgo para la libertad de expresión y los derechos digitales de los ciudadanos.
El fact-checking juega un papel esencial en la era digital. Los verificadores de datos actúan como intermediarios confiables, ofreciendo contexto y evidencia para ayudar a los usuarios a discernir entre la verdad y la falsedad en línea. Al eliminar este programa, Meta deja a sus usuarios más vulnerables a la manipulación y a la propaganda, con un impacto significativo en la formación de la opinión pública y en la toma de decisiones.
Esta medida, que también incluye la eliminación de la moderación de contenido sobre temas como inmigración y género en Estados Unidos, crea un peligroso vacío en la lucha contra la desinformación. La falta de moderación, sumada a la ausencia de verificación, facilita la proliferación de discursos de odio, discriminación y propaganda, con graves consecuencias para el debate público y la democracia.
Como bien señala María Ressa, ganadora del premio Nobel y reconocida periodista, en una reciente entrevista con AFP: “Meta está poniendo el dedo en la balanza a favor de quienes propagan falsedades. Eliminar el fact-checking es como quitarle los frenos a un auto en bajada. La desinformación se propagará sin control y las consecuencias pueden ser devastadoras”.
La desinformación distorsiona el debate público
La desinformación distorsiona el debate público, silencia voces críticas y facilita la manipulación. La verificación de contenidos, por el contrario, es crucial para proteger la libertad de expresión y garantizar un discurso público basado en hechos.
La decisión de Meta también representa una amenaza para los derechos digitales de los ciudadanos. El acceso a la información veraz es un derecho fundamental, y la desinformación lo socava al propagar falsedades. Eliminar el programa de verificación implica un retroceso en la protección de este derecho, dejando a los usuarios a merced de la manipulación.
Ana Prieto, periodista, fact-checker y consultora, lo explica con precisión en una nota para IJNet: “Con todas sus falencias y si bien insuficiente, el programa de fact-checking de Meta era la única contención contra la desinformación dentro de sus plataformas, y mostraba una intención por parte de la empresa de reconocer y resolver el problema. Ahora, en cambio, lo que parece reconocer es que la desinformación es parte de su modelo de negocio, a las puertas de una administración estadounidense para la que es parte (fundamental) de su estrategia política.”
¿Cómo afecta al trabajo periodístico?
La determinación de Meta no solo afecta la lucha contra la desinformación, sino que también impacta en la labor de los periodistas que se dedican a la verificación del discurso público. Olivia Sohr, Directora de Impacto y Nuevas Iniciativas en Chequeado, explica que “el periodismo de verificación busca aportar datos a la discusión pública para que cada persona pueda sacar sus propias conclusiones con la mejor información disponible”. Este proceso, que implica una investigación rigurosa y la consulta de diversas fuentes, se ve afectado por la eliminación del programa de fact-checking. Sohr enfatiza que “en ningún caso buscamos eliminar o censurar los contenidos, al contrario, lo que hacemos es añadir contexto y datos”. La decisión de Meta de dejar la identificación de contenidos falsos en manos de los usuarios, sin la intervención de verificadores profesionales, pone en riesgo el acceso a información de calidad y puede “hacer que prolifere la desinformación en estas plataformas y afecte a todos los usuarios”.
Las implicaciones de esta decisión no se limitan a la eliminación del programa de verificación. Como señala Javier Pallero, analista de políticas digitales, esta medida agrava la separación entre la labor del periodismo profesional y el flujo masivo de información en redes sociales. “En América Latina, donde Meta mantenía acuerdos con varias entidades dedicadas al chequeo de datos, esta decisión es especialmente problemática”, advierte Pallero. “La región enfrenta desafíos de desinformación en parte debido a las desigualdades en educación y en el financiamiento y acceso a recursos informativos independientes y de calidad”.
La experiencia y formación de los periodistas en la verificación de datos es fundamental en el contexto que atravesamos. La eliminación del fact-checking debilita el ecosistema informativo, especialmente en regiones como América Latina, donde la desinformación se propaga con mayor facilidad debido a las desigualdades existentes.
¿Cómo impacta esta medida en el largo plazo?
Para contrarrestar el aumento de la desinformación, Pallero propone dos líneas de acción: la educación digital crítica, que permita a la ciudadanía navegar el entorno digital de forma responsable, y la implementación de regulaciones transparentes que obliguen a las plataformas a revelar cómo funcionan sus algoritmos y protejan los datos personales. “Los gobiernos deben establecer regulaciones que no se centren en decidir qué es verdadero o falso, sino en garantizar la transparencia de las plataformas”, afirma Pallero. “Esto incluye revelar cómo se editan y promueven los contenidos, y fortalecer la protección de datos personales.”
La eliminación del programa de fact-checking representa un retroceso en la lucha contra la desinformación a nivel global. Sohr advierte que “esta decisión es un paso atrás para la integridad informativa global” y que es probable que veamos “un aumento de la desinformación en las plataformas en los Estados Unidos”. El programa de verificación, implementado en 2016 para reducir el daño de la desinformación en redes sociales, ahora se ve desmantelado, lo que puede implicar un “retroceso importante en el acceso a la información de calidad”. Si bien aún no se conocen los detalles del nuevo sistema de notas comunitarias, la experiencia en otras plataformas muestra que este tipo de sistemas puede resultar ineficaz para controlar la desinformación.
El panorama se agrava aún más en un contexto en el que la Inteligencia Artificial permite la creación de contenido falso con facilidad, herramientas que además están al alcance de cualquier ciudadano.
En este contexto, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y los periodistas deben trabajar en conjunto para promover la verificación de la información y mitigar el impacto de decisiones como la de Meta.