DESMONTE

Bosques en riesgo: el Presupuesto de Milei marca el desfinanciamiento más grave desde la sanción de la ley

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 La Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos para la Protección Ambiental de los Bosques Nativos, sancionada en 2007, fue creada para equilibrar producción y conservación, y garantizar el uso sustentable de los bosques. Sin embargo, su implementación ha sido sistemáticamente desfinanciada. El proyecto de presupuesto 2026 presentado por el Poder Ejecutivo asigna apenas el 3,5% de lo que correspondería por ley, lo que representa el menor porcentaje desde su sanción. 

Según el artículo 31 de la Ley, el Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos debería recibir al menos el 0,3% del presupuesto nacional. Para 2026, esto equivaldría a $444.207 millones, pero el proyecto asigna solo $15.843 millones. Además, el Programa Nacional de Protección de los Bosques Nativos recibiría $1.624 millones, un monto muy por debajo de lo necesario para garantizar el control, la restauración y el uso sustentable de estos ecosistemas.

“Argentina cuenta con más de 53 millones de hectáreas de bosques nativos. Con el presupuesto asignado, se destinarían apenas $298 por hectárea al año, es decir, $24 por mes para cuidar cada hectárea. Es imposible proteger nuestros bosques con estos recursos. Las provincias no pueden fiscalizar ni controlar, y los propietarios no reciben estímulos para usar de manera sustentable, conservar ni restaurar”, afirma Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina.

Los bosques nativos de Argentina siguen perdiéndose en zonas donde está prohibida la deforestación, en las cuales se avanza con el cambio de uso del suelo para actividades agropecuarias, forestales, urbanísticas y viales. A su vez, las áreas deforestadas ilegalmente y las que se han quemado, no están siendo restauradas como indica la ley, y la ausencia de un registro nacional de infractores limita las posibilidades de articular esta información con otros elementos de la política pública, que permita facilitar la disuasión y la sanción de los responsables.

“Desde Fundación Vida Silvestre realizamos este pedido todos los años, porque es algo que se repite en cada presentación del presupuesto nacional. Y aunque el proyecto de ley suele incorporar mejoras en su formulación, el monto asignado siempre termina siendo muy bajo e insuficiente a los fines de una correcta implementación de la ley. Excepto en los inicios de la implementación de la Ley, el presupuesto asignado nunca superó el 10% de lo que realmente correspondería, lo que evidencia una falta de voluntad política para cumplir con esta norma clave para la conservación”, afirma Jaramillo. 

Los bosques nativos son proveedores de servicios ecosistémicos esenciales: contribuyen a la mitigación y adaptación al cambio climático, facilitan la regulación hídrica, son hábitat de miles de especies, dan sustento a la vida de las comunidades locales y contribuyen a la seguridad alimentaria y el desarrollo económico. Son proveedores de materias primas, alimentos, agua potable, medicinas y sirven como reguladores de eventos extremos como inundaciones, la erosión y la calidad del aire. La pérdida de bosques ocasiona graves consecuencias sociales, ambientales y económicas, muchas veces, irreversibles, que atentan contra el bienestar de las personas y de muchas otras especies. 

“Conservar y utilizar sustentablemente los bosques nativos es una obligación legal y una oportunidad para el desarrollo económico y social. Necesitamos voluntad política, capacidad técnica y los fondos adecuados para implementar esta ley como corresponde”, agrega Jaramillo.

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Ecología constató desmonte ilegal en una reserva de Dos de Mayo

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Personal de la Dirección General de Bosques Nativos y Control Forestal del Ministerio de Ecología realizó una inspección en la Reserva Alejandro Orloff, en Dos de Mayo, donde se constató el desmonte de aproximadamente cuatro hectáreas que se habría producido en varias etapas durante los últimos tres años, ya que fueron “previamente detectadas mediante imágenes satelitales”, admitieron en la cartera ambiental.

Durante el recorrido también se tomó contacto con vecinos, quienes fueron notificados sobre las infracciones y advertidos acerca de las sanciones previstas en la normativa vigente.

La reserva, de 315 hectáreas, permite ciertos usos bajo regulación ambiental. El Ministerio aseguró que “continuará con los controles” en la zona para garantizar la conservación de lo que queda del bosque nativo.

La denuncia fue remitida por nota el pasado 5 de agosto al intendente Ricardo Weber y al Concejo Deliberante. “Buscamos frenar la tala y poner en marcha un plan de control y recuperación del área”, señaló el presidente de la entidad, Ángel Kuzuka, quien aseguró que, pese a reiteradas denuncias ante la Policía, la Policía Ambiental y el Ministerio de Ecología, la actividad ilegal no se ha detenido. 

La reserva se extiende sobre unas 409 hectáreas y forma parte del sistema provincial de Áreas Naturales Protegidas desde 1997, bajo la Ley XVI N.º 54 (antes Ley 3447) y el régimen de la Ley 2932. Esta normativa reconoce el valor ecológico del sitio y establece la obligatoriedad de planes de manejo y conservación.

Su relevancia radica en que alberga el complejo hidroeléctrico de las represas Saltito I, Saltito II y Saltito Cero, pioneras en Misiones y principal fuente de agua para la comunidad. El proyecto, impulsado por el ingeniero Alejandro Orloff y retomado por la cooperativa con financiamiento de la Secretaría de Energía de la Nación, permitió la puesta en marcha de las represas en 1977 y 1980, y posteriormente la construcción del dique de compensación.

Con un potencial de generación de 1 Mwh, el complejo representa una inversión estratégica que está próxima a cumplir 50 años. Además, la cooperativa ha desarrollado un emprendimiento recreativo y productivo que incluye el cultivo de peces como pacú y surubí en jaulas flotantes, modelo de aprovechamiento sustentable de los recursos.

En el municipio y organizaciones ambientales cuestionaron la falta de control del cumplimiento de las leyes ambientales en Misiones. El avance del desmonte ilegal no solo pone en riesgo la biodiversidad y el valor paisajístico de la reserva, sino también un legado hídrico vital para la población.

“La tala indiscriminada amenaza la calidad y disponibilidad del agua, además de degradar un área que es ejemplo de gestión sostenible”, advirtió Kuzuka. La cooperativa reclama la intervención urgente de las autoridades municipales y provinciales para frenar la destrucción y garantizar la preservación del ecosistema.

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Grave denuncia por desmonte ilegal en la Reserva “Alejandro Orloff” de Dos de Mayo

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Una denuncia ambiental de alto impacto sacudió este miércoles a la comunidad de Dos de Mayo: la Reserva Natural de Usos Múltiples “Alejandro Orloff”, conocida popularmente como Los Saltitos, estaría siendo víctima de un desmonte ilegal que ya afectó a más del 50% de sus bosques nativos. Así lo advirtió la Cooperativa de Agua, Energía y Otros Servicios Comunitarios, administradora del complejo hidroeléctrico ubicado en el área protegida.

La alerta se basa en imágenes aéreas captadas por un drone, que evidencian un “avance progresivo y alarmante” de la deforestación. Según publicó el medio local San Vicente Informa, la cooperativa advirtió que el impacto ambiental podría derivar en un riesgo inminente para el suministro de agua de la localidad.

La denuncia fue remitida por nota el pasado 5 de agosto al intendente Ricardo Weber y al Concejo Deliberante. “Buscamos frenar la tala y poner en marcha un plan de control y recuperación del área”, señaló el presidente de la entidad, Ángel Kuzuka, quien aseguró que, pese a reiteradas denuncias ante la Policía, la Policía Ambiental y el Ministerio de Ecología, la actividad ilegal no se ha detenido. El ministerio de Ecología no ha emitido opinión sobre la denuncia ni sobre las acciones para detener la tala.

Patrimonio ambiental e histórico

La reserva se extiende sobre unas 409 hectáreas y forma parte del sistema provincial de Áreas Naturales Protegidas desde 1997, bajo la Ley XVI N.º 54 (antes Ley 3447) y el régimen de la Ley 2932. Esta normativa reconoce el valor ecológico del sitio y establece la obligatoriedad de planes de manejo y conservación.

Su relevancia radica en que alberga el complejo hidroeléctrico de las represas Saltito I, Saltito II y Saltito Cero, pioneras en Misiones y principal fuente de agua para la comunidad. El proyecto, impulsado por el ingeniero Alejandro Orloff y retomado por la cooperativa con financiamiento de la Secretaría de Energía de la Nación, permitió la puesta en marcha de las represas en 1977 y 1980, y posteriormente la construcción del dique de compensación.

Con un potencial de generación de 1 Mwh, el complejo representa una inversión estratégica que está próxima a cumplir 50 años. Además, la cooperativa ha desarrollado un emprendimiento recreativo y productivo que incluye el cultivo de peces como pacú y surubí en jaulas flotantes, modelo de aprovechamiento sustentable de los recursos.

En el municipio y organizaciones ambientales cuestionaron la falta de control del cumplimiento de las leyes ambientales en Misiones. El avance del desmonte ilegal no solo pone en riesgo la biodiversidad y el valor paisajístico de la reserva, sino también un legado hídrico vital para la población.

“La tala indiscriminada amenaza la calidad y disponibilidad del agua, además de degradar un área que es ejemplo de gestión sostenible”, advirtió Kuzuka. La cooperativa reclama la intervención urgente de las autoridades municipales y provinciales para frenar la destrucción y garantizar la preservación del ecosistema.

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Otra vez Alecrín: La urgencia de cumplir y hacer cumplir los derechos indígenas en Misiones (y la Argentina)

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Por Carlos Salamanca Villamizar* – Para muchos indígenas en Argentina, vivir sin monte, sin tierras aptas y suficientes, sin agua, es atentar contra sus derechos fundamentales al agua, a la alimentación, al hábitat y a la vida, como personas, pero también como Pueblo. Así declararon entenderlo los países signatarios de instrumentos internacionales de Derechos Humanos como el Convenio 169 de la OIT (1989) o la Declaración Universal de Derechos Humanos de Pueblos Indígenas (2006) entre los que, por supuesto, se encuentra la Argentina. 

Visité en el 2011 y 2012 Alecrín, atraído por el relevamiento territorial que el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) había realizado de sus tierras y territorios. La manera en que el INAI se apegó al derecho internacional a la hora de llevar a cabo el relevamiento en Alecrín fue el objeto central de un libro que publiqué al año siguiente, con el fin de difundir esa experiencia entre comunidades indígenas de todo el país que ya, por ese entonces, enfrentaban serias amenazas de desalojo. Pero el libro también se detiene en las razones por las cuales, actualmente se tiende a favorecer los derechos de terceros por encima de los derechos territoriales de los Mbya; haciendo eco de situaciones más recientes, el libro alude también a las nuevas amenazas de empresas que se presentan como “ambientales”, pero no se proponen otra cosa que la comercialización de la naturaleza. 

Por estos días, la comunidad mbya Alecrín, localizada en el municipio de San Pedro, enfrenta uno más de los muchos ataques de terceros que, con distintos argumentos, pretenden explotar sus tierras y apoderarse de su territorio. Quien se presenta como titular de esas tierras, la compañía “Hijas de Harriet”, es heredera de una tradición colonial y latifundista, propia del siglo pasado, que desconocía la presencia y los derechos indígenas y que, sobre la base de ese desconocimiento, se hizo a un título que hoy el relevamiento del INAI cuestiona. Los habitantes de Alecrín por su parte, son herederos y parte constitutiva del pueblo Mbya Guaraní cuya pre-existencia y derechos territoriales son reconocidos por la Constitución Nacional. 

Al igual que cientos de comunidades en todo el país, los Mbya de Alecrín se encuentra en una grave situación de inseguridad jurídica como consecuencia de la negligencia estatal. En el caso de Alecrín, se trata de un Estado que, con una mano releva y reconoce esas tierras como parte de Alecrín y con la otra autoriza a terceros a desmontar parte de esas mismas tierras. Detener este y los próximos desmontes es una deuda que el Estado mantiene con los habitantes de Alecrín. Frente a esa deuda tantas veces aplazada, podríamos preguntarnos entonces, ¿Por qué una mano del Estado no le cuenta a la otra mano lo que hace?; ¿Por qué los relevamientos efectuados por el INAI no tienen ningún efecto en las otras oficinas del Estado? O, pensando en otras comunidades, ¿Por qué a 15 años de sancionada la ley de emergencia territorial el INAI no ha finalizado los relevamientos? Todas preguntas que aquí no podemos responder. Lo que si podemos afirmar es que, naturalmente, la responsabilidad no está en los Mbya y no tendrían ellos por qué pagar la negligencia estatal. 

En cuestión de los derechos territoriales, en efecto, es necesario salir de la emergencia, dar pasos efectivos en la titularidad de las tierras y romper el círculo de violación de derechos en que hoy viven los habitantes indígenas de Misiones y de todo el país. Mientras tanto, el Ministerio de Ecología debe revocar la aprobación del Plan de Aprovechamiento con el que favoreció a Hijas de Harriet en el 2015 y asegurar los derechos humanos de los Mbya de Alecrín hasta tanto el mismo Estado no arbitre las condiciones necesarias para llevar a cabo la titularidad. No hacerlo es no solo violar los derechos de los Mbya, sino ir en contra de los mismos actos administrativos llevados a cabo por el Estado que son, en últimas, un reconocimiento explícito de esos derechos.

*Investigador Independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) adscripto al Instituto de Geografía “Romualdo Ardissone”, Universidad de Buenos Aires. Director del Programa Interdisciplinario en Espacios, Políticas, Sociedades, Centro de Estudios Interdisciplinarios, Universidad Nacional de Rosario. Docente de la Especialización y Maestría en Gestión del Desarrollo Socio Territorial, Universidad Nacional de Misiones.

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Detienen desmonte ilegal en San Javier

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Agentes del Ministerio de Ecologia detuvieron desmonte ilegal en San Javier

A través de una denuncia realizada en la línea “Ecología te escucha”, personal de la dirección de control forestal del ministerio de ecología RNR detiene un desmonte en Paraje Corredera del municipio de San Javier, Misiones. En operativo fue realizado este pasado jueves 5 de diciembre por agentes de la dirección de control forestal que se hicieron presentes en un lote lindero con el Cerro Monje, donde se detectó un cambio uso de suelo sin permiso ni planes habilitados por la Dirección de Bosques del ministerio ya mencionado.

La superficie afectada por el desmonte ilegal llega al número de 8 hectáreas, con la modalidad tipo arrastre con máquinas tipo “Motoarrastradora”. Se labraron las actas correspondientes, para su posterior multa, como así también se le notifica al titular de lote que debe cesar toda actividad forestal hasta cumplir con la vía administrativa correspondiente.

Desde la Dirección de Control Forestal remarcan la importancia de apegarse a la normativa vigente para evitar el daño al ambiente y en caso de duda comunicarse con el Ministerio de Ecología. Y de que algún ciudadano detectase una infracción pueda realizar el descargo correspondiente en la línea “Ecología te escucha” 3764- 883555 número habilitado mensajes de voz, SMS y WhatsApp.

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