La Administración de Parques Nacionales (APN) aprobó una profunda reforma del reglamento que regula la actividad de guías en las áreas protegidas, generando inquietud entre profesionales del turismo, instituciones educativas y actores vinculados al sector que tiene un fuerte rol económico en Misiones. A través de la Resolución 61/2025, publicada este martes en el Boletín Oficial, se derogó el reglamento vigente desde 2019 y se puso en marcha un nuevo marco normativo que flexibiliza de forma drástica los requisitos para ejercer como guía, en nombre de la desburocratización del Estado.
Se elimina el título terciario como requisito: un retroceso en la profesionalización
El cambio más controvertido, impulsado por el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, es la eliminación del requisito de contar con un título o certificado oficial de nivel terciario o universitario para poder ser guía habilitado. Hasta ahora, la norma exigía que los aspirantes a guías presentaran un título expedido por instituciones reconocidas por el Ministerio de Educación de la Nación, o sus equivalentes provinciales. Esa flexibilización pone en riesgo el empleo de 300 guías profesionales que trabajan en las Cataratas del Iguazú.
Con esta reforma, basta con aprobar un examen básico y leer contenidos provistos por la APN para obtener la habilitación como Guía de Sitio, una nueva categoría pensada para personas sin formación formal. Esto representa un giro de 180 grados respecto a las políticas que, durante años, buscaron jerarquizar y profesionalizar el trabajo de los guías dentro del sistema de Parques Nacionales.
Organizaciones profesionales del sector turístico y universidades públicas y privadas con carreras de guía de turismo expresaron su preocupación ante lo que consideran un vaciamiento del perfil profesional y una desvalorización del conocimiento técnico y académico.
“Hoy tenés que ser guía profesional de turismo, egresado de un montón de carreras de universidades públicas y privadas o de institutos reconocidos por Parques. Presentás el título, rendís un examen teórico sobre funcionamiento del parque y uno práctico, que evalúa cómo manejás a un grupo dentro del área. Además, tenés que conocer la flora y fauna local, por ejemplo, en el Parque Iguazú”, detalló un especialista conocedor de la actividad. También recordó que existían límites estrictos de carga por guía: “Nosotros teníamos un límite de 30 pasajeros por guía. Si una agencia venía con 40, tenía que contratar dos guías. Además, era obligatorio que toda agencia que ingresara con tour contratado lo hiciera con guías profesionales habilitados”.
Dos categorías, un mismo riesgo: precarización
El nuevo reglamento crea dos categorías de guías:
- Guía de Turismo Especializado, orientado a quienes sí cuentan con formación académica y pueden brindar interpretaciones profundas del patrimonio natural y cultural.
- Guía de Sitio, orientado a personas sin formación técnica, que podrán realizar caminatas y excursiones de baja dificultad, e incluso participar en actividades como cabalgatas y ciclismo si lo hacen a través de un prestador habilitado.
La posibilidad de que personas sin estudios formales puedan acceder a tareas de guiado preocupa por su impacto en la calidad de las experiencias turísticas y en la seguridad de los visitantes, en un contexto donde las áreas protegidas requieren cada vez más manejo responsable, educación ambiental y formación técnica.
Trámites digitales, sanciones severas
El nuevo esquema también traslada todos los trámites de habilitación, suspensión o baja a plataformas digitales, bajo la supervisión de la Dirección Nacional de Uso Público. Aunque esta medida se presenta como un avance en materia de modernización, existen dudas sobre su implementación real en territorios alejados o sin conectividad, donde muchos guías locales no cuentan con acceso a herramientas digitales.
En paralelo, el nuevo reglamento endurece el régimen sancionatorio: habrá multas de hasta 15 veces el derecho anual, suspensiones de hasta tres meses o inhabilitaciones de hasta tres años. Ejercer sin estar habilitado también acarreará sanciones económicas y prohibiciones de hasta dos años.
Riesgo para la educación y el empleo calificado
La reforma también genera un fuerte impacto en la educación técnica y universitaria. Carreras terciarias y universitarias de guía de turismo, que venían formando profesionales bajo estándares de excelencia y con una clara articulación con las políticas públicas de conservación, podrían ver reducido su campo laboral y el incentivo para la matrícula de nuevos estudiantes.
“El mensaje que da esta resolución es que la formación académica ya no importa. Se igualan saberes formales y no formales sin ningún tipo de puente ni evaluación real. Es preocupante”, señalan docentes de carreras vinculadas al turismo.
Más inclusión o más informalidad
Desde la APN sostienen que el nuevo esquema busca “facilitar el acceso de actores locales” y “transmitir valores de conservación desde una mirada territorial”. Sin embargo, especialistas advierten que la falta de criterios claros para distinguir entre profesionales formados y guías eventuales puede fomentar la informalidad, degradar el estándar de los servicios turísticos en parques nacionales y poner en riesgo la seguridad de los visitantes.
Sin embargo, los guías profesionales advierten que no sólo se ponen en riesgo cientos de empleos, sino que se afectará la calidad de los servicios e incluso se puede poner en riesgo a los turistas.
El nuevo reglamento entrará en vigencia en 30 días hábiles y afectará a todos los guías actualmente habilitados, que deberán adaptarse a las nuevas categorías en el momento de renovar su credencial anual.
Lo que se presenta como una medida de simplificación puede convertirse en un serio retroceso para la profesionalización del turismo de naturaleza en Argentina, un sector que venía creciendo con una fuerte impronta técnica, ambiental y educativa.
La norma entrará en vigencia dentro de 30 días hábiles y deberá ser ampliamente difundida en todas las intendencias de parques. Los guías actualmente habilitados mantendrán su condición hasta la próxima renovación.
El nuevo reglamento representa un giro importante: pasa de un modelo exclusivo y formalista, a uno más accesible, territorial y adaptado a la realidad de las comunidades que habitan los parques nacionales. Una apuesta por democratizar el turismo y fortalecer el vínculo entre conservación, desarrollo local y empleo.