El Banco Central refuerza controles cambiarios sobre directivos de bancos y entidades financieras
En un giro regulatorio que marca un freno en la tendencia a la desregulación cambiaria, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) dispuso aplicar nuevas restricciones a los accionistas, directores, gerentes y autoridades equivalentes de bancos y entidades financieras, quienes a partir de ahora no podrán operar con dólares financieros hasta 90 días después de haber accedido al mercado cambiario oficial.
La medida, publicada en la Comunicación A8332, busca cerrar una ventana de arbitraje entre el dólar oficial y los dólares financieros (MEP y contado con liquidación), en un contexto de fuerte presión cambiaria y creciente demanda de divisas.
Un freno parcial a la desregulación cambiaria
Desde abril de 2025, el BCRA había avanzado en una política de eliminación progresiva de controles, liberando la compra de divisas para personas físicas y flexibilizando las operaciones de exportadores de servicios. En ese marco, se había eliminado la obligación de liquidar en pesos ingresos por encima de los USD 36.000 anuales.
Sin embargo, la volatilidad de las últimas semanas en el mercado cambiario, que llevó al Banco Central a vender USD 379 millones en un solo día para contener la cotización, encendió las alarmas en la autoridad monetaria. Funcionarios del organismo señalaron que se detectaron riesgos de que directivos de entidades financieras aprovecharan su posición para realizar operaciones especulativas mediante la compra de dólares oficiales y su posterior arbitraje con dólares financieros.
En palabras de fuentes oficiales, se trataba de “una distorsión que debía corregirse para evitar abusos y proteger la estabilidad del sistema financiero”.
¿A quiénes alcanza la restricción?
La Comunicación A8332 detalla con precisión el alcance de la norma. Quedan alcanzados por la “restricción cruzada”:
- Accionistas con participación directa o indirecta igual o superior al 5% en el capital social o en los votos de una entidad financiera.
- Directores o autoridades equivalentes de bancos o máximos responsables locales de sucursales de entidades del exterior.
- Síndicos o integrantes del Consejo de Vigilancia de una entidad financiera.
- Funcionarios con rango de gerente o equivalente o superior en entidades financieras.
- Personas que encuadren en las categorías anteriores respecto de entidades autorizadas a operar en cambios.
- Cónyuges, convivientes y familiares hasta segundo grado de consanguinidad o primero de afinidad de las personas comprendidas en los puntos anteriores.
Cada vez que una de estas personas acceda al mercado oficial, el banco interviniente deberá exigir una declaración jurada, donde el cliente se compromete a no concertar compras de títulos valores con liquidación en moneda extranjera durante los 90 días corridos posteriores.
En términos prácticos, esto significa que quienes integran la conducción y accionariado de entidades financieras tendrán un trato diferencial respecto del resto de los individuos, a quienes desde abril ya no se les aplican restricciones para combinar operaciones en el mercado oficial y en el financiero.
La medida fue aprobada por el Directorio del BCRA, presidido por Santiago Bausili, quien viene liderando un esquema de desregulación progresiva. No obstante, la decisión de reinstalar este control específico muestra un ajuste defensivo ante la volatilidad del dólar.
El fundamento central es evitar maniobras de arbitraje que erosionen reservas y aumenten la presión sobre los tipos de cambio. En palabras de un directivo del BCRA: “El espíritu de la norma es impedir que quienes ocupan posiciones estratégicas en el sistema financiero puedan aprovechar información privilegiada o su rol institucional para realizar operaciones especulativas que afecten la estabilidad del mercado”.
Señales mixtas al mercado
La disposición generó lecturas contrapuestas en el sistema financiero. Para algunos analistas, la medida refleja consistencia institucional: el Banco Central protege la estabilidad en un momento de fragilidad cambiaria y envía un mensaje de que la liberalización tendrá límites cuando se trate de actores con capacidad de incidencia sistémica. Otros sectores interpretan la decisión como una señal de retroceso regulatorio, en contradicción con la desregulación gradual que el propio BCRA había consolidado en los últimos meses.
En el plano político, la oposición advierte que la medida contradice el discurso oficial de apertura del mercado y la eliminación del cepo, mientras que el oficialismo la defiende como una “corrección puntual” para evitar privilegios y maniobras especulativas.
¿Fin del cepo o regreso de los controles?
La Comunicación A8332 reabre el debate sobre el futuro del esquema cambiario argentino. Por un lado, la eliminación de límites para exportadores de servicios y la liberalización para individuos marcan un camino de mayor flexibilidad. Por otro, la reinstalación de controles sobre directivos de bancos revela que el Banco Central no descarta herramientas quirúrgicas de control cuando percibe riesgos de arbitraje.
De cara a los próximos meses, la clave estará en la evolución de las reservas internacionales y en la capacidad del Gobierno de sostener el equilibrio entre estabilidad cambiaria y credibilidad regulatoria.

