Según el INDEC, los términos del intercambio subieron 4,5% en el 3° trimestre de 2025 y dejaron una ganancia de USD 1.061 millones
El INDEC informó que los términos del intercambio mejoraron 4,5% interanual durante el tercer trimestre de 2025, al combinarse un aumento de precios de exportación de 0,8% y una caída de 3,5% en los precios de importación. Esta variación generó una ganancia real de USD 1.061 millones para el país, un dato clave para la política económica en un contexto de fuertes movimientos en el comercio exterior. El informe se dio a conocer en Buenos Aires el 4 de noviembre de 2025.
Un trimestre marcado por la mejora del poder de compra externo
Según el informe Índices de precios y cantidades del comercio exterior. Bienes – Tercer trimestre de 2025, el índice de los términos del intercambio alcanzó un crecimiento interanual de 4,5%, impulsado por: Precios de exportación: +0,8%. Precios de importación: –3,5%
El organismo explica que los términos del intercambio miden “el poder de compra de una unidad física de exportación en términos de importaciones”. En la práctica, una mejora implica que el país obtiene más bienes externos por cada unidad que exporta.
En paralelo, el saldo comercial del trimestre resultó superavitario en USD 3.268 millones, con exportaciones por USD 23.792 millones e importaciones por USD 20.524 millones.
Pero el dato más relevante del documento aparece en el análisis contrafactual que utiliza precios constantes: Si hubieran prevalecido los precios del año anterior, el saldo comercial habría sido de USD 2.326 millones. Bajo los precios efectivamente registrados en 2025, el flujo ajustado se ubica en USD 3.387 millones. La diferencia —USD 1.061 millones— constituye la ganancia en los términos del intercambio.
El INDEC precisa: “El país recibió más bienes por cada unidad exportada debido a una caída relativa menor en los precios de las exportaciones frente a los de las importaciones”.
Factores que explican la mejora: precios internacionales y fuerte expansión de cantidades
El informe detalla que la mejora del índice no se explica por un salto de precios exportados, sino por el marcado descenso de los precios de importaciones. En términos de cantidades: Las exportaciones crecieron 12,9% interanual. Las importaciones se aceleraron 28,3% en cantidades.
El índice de valor de las exportaciones subió 13,9%, mientras que el valor importado creció 23,8%. Aunque el incremento en cantidades importadas fue significativo, el derrumbe de precios amortiguó el impacto, favoreciendo la mejora del índice de términos del intercambio.
Este comportamiento también se observa en el acumulado enero–septiembre: Exportaciones: USD 63.533 millones. Importaciones: USD 57.503 millones. Superávit acumulado: USD 6.030 millones
Si los precios hubieran sido los del año anterior, el superávit habría sido de USD 2.684 millones, por lo que la ganancia acumulada de los términos del intercambio en nueve meses asciende a USD 3.715 millones.
Implicancias económicas y políticas: señales para la política comercial e industrial
La mejora de los términos del intercambio en el tercer trimestre 2025 envía señales relevantes:
Mayor capacidad de compra externa: Argentina puede adquirir más bienes de capital e insumos importados por cada dólar que obtiene exportando. Esto resulta estratégico para sectores dependientes de equipamiento e importaciones intermedias.
Alivio sobre el balance comercial: Aunque las cantidades importadas crecieron fuertemente, la caída de precios permitió sostener un superávit robusto.
Contexto internacional favorable: El rebote de precios agroindustriales y la desaceleración de costos energéticos y de manufacturas importadas aparecen como factores determinantes en el indicador.
Impacto institucional y regulatorio: La lectura de estos datos puede influir en decisiones vinculadas al régimen de comercio exterior, autorizaciones de importación, diseño de incentivos a exportaciones y estrategia fiscal asociada a la recaudación del comercio.
Posibles reacciones sectoriales:
Exportadores podrían mejorar sus márgenes reales al enfrentar precios internacionales relativamente estables junto a costos importados más bajos.
Importadores industriales verían una oportunidad en insumos más baratos.
Sectores energéticos enfrentarían una caída de precios, relevante para su planificación.
El documento del INDEC aporta una base empírica robusta para el debate sobre la competitividad externa y el rol de los precios internacionales en la política económica de 2025.
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC), elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), descendió 0,3% en septiembre y se ubicó en 39,81 puntos, un retroceso leve respecto de agosto, pero que profundiza la tendencia de estancamiento iniciada a fines de 2024. Aunque el nivel actual es 2,08% superior al de un año atrás, el indicador acumula una caída de 13,5% desde diciembre de 2024, reflejando la dificultad de los hogares para sostener expectativas positivas en medio de la inestabilidad económica y política del país.
Un termómetro fragmentado: regiones e ingresos muestran realidades opuestas
El relevamiento —realizado entre el 5 y el 15 de septiembre sobre una muestra nacional de 1.000 casos en grandes centros urbanos— mostró diferencias marcadas según región e ingresos:
CABA registró un fuerte repunte del 9,58% mensual, con un índice de 40,63 puntos, señal de cierta recuperación de expectativas.
Gran Buenos Aires (GBA), en contraste, cayó 0,84% y se mantiene 1,93% por debajo de septiembre 2024.
Interior del país retrocedió 3,73% en el mes, aunque todavía se ubica 7,07% por encima interanual2025-09 ICC Informe.
El análisis por estratos socioeconómicos también evidenció una brecha:
Los hogares de ingresos bajos mejoraron 6,65% en septiembre, ubicándose un 10,67% arriba interanual.
En cambio, los hogares de mayores ingresos retrocedieron 5,2% mensual y quedaron 4,02% abajo respecto de un año atrás, reflejando la cautela de los sectores con mayor poder adquisitivo frente a la volatilidad cambiaria y financiera.
Expectativas a futuro vs. condiciones presentes: un desfasaje creciente
Dentro de los subíndices, se destacó el incremento de la Situación Macroeconómica (+7,41%) y la Situación Personal (+3,17%), aunque ambas mantienen caídas en la comparación interanual (-3,34% y -0,36%, respectivamente).
El contraste más fuerte se dio en el componente de Bienes Durables e Inmuebles, que cayó 14,87% mensual, señal de retracción en las decisiones de consumo de largo plazo. Aun así, permanece 17,33% por encima de septiembre 2024, mostrando que parte de la recuperación del crédito y las compras de electrodomésticos aún se sostiene2025-09 ICC Informe.
Al segmentar por horizonte temporal: Las Expectativas Futuras crecieron 6,59% en septiembre, aunque siguen 3,34% por debajo interanual. Las Condiciones Presentes retrocedieron 9,83%, en una señal de deterioro inmediato, aunque todavía están 12,30% arriba frente al año pasado.
Repercusiones: señales mixtas para la economía y la política
El ICC se consolidó en torno a los 40 puntos, un valor que los analistas consideran frágil para encarar el último tramo del año y el proceso electoral de octubre. Según Sebastián Auguste, director del Centro de Investigación en Finanzas de la UTDT, el índice refleja que “los hogares de menores ingresos mantienen expectativas positivas, pero la desconfianza en los sectores altos y en el Gran Buenos Aires marca un límite al optimismo generalizado”.
De cara al futuro, la brecha entre expectativas y condiciones presentes abre un interrogante: si el gobierno logra estabilizar las variables macroeconómicas, el rebote de la confianza podría sostenerse. De lo contrario, el riesgo es que la caída en las decisiones de consumo de bienes durables se traslade al resto de la economía real.
Octubre en clave política y económica
Con las elecciones legislativas a la vista, el comportamiento del ICC será clave para medir la capacidad del oficialismo de consolidar apoyo social. El informe advierte que, si persiste la presión cambiaria y el aumento de la incertidumbre, la confianza de los consumidores podría cerrar 2025 en niveles similares a los del inicio del año, limitando las chances de recuperación del consumo interno como motor del crecimiento.
El comercio exterior argentino registró en agosto un saldo positivo de USD 1.402 millones, el más alto de 2025. El resultado, difundido en un informe de la consultora Ecolatina, estuvo sostenido por el desempeño de las exportaciones agropecuarias y energéticas, aunque mostró una fuerte disparidad frente al acumulado anual, que se redujo 64% respecto de 2024.
Agosto y un récord de superávit comercial
En agosto, el saldo comercial alcanzó USD 1.402 M, el superávit más alto del año. Al interior, el resultado se explicó por exportaciones por USD 7.865 M (+16,4% i.a.), representando también la suma más elevada del año, mientras que las importaciones alcanzaron unos USD 6.463 M (+32,4% i.a.), ubicándose en línea al promedio de los anteriores meses del año.
En el mes de agosto también existió una ganancia por los términos del intercambio, de 8,9% i.a. En tal sentido, si hubieran prevalecido los precios de agosto de 2024, el saldo comercial hubiera sido menor, alcanzando los USD 821 M. Dicho esto, se puede decir que el país registró una ganancia por los términos de intercambio de USD 581 M durante el mes.
En lo que resta del año estimamos que exista una desaceleración tanto de las exportaciones como de las importaciones. En tal sentido, serán meses desfavorables en términos estacionales para las exportaciones del sector agropecuario (la performance favorable y transitoria del sector en julio y agosto difícilmente se mantenga en septiembre). De esta manera, el principal foco estará en las exportaciones de energía, que mostrarán un desempeño positivo en lo que resta del año. Por otro lado, las importaciones podrían mostrar una desaceleración, en línea a la reciente suba del tipo de cambio real y un contexto más adverso en términos de actividad económica.
En agosto, el saldo comercial alcanzó USD 1.402 M, el superávit más alto del año, aunque resultó un 25% por debajo del resultado obtenido el mismo mes del año anterior. En el acumulado enero-agosto, el resultado alcanzó USD 5.071 M, exhibiendo una baja de -64% respecto al acumulado de 2024.
Al interior, el resultado se explicó por exportaciones por USD 7.865 M(+16,4% i.a.), representando la suma más elevada del año, mientras que las importaciones alcanzaron unos USD 6.463 M (+32,4% i.a.), ubicándose en línea al promedio de los anteriores meses del año.
La magnitud del superávit comercial de agosto se explicó tanto como por un abultado superávit del resultado energético, pero también por el resultado superavitario del resto de los bienes que componen la balanza.
Respecto al primero, las exportaciones del sector energético fueron USD 1.056 M en agosto (representando una suba de 40,6% i.a.), mientras que las importaciones energéticas fueron USD 307 M en el mes (-38,4% i.a.). De esta manera, el saldo comercial energético fue de USD 749 M, explicando la mitad del superávit total y acumulando USD 4.591 M en lo que va del año.
Al igual que en el mes anterior, parte del resultado superavitario de la balanza se explicó por el desempeño del resto de los bienes, que también mostraron un superávit (USD 653 M). Tal es así, que, a diferencia de los meses previos, el resto de los bienes también mostró un leve superávit comercial en el acumulado del año (USD 480 M hasta agosto).
En lo que respecta a las ventas externas, la mejora también se explicó por las ventas ligadas al sector agropecuario: los productos primarios alcanzaron USD 1.982 M (+35,7% i.a.) donde continuaron primando los efectos de la quita permanente de las retenciones y las manufacturas de origen agropecuario tuvieron ventas por USD 2.823 M (+18,1% i.a.). A contramano, las manufacturas de origen industrial mostraron un saldo de USD 2.003 M y cayeron en el mes (-7,0% i.a.), por una caída en las cantidades (-8,6% i.a.).
Por su parte, las importaciones se mantuvieron en línea al resto de los meses, con las compras externas ligadas al consumo con las variaciones interanuales más pronunciadas. En tal sentido, los bienes de consumo treparon 65,5% i.a. (USD 992 M), mientras que los vehículos automotores de pasajeros un 155,6% i.a. (USD 554 M). Al igual que en el mes anterior, el resto de las importaciones alcanzó niveles récord (USD 97 M, +277,3% i.a.), en línea a la flexibilización del sistema de entregas puerta a puerta.
En cuanto a los rubros mayormente asociados al proceso de producción, los bienes de capital también crecieron (USD 1.271 M, +75,8% i.a.), mientras que los bienes intermedios mostraron importaciones por USD 1.971 M (+16,2% i.a.) y las piezas y accesorios mostraron una suba de 13,2% i.a. (USD 1.271 M).
Por último, cabe mencionar que los términos del intercambio, calculado como el cociente entre el índice de precios de las exportaciones y el índice de precios de las importaciones, también mostraron una mejoraen el mes de agosto (+8,9% i.a.). En tal sentido, si hubieran prevalecido los precios de agosto de 2024, el saldo comercial hubiera sido menor, alcanzando los USD 821 M. Dicho esto, se puede decir que el país registró una ganancia por los términos de intercambio de USD 581 M durante el mes.
Perspectivas del resto del año
En lo que resta del año estimamos que exista una desaceleración tanto de las exportaciones como de las importaciones. En tal sentido, serán meses desfavorables en términos estacionales para las exportaciones del sector agropecuario (la performance favorable y transitoria del sector en julio y agosto difícilmente se mantenga en septiembre), aunque un tipo de cambio real más elevado podría continuar incentivando determinados rubros puntuales. De esta manera, el principal foco estará en las exportaciones de energía, que mostrarán un desempeño positivo en meses restantes. Por otro lado, las importaciones podrían mostrar una desaceleración, en línea a la reciente suba del tipo de cambio real (+20% entre junio-septiembre) y un contexto más adverso en términos de actividad económica (el EMAE mostró dos caídas consecutivas mensuales en mayo-junio).
En suma, el resultado comercial mantendrá el superávit en el acumulado del año, aunque con una importante caída respecto al resultado del año anterior. Al igual que en los primeros meses, el superávit comercial se encontrará respaldado por el resultado superavitario de la balanza comercial energética.
No permitir que el dólar suba de los $ 1.500 costó en tres días US$ 679 millones de las reservas del BCRA. La hipótesis prooficialista es culpar al Riesgo Kuka.
El historial reciente del riesgo país dio pábulo al fundador de Mercado Libre, Marcos Galperín, para atribuir la suba del dólar y el desmoronamiento de los bonos al que denominó “Riesgo Kuka”.
Intentó demostrarlo con un gráfico, que tuiteó, con los números desde el comienzo del Gobierno de Javier Milei y los que siguieron al resultado electoral de la Provincia de Buenos Aires.
De acuerdo con los datos esgrimidos por el empresario prooficialista, se había pasado de los 2.412 puntos registrados en la elección que consagró ganador a los libertarios, a los 600 puntos a los que llegóen el primer año de gestión de la actual Administración.
Y posteriormente al rebote a los 1.100 puntos tras el claro triunfo de Fuerza Patria en la Provincia.
Javier Milei tomó la posta y desafió: “En el Partido del Estado tenés a los kukas y a los ‘antikukas’ que votan igual que los kukas, pero disfrazados de republicanos”.
La vinculación de la volatilidad financiera con el kirchnerismo ya la había manifestado el ministro de Economía, Luis Caputo, durante una entrevista concedida al economista y streamer libertario, Felipe Núñez, hace dos meses en el canal de Carajo.
Se refirió al “Riesgo Kuka” o la incertidumbre política (que para él son sinónimos) señalando que se manifiesta en que “algunos deciden cubrirse y no es nada que no hayamos visto ni que no hayamos esperado”.
El termómetro político de la confianza
La desconfianza en que el Gobierno reúna los dólares para pagar los cupones de los bonos en los vencimientos se genera a partir de la interpretación de las proyecciones macroeconómicas y políticas de los indicadores, según los datos, pero también de las seguridades que inspire el gobierno para coronar con éxito las gestiones financieras que le permitan cubrir las necesidades.
Luego, su hipótesis es que el incremento del dólar, de los indicadores financieros y del riesgo argentino se basan en el temor de los mercados ante la posibilidad de que regrese el kirchnerismo al poder, si se proyecta la performance bonaerense hacia 2027.
Se repetiría de este modo el proceso vivido en 2019, cuando el entonces presidente Mauricio Macri intentaba sin éxito ser reelecto.
Los mercados vienen manifestando dudas de que las reservas internacionales alcancen para cubrir los vencimientos de deuda, ya que cálculos autorizados indican que, de las sumas y restas hasta 2027, estarían faltando US$ 9.000 millones.
Ello sin contar sin las pérdidas que sumen las ventas al mercado para sostener la banda superior cambiaria ante el embate de la demanda de la divisa norteamericana debida a la incertidumbre.
En tres días, el Banco Central consumió US$ 1.100 millones para que la cotización no trepara a más de los $ 1.500 a los que llegó.
El cuco kuka
Galperín ya había utilizado la hipótesis de “Riesgo Kuka” en mayo, cayó el riesgo país tras la victoria de LLA en las elecciones legislativas porteñas.
En aquella oportunidad, celebró un cuadro publicado por el magister en Finanzas, Federico Domínguez, que reflejó el alza en el precio de los bonos soberanos, y la baja del riesgo país, después de la jornada electoral de la Ciudad de Buenos Aires.
Sacó hace poco la cara por el Gobierno ante los audios que tomaron estado público del ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), Diego Spagnuolo, en torno de una presunta trama de sobornos en el organismo.
Luego de pronunciarse en apoyo de Milei, trató de absurda “la opereta” para tratar de voltearlo, como denunció en las redes, y la comparó con la corrida contra el dólar en 2019 para bajar a Macri.
El Banco Central atravesó esta semana el primer test serio del nuevo esquema cambiario: por primera vez desde abril, la autoridad monetaria intervino con ventas directas para frenar la escalada del dólar mayorista, que cerró en $1.475 tras cinco semanas consecutivas de suba. En apenas tres ruedas, el organismo que conduce Santiago Bausili se desprendió de USD 1.110 millones, en una dinámica que enciende luces de alerta sobre la sostenibilidad de la estrategia y su impacto en las reservas internacionales, según el análisis de la consultora Ecolatina.
Reservas bajo presión en el techo de la banda
Finaliza otra semana caracterizada por la presión al alza del tipo de cambio. Por quinta semana consecutiva, el dólar mayorista avanzó hasta el techo de la banda hasta finalizar en $1.475 (+1,5% respecto al viernes de la semana pasada).
Como consecuencia, el BCRA vendió divisas por primera vez en el techo de la banda. Desde el miércoles, la autoridad monetaria vendió de forma creciente divisas en el mercado para defender la banda superior. Con depósitos del Tesoro en USD que lucen agotados, la principal herramienta para contener el techo la posee la autoridad monetaria con unas Reservas Líquidas robustecidas tras el acuerdo con el FMI. El riesgo que emerge de dicha estrategia es una circulo vicioso, donde a más ventas, más dudas del mercado sobre su sostenibilidad, retroalimentando y produciendo mayores ventas. En este marco, el riesgo país escaló hasta romper la barrera de los 1.500 puntos, reduciendo la probabilidad de un ingreso rápido a los mercados internacionales en 2026.
Con todo, por lo pronto será importante tener cautela, monitorear la dinámica de reservas y la posición que adopte la autoridad monetaria en el mercado de cambios de cara a las elecciones. Hacia adelante, cada vez es más evidente que el BCRA deberá definir una trayectoria clara y transparente de recomposición de reservas, necesario para ayudar a descomprimir el riesgo país.
Finaliza otra semana caracterizada por la presión al alza del tipo de cambio. Por quinta semana consecutiva, el dólar mayorista avanzó hasta el techo de la banda y finalizó en $1.475 (+1,5% respecto al viernes de la semana pasada). Por su parte, el dólar informado por el BCRA (promedio de la jornada) finalizó casi en línea ($1.474,8; +1,9%).
Como consecuencia, el dólar spot tocó por primera vez el techo de la banda en la rueda del miércoles, hecho inédito desde el cambio en el régimen cambiario vigente desde abril. Particularmente, desde el viernes 12/9 la evolución intradiaria comenzó a insinuar que alcanzaría el techo de la banda, lo que impulsó a que el BCRA coloqué por primera vez una opción de oferta en el mercado en la banda superior.
La dinámica se extendió a lo largo de la semana, generando que el miércoles el BCRA venda divisas por primera vez tras 103 ruedas. Desde entonces, el Central fue profundizando la postura vendedora: el miércoles se desprendió de USD 53 M, el jueves USD 378 M y hoy viernes de USD 678 M (la venta diaria más elevada desde oct-19). De esta forma, la venta acumulada para sostener el techo de la banda alcanza los USD 1.110 M en sólo 3 ruedas (sin contemplar los USD 500 M vendidos por el Tesoro en la previa a las elecciones de PBA).
Luego de las elecciones de PBA, marcamos que el inicio de la intervención del BCRA y el ritmo de ventas eran factores relevantes para monitorear. La respuesta llegó antes de lo esperado: las ventas arrancaron a falta de más de un mes de la elección de octubre y a un ritmo elevado. En principio, si bien no negamos la señal negativa, es pronto para sacar conclusiones que podrían lucir precipitadas, pero el 26 de octubre queda lejos en el tiempo.
Para dimensionar la magnitud de estas ventas, realizamos un ejercicio que repasa la dinámica de las corridas cambiarias de los últimos años. Para ello, tomamos las elecciones primarias y generales desde 2017 en adelante y calculamos las ventas promedio diarias del BCRA en el MULC, así como la cantidad de ruedas con saldo negativo desde el inicio de las tensiones.
El caso más extremo que aparece es la víspera a las elecciones Generales de octubre 2019, cuando el Central debió desprenderse de USD 144 M diarios durante 53 ruedas, dejando un saldo negativo de USD 7.663 M. Sin embargo, es necesario mencionar que para septiembre de 2019 se había restituido un cepo a las personas con un límite de compra mensual 10.000 USD, una restricción que no se encuentra vigente hoy en día.
Más cerca en el tiempo, si bien no se trata de un caso de previa electoral, este año convivimos con una etapa de continúas ventas en la previa a la flexibilización del cepo en abril, mediada por la incertidumbre cambiaria que traía las negociaciones con el FMI. En este contexto, la autoridad monetaria debió desprenderse en promedio de USD 131 M por día durante 19 ruedas.
Volviendo a la actualidad, el martes 2/9 las autoridades declararon que empezarían a “proveer de liquidez al mercado de cambios”, leído como un acto de sinceramiento a lo que venía ocurriendo desde agosto. Sumando entonces dichas ventas, transcurrieron 14 ruedas y se vendieron USD 122 M en promedio por día, implicando un rojo acumulado de USD 1.708 M. Por lo pronto, tanto el timing como el volumen operado hasta ahora son malas noticias para el gobierno: de mantenerse esta tendencia durante las 24 ruedas restantes hasta las elecciones generales, las ventas totales del BCRA llegarían a USD 4.600 M (casi en línea a lo ocurrido entre agosto y septiembre del 2018). Llegado a este punto, una aclaración importante es que el ejercicio es sumamente ilustrativo, ya que es un supuesto fuerte pensar que las ventas seguirán a este rimo. Y esto vale tanto por la positiva (puede bajar o pausarse), como por la negativa (viene subiendo).
Naturalmente, se desprende la pregunta respecto al poder de fuego que tienen las autoridades para defender el techo de la banda. Los depósitos del Tesoro en USD lucen agotados. Desde 13 de agosto, los depósitos pasaron de USD 2.000 M a los USD 640 M producto de las mencionadas ventas en el mercado y en menor medida pagos netos a organismos internacionales (-USD 475 M). No obstante, tras el acuerdo con el FMI el BCRA robusteció significativamente las Reservas Líquidas (Reservas – Swap con China – Oro; métrica del dinero líquido para abastecer al mercado) que hoy se aproximan a los USD 13.700 M.
Como ya anticipamos unas líneas más arriba, la venta de dólares por parte del BCRA está lejos de ser una buena señal. Con varios compromisos en moneda internacional en el corto y mediano plazo, el mercado tiene un ojo puesto en las posiciones que adopten el Tesoro o el Central en el mercado de cambios. Mientras que la demanda es que se acumulen reservas, por el contrario, la autoridad monetaria se desprende de ellas y compromete su capacidad de repago.
Producto de ello, el riesgo país, que venía oscilando los 1.100 puntos tras los resultados de PBA, saltó durante la jornada del miércoles a los 1.400 p.b. y quebró hoy viernes la barrera de los 1.500 p.b. (el valor más alto desde agosto del año anterior). En paralelo, los bonos soberanos han profundizado el rally bajista: los Bonares contrajeron 14,3% y los Globales 12,6%.
En este escenario, la probabilidad de un acceso rápido a los mercados internacionales a principios de 2026 luce compleja. La prima de riesgo no refleja únicamente la incertidumbre política, sino también un mayor pesimismo en torno al esquema económico trazado y la obvia interacción entre ambas variables, algo no fácilmente discernible.
En el marco de un esquema cambiario con dudas respecto a su sostenibilidad luego de octubre, emerge el riesgo concreto de corto plazo de ingresar a un círculo vicioso. Esto es, mientras más se vea forzado el BCRA a desprenderse de divisas para sostener el techo de la banda, más dudas tendrá el mercado respecto a su sostenibilidad, dinámica que se retroalimenta llevando a nuevas ventas del Central. En el mediano plazo, el saldo será una necesidad mayor de acumulación de divisas para recomponer las reservas internacionales.
Si bien cada venta de divisas implica una absorción de pesos del Central, las experiencias locales dejan en claro que siempre “hay pesos”. Sin embargo, hagamos el ejercicio: si sumamos los pesos circulantes, los depósitos en los bancos privados (CA + CC) y los depósitos a plazo (plazos fijos) y los expresamos en dólares (CCL), la cifra arroja unos USD 80.000 M a comienzo de mes. Obviamente, esto no quiere decir que todos los pesos se irán al dólar. Para poner en perspectiva, en ago-19 la cifra rondaba los USD 54.000 M (a precios corrientes) y a finales de oct-19 finalizó en USD 41.000 M, una reducción de USD 13.000 M.
Con todo, por lo pronto será importante tener cautela, monitorear la dinámica de reservas y la posición que adopte la autoridad monetaria en el mercado de cambios de cara a las elecciones. Hacia adelante, cada vez es más evidente que el BCRA deberá definir una trayectoria clara y transparente de recomposición de reservas, necesario para ayudar a descomprimir el riesgo país.
Dólar oficial al alza
Con las ventas del BCRA como trasfondo, el dólar oficial spot finalizó la semana en $1.475 (+1,5% respecto al viernes previo). Por otro lado, las Reservas Brutas finalizaron en USD 39.259 M y las Reservas Netas descontando los depósitos del Tesoro, BOPREAL y DEG habrían cerrado en USD 1.100 M (+USD 5.100 M si no se descuentan aquellos ítems).
La brecha cambiaria sube
Con un dólar spot cotizando en el techo de la banda y nuevas regulaciones para la compra de dólares alternativos (prohibición a altos cargos de comprar dólar MEP/CCL), los dólares paralelos se despegaron de la cotización mayorista. En números, el dólar minorista subió 3,8% ($1.524) respecto al viernes de la semana anterior, el dólar MEP operado con AL30 ascendió 6,4% ($1.567), el dólar CCL medido en CEDEARs se deslizó 5,8% ($1.567) y el blue aumentó 6,7% ($1.520). De esta forma, la brecha cambiaria cerró en 5%, el valor más elevado desde finales de abril (cuando el mercado se acoplaba al nuevo esquema cambiario).
Los futuros de dólar suben
Los contratos a futuro del dólar acompañaron el movimiento del spot. En detalle, los contratos de septiembre a noviembre subieron 1,4%, y aquellos con vencimiento desde diciembre +1,5%. Respecto a las devaluaciones implícitas, el mercado cerró con una devaluación próxima al 4% para el trimestre septiembre-noviembre, y promedia un 13% para el trimestre siguiente.