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Economía global “en transición”: el FMI prevé un crecimiento de 3,2% y advierte sobre vulnerabilidades estructurales

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El FMI advirtió que la economía mundial enfrenta un escenario frágil, con crecimiento moderado y riesgos crecientes.

El organismo mantuvo su proyección de expansión global en 3,2% para 2025 y 3,1% para 2026, pero alertó por las tensiones comerciales, el auge especulativo en la tecnología y la falta de espacio fiscal en los países endeudados.

Un “aterrizaje suave” con riesgos persistentes

El Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó este lunes 14 de octubre en Washington su informe World Economic Outlook (WEO) 2025, bajo el título “Global Economy in Flux: Prospects Remain Dim” (“Economía global en transición: las perspectivas siguen siendo débiles”). El documento, presentado por el economista jefe del Fondo, Pierre-Olivier Gourinchas, proyecta un crecimiento mundial de 3,2% en 2025 y 3,1% en 2026, una expansión moderada que confirma la desaceleración estructural posterior a la pandemia.

El impacto de las tensiones comerciales fue menor al previsto, pero la economía global sigue mostrando debilidad estructural”, señaló Gourinchas. Según el FMI, la reciente ronda de aranceles entre Estados Unidos y China tuvo un efecto acotado en el crecimiento gracias a exenciones parciales, la flexibilidad de las cadenas de suministro y la ausencia de represalias amplias. Sin embargo, el economista advirtió que el escenario sigue “altamente sensible a cualquier nuevo shock comercial”, con un potencial de caída del producto mundial de hasta 0,3 puntos porcentuales en caso de escalada.

En el mismo sentido, el FMI alertó que la inflación “sigue siendo más persistente de lo deseado” en las principales economías y que la política monetaria enfrenta presiones crecientes para flexibilizarse antes de tiempo. “Los bancos centrales deben resistir los llamados a reducir tasas por motivos fiscales o políticos —dijo Gourinchas—, porque cada vez que se debilita la independencia monetaria, el costo se traduce en inflación y pérdida de confianza”.

Tensiones comerciales, burbuja tecnológica y fragilidad fiscal

El informe de octubre identifica cuatro riesgos principales para el crecimiento global:

  1. El auge especulativo en inteligencia artificial (IA), con “paralelismos claros con la burbuja puntocom de fines de los años 90”.
  2. La desaceleración estructural de China, atrapada entre un sector inmobiliario aún frágil y una dependencia excesiva de subsidios industriales.
  3. La falta de consolidación fiscal en economías avanzadas y emergentes, con elevados niveles de deuda y escaso margen para nuevas expansiones del gasto.
  4. Las presiones políticas sobre los bancos centrales, que podrían comprometer su credibilidad.

Gourinchas sostuvo que el boom de inversión en inteligencia artificial “sostiene la actividad, pero también genera riesgos de sobrevaluación”. Si se produjera una corrección abrupta en los mercados tecnológicos, advirtió, “el efecto sobre el consumo, la inversión y las condiciones financieras podría ser significativo”.

Respecto de China, el FMI reiteró su recomendación de “reorientar el modelo de crecimiento hacia la demanda interna”. El organismo advirtió que el país “sigue demasiado dependiente de las exportaciones y de políticas industriales de gran escala”, con un sector inmobiliario aún sin resolver y una productividad estancada. “El riesgo de una trampa de deuda-deflación está presente”, alertó Gourinchas.

En el plano fiscal, el informe advierte que la mayoría de las economías no reconstruyeron el margen presupuestario perdido tras la pandemia. El Fondo estimó que “el bajo crecimiento, las tasas reales elevadas y las nuevas demandas de gasto —defensa, seguridad económica y transición climática— están reduciendo la capacidad de maniobra de los gobiernos”. En los países de ingresos bajos, añadió, el panorama es más crítico por la reducción de los flujos de ayuda internacional y el aumento de la deuda en moneda extranjera.

Impacto en las economías emergentes y en América Latina

El FMI destacó que la debilidad del dólar durante la primera mitad de 2025 alivió las condiciones financieras en mercados emergentes. “Un dólar más débil reduce la carga de deuda en países con pasivos denominados en esa moneda y ayuda a contener la inflación importada”, explicó Gourinchas. Sin embargo, aclaró que la volatilidad cambiaria sigue siendo un riesgo, y valoró que “los bancos centrales latinoamericanos han mostrado madurez al permitir ajustes cambiarios sin perder el ancla monetaria”.

En África subsahariana, el organismo revisó al alza su proyección de crecimiento a 4,1% en 2025 y 4,4% en 2026, gracias a “reformas estructurales, consolidación macroeconómica y estabilización en economías clave como Nigeria y Etiopía”. Para América Latina, el FMI mantuvo un crecimiento moderado, sostenido por el comercio de materias primas y la estabilidad de las tasas internas, aunque advirtió que la inversión fuera del sector tecnológico muestra señales de enfriamiento.

Respecto de la fragmentación geoeconómica, Gourinchas reconoció que el comercio global no ha disminuido, pero sí se ha reconfigurado: “Se comercia menos entre Estados Unidos y China, y más entre ambos bloques y terceros países. Las cadenas globales de valor se están adaptando, pero el sistema se volvió más complejo y vulnerable”.

Gobernanza global y resiliencia: el mensaje a los países

En su cierre, el director de Investigaciones del FMI retomó el llamado de la directora gerente, Kristalina Georgieva, a que los gobiernos “se ajusten el cinturón” ante un contexto de shocks recurrentes y alta incertidumbre. Gourinchas enumeró tres prioridades:

  1. Reconstruir espacio fiscal y fortalecer la sostenibilidad de la deuda.
  2. Proteger la independencia de las instituciones monetarias y fiscales.
  3. Mantener la apertura comercial y la cooperación multilateral, incluso en un escenario de tensiones geopolíticas crecientes.

“La resiliencia económica no se construye con muros ni subsidios indiscriminados —concluyó—, sino con instituciones sólidas, estabilidad macroeconómica y una estrategia clara para aprovechar la innovación tecnológica sin repetir los errores del pasado”.

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Destrucción creativa y progreso tecnológico: las ideas que llevaron a Aghion, Howitt y Mokyr al Nobel de Economía

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Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt recibieron el Premio Nobel de Economía 2025. Es por sus aportes a la teoría del crecimiento impulsado por la innovación

Los tres economistas fueron distinguidos por la Real Academia Sueca de Ciencias por sus investigaciones sobre el progreso tecnológico y la “destrucción creativa” como pilares del desarrollo económico moderno.

El conocimiento como motor del crecimiento económico

El Premio Nobel de Economía 2025 fue otorgado a Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt. Tres académicos cuyas investigaciones redefinieron la comprensión del crecimiento económico sostenido. La Real Academia Sueca de Ciencias anunció este lunes que los economistas son reconocidos “por haber explicado el crecimiento económico impulsado por la innovación”.

Mokyr, profesor en la Universidad Northwestern (EE.UU.), recibirá la mitad del premio de 11 millones de coronas suecas (equivalentes a unos USD 1 millón), “por haber identificado los requisitos previos para el crecimiento sostenido a través del progreso tecnológico”. La otra mitad será compartida entre Aghion —del Collège de France, INSEAD y la London School of Economics— y Howitt —profesor emérito de la Universidad Brown— “por la teoría del crecimiento sostenido a través de la destrucción creativa”.

El comité destacó que sus trabajos “ayudan a comprender por qué las economías modernas han logrado sostener el crecimiento durante más de dos siglos. Mientras que durante la mayor parte de la historia humana prevaleció el estancamiento”.

De la Revolución Científica a la Revolución Industrial

El historiador económico Joel Mokyr (Leiden, Países Bajos, 1946) centró su obra en explicar cómo la relación entre conocimiento científico y aplicación tecnológica transformó las economías modernas.

Su investigación demostró que el progreso sostenido se produce cuando las innovaciones tecnológicas se basan no solo en la experiencia empírica. Sino también en explicaciones científicas que permiten perfeccionar los descubrimientos existentes. Mokyr sostiene que la Revolución Científica de los siglos XVI y XVII —con su énfasis en la medición, la experimentación y la reproducibilidad— sentó las bases del crecimiento industrial que comenzó en Gran Bretaña.

El académico identificó, además, factores institucionales que facilitaron este proceso: sociedades abiertas al cambio, redes de artesanos y técnicos calificados, y un entorno político que no impedía la difusión de nuevas ideas. En palabras del comité sueco, su trabajo “muestra cómo la interacción entre cultura, conocimiento y tecnología es la clave para entender el desarrollo económico moderno”.

La teoría de la destrucción creativa: innovación y competencia

Por su parte, Philippe Aghion (París, 1956) y Peter Howitt (Canadá, 1946) desarrollaron un modelo matemático que formalizó el concepto de “destrucción creativa”. Originalmente formulado por Joseph Schumpeter.

En su célebre artículo de 1992, los economistas explicaron cómo las nuevas tecnologías y productos reemplazan constantemente a los antiguos, impulsando la productividad y el crecimiento a largo plazo. Sin embargo, este proceso —advirtieron— también genera tensiones: las empresas líderes del pasado pierden terreno cuando emergen innovaciones superiores.

Su modelo integró los vínculos entre investigación y desarrollo (I+D), mercados financieros, competencia y dinámica empresarial. Demostrando que el crecimiento no es lineal ni uniforme, sino el resultado de una competencia continua por mejorar.

El Comité del Nobel destacó que sus hallazgos “proporcionan una guía esencial para el diseño de políticas públicas que equilibren los incentivos a la innovación con la necesidad de proteger la competencia”.

Implicancias y desafíos para las economías modernas

El presidente del Comité del Premio de Ciencias Económicas, John Hassler, remarcó durante el anuncio que: “el trabajo de los laureados muestra que el crecimiento económico no puede darse por sentado. Mantener los mecanismos que sustentan la destrucción creativa es fundamental para evitar el estancamiento”.

El reconocimiento a Mokyr, Aghion y Howitt adquiere relevancia en un contexto global de transformación tecnológica acelerada, marcado por la inteligencia artificial, la automatización y la transición energética. Sus teorías ofrecen herramientas para comprender cómo las políticas de innovación, educación y competencia pueden determinar el rumbo económico de los países en las próximas décadas.

El Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, creado en 1968, ha sido otorgado 56 veces a un total de 96 economistas. Aunque no formaba parte del testamento original de Alfred Nobel, se entrega cada 10 de diciembre, junto con los demás premios, en Estocolmo.

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El FMI advierte que las políticas industriales pueden frenar la productividad si no se aplican con precisión

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El FMI destaca la fortaleza de los mercados emergentes y advierte sobre los límites de la política industrial

El nuevo informe “Perspectivas de la Economía Mundial” analiza la resiliencia de los mercados emergentes ante la volatilidad global y plantea los desafíos fiscales y productivos de las políticas industriales en un contexto de endeudamiento alto y escaso margen presupuestario.

Los mercados emergentes resisten la volatilidad global gracias a marcos de política más sólidos

En su informe “Perspectivas de la Economía Mundial” de marzo de 2025, el Fondo Monetario Internacional (FMI) dedica un capítulo central al análisis de la resiliencia de los mercados emergentes frente a los episodios de aversión al riesgo financiero. El organismo concluye que esta capacidad de resistencia no fue producto exclusivo de condiciones externas favorables —la “buena suerte”—, sino del fortalecimiento institucional y la mejora en la credibilidad de las políticas monetarias y fiscales —las “buenas políticas”—.

Según el documento, los bancos centrales de los países emergentes han logrado reducir su dependencia de intervenciones cambiarias gracias a marcos de política más independientes y previsibles, lo que permitió moderar las presiones inflacionarias y mantener el acceso al financiamiento internacional aun en contextos de alta volatilidad.

El FMI subraya que los países con instituciones más sólidas y reglas fiscales claras enfrentan menores costos de ajuste y disyuntivas de política menos complejas en períodos de tensión. Por el contrario, aquellas economías con marcos más débiles corren el riesgo de retrasar la contracción monetaria ante presiones inflacionarias persistentes, generando pérdidas de producción y forzando intervenciones cambiarias costosas que “solo brindan alivio temporal”.

El organismo remarca que la consistencia macroeconómica será clave para sostener la confianza de los mercados en un contexto global caracterizado por la suba de tasas en las economías avanzadas, la reconfiguración de los flujos de capital y el aumento de la deuda soberana.

Política industrial: oportunidades, riesgos y necesidad de disciplina fiscal

El capítulo 3 del informe aborda el resurgimiento de la política industrial como herramienta para redefinir estructuras productivas, promover la autonomía tecnológica y reducir la dependencia energética externa. El FMI reconoce que estas políticas pueden impulsar la productividad y fortalecer sectores estratégicos, pero advierte que su éxito depende de una focalización precisa, una implementación eficiente y el respaldo de instituciones sólidas.

“El traslado o relocalización de industrias estratégicas puede generar beneficios sectoriales, pero también encarecer los precios al consumidor durante largos períodos”, señala el documento. Además, el FMI advierte que este tipo de programas suelen tener costos fiscales elevados, especialmente en países con deuda alta y limitada capacidad presupuestaria.

El informe enfatiza que, incluso cuando los resultados en determinados sectores sean positivos, las políticas industriales pueden provocar efectos indirectos negativos en otros segmentos de la economía, al desviar recursos de manera ineficiente y reducir la productividad total. Por ello, recomienda acompañarlas con reformas estructurales complementarias y una política macroeconómica coherente que evite tensiones en el frente fiscal.

Desafíos para los emergentes: consolidar instituciones y evitar desequilibrios

El FMI proyecta que los mercados emergentes enfrentarán en 2025 una combinación de desafíos simultáneos: presiones inflacionarias persistentes, costos financieros altos, exigencias de consolidación fiscal y la necesidad de mantener el crecimiento inclusivo.

En ese marco, el organismo reitera que la resiliencia no puede sostenerse sin instituciones fuertes, transparencia fiscal y disciplina monetaria. Los países que mantengan reglas claras y credibilidad en sus políticas podrán resistir mejor los shocks externos y aprovechar la transición hacia una economía global más diversificada en materia energética y tecnológica.

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