El negocio de hacer deportes

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Desde la compra mínima de una zapatilla para salir a caminar o una remera para ir al gimnasio, el deporte es un negocio. La clave es darle volumen a lo individual y que ese negocio derrame en la ciudad. Misiones en los últimos años ha ido transformando su infraestructura para que el deporte deje de ser sólo una cuestión de salud o recreativa. Los polideportivos están listos para recibir alta competencia como los mundiales de fútbol de salón o competencias de artes marciales. El Centro Provincial de Alto Rendimiento Deportivo se prepara para inaugurar su piscina olímpica -única en la región y a la altura de la del Cenard-, lo que abrirá las puertas a torneos de nivel internacional, con la llegada de un enorme caudal de deportistas y equipos. Y, también, una nueva etapa en el turismo deportivo, una fuente inagotable de recursos que puede llegar a la provincia. Es la economía del deporte. “Eso genera un consumo que tiene que ver con la actividad del deporte o la actividad física. Hacés un evento deportivo y viene gente de otros lugares a mirar, consume, eso es parte de la economía del deporte. Es una rama que busca mirar cuál es el peso que tiene el deporte en la economía, así como se mira al turismo en la economía. Y en Argentina no tenemos eso, porque el INDEC no tiene una cuenta satélite para identificar el consumo, tiene del turismo, pero no tiene de deportes. A nivel local, tampoco”, precisa Eva Muguerza, economista especializada en el análisis de los datos del deporte y que ya ha hecho relevamientos sobre el impacto de una actividad deportiva en la economía local.

“Empezamos a medir el impacto de los juegos universitarios en la localidad, justo se dio la oportunidad porque se hicieron dos eventos importantes acá, en ese momento un panamericano de futsal universitario. Después, los juegos regionales, que se hacen todos los años en el ámbito argentino de los juegos universitarios. Entonces medimos el impacto de esos dos, y ahí es donde empezamos a trabajar y a especializarnos más en eso con la creación de un observatorio en la Universidad”, explica. 

Eva Muguerza es economista y candidata a concejal de Posadas.

“Ahí tenés diferentes niveles y formatos. Los juegos que mueven 200 personas, hasta juegos que mueven 2000, 3000 personas. Las Olimpíadas Médicas que hicieron acá el año pasado, atrajeron alrededor de 2000 personas. La diferencia es que el ingreso, o la plata que pueden gastar los estudiantes universitarios, que igual tienen su consumo, respecto de un médico que trae a su familia, probablemente sea mayor”, detalla. 

En efecto, el consumo directo de las Olimpíadas Médicas llegó a 181 millones, con un impacto en la economía local estimado en 325.800.000 pesos, por el efecto derrame de esa semana entera de competencias. El TC, en un solo fin de semana, dejó otros 70 millones en Posadas. Ahora se planifica el Encuentro Deportivo de Organismos de Control Público del Mercosur, que se desarrollará del 11 al 15 de septiembre en Posadas. Estiman que participarán más de 800 deportistas de Argentina y países vecinos.

“También fuimos a medir los Juegos Evita en Mar del Plata con el observatorio y lo que encontramos es que los chicos que participaron de los juegos llevaban alrededor de 4 mil pesos, 5 mil y pico, para gastar por día. Y son 5, o 6 días para estar ahí. Entonces bueno, tienen el alojamiento pagado, la comida pagan y si hacen alguna excursión, es financiada entre la Provincia y Nación. Entonces esa plata era neta, para el consumo en el comercio. Entonces, los chicos compraban regalos, compraban papas fritas, una gaseosa. Pero es un consumo de 25 mil pesos en promedio, por 20 mil chicos. Es una pequeña fortuna”, describe Muguerza, que quiere . 

¿Esto te permite repensar las políticas deportivas?

Totalmente, la toma de decisiones se pone en evidencia. Cuando hablamos de generar datos, datos de calidad, que sean útiles, desde ese lugar nos posicionamos entendiendo que el deporte es una herramienta. Entonces, tenemos como proyecto al deporte como derecho y después proyectos donde vemos al deporte como incidencia económica. En cualquiera de los ámbitos, la política no está exenta de esas situaciones. Entonces se puede planificar este impacto, organizando de manera inteligente y articulada los eventos deportivos. Un evento cultural es lo mismo, mueve un montón de gente. La diferencia con eventos deportivos, es que duran varios días. Quizás un evento cultural, un recital es un rato, en un evento deportivo tenés a las personas, a las familias, varios días, consumiendo acá, haciendo turismo.

No solo en el lugar del evento, sino en los alrededores…

Un inside que sacamos de las olimpiadas médicas, donde preguntamos a las personas, respondían en el cuestionario si habían venido porque conocían o si tenían ganas, o si sólo habían venido por las olimpiadas, en realidad una gran cantidad de gente vino solo por los juegos, por el evento. Así que el evento en sí es el gran atractivo, que si vos te organizas, después te permite que la gente vaya a Iguazú, a cualquiera de los puntos turísticos que tenemos en la provincia.

“Por ahora, estamos en la parte de relevamiento de datos y de conocer. Aparte cada evento tiene su lógica, hay eventos que atraen familias, hay personas que atraen personas solas o que vienen con amigos, eventos que son de estudiantes, entonces bueno hay que ir encontrando en cada tipo de evento la mejor estrategia para abordarlo y para capitalizar localmente ese evento”, explica Muguerza, que quiere llevar este análisis de datos a una plataforma municipal, como candidata a concejal de la lista que encabeza Soledad Balán.

Para la economista de 49 años, la inversión que ha hecho Misiones en los últimos años es fundamental. “Con las competencias, lo que estamos haciendo es amortizar ese capital, viste que cuando se hacen los mundiales, o los juegos olímpicos, aparece ese concepto del elefante blanco, que es un montón de plata en infraestructura que no se usa. En este caso lo que hacemos es usar infraestructura que se armó en algún momento con alguna visión y ahora lo estamos aprovechando. Manteniendo esa lógica está perfecto. Eso es planificar el impacto, qué infraestructura vamos a desarrollar para potenciar los eventos deportivos y qué eventos deportivos vamos a traer, que generen muchos visitantes, que traigan personas con buen perfil de consumo, o que les interese la oferta turística por ejemplo que tenemos nosotros acá”.

Muguerza está convencida que el turismo deportivo puede ser un complemento al de la naturaleza, que ya está instalado como carta de presentación de Misiones. 

“La ciudad de Posadas está bien organizada, hay toda una parte que se está haciendo con esa visión, desde el liderazgo provincial de decir ‘vamos a generar un espacio atractivo en la provincia’. Posadas es el espacio donde llega todo el mundo, entonces tenemos que estar a la altura de esa demanda, obviamente siempre hay cosas para corregir, para mejorar”. 

Una de las claves para atraer el turismo es la infraestructura. La pileta olímpica de Misiones es única en toda la región y está preparada para recibir alta competencia. Se suma a la pista de atletismo, el polideportivo, el gimnasio y toda su área complementaria, con el centro de lucha inaugurado a finales del año pasado. En paralelo a la piscina olímpica, se está construyendo el techado con sus tribunas, áreas técnicas, áreas de sanitarios para los visitantes y la pileta complementaria, denominada pileta de ablande que tiene las dimensiones de una pileta semiolímpica de 12×25 y de 1,5 metros de profundidad, siendo esta última necesaria su construcción ya que tiene como objetivo la entrada en calor para que luego el deportista pueda llegar al 100% del rendimiento en la pileta olímpica. Con esto, Misiones se transforma en la segunda provincia a nivel Nacional al contar con una herramienta de esta índole, no solamente para capacitación de sus deportistas, sino también para la realización de competencias nacionales e internacionales, dado también la ubicación estratégica que posee la provincia de Misiones dentro de lo que es el Mercosur.

Además de atraer competencias, la infraestructura de primer nivel, permite soñar a los deportistas misioneros:  “Es como el Mundial, que salimos campeones del mundo. Para nosotros, ver esta pileta llena, es como salir campeones del mundo. Encaramos un proyecto provincial donde conformamos dos selecciones de natación, una selección de federados con los nadadores que están compitiendo a nivel nacional, que tienen marcas nacionales. Y una selección de desarrollo, con los nadadores que no son federados, por ejemplo, los que están en edad y menores, de los juegos Evita justamente para trabajar en el desarrollo de las potencialidades de ellos y en toda la provincia”, aseguró el profesor de natación Gustavo Breitenbruch.

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El impacto económico del Mundial

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Argentina está entre los cuatro mejores equipos del mundo y sueña con su camino a la final del Mundial de Qatar y sueña también con la posibilidad de ser sede cuando se cumplan los 100 años de la primera copa del mundo realizada aquella primera vez en Uruguay. 

Y es que el deporte en general y el fútbol en particular movilizan pasiones y recursos con fuerte repercusión en múltiples dimensiones, incide en el bienestar, en la salud y en el ocio tanto para quienes lo practican como para aquellos que lo consumen. Puede ser una herramienta de igualación de oportunidades e inclusión social. En particular el fútbol profesional pasó de ser una actividad recreativa a convertirse en una actividad espectáculo de alto impacto económico. 

No es solo por pasión que Argentina conformó la Corporación 2030 para unirse a Paraguay, Uruguay y Chile con la esperanza de albergar el mundial número 100 de la historia del fútbol. Hay mucho escrito sobre los impactos de la organización de eventos de gran magnitud, tanto desarrollando los beneficios como los costos asociados a estos proyectos. 

Los costos económicos generalmente se planean en términos de generación de elefantes blancos, es decir, infraestructura que no se utiliza o no se aprovecha adecuadamente una vez terminado el mundial o juego, según sea el caso y las incomodidades de las personas que viven en la ciudad anfitriona durante el evento donde a veces se cortan calles, hay ruido, se ensucia, etc. Ni hablar cuando se reubica a la población de un determinado barrio o zona a los efectos del desarrollo de obras. Todas estas externalidades negativas pueden minimizarse con una buena planificación y sumando racionalidad económica al proceso de toma de decisiones. 

Los beneficios económicos de ser sede se asocian a las inversiones en infraestructura que generan trabajo y aumenta la demanda de materiales de construcción. Otro gran impulso tiene que ver con el posicionamiento turístico de la ciudad o ciudades donde se realice el evento, aumenta la demanda de consumo por la afluencia de visitantes que gastan en alojamiento, transporte, alimentos y regalos dándole forma a lo que llamamos legado económico del deporte. Todo ello genera en la economía local un efecto multiplicador a partir de estas nuevas demandas, que tiene efecto en la actividad económica y en el empleo. También hay un legado intangible que tiene que ver con el desarrollo de capacidades en la organización de este tipo de eventos (el know how) que en economía tipificamos como capital humano.

Algunos estudios muestran que no solo ser sede impacta positivamente, sino también ganar la copa. Marco Mello, investigador en economía de la Universidad de Surrey, empleó datos de 1961 en adelante para “examinar si ganar la Copa del Mundo de la FIFA impulsa el crecimiento del PBI, tal y como afirman los analistas y los medios de comunicación de forma concomitante con cada edición de esta competición futbolística“. Su análisis muestra que ganar la Copa Mundial de la FIFA aumenta el crecimiento del PBI en al menos 0.25 puntos porcentuales en los dos trimestres siguientes“.

Esto sucede principalmente por el aumento de las exportaciones asociadas al atractivo que gozan los productos y servicios nacionales en el mercado mundial tras la victoria. Este efecto es transitorio en la economía local, pero muy útil. 

Inversiones canalizadas en los últimos mundiales:

  • Se estima que Brasil gastó cerca de 11 mil millones de dólares en 2014
  • Rusia tuvo que desembolsar unos 14 mil millones de dólares cuatro años después para tener la copa en su casa.
  • El Mundial de Qatar excede cualquier presupuesto conocido hasta el momento para un país organizador. Se estima que los qataríes gastaron más de 200 mil millones de dólares en una infraestructura que excede la construcción de ocho estadios mundialistas desde cero.
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