HIDROVIA PARANÁ PARAGUAY

Hidrovía: La Sociedad Rural desmintió “categóricamente” al Gobierno

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Sigue la polémica por la frustrada licitación de la Hidrovía y ahora la Sociedad Rural Argentina salió a responder las acusaciones del Gobierno de Javier Milei.

En medio de la polémica por la frustrada licitación de la Hidrovía, el Gobierno de Javier Milei denunció “sabotaje” y apuntó contra Mauricio Macri y otros, entre los que incluyó a Nicolás Pino, titular de la Sociedad Rural Argentina, que ahora salió a responder.

“Desde la Sociedad Rural Argentina desmentimos categóricamente las falsas acusaciones contra el Presidente de la entidad, Nicolás Pino, donde indican que fue uno de los ‘responsables’ de hacer fracasar la licitación para adjudicar la explotación de la Hidrovía”, expresó la entidad del campo a través de un comunicado en redes sociales.

Se refería así, sin mencionarlo, al titular de la Agencia Nacional de Puertos y Navegación (ANPYN), Iñaki Arreseygor, que ante la Comisión de Transporte de Diputados había hablado de un “sabotaje” coordinado por empresas y actores de la política para boicotear la licitación de la Hidrovía. Con nombre y apellido, apuntó no sólo contra la empresa belga DEME sino que también responsabilizó a Macri, al ex ministro de Transporte, Guillermo Dietrich; y al presidente de la Sociedad Rural, Nicolás Pino.

“Miembros de la política y empresarios se coordinaron para hacer que este proceso licitatorio se cayera. Un trabajo y una coordinación perfecta de estos actores que no tenían ningún interés en que esto saliera adelante y que lo único que les interesaba era voltear este procedimiento para que llegado el caso de que estos actores volvieran a una función ejecutiva pudieran terminar asignando este contrato para un lado o para el otro”, dijo Arreseygor, hombre del asesor Santiago Caputo.

“Vamos a avanzar con las investigaciones para terminar de validar lo que hoy por tenemos como presunción o comentario de distintos actores que piden reserva: de que el ex ministro Dietrich, sus ex funcionarios (Jorge) Metz, (Gustavo) Deleersnyder, el presidente de la Sociedad Rural Nicolás Pino, el abogado Ezequiel Cassagne, estuvieron involucrados en el sabotaje de esta licitación”, adivirtió.

Tras esa fuerte acusación, Nicolás Pino salió a negar cualquier responsabilidad en la caída del proceso licitatorio. “En nuestra entidad no actuamos jamás a favor o en contra de una determinada empresa. El tema de la licitación de la Hidrovía sí se trató durante la última reunión que tuvo la Mesa de Enlace con el ministro Luis Caputo y otras autoridades nacionales. Desde ya que la entidad pone a disposición sus técnicos y todo aquello que pueda ayudar al mejor desarrollo del proceso licitatorio”, explicó la Sociedad Rural.

“Continuamente en nuestras conversaciones con funcionarios de todos los niveles les hacemos llegar nuestras opiniones y comentarios buscando disminuir los costos de producción y resolver cuestiones que afecten a la competitividad del sector, tal como lo venimos haciendo hace 159 años”, añadió el comunicado.

Cabe recordar que Mauricio Macri también se había defendido de las acusaciones del Gobierno, apuntando contra Santiago Caputo. “La semana que viene le voy a contestar al señor Santiago Caputo. Porque él es quien está detrás de esa comisión trucha que se armó para la Hidrovía, que iba a terminar siendo un sobrecosto monumental para los productores. Y manda a contestar a uno de los impresentables que integra esa comisión; a acusarnos a nosotros de algo en lo que ellos fallaron”, dijo el ex presidente.

“Fracasó la licitación, la única que hicieron en un año y medio, por intentar que no haya competencia. Nosotros hicimos en nuestro gobierno cientos, miles de licitaciones y nadie impugnó un pliego. Ellos tienen que explicar por qué fracasó”, lanzó Macri.

Este lunes (24/02), la Agencia Nacional de Puertos y Navegación (ANPYN) publicó en el Boletín Oficial la Resolución 7/2025 que dio de baja la licitación de la Hidrovía Paraná-Paraguay.

El Boletín firmado por el director ejecutivo, Iñaki Arreseygor, dejó sin efecto el procedimiento licitatorio después de que sólo se recibiera una oferta correspondiente a la empresa belga, Dredging (DEME).

Esta decisión del Gobierno ya se conocía, pero recién ayer se oficializó. Javier Milei habló de “sabotaje”, luego de que solo se presentara una oferta en la licitación, justamente de la belga DEME que venía denunciando que el Gobierno había direccionado el pliego para que gane el también belga Jan de Nul, anterior licenciatario de la concesión hasta 2021, que continúa dragando ahora con un contrato con la ex Administración General de Puertos (AGP).

La apertura de sobres (en realidad, fue un sólo sobre) se había realizado un día después de que se conociera un informe de la Procuraduría de Investigaciones Administrativas, (PIA) que advirtió sobre “serias irregularidades en la redacción de los pliegos”.

Agustín Barletti, Editor del suplemento Transport & Cargo del diario El Cronista, definió como “un papelón” el proceso licitatorio. “Este fracaso debe ser una lección para el gobierno de Milei. Si desde todos los sectores están diciendo que el pliego está mal hecho no podés seguir avanzando como si nada ocurriese”, añadió.

En este marco, contó que “los directivos de Jan De Nul estaban con el sobre en la mano en la entrada de la Agencia pero cuando vieron que se presentó DEME se fueron. Se ve que les gusta el dinero, pero no tanto como para ir presos, sobre todo luego del dictamen de la PIA”

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Hidrovía Paraná-Paraguay: autovía para commodities o un río para la soberanía alimentaria

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Escribe Álvaro Álvarez – Privatizada en la década del 90, la principal vía fluvial de exportación está momentáneamente en manos estatales. El debate pendiente sobre quién debe controlar y proteger el río, el papel de las exportadoras de granos, la necesaria participación social y los impactos ambientales. El desmonte, la sequías y los incendios.

La expansión de un modelo extractivista necesita de una infraestructura que permita la circulación de los recursos, que son considerados estratégicos, hacia los principales centros de consumo. El crecimiento de la superficie cultivada en el litoral argentino –sobre todo de soja y monocultivos forestales– ha ido de la mano de la optimización comercial de las vías navegables, proceso que se inició a mediados de los años noventa. Por un lado, con la privatización de las tareas operativas del río Paraná, que quedaron en manos del consorcio Hidrovía Sociedad Anónima., integrado por la empresa nacional Emepa y la dragadora belga Jan de Nul. Por otro lado, con la privatización y extranjerización de los principales puertos del Paraná medio e inferior que hoy se encuentran en manos de corporaciones norteamericanas, europeas y chinas.

Desde ese ciclo privatizador, y en clara vinculación con proyectos de escala regional como la Iniciativa para la Integración en Infraestructura Regional Suramericana (Iirsa), el propósito de las grandes corporaciones del agronegocio fue garantizar la navegación continua del Paraná y posibilitar la circulación ininterrumpida de buques de gran porte, sobre todo desde la ciudad de Santa Fe hasta el océano.

De esta manera, material y simbólicamente, se fue construyendo la idea de que los ríos Paraná y Paraguay, en sus 3400 kilómetros de extensión compartida –entre Puerto Cáceres en el Mato Grosso y Nueva Palmira en el Uruguay– se deberían transformar en una autopista fluvial que contribuya a disminuir los costos de circulación de commodities posibilitando la expansión de la “frontera” de los agronegocios.

La denominada “Hidrovía Paraná-Paraguay” se transformó así en un ambicioso proyecto para la ampliación y profundización de la vía navegable troncal de los ríos Paraná y Paraguay, que cuenta con casi 200 puertos en cinco países: Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia. En el tramo argentino circula casi el 80 por ciento de las exportaciones nacionales, sobre todo de cargas granarias y derivados industriales procesados en el polo del Gran Rosario, lo que lo transforma en un punto estratégico del modelo de inserción comercial del país en el mercado internacional.

Las penas y las vaquitas se van por la misma senda

En 25 años de concesión, desregulación e intervenciones técnicas, el río Paraná en el tramo argentino soportó la circulación de casi 5000 embarcaciones por año que transportan en total entre 120 y 150 millones de toneladas. De esta manera, la transformación del río Paraná en una hidrovía se retroalimentó con la expansión de la superficie agrícola cultivada, que pasó de 16 millones de hectáreas en los años noventa a 40 millones de hectáreas aproximadamente en la actualidad, fenómeno que –sumado al auge de la megaminería metalífera a cielo abierto en Argentina, Bolivia y Brasil– ha generado alteraciones nodales en términos ecosistémicos en la cuenca.

Los números son contundentes: hasta 1995 la profundidad de las vías navegables desde puerto Gral. San Martín al océano era de 26 pies, y en ocasiones podía ser menor a 22 pies. Luego de una década de concesión se llevó el calado a 34 pies, lo que obliga a un dragado anual permanente, en promedio, de 30 millones de metros cúbicos de sedimentos.

Sin embargo, en la actualidad la situación de la hidrovía es crítica. La bajante del Paraná impulsó políticas de sobredragado de la ruta troncal, lo que implica una remoción mayor de los bancos de arena y una canalización profunda del fondo del río, proceso que genera múltiples impactos sobre la fauna, la flora y la calidad del agua.

Como sostienen organizaciones como Taller Ecologista o la Asociación de Abogados Ambientalistas, un sobredragado como el que requiere la hidrovía en las actuales condiciones tiende a secar aun más los humedales porque el agua se profundiza en la ruta troncal y desnuda el valle de inundación, generando transformaciones en las islas e impactos ecosistémicos profundos en lagunas, arroyos y ríos.

El poder de cinco grandes cerealeras

El comercio internacional, en un contexto de incremento de los precios y de la demanda de los productos primarios, estimula la hiper-especialización de los países periféricos y determina la inserción de las economías nacionales en la economía internacional generando una fuerte presión sobre los bienes comunes. En este contexto, de venta de productos con escaso valor agregado, el abaratar los costos de circulación es un objetivo fundamental y la Hidrovía Paraguay- Paraná tiene un rol clave.

Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, en el 2021 fue Cargill –que opera en los puertos de Gral. San Martín,Villa Gobernador Gálvez y Punta Alvear, en Santa Fe, y Diamante en Entre Ríos– quien se posicionó como el principal exportador de granos de Argentina, declarando 15,1 millones de toneladas exportadas (granos, legumbres y aceites vegetales), el 12,9 por ciento de las exportaciones totales del sector.

La estatal china Cofco –que opera en los puertos de Gral. San Martín y Timbúes en Santa Fe– ocupó el segundo lugar con 14,4 millones de toneladas (12,3 por ciento del total). En el tercer puesto se encuentra Viterra, que exportó 14,35 millones de toneladas (12,3 por ciento).

Bunge –que opera en el puerto Gral. San Martín y el puerto de Rosario– y ADM –opera en el puerto de Gral. San Martín– completan las cinco principales exportadoras. Bunge con 12,7 millones de toneladas es decir el 10,8 por ciento de las ventas totales y ADM con 11,6 millones de toneladas, el 9,9 por ciento de las ventas totales.

Las cinco principales compañías exportadoras del país concentran el 58 por ciento de las agroexportaciones, todas controladas por capitales extranjeros.

Al impacto social y ambiental de un modelo híperconcentrado hay que sumarle el perjuicio de la evasión. Según un informe del Instituto Argentino para el Desarrollo Económico, pese a este gran desarrollo del comercio agroexportador en los últimos años, un porcentaje no desdeñable de lo que se exporta en la Argentina no se declara: “Sólo en 2020 la diferencia total entre el valor declarado a la salida de las aduanas argentinas y el declarado al ingreso de las aduanas de destino suma 896 millones de dólares”.

Gestión estatal y participativa, con mirada social y ambiental

La decisión del Estado argentino, luego de vencerse la concesión de la empresa Hidrovía S. A., de otorgarle a la Administración General de Puertos la responsabilidad del dragado, balizamiento y cobro del peaje durante un año le permitiría mejorar el control sobre los ingresos y egresos de mercancías por el río Paraná, por ende, sobre el comercio exterior argentino.

El informe de la Administradora General de Puertos del primer semestre de gestión estatal demuestra que se acumularon ingresos por 89,6 millones de dólares y existieron erogaciones en dragado, balizamiento y gastos administrativos por 73,6 millones. Redundó en una ganancia para el Estado de unos 16 millones de dólares. Sin embargo, el camino seguido por el gobierno de Alberto Fernández parece retomar la senda privatizadora con la apertura de una nueva licitación que beneficiará a los mismos actores que décadas pasadas.

El debate en torno a la soberanía comercial de las vías navegables es una dimensión central de la agenda pública por ser una de las vías fundamentales por dónde ingresan divisas al país. Sin embargo, un sistema como la Cuenca del Plata requiere una mirada compleja y transversal, donde la dimensión social y ambiental de las problemáticas ocupe un lugar preponderante, asumiendo que las políticas de privatización y desregulación de la circulación en el río Paraná son una de las causas centrales de la crisis actual.

Al menos tres políticas cobran vigencia en los debates actuales y son demandas urgentes de los movimientos sociales en relación a la cuenca. En primer lugar, promover una ley de humedales para establecer los presupuestos mínimos para la conservación, uso racional y sostenible de los mismos, en un contexto dónde sólo en el 2020 se arrasaron cerca de 350.000 hectáreas de humedales como consecuencia de los incendios que afectaron a más de un millón de hectáreas en todo el país.

Otra política urgente para frenar la crisis ambiental imperante en la región es garantizar el efectivo cumplimiento de la Ley de Bosques, tras 15 años de su sanción, en un contexto dónde un porcentaje importante de las talas realizadas se llevan adelante en bosques en zonas rojas y amarillas (de alta protección), lo que evidencia la insuficiencia de controles y sanciones.

Por último, se exige construir un espacio de participación efectivamente multisectorial para la discusión de las políticas sobre el río Paraná, que garantice la participación real de las comunidades, instituciones y movimientos, y que sea superador del fallido Consejo Federal creado en el año 2020.

Se requiere generar políticas concretas en la construcción de espacios de decisión, que habiliten una participación real de las comunidades frente a la omnipresencia de las corporaciones en las políticas públicas. Se trata de un paso imprescindible en el camino de recuperar el río Paraná y la Cuenca del Plata como un territorio para la vida y no como un autopista fluvial al servicio de los ecocidas.

Un contexto de sequía, incendios y crisis climática

Los primeros meses del 2022 confirmaron un escenario ambiental crítico para la región en general y en particular para la Cuenca del Plata, un territorio que abarca aproximadamente el 20 por ciento de América del Sur, que contiene ecosistemas diversos, y uno de los sistemas fluviales más importantes del mundo integrado por los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay.

Un reflejo de este escenario de crisis en la cuenca se dio en la provincia de Corrientes, dónde el once por ciento el territorio fue arrasado por el fuego entre los meses de enero y marzo, según un informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), acumulando 934.000 hectáreas quemadas. La superficie vegetal más afectada fueron los esteros y bañados, que sumaron 275 mil hectáreas incendiadas. Los pastizales del nordeste fueron casi arrasados y el área comprometida allí llegó a aproximadamente 40.000 hectáreas.

Los reiterados incendios en diferentes territorios de la cuenca comprometen un espacio estratégico en la captura de carbono y el combate al calentamiento global.

Al atravesar Corrientes se observaba una postal del modelo ecocida: el humo espeso se entreveraba con los monocultivos forestales generando una cortina impenetrable, animales sueltos o quemados, un sol rojizo y casi imperceptible. A este grave panorama se le sumó la poca infraestructura y equipamiento del que dispone –o pone a disposición– el Estado para frenar los incendios a tiempo y dar respuesta a la demanda de las comunidades. Es allí, en el entramado territorial, donde lo que emergió fue la solidaridad, ya sea apagando el fuego con un cuero de oveja húmedo en algún campo de una familia campesina o asistiendo con alimentos para que los animales sobrevivan, como lo hicieron la Federación Campesina Guaraní de Corrientes y otras organizaciones provinciales.

La violenta modificación del territorio como consecuencia del desmonte, las quemas de pasturas para ganadería intensiva y la gran cantidad de plantaciones exóticas disminuyen las posibilidades de extinguir el fuego en un contexto de crisis hídrica inédita en la región. En Misiones, una de las provincias más lluviosas del país, un informe del INTA indica que en diciembre de 2021 se evidenció el registro más bajo para ese mes en los últimos 55 años, con apenas 29 milímetros de lluvia.

En los Esteros del Iberá, donde predominan los pastizales subtropicales y bosques húmedos, la situación fue similar. En enero y febrero sólo llovió el diez por ciento de lo que suele llover en esos meses. Según los pobladores de la Colonia Carlos Pellegrini, la Laguna Iberá está aproximadamente dos metros y medio más baja en las zonas profundas y los márgenes están en proceso de desecamiento afectando el equilibrio del ecosistema.

El río Paraná, y todo el sistema fluvial de la Cuenca del Plata, atraviesa una ruptura del ciclo hidrológico que se manifiesta en una de las bajantes más prolongadas del último siglo. La escasez de agua afecta a la fauna íctica al disecar el valle de inundación donde los peces se reproducen y crecen, esto atenta contra la pesca de subsistencia, produce inconvenientes en el riego de cultivos y en el abastecimiento industrial.

La falta de agua incrementa los problemas de incendios en las islas y vulnera a los humedales. Grandes urbes como Rosario y Paraná experimentan desde mediados del 2021 problemas con el suministro de agua potable para sus poblaciones.

Hay que remontarse a 1944 para tener un registro tan bajo del nivel del río. Sin embargo, la salud del Paraná hoy no es la de mediados del siglo pasado dado que la deforestación, los incendios, los monocultivos (con todo el paquete asociado de agrotóxicos) y las intervenciones técnicas para garantizar la navegación afectaron profundamente la capacidad de recuperación y reproducción ecosistémica.

La ecuación es imple: sin bosques no hay lluvias y sin lluvias no hay bosques, ni ríos y mucho menos una hidrovía.

Fuente Agencia Tierra Viva

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La hidrovía y el debate sobre el nuevo modelo de desarrollo nacional

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Un informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) sobre la Hidrovía Paraná-Paraguay muestra los potenciales beneficios de la administración Estatal del tramo argentino, aunque insisten en dejar fuera al tramo del río Paraná desde Corrientes a Puerto Iguazú

El 11 de septiembre el Estado nacional a través de la Administración General de Puertos-AGP tomó temporariamente el control del dragado y balizamiento de la Vía Navegable Paraguay- Paraná que estuvo más de 25 años gestionado por el consorcio de empresas Hidrovía S.A. El fin de dicha concesión suscitada en el último año, reavivó la discusión sobre la administración y control del comercio por el río Paraná. Se trata de la vía navegable más importante y estratégica de la región, por medio de la cual Argentina canaliza más del 80% de las exportaciones del complejo oleaginoso, principal fuente de divisas del país.

La década del noventa fue decisiva en la extranjerización y privatización de la actividad vinculada al transporte marítimo-fluvial ya que no sólo se concesionó el dragado y balizamiento al consorcio de empresas llamado Hidrovía S.A., encabezado por la empresa belga Jan de Nul, sino que se inició la destrucción de la flota nacional y la desregulación de la actividad portuaria argentina. De esta forma, el Estado perdió participación en un sector estratégico para el desarrollo económico nacional.

En este informe hace un recorrido histórico sobre la gestión y administración de la vía navegable Paraguay-Paraná, analizamos su importancia estratégica y las irregularidades que se produjeron durante el proceso de concesión que finalizó este año. Incorporamos al análisis un breve diagnóstico sobre la situación actual de la infraestructura lacustre marítima que forma parte del debate actual sobre el control del comercio por el Paraná. Luego, nos centramos en los pasos dados por el actual gobierno respecto a la nueva concesión del dragado y balizamiento para dar lugar a la discusión actual respecto del rol que debe ejercer el Estado en esta actividad. Por último, enunciamos una serie de líneas propositivas para la recuperación de la Soberanía Nacional sobre la principal vía de comercio exterior, entre las que destacamos:

► Conservar el rol del Estado como recaudador.
► Ejercer de manera eficiente el rol de contralor.
► Fortalecer la marina mercante nacional.
► Promover la industria naval.
► Conectar por vía marítima fluvial el país e incentivar a los puertos del interior.

El informe completo:

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“La exclusión de Misiones de la Hidrovía es una discrimación por parte del Poder Ejecutivo”, dijo Humberto Schiavoni

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El senador Humberto Schiavoni reclamó que el Gobierno incluya expresamente a la provincia de Misiones en la traza de la Hidrovía, incorporándola al nuevo Ente de Control de la Vía Navegable creado días atrás por medio de un DNU.

El senador presentó un proyecto pidiendo que se modifique el artículo 2 del mencionado DNU de manera tal de que Misiones sea incluida. “La participación de Misiones en la hidrovía es vital. Esta es una decisión del Poder Ejecutivo Nacional para dejar afuera a una provincia que es una de las más alejadas de los puertos de embarque y representa un nuevo golpe a las posibilidades productivas misioneras”, afirmó el Senador en declaraciones radiales.

Además, en los fundamentos del proyecto, Schiavoni sostiene: “Con esta discriminación por parte del Gobierno Nacional, no sólo se incumplen los compromisos asumidos respecto del manejo y administración de la Hidrovía, sino que afecta el potencial exportador misionero. Recordemos que más del 80% del comercio argentino es exportado por la Hidrovía y que Misiones es la provincia más alejada de los puertos de embarque. De esta manera se siguen poniendo trabas a todos aquellos emprendedores misioneros que procuran exportar su producción, lo cual provoca que –como ya viene ocurriendo- cierren sus emprendimientos contribuyendo a un mayor desempleo con todas sus externalidades negativas, o bien al traslado del emprendimiento a otra provincia”.

Schiavoni también recuerda el golpe que significó la observación del artículo 123 de la Ley del Presupuesto General  por parte del gobierno nacional respecto de la instalación de una zona aduanera especial en Misiones, echando por tierra los consensos parlamentarios alcanzados por distintos representantes de las distintas fuerzas de ambas Cámaras.

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Hidrovía: cómo operará bajo control estatal

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La Administración General de Puertos se encargará de la ruta fluvial por doce meses, lo que le permitirá al Estado decidir de forma estratégica.

Después de 25 años de una concesión sobre el río Paraná, el Estado se hará cargo de la Hidrovía, al menos temporalmente. El Presidente le otorgó el jueves a la Administración General de Puertos SE (AGP) el manejo de esta ruta pluvial estratégica por doce meses hasta que se decida de forma definitiva cómo se administrará.

“Lo importante es que ahora el Estado determina cómo va a ser manejarse la ruta”, destacaron funcionarios del área a El Destape sobre el decreto 427/2021. A través de este acto, el Gobierno le otorgó a la AGP, la administración de la vía navegable troncal, junto con el mantenimiento de sus correspondientes servicios de dragado y balizamiento.

La hidrovía, para arrancar, contaba con un problema estructural desde el inicio de la privatización menemista. Hasta el momento, el Estado desconoce el costo técnico que guarda la concesionaria; es decir, si con los peajes que cobra la empresa le alcanza o le sobra para cubrir los gastos. “Hoy no tenés claro cuánto gasta la empresa porque no está obligado a informarlo, ni si tiene ganancias”, confió una fuente con responsabilidades en el tema. “Si hoy tenés el control operativo, vas a contar con mucha información con la que hasta el momento no se cuenta”, resaltó.

Ahora, Alberto Fernández modificó el estatuto de la AGP para facultar a la empresa del Estado a, por 12 meses, cobrar el peaje y hacer las contrataciones necesarias para mantener operativos los servicios en la vía navegable troncal, que es esencial para el comercio exterior argentino. Tendrá a cargo de la hidrovía el kilómetro 1238 (ascendente) del río Paraná hasta la zona de aguas profundas naturales en el Río de La Plata exterior.

Para ello, el mismo decreto incorpora como segundo párrafo del artículo 5° del estatuto de AGP, que el organismo “también podrá asumir la concesión de obras y la administración, prestación de todo tipo de servicios de mantenimiento y operación de las vías navegables que se le otorguen o se le encomienden, realizando los actos que le corresponda ejecutar en tal carácter, por sí o a través de terceros”.

El Ministerio de Transporte se encargará de la confección, suscripción y aprobación del contrato de concesión con AGP y de forma paralela, llamará a una licitación internacional definitiva. Estas suelen demorar entre seis y siete meses, de acuerdo a los tiempos promedio que maneja el Estado. El control y la transparencia de los actos la resguardarán la Sindicatura General de la Nación y de la Auditoría General de la Nación, adelantaron desde el Ejecutivo, luego de que reciban el aval de la cartera de Transporte.

En el Gobierno resaltan que la Administración de Puertos posee la capacidad técnica para planificar la ejecución de los actos y obras necesarias para la adecuada prestación de los servicios de dragado, balizamiento y control hidrológico de la vía navegable troncal. Esto asegurará la presencia estatal en lo que refiere a la infraestructura. “Es vital que el Estado decida de forma estratégica sobre la principal vía de comercio internacional que tiene Argentina”, sumaron.

Es decir, AGP se encargará durante este año de planificar y contratar para que se realicen las tareas, lo que se decidirá por licitación. Si más adelante se crea una sociedad estatal para hacerse cargo de estos trabajos o no, dependerá del Ministerio de Transporte.

Por lo pronto, el mandamás del área, Alexis Guerrera, explicó que para la segunda etapa, vencidos estos dos meses, se abordarán de manera integral los pliegos que se pondrán a consideración para la vía navegable para los próximos 15 años en una licitación internacional. En ello hay un trabajo conjunto desde el Consejo Federal de la Hidrovía, con la participación activa del Ministerio de Medio Ambiente, con las provincias vinculadas con la vía navegable y también universidades públicas. Por caso, la Universidad del Litoral aborda los aspectos más técnicos; la de Rosario, trabaja los temas ambientales; y la de San Martín analiza los aspectos técnicos.

El senador nacional Jorge Taiana defendió el decreto presidencial al celebrar que “va en defensa de los intereses nacionales”. En declaraciones a El Destape Radio, el legislador explicó que la concesión vencida, por como estaba planteada, “tenía una visión de corto plazo”. “No tenía una visión de desarrollo integral, ni de cómo se conecta la Argentina fluvial con la Argentina marítima ni como se relaciona el conjunto de la región”, esgrimió.

“Tenía lo que llamaríamos ahora una visión limitadamente extractivista. Todo estuvo bien para los grandes exportadores, para las grandes cerealeras, para los puertos privados y las compañías de puerto marítimo”, sentenció. Por esto propuso como necesario “trabajar en un desarrollo armónico y sustentable. Que tenga un cuidado ambiental que nadie estudio cuando se puso en marcha esta concesión hace 25 años”.

Fuente El Destape

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