La Cámara de Representantes instituyó el 6 de mayo de cada año como Día de los Héroes Guaraníes Misioneros, en conmemoración de la presentación de un contingente de guaraníes misioneros ante el General José de San Martín, para incorporarse al Regimiento de Granaderos a Caballo.
Con esta medida, promovida por los diputados Roque Gervasoni y Natalia Rodríguez, se busca reconocer el valor de la participación de los guaraníes misioneros en las luchas por la independencia.
Además, se faculta a la Secretaría de Estado de Cultura, como autoridad de aplicación, a establecer la Ruta Provincial de los Héroes Guaraníes Misioneros como trayecto histórico, cultural y turístico.
“Nuestros soldados guaraníes estuvieron en todas las grandes batallas, derramaron su sangre y dejaron sus huesos desde El Plata hasta Pichincha; la historia ha registrado numerosos nombres de soldados guaraníes que se destacaron en la gesta patria”, destacó Gervasoni.
Por su parte, Rodríguez señaló que “dentro del ejercito Libertador, San Martín quiso tener soldados guaraníes entre sus filas”, y que por eso Rivadavia solicitó a los delegados en Yapeyú, Candelaria y Concepción que los reclutaran.
Antes de la votación de esta ley Natalia Rodríguez manifestó que uno de los “hechos dignos del mayor reconocimiento, por su contenido social, político e histórico, es el de la contribución guaranítica a las luchas por la independencia argentina”, y con esta iniciativa se busca “honrar a estos héroes y difundir las hazañas realizadas por los mismos en la defensa de la libertad”.
“El pueblo tiene derecho a conocer su historia, para desde el presente, construir un futuro más justo, no solo con acceso al conocimiento, sino también para ser los continuadores del legado de los que vivieron y murieron soñando con una sociedad más justa e inclusiva para todos”, expresó Rodríguez.
En tanto, Roque Gervasoni señaló que “rescatar el misionerismo para nosotros no es un cliché, es una forma de vivir, estamos orgullosos de la tierra que nos vio nacer, y en alto llevamos la bandera de Misiones”.
“Poner en valor y rescatar a nuestros héroes, tiene que comenzar a ser parte también de un trabajo de educación y cultura; el rescate histórico que hace esta Cámara de don Andrés Guacurarí, nuestro general, realmente refuerza y fortalece nuestra identidad misionera”, dijo Gervasoni.
La Legislatura también declaró Patrimonio Histórico y Cultural al templo de la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús, de la localidad de Alba Posse.
El diputado Orlando Revinski, autor del proyecto, destacó la importancia del cuidado y la protección de esta construcción, cuyas características evocan la colonización del Alto Uruguay Misionero.
En el momento de ser tratada la ley en el recinto Revinski señaló que el templo fue construido y donado por el fundador del municipio Rodolfo Alba Posse y reseñó que “la parroquia existió como tal desde el año 1949, de a poco fue creciendo y así desde el pueblo de Alba Posse se atendían las comunidades de Colonia Aurora, Santa Rita, 9 de Julio, San Francisco, El Soberbio, 25 de Mayo, entre otros lugares y parajes”.
Además, los diputados misioneros establecieron la “Fiesta Provincial de la Kermesse Tradicional”, con sede permanente en la localidad de 9 de Julio y mes de realización en octubre de cada año.
La diputada Rossana Franco manifestó que “es una fiesta muy importante para el municipio, y se viene desarrollando hace más de 50 años; y estas jornadas, que son comunitarias, y recreativas, tienen que ver con las expresiones artísticas, tanto bailes como pinturas, y también las expresiones que presentan cada una de las emprendedoras de la localidad, y que lleva toda una trayectoria y una tradición”.
“Desde la Cámara de Representantes le damos este valor cultural al gran trabajo que se viene haciendo desde la comunidad, que lamentablemente por la pandemia actualmente no se puede realizar, pero por supuesto, ya se está organizando la comisión de este evento tan importante para que próximamente se puedan estar desarrollando estas actividades, que promueven la participación de la familia, artesanos, bailarines, y donde también las escuelas son protagonistas”, detalló Franco.
Asimismo, instituyeron el 7 de mayo de cada año como Día Provincial de la Selva Misionera, en conmemoración de la consagración como “maravilla natural argentina”.
Ese día, “la Selva Misionera fue consagrada como una de las 7 Maravillas Naturales Argentinas, elegida por el voto popular por un concurso impulsado por la fundación New 7 Wonders, la misma que consagró en el año 2011 a las Cataratas del Iguazú Maravilla Natural del Mundo”, recordó el diputado Martín Cesino en los fundamentos del proyecto de su autoría.
En el momento de aprobarse esta ley el diputado Martín Cesino dijo que “la selva misionera está inserta en toda la geografía de la provincia, con su exuberante y densa vegetación, que alberga no solamente a las Cataratas del Iguazú, sino también a los Saltos del Moconá y alrededor de 500 saltos más”.
“Son 500.000 hectáreas de selva en buen estado de conservación, alrededor de 70 espacios protegidos entre parques y reservas públicos y privados pertenecientes al Sistema Provincial de Áreas Protegidas; también hábitat de unas 500 especies de aves autóctonas y hogar de nuestro gran yaguareté” explicó.
Cesino destacó que “esto pone en valor el trabajo y la visión política por parte del Estado provincial de cuidar nuestro medio ambiente; todas las acciones que tomamos en este tiempo de cuidar nuestro medio ambiente y conservar nuestras áreas han sido política legislativa de esta Cámara. Tenemos que seguir concientizando al mundo que un planeta saludable es un planeta biodiverso”.
La Cámara de Diputados aprobó en la noche de este jueves una ley, promovida por los diputados Carlos Rovira y Roque Gervasoni, que establece los lineamientos para la implementación y el desarrollo del “Programa Misionero de Innovación Financiera con Tecnología Blockchain y Criptomoneda”, con el cual se busca la utilización de las nuevas tecnologías para potenciar el desarrollo social y económico de la provincia, y poner en valor sus recursos naturales.
El término “blockchain” significa “cadena de bloques” y hace referencia a una lista creciente de registros o bloques enlazados entre sí; mientras que “criptomoneda” es el nombre utilizado para las monedas digitales que hacen uso de este tipo de tecnologías.
Con esta ley se pretende crear herramientas para incrementar el desarrollo económico y social, fomentando la generación de valores, eficacia, transparencia y planificación de ahorros, entre otros objetivos.
También, brindar trazabilidad, seguridad, inalterabilidad y transparencia a cualquier tipo de datos y procesos, mediante algoritmos de consensos y criptografías, para validar las transacciones que se desarrollen en el marco del presente programa.
Asimismo, promover políticas ambientales activas y transformadoras para el cuidado del ambiente, que puedan crear conciencia sobre los desafíos del cambio climático.
Por otra parte, la norma faculta al Poder Ejecutivo provincial, como autoridad de aplicación, a emitir un “certificado verde”, que será un documento que avale los beneficios que generen los servicios ecosistémicos, como una forma de limitar la explotación económica del suelo misionero, con el fin de preservar la biodiversidad.
En los fundamentos del proyecto, Rovira afirmó que “la implementación de la tecnología blockchain tiende a favorecer la despapelización, generando un impacto fundamental en las políticas de cuidado de la biodiversidad, entendida como la variedad de formas de vida que se desarrollan en un ambiente natural, involucrando a todas las especies de plantas, animales, microorganismos y su material genético, y las relaciones que establecen entre sí y con el medio que los rodea”.
Consideró “a la provincia como guardiana de uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad del planeta” y fue por ese motivo que propuso la emisión del “certificado verde”, cuya validación se deberá realizar a través de la tecnología ‘blockchain’ para garantizar “la trazabilidad, seguridad y transparencia de los procesos y controles”.
Gervasoni, en tanto, destacó “la invención de las criptomonedas como hito científico y tecnológico”, que representa “uno de los hechos más salientes en la economía digital y tradicional de los últimos tiempos”, y que “introdujo un avance irreversible en la materia que no dejará de progresar, evolucionar y sorprendernos”.
En el momento previo a la votación de esta ley, el legislador Lucas Romero refirió que lo que se busca con esta normativa es “potenciar el desarrollo social y económico de la provincia de Misiones como así también, darle valor a sus recursos naturales”.
En referencia a la tecnología Blockchain, Romero indicó que “es una tecnología que permite tener un conjunto de nodos conectados de tal manera que, cada uno de ellos guarda exactamente la misma información, y cifrada de tal forma a través de distintas técnicas de criptografía. Esta ley establece determinados pasos a implementarse en la provincia de Misiones”.
“El primer paso es establecer esta red de nodos, esta cadena de bloques; otro paso es que el Estado provincial haga uso de esta cadena de bloques, con distintas herramientas digitales a beneficio de los misioneros, que puedan permitir facilidad en los trámites y en las transacciones; y esta red de nodos, al tener la misma información cada una de ellas y estar cifrada, permite mayor seguridad en las transacciones, mayor trazabilidad, y transparencia en las operaciones”, explicó el legislador.
El ministerio de Salud Pública de Misiones informó que ya se llegó con la primera dosis a más del 50 por ciento de la población de 18 años en adelante.
En el marco del Plan de Inmunización contra el COVID 19, en Misiones, se llevan adelante operativos de vacunación en toda la tierra colorada, además del trabajo continúo de inmunización en los vacunatorios fijos habilitados desde el inicio de la puesta en marcha del plan.
Visita casa por casa, tareas en terreno, postas móviles, operativos en centros religiosos, en peajes y centros comunitarios, son algunas de las estrategias que lleva adelante el Gobierno de Misiones, a través del Ministerio de Salud Pública.
En los vacunatorios fijos se aplican, en estos momentos según disponibilidad, primeras dosis de las vacunas Sinopharm, AstraZeneca y SputniK V, y segundas dosis de Sinophar (intervalo de 28 días con la primera dosis) y de AstraZeneca (a las 8 semanas de aplicarse la primera dosis).
Los mayores de 18 a 29 años pueden solicitar su turno a través de la aplicación ALEGRAMED y los mayores de 30 años pueden acercarse con DNI en mano a cualquier vacunatorio fijo a solicitar su primera dosis.
Quienes se han aplicado las primeras dosis deben recordar que para solicitar su segunda dosis, según vacuna aplicada en primera instancia y esquema, deben presentar DNI y el carnet de vacunación COVID 19.
Intendentes y funcionarios municipales mantuvieron un encuentro con Daniel Di Stefano, titular del EPRAC, para realizar un relevamiento sobre el estado de situación del suministro del agua en distintas localidades.
La alerta nacional de histórica bajante de la Cuenca del Plata tendrá repercusión en las cuencas subterráneas, además de los ríos Paraná, Uruguay e Iguazú, en los niveles de suministro del agua en Misiones.
En este sentido, Di Stefano señalo que “desde el EPRAC realizamos un relevamiento generalizado que nos permite coordinar acciones para aumentar la capacidad efectiva de respuesta a esta situación emergente, como así también favorecer el suministro del agua en todas las localidades de Misiones”.
De la reunión participaron el Intendente Itacaruaré Alvez José, el Intendente Dos Arroyos Becker Rosario, el Intendente Santa María Zadovek José, el Sec. de obras y Servicios Públicos de Azara Yendryka Gabriel, el Intendente Tres Capones Ramón Gerega, el Intendente Arroyo del Medio Da Silva Benito, el Intendente de Florentino Ameghino Mario Konopka y el Subsecretario de Asuntos Municipales Schiro José Bautista.
Los funcionarios realizaron un repaso de la situación en cada municipio. Se plantearon ejes de trabajo como ser mejoras en las fuentes de captación de agua, talleres de fortalecimiento y capacitación para el personal y otras estrategias a implementarse en la gestión.
Por su parte, Di Stefano destacó la importancia de coordinar acciones con los municipios. “Por la proximidad y el compromiso de los intendentes, son ellos los verdaderos conocedores de las problemáticas en sus municipios. Esta agenda de trabajo mancomunado nos va a permitir brindar soluciones rápidas y efectivas a los vecinos en distintas localidades de nuestra provincia”.
Por Ailín Bullentini. Hubo un tiempo en que el Nordeste argentino estuvo en las manos de campesinos y campesinas que lo sembraron, lo cosecharon y trabajaron; que idearon la forma en la que la comercialización del fruto de su esfuerzo les sirviera para comer, pero también para desarrollar una vida digna. Para ellos, para sus familias, para el futuro de todos. Fue el tiempo de las Ligas Agrarias, que lograron organizar y unificar a cientos de pequeñas y medianas cooperativas de Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Corrientes, Misiones, Santa Fe y Entre Ríos detrás de un sueño que fue expandiéndose y que encontró en el terror de la última dictadura cívico eclesiástica militar el límite y el abismo.
Muchos de sus referentes fueron perseguidos, detenidos y torturados durante aquellos años; algunos fueron asesinados y otros continúan desaparecidos. De a poco, y tras décadas de impunidad, algunas de esas historias fueron decantando en diferentes causas y juzgados, que más lento de lo deseable, fueron aportando Justicia a la Verdad y a la Memoria.
Hace pocas semanas, el Tribunal Oral Federal 4 (TOF4) de San Martín definió como “crímenes de lesa humanidad” cometidos en el marco de un “genocidio” a los delitos cometidos contra militantes que participaron de la Contraofensiva montonera, entre ellos algunos dirigentes de las Ligas Agrarias. Fueron golpes que sucedieron entre 1979 y 1981, aunque la cacería había comenzado bastante antes.
“Fue todo un gran movimiento que luchó por el territorio y por la dignidad humana. Y así nos pegaron”, reflexiona Remo Vénica, uno de los pocos referentes de aquella experiencia que sobrevivieron al terrorismo de Estado, y que aportó su relato en el juicio por los crímenes contra la Contraofensiva de Montoneros. “¿Por qué no?”, se pregunta el hombre de 78 años cuando Tierra Viva lo consulta sobre las razones que llevaron a integrantes de la dirigencia liguista a encauzarse en aquella agrupación político militar peronista durante los años siguientes a su fundación. Con la misma repregunta responderá al interrogante sobre las razones que tuvieron los milicos para pegarle “tan duro”. “Tan solo hay que mirar el contexto y se entiende perfectamente”, invita. Y allá vamos.
Un movimiento campesino que le ganaba a las corporaciones
Osvaldo “Quique” Lovey también insiste en contextualizar la persecución, la violencia, la muerte. “Hay que decir en qué contexto político se desarrolló la represión. Las Ligas Agrarias era la organización más importante que tenían los agricultores familiares en el Nordeste argentino, enfrentamos la estrategia acumulativa de los monopolios en las distintas provincias, luchamos por la distribución de la tierra, por la reivindicaciones más sentidas de las familias campesinas. La dictadura tenía un objetivo económico y para poder implementarlo había que eliminar todo vestigio de oposición y resistencia, nos necesitaba terminados”, amplía en diálogo con esta Agencia.
Como Vénica, Lovey fue testigo en el juicio que culminó el 10 de junio pasado. También lo fueron Carlos Cremona y Oscar Mathot, integrantes del movimiento, además de varios familiares de Arturo Dean, Hugo Voucouber, María Bregant, Luis Fleitas y Carlos Piccoli, sus compañeros secuestrados y desaparecidos, “casos” en el debate. Palabras más, palabras menos, los militantes describieron ante los jueces del TOF 4 de San Martín los trabajos, lineamientos y objetivos de las Ligas Agrarias y concluyeron en que aquellas características fueron las razones de la persecución que sufrieron.
La organización campesina se expandió rápidamente por todo el Nordeste y llegaron incluso a Buenos Aires, Córdoba y Santiago del Estero. Pero el origen de las Ligas es chaqueño. Allí se dieron una serie de condiciones que, en medio de la “turbulencia que sacudía al país entero”, concluyeron en la primera versión de este “colectivo social que se reconoció como un ‘nosotros’explotado y marginado, y se construyó desde la crisis y la amenaza efectiva a la supervivencia” de campesinos vinculados al cultivo del algodón, define la socióloga Mercedes Moyano Walker en su investigación “El mundo rural en emergencia”.
El nacimiento de las Ligas Agrarias
La fecha: 14 de noviembre de 1970. Aquel día, en Saenz Peña, Chaco, se llevó a cabo el “Primer Cabildo Abierto de Campesinos”, principalmente pequeñas familias rurales. Estaban los “colonos”, una identidad que viene de la distribución de más de un millón de hectáreas del centro chaqueño en colonias agrícola-ganaderas de entre 10 y 50 hectáreas cada una que el gobierno nacional impulsó en la primera mitad del Siglo XX y en donde se fomentó, sobre todo, el cultivo de algodón. También figuraban los cooperativistas, ya que la producción se había organizado institucionalmente en cooperativas que se habían conformado desde hacía décadas. Aquella reunión dio nacimiento a Ligas Agrarias chaqueñas.
Las demandas apuntaban contra los monopolios de acopio y comercialización usufructuados por dos o tres terratenientes locales y capitales extranjeros y exigían protección al gobierno provincial y nacional: regulación estatal de la comercialización y la producción, pero también distribución de la tierra, indican en una de sus tantas investigaciones sobre el tema Claudia Calvo y Analía Percíncula para la Universidad Nacional del Nordeste.
Aquella primera irrupción pública reunió, recuerda Venica, unos 4000 campesinos y campesinas que ya venían “agitados”. El Cordobazo, en 1969, había dejado la mecha encendida. El Movimiento Rural de Acción Católica Argentina venía aportando para entonces, dice Moyano Walker, una elemento fundamental para la conformación de las Ligas: jóvenes formados en el territorio, en los campos, en los montes de esa zona litoraleña, educados en contacto con la tierra y con un objetivo claro: “Impulsar en el campesinado el camino hacia la vida digna”, define el militante que fue uno de ellos.
¿Sobre qué capacitaban? Sobre cómo trabajar la tierra, cómo conectarse con el entorno y cómo vivir en él y de lo que él otorga; cómo defenderlo desde la política, la educación, la construcción asamblearia. “El movimiento liguista surge de una gran necesidad de organización, una gran necesidad de transformación y una gran necesidad de lucha para evitar que se apoderen de las tierras de los campesinos del país”, resume la investigadora Mercedes Moyano Walker.
En el trabajo de formación del Movimiento Rural Católico fue que Vénica conoció a su compañera Irmina Kleiner, con quien sobrevivió a la última dictadura escondido en el monte, la selva y los cañaverales de la zona y hoy mantiene un proyecto de agroecología en Guadalupe Norte (Santa Fe) —Naturaleza Viva—, donde nació y adonde regresó tras el exilio.
Remo Vénica. Dirigente de las Ligas Agrarias, perseguido por la dictadura, testigo en el juicio contra represores. Foto: Gustavo Molfino
La asociación como herramienta: nadie se salva solo
El formato ya existía, y sobre él se montaron las Ligas Agrarias: las cooperativas. Subraya Vénica: “Hemos logrado recuperar decenas y decenas de cooperativas, incluso de las grandes” de algodón en Chaco y Formosa, de tabaco y yerba en Misiones y Corrientes, agropecuarias en el norte de Santa Fe. “Fueron nuestras herramientas económicas sobre las que concentrábamos la producción y defendíamos los precios. Y sobre ellas golpeó la dictadura para que no haya resistencia al plan económico de las corporaciones”, completa Lovey. En todo el Nordeste llegaron a involucrar cerca de 30.000 familias, más de 100.000 personas.
El contexto: “La política económica de la dictadura venía a reimponer a los grupos multinacionales que concentraban en sus manos desde el acopio en la producción hasta todo el desarrollo de la cadena industrial”, apunta el militante rural que hoy sigue vinculado a la temática, en el gobierno de Jorge Capitanich, en Chaco.
La entrega de un millón de hectáreas de Chaco y Formosa a la empresa Agrex —estadounidense con el apoyo local de la familia del dictador Alejandro Lanusse— fue la principal resistencia en el origen de las Ligas chaqueñas. Y lo lograron, no solo porque lo impidieron, sino porque el movimiento de campesinos logró desarrollarse en toda la cadena industrial del algodón: “Una parte la comercializábamos y otra se industrializaba. Teníamos fábricas de aceite, molinos harineros, hilandería, tejeduría, fábrica de confección de ropa, líneas de exportación por los ríos Paraná y Uruguay. Un complejo muy importante que fue formado, organizado, financiado por la economía de los agricultores. Eso es lo que vinieron a destruir”, describe Lovey.
Las razones económicas de la última dictadura “necesitaron de la muerte y la persecución” para poder concretarse, añade Remo Vénica, pero el objetivo era “a largo plazo” y apuntaba “a quedarse con la tierra». «Ellos tenían presente que el futuro, la riqueza de la humanidad, era la producción de alimentos. Y para producir alimentos se requería concentrar la tierra”, explica.
—¿Considera que querían la tierra para producir?
—No, por supuesto. No veían vida en el territorio. Solo riqueza, dinero, ganancias, poder, para ellos. Ellos querían acumular ganancias, no multiplicar campesinos, que es la manera más sana de producir sanamente, de distribuir mejor a la población en el territorio y a la riqueza entre la población.
Osvaldo «Quique» Lovey, de las Ligas Agrarias de Chaco. Testigo en el juicio que condenó a represores de la dictadura militar. Foto: Gustavo Molfino
La dictadura y su plan sistemático
Para el 24 de marzo de 1976, la multiplicación de campesinos de las Ligas Agrarias era más que fructífera. El movimiento cooperativo llegó a comercializar el 80 por ciento de las producciones agropecuarias en casi todas las provincias en las que tenían presencia, según los cálculos que maneja Vénica, quien, por otro lado, destaca que durante el “auge” de las organizaciones rurales, eran “500.000 pequeños y medianos productores en todo el país. Ahora no somos más de 100.000”.
La organización campesina llegó a convertirse en “un movimiento súper fuerte de las comunidades rurales que decidían cada cosa en asamblea, las medidas que tomarían, quiénes iban a conducir el movimiento”, remarca Vénica.
Sin embargo, aquel marzo fue la estocada final de un plan de persecución y exterminio que venía consolidándose desde por lo menos un año antes. Para entonces, hacía años que gran parte de la dirigencia del movimiento —en casi todos los territorios— integraba alguna organización de la lucha armada. Varios de ellos pasaron la previa del golpe de Estado de 1976 en la cárcel. Lovey fue detenido en abril de 1975 y puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, como algunos otros. Desde fines de 1975, “la represión se agudizó, se sucedieron las muertes, los asesinatos callejeros y las desapariciones, los secuestros, las torturas. Fue una cacería literalmente. Porque a la semana de habernos largado, nos volvieron a buscar y esa vez el plan era no dejarnos con vida”, describe.
Él, Venica y otra decena de referentes de las Ligas Agrarias debieron refugiarse en el monte chaqueño cuando la Junta Militar dio el golpe “pues no había lugar seguro” para ellos.
En la zona del Nordeste, la confluencia de “todas las fuerzas, Ejército, Prefectura, Gendarmería, y las Policías” desplegaron una serie de operativos a los que bautizaron “Toba” y tuvieron como única meta encontrarlos: “Iban casa por casa en las colonias, allanaban a cada familia. Secuestraban a delegados campesinos que nos ayudaban con alimento y agua, los torturaban y luego los exponían en las comunidades, maniatados con alambre, hinchados de los golpes, ensangrentados, los paseaban hasta por las canchas de fútbol de los barrios para demostrar qué pasaba si seguían insistiendo con otro modo de vida”, describe Vénica.
En el marco de esos operativos “cayeron” algunos dirigentes liguistas en 1976, como Carlos Orianski y Juan Sokol. Orianski venía escapando de la patota genocida que lo sorprendió en el monte en octubre. Permanece desaparecido. Las familias campesinas con las que había tenido contacto antes fueron detenidas y torturadas. Como la familia de Sokol, a quien hallaron en la ruta y lo trasladaron a la comisaría de Saenz Peña, donde murió producto de los golpes.
Pero además de violencia física, también hubo de la otra: robo de tierra y de herramientas, una política para desarmar el monte. “La estrategia era despojar a los campesinos de la tierra. Primeros destruían los lazos sociales con el miedo, luego les privaban del trabajo”. En Chaco, suma Lovey, “solo en 1978 se embargaron 3000 tractores de los agricultores. Entonces les quitaban las herramientas de trabajo y después las chacras. Además de campesinos secuestrados, acá desaparecieron del escenario agrario más de 20.000 familias agricultoras, el motor económico de esta provincia”.
Fueron entre tres y cuatro años de vivir escondidos. Irmina Kleiner parió dos de los seis hijos que tiene con Vénica en ese tiempo: la niña nació en una cueva que cavaron a tres metros de profundidad; el niño, en el campo de cañas de azúcar de tres metros de alto. Ambos pudieron exiliarse, al igual que Lovey y otros compañeros. Más tarde o más temprano, regresaron en el marco de la Contraofensiva. Fueron muchos los referentes de las Ligas Agrarias que no sobrevivieron al terrorismo de Estado.
Las víctimas campesinas de las Ligas Agrarias y los juicios a represores
El pasado 10 de junio, el Tribunal Oral Federal 4 condenó a cinco jerarcas de la Inteligencia del Ejército por un centenar de delitos de lesa humanidad contra los militantes que “volvieron” a resistir el terrorismo de Estado. Entre ellos, se cuentan los que sufrieron Arturo Dean, Hugo Voucouber, María Bregant, Luis Fleitas y Carlos Piccoli. Todos estuvieron escondidos en el monte, lograron exiliarse en Europa y regresaron. A Dean y Bregant, una pareja de liguistas de Santa Fe, los secuestraron en el Puente Internacional Paso de los Libres. A Fleitas y Vocouber, se cree, los interceptaron en el aeropuerto de Mendoza. Piccoli llegó hasta Saenz Peña, en el Chaco. Su objetivo era reorganizar a les campesinos, pero no lo dejaron: lo asesinaron en una emboscada mientras andaba en bicicleta la noche del 22 de abril de 1979.
Por su muerte y la de Raúl Gómez Estigarribia, otro referente de las Ligas de Chaco, también fueron juzgados y condenados en 2019 por la justicia federal de Resistencia el ex teniente coronel del Ejército Tadeo Bettolli; los ex agentes policiales Alcides Sanferraiter y Miguel González y los ex comisarios José Rodríguez Valiente y Eduardo Wischnivetzky. El Tribunal Oral Federal de Corrientes, en tanto, revisó el secuestro y las torturas que sufrieron una decena de integrantes del movimiento en esa provincia. Por esos hechos, condenó a tres represores y absolvió a otros cuatro.
Pero son muchas más las víctimas campesinas que dejó el terror. Lovey no sabe cuántos exactamente, “nunca” quiso contarlos “por una cuestión de dolor en el alma”. Los hay muertos, los hay desaparecidos, los hay sobrevivientes, como él. Y también hay nombres que no integran la lista de ninguna “categoría”, pero igualmente sufrieron. Todas “son pérdidas que se sienten y se van a sentir para toda la vida”. “Todos están en el corazón y el alma del pueblo campesino, porque han dado todo por su lucha y organización. No hay día que el pueblo no los recuerde”, completa Vénica.