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COP 30, esperamos una hoja de ruta clara y creíble

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Durante dos semanas los Gobiernos de casi todo el mundo tratarán de acordar un enfoque común para afrontar la crisis climática en la COP30 de Belém, en Brasil.

Después del encuentro previo con decenas de primeros ministros y presidentes durante la Cumbre del Clima que se celebró el jueves 6 y viernes 7 de noviembre, comenzó oficialmente en la ciudad amazónica de Belém, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP30 que, durante dos semanas los Gobiernos de casi todo el mundo tratarán de acordar un enfoque común para afrontar la crisis climática.

La cita de Belém es la trigésima que se celebra desde que en 1992 se acordó en una cumbre en Río de Janeiro la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva proclamó, “Es urgente proteger los bosques y acelerar la transición energética. Es el momento de imponer una nueva derrota a los negacionistas” y agregó, “Su trabajo aquí no es luchar entre ustedes, sino luchar juntos contra esta crisis climática”.

Hace 10 años, un 12 de diciembre de 1915, 195 países sellaron en París el histórico acuerdo, un tratado internacional legalmente vinculante, por el que se comprometían a que la temperatura no aumentase 2 grados sobre los niveles preindustriales y que en lo Posible no se rebasen los 1,5°C.

En su discurso en Belém, el Cardenal Secretario de Estado de la Santa Sede Pietro Parolin hizo un fuerte llamamiento para que nos comprometamos a afrontar sin vacilar el reto del cambio climático. «Debemos aumentar nuestra voluntad política para emprender conscientemente este camino». El purpurado agregó “Concretemos los compromisos el tiempo se agota”.

Seis temas fundamentales

Desde la reducción de emisiones hasta la protección de los bosques, pasando por el fortalecimiento de la financiación para la adaptación y los sistemas de alerta temprana, estos son seis temas que se espera que los delegados aborden en Belém. 

1-Cómo prevenir el calentamiento global descontrolado 

El Informe sobre la Brecha de Emisiones 2025 del PNUMA, publicado en vísperas de la COP30, muestra que los compromisos actuales encaminan al mundo hacia un calentamiento de entre 2,3 y 2,5 °C para finales de siglo. Es muy probable que superemos los 1,5 °C en la próxima década; la prioridad ahora es minimizar y agilizar al máximo este sobrecalentamiento. 

Por ello, los países participantes en la COP30 estarán bajo presión para demostrar cómo limitarán ese exceso de emisiones y lograrán reducciones más profundas, especialmente en sectores con altas emisiones como la energía, la industria y el transporte.  

2-Cómo proteger a las comunidades de los impactos climáticos 

Al igual que las COP anteriores, Belém se centrará en cómo los países pueden prepararse para los fenómenos meteorológicos extremos y el aumento del nivel del mar que se prevé que acompañen al cambio climático.  

Los países en desarrollo necesitarán más de 310.000 millones de dólares estadounidenses anuales para 2035 para adaptarse a las consecuencias del cambio climático.

Cada dólar invertido en sistemas de alerta temprana puede ahorrar hasta quince dólares en pérdidas evitadas. Resulta esencial que la COP30 establezca un nuevo objetivo global de financiación de la adaptación, creíble, y el marco de indicadores para el Objetivo Global de Adaptación.  

3-Cómo cumplir una promesa de un billón de dólares 

En los días previos a la COP30, Azerbaiyán, país anfitrión de la COP29, y Brasil presentaron una hoja de ruta para movilizar 1,3 billones de dólares anuales en financiación climática para los países en desarrollo de aquí a 2035. Parte del dinero será destinado a la mitigación y adaptación en los países en desarrollo.

4-Cómo aprovechar las soluciones creativas a la crisis climática 

La COP30 destacará los compromisos de varias iniciativas novedosas para contrarrestar el cambio climático.   

Esto incluye la iniciativa «Combatir el Calor» , liderada por Brasil y la Coalición Cool, encabezada por el PNUMA. Esta iniciativa emblemática está diseñada para apoyar soluciones locales contra el calor extremo y ampliar el uso de soluciones de refrigeración sostenibles (techos fríos, espacios verdes urbanos, sistemas de alerta temprana en vertederos.

Por último, el Mecanismo para la Conservación de los Bosques Tropicales (Tropical Forests Forever Facility TFFF) es un mecanismo oportuno y transformador que incentiva a los países a mantener sus bosques en pie mediante financiación combinada. Estos lanzamientos forman parte de un esfuerzo más amplio de la COP30 para trazar un camino hacia un futuro más sostenible y resiliente. 

5-Cómo garantizar transiciones justas e inclusivas 

Los beneficios económicos de la acción climática nunca han sido tan fuertes: las energías renovables ofrecen la electricidad más barata del planeta y permiten a los países proteger sus economías de la volatilidad de los mercados de combustibles fósiles, al tiempo que proporcionan empleo, crecimiento y una mejor salud. 

Se espera que en la COP30 se tome una decisión sobre el Mecanismo de Acción de Belém para una Transición Justa. Este documento explicará cómo los gobiernos y el sector privado pueden situar a las personas en el centro de las transiciones nacionales y sectoriales.

6- Cómo recuperar la magia de París 

Cuando se adoptó el Acuerdo de París en 2015, trajo consigo la esperanza de que la humanidad pudiera revertir el cambio climático. Hoy, nos acercamos más a los 2,3-2,5 °C. Esta última cifra aún podría resultar devastadora para miles de millones de personas en todo el mundo

“La humanidad aún está a tiempo de evitar los peores impactos del cambio climático”, afirmó Do Coutto, del PNUMA. “Pero debemos actuar ahora, y debemos actuar con decisión, tal como lo hicimos hace una década”. 

También se ha pactado avanzar en la elaboración de una hoja de ruta global sobre adaptación climática y en los mecanismos para movilizar hasta 300.000 millones al año para ayudar a los países del sur global a hacer frente a los efectos del caos climático.

Conclusión

Los datos meteorológicos y climáticos fiables son vitales para las alertas tempranas, la resiliencia y la acción climática eficaz. Sin embargo, menos del 10 % de las observaciones de superficie necesarias proceden de los países menos adelantados (PMA) y los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID).

Al fomentar la confianza, el diálogo y la responsabilidad colectiva, los líderes de la COP30 pueden trazar un rumbo estratégico que impulse una acción climática audaz en todo el mundo y beneficie la vida y los medios de subsistencia de todas las personas en nuestro planeta.

«Demasiados dirigentes siguen siendo rehenes de los intereses de los combustibles fósiles», opinó el Secretario General de la ONU, António Guterres

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Cumbre de Líderes pasa testigo a COP30 con el débil balance del Acuerdo de París

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Escribe Mario Osava / Inter Press Service – Diez años después de su firma, el tratado intergubernamental no logró reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para contener en 1,5 grados Celsius el recalentamiento planetario en este siglo. Pero fue “un gran paso adelante”, sostuvo Stiell tras la clausura de la Cumbre de Líderes mundiales, que antecedió a la COP30.

La COP30 (30 Conferencia de las Partes) de la convención sobre el clima, abrirá sus negociaciones el lunes 10 en Belém, que se prolongarán hasta el día 21, ya sin la presencia de jefes de Estado y de gobierno.

Sin el Acuerdo de Paris el mundo tendría “un futuro imposible de calentamiento descontrolado, de hasta cinco grados. Gracias a ello, la curva se inclinó por debajo de los tres grados”, comparó Stiell.

Un total de 57 jefes de Estado y de gobierno, según la cancillería brasileña, estuvieron reunidos en Belém, la capital del estado de Pará, durante dos días, para discutir los temas centrales de la COP30.

El financiamiento climático, acordado en 300 000 millones de dólares anuales pero que los países del Sur global quieren elevar a 1,3 billones (millones de millones) para 2035, “es el gran acelerador” para intensificar las acciones, definió Stiell.

Con esos recursos destinados especialmente a los países pobres y más afectados por la emergencia climática se buscaría cumplir la meta de 1,5 grados acordado en 2015 en la COP21, celebrada en Paris en 2015.

Agenda de la COP30

Ese tema, central en la COP29 de 2024 en Bakú, la capital del Azerbaiyán, vuelve a los debates en Belém, cuyos temas principales definidos anteriormente son la implementación de los acuerdos ya firmados y las medidas de adaptación al cambio climático como nueva prioridad.

La sustitución de los combustibles fósiles, tema central en la COP28 de Dubái, en 2023, también ganó empuje en la Cumbre de Líderes, así también la deforestación, que se busca reducir a través de la propuesta brasileña del Fondo de Bosques Tropicales para Siempre (TFFF, en inglés).

El anfitrión, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, sorprendió por lo menos la audiencia nacional al inaugurar el jueves 6 la cumbre resaltando la necesidad de “superar la dependencia de los combustibles fósiles” como una de las prioridades de la lucha climática, además del financiamiento climático y la preservación forestal.

Apenas 17 días antes él mismo había celebrado la autorización ambiental para la exploración petrolera en la cuenca de la desembocadura del río Amazonas, ante protestas de los indígenas, el movimiento ambientalista e incluso por representantes de la agricultura volcada a los biocombustibles.

La cuenca se extiende por un área marítima de 268 000 kilómetros cuadrados, más grande que el Reino Unido, donde se cree que existen yacimientos muy productivos por la proximidad con Guyana, que triplicó su producto bruto interno desde 2019 gracias al petróleo descubierto em 2015.

Políticos interesados en la nueva frontera de hidrocarburos, incluso miembros del mismo gobierno, argumentan que las ganancias petroleras son necesarias para promover la transición energética, al generar nueva capacidad de inversión en las alternativas.

“Brasil no puede renunciar a esa riqueza”, justificó Lula su apoyo a la búsqueda de petróleo en el mar amazónico por la estatal Petrobras y las presiones sobre las autoridades ambientales para que concedieran la licencia de exploración.

Una de las sesiones de la Cumbre de Líderes de la COP30, anticipada para evitar problemas de alojamiento durante la conferencia climática que tendrá lugar del 10 al 21 de noviembre con cerca de 50 000 participantes en Belém, una ciudad de 1,4 millones de habitantes y situada em la Amazonia brasileña. Imagen: Ricardo Stuckert / COP30

Ambiguedad brasileña

Quedó evidente la contradicción con su posición manifestada en la cumbre, de condena a los combustibles fósiles, en coincidencia con el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.

“Invertir en combustibles fósiles es apostar contra la humanidad y contra la economía. Es autodestructivo”, dijo Lula en su discurso.

Guterres, por su parte, admitió el fracaso de las acciones climáticas hasta ahora para sostener el límite de 1,5 grados, pero afirmó que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) nunca renunciará a esa meta, “una línea roja”, y que hará todo para alcanzar cero emisiones netas de gases invernadero hasta 2050.

Un rechazo más contundente a la energía fósil manifestó el presidente de Colombia, Gustavo Petro, que defendió la eliminación progresiva de los combustibles fósiles en el mundo, coherente con su política interna que promueve la desactivación de la industria petrolera en el país.

Es un tema de negociación decisiva en las COP porque la producción y consumo de energía representan cerca de 70 % de los gases que recalientan la tierra.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, con el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, en la Cumbre de Líderes de Belém. Ambos coincidieron en la necesidad de sustituir los combustibles fósiles para evitar el colapso climático del planeta. Imagen: Lucas Landau /COP30

Hoja de ruta del financiamiento

Algún aliento entre gobernantes generó la presentación del informe La Hoja de Ruta de Bakú a Belém, que apunta mecanismos para elevar el financiamiento climático pretendido de 1,3 billones de dólares al año a partir de 2035.

Elaborado por los presidentes de la COP30 y COP29, el brasileño André Corrêa do Lago y el azerbaiyano Muhktar Babayev, el informe de 80 páginas propone cambios en la arquitectura financiera mundial, con la adopción de distintos mecanismos para alcanzar la meta.

El mercado de carbono, el canje de la deuda externa de países pobres por protección ambiental y tributos sobre transacciones financieras internacionales y sobre consumo de los ricos, como pasajes aéreos en primera clase, hacen parte del repertorio de medidas.

Cambios en los subsidios, como la reducción a los concedidos a combustibles fósiles, y reducción de los intereses sobre la financiación de fuentes limpias de energía podrían representar centenares de mil millones de dólares para la mitigación climática, asegura el informe que recibió 227 sugerencias de variados sectores, públicos y privados.

Pero ambientalistas recibieron con muchas críticas la hoja de ruta. Es genérico, no asegura compromisos sino posibilidades, y no define responsabilidades de los países ricos ni responde a las demandas de los países en desarrollo, según los críticos.

Es “un mapa sin brújula”, definió Rebecca Thissen, una activista de la red internacional Climate Action Network, en la publicación digital InfoAmazonia del 5 de noviembre.

Un mecanismo concreto de financiación en beneficio del clima es el Fondo de Bosques Tropicales para Siempre. La propuesta brasileña prevé la captación de 125 000 millones de dólares en un fondo fiduciario que remunerará los países que logren preservar sus bosques.

Los países potencialmente beneficiados suman 74. La meta original es captar 25 000 millones de dólares de gobiernos y bancos públicos, para luego completar el fondo con aportes privados.

No se trata de donaciones ni créditos, sino de un fondo de inversiones cuyas utilidades se distribuirían a los dueños del capital y a los países de bosques preservados. Es una forma de contar con beneficios y utilidades permanentes y por tiempo indeterminado, por eso se considera un mecanismo innovador y sostenible de mantener “los bosques en pie”.

Además, el 20 % de las ganancias se destinarán a los pueblos indígenas y tradicionales, reconocidos como guardianes de la naturaleza en sus territorios demarcados.

La declaración del lanzamiento del TFFF el 6 de noviembre contó con la firma de 53 países y en su primer día cinco países anunciaron un aporte total de casi 5600 millones de dólares, ya que Noruega anunció una inversión de 3000 millones de dólares y Francia 500 millones de euros.

A eso se suman los aportes de Brasil e Indonesia, potenciales beneficiados por disponer de grandes bosques tropicales, de 1000 millones de dólares cada uno. Portugal se juntó el grupo pero con una suma pequeña, un millón de dólares.

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El cambio climático reducirá drásticamente las cosechas

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Inter Press Service – El cambio climático socavará drásticamente la productividad agrícola y el bienestar humano, con algunos de los mayores riesgos concentrados en los países menos capacitados para adaptarse, expuso un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).

Los datos del Pnud muestran que los países más pobres del mundo se enfrentan a algunas de las mayores pérdidas en productividad agrícola, con una proyección de disminución de la producción media nacional de cultivos de entre 25 % y 30 % para finales de siglo, en un escenario de emisiones muy elevadas.

Controlar las emisiones de gases de efecto invernadero, que calientan la atmósfera, es un objetivo global, y la inmensa mayoría de las naciones, en el Acuerdo de París de 2015, fijó el objetivo de que para finales de siglo la temperatura media del planeta no exceda de dos grados centígrados (°C) sobre los niveles de la era preindustrial.

Ahora, el estudio de la plataforma Human Climate Horizons, del Pnud, afirma que, incluso considerando la adaptación de los agricultores al cambio climático, más de 90 % de los países evaluados (161 de 176 analizados) experimentarán disminuciones en el rendimiento de los cultivos básicos para finales de siglo.

La investigación analizó seis cultivos básicos: maíz, arroz, trigo, soja, yuca y sorgo.

El África subsahariana y partes de Asia, donde los agricultores dependen en gran medida de la lluvia en lugar del riego, son especialmente vulnerables y tienen menos recursos para adaptarse a las condiciones cambiantes.

Pero las potencias agrícolas tampoco se salvan. Las economías consideradas “graneros del mundo” -incluidas las principales productoras de trigo y soja- no están aisladas del impacto.

Bajo un calentamiento severo, esas potencias muestran las mayores pérdidas de rendimiento, con caídas que alcanzan a 40 %, lo que podría generar efectos en cadena sobre los precios de los alimentos, el comercio y la estabilidad global.

De ese modo “el cambio climático no es solo un desafío ambiental; es una profunda crisis de desarrollo”, advierte el experto Pedro Conceição, director de la oficina del Informe Sobre Desarrollo Humano del Pnud.

“Las altas cosechas no solo son importantes para la seguridad alimentaria; también sustentan los medios de vida y abren caminos para la diversificación económica y la prosperidad. Las amenazas a los rendimientos agrícolas son amenazas para el desarrollo humano hoy y en el futuro”, expuso Conceição.

Un sistema alimentario ya debilitado y vulnerable

El panorama futuro mostrado se superpone a una crisis ya instalada, y el Pnud recordó que en estos días la FAO en su informe El Estado de la Alimentación y la Agricultura 2025 alertó de que la degradación del suelo causada por el ser humano ya ha reducido la productividad agrícola global en al menos 10 %.

Ese informe de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) indicó que la sola degradación de os suelos ha afectado la alimentación y modos de vida de unos 1700 millones de personas.

El cambio climático, por lo tanto, “no actúa en el vacío, sino que golpea un sistema alimentario ya debilitado y vulnerable, creando una tormenta perfecta para la seguridad alimentaria mundial”, expone el reporte del Pnud.

Pero el estudio también ofrece un mensaje de esperanza: reducir las emisiones importa, y cuando los países cortan las emisiones a niveles moderados, las pérdidas de cultivos hacia 2100 son menos de la mitad que bajo escenarios de altas emisiones.

Hacia un futuro sostenible y equitativo

El Pnud considera que hallazgos como los de su estudio “resuenan con la Declaración de Belém sobre el hambre, la pobreza y la acción climática centrada en el ser humano, previa a la COP30 en Brasil”, enfatizando que los sistemas alimentarios y la equidad deben ser centrales en las estrategias climáticas globales.

Se prevé que esa declaración se adopte en una reunión de líderes previa a la COP30 (la 30 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), que se desarrollará desde el 10 de noviembre en la ciudad brasileña de Belém, en plena Amazonia.

Conceição remarcó el criterio de que “el camino hacia un futuro sostenible y equitativo reside en una acción climática centrada en las personas”.

“Garantizar que cada persona mantenga el acceso a alimentos suficientes, nutritivos y confiables no es solo una cuestión de supervivencia; es una piedra angular de la dignidad y el desarrollo humano”, abundó.

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Las emisiones mundiales caen demasiado lentamente alertan los expertos

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Escribe Umar Manzoor Shah / Inter Press Service – Ha pasado una década desde la adopción del Acuerdo dein París, y el informe de síntesis de las Naciones Unidas publicado la antesala de la COP30 en Belém muestra que «las Partes están reduciendo aún más su curva de emisiones combinadas, pero todavía no con la suficiente rapidez».

El informe, elaborado por la secretaría de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), evalúa 64 actualizadas contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) presentadas por las Partes entre enero de 2024 y septiembre de 2025, que cubren alrededor 30 % de las emisiones mundiales en 2019.

Las NDC para reducir las emisiones que recalientan el planeta son voluntarias y la base del Acuerdo de París. Cuyos avances, insuficientes según los expertos. Se revisarán durante la COP30 (30 Conferencia de las Partes) de la CMNUCC, que acogerá desde el lunes 10 la ciudad amazónica de Belém do Pará, en el norte de Brasil.

La conferencia anual esta precedida excepcionalmente en esta ocasión por una llamada Cumbre de Líderes, que se congregan este jueves 6 y el viernes 7, en una fórmula creada por la presidencia brasileña para concentrar la presencia de los gobernantes de las 197 Estados Partes antes de la COP, por los problemas logísticos de Belém.

Bruce Douglas, experto en energías renovables y electrificación y director ejecutivo de la Alianza Global de Energías Renovables (Gra), en una entrevista exclusiva con IPS, afirmó que es alentador ver el impulso de las últimas NDC y los objetivos gubernamentales, que son más ambiciosos y viables que en rondas anteriores.

«Sin embargo, estamos viendo una aceleración aún mayor en la economía real. Donde las energías renovables alcanzaron un récord de 582 gigavatios (GW) de nueva capacidad el año pasado. Por lo que los gobiernos deben ponerse al día con la ambición del sector privado», afirmó.

Pero, añadió, » seamos claros: para tener la oportunidad de alcanzar el objetivo de triplicar las energías renovables y la trayectoria de 1,5 °C. El mundo necesita añadir aproximadamente 1100 GW cada año hasta 2030″.

Insistió en que «la dirección es la correcta, pero el ritmo debe duplicarse. Debemos prestar especial atención a las economías emergentes, donde la financiación aún no alcanza ni de lejos la escala necesaria».

Douglas añadió que existe un interés real en los países de todo el mundo por descarbonizarse a buen ritmo. Pero que la mayoría de las NDC de los países en desarrollo están condicionadas a la financiación. Por lo que este es el reto crucial que hay que abordar.

Afirmó que los proyectos de energía renovable también se ven frenados por obstáculos previsibles. La lentitud de los permisos, las limitaciones de la red y el alto coste del capital en los mercados emergentes.

«Estos problemas tienen solución. Conocemos las soluciones: agilización de los permisos, subastas predecibles e inversión en redes y almacenamiento. Pero, sobre todo, necesitamos acceso a financiación asequible. Los inversores están preparados: los gobiernos y los bancos multilaterales de desarrollo deben crear la certeza necesaria para desbloquearla», dijo Douglas.

Bruce Douglas, director ejecutivo de la Alianza Global de Energías Renovables. Imagen: Gra

Una década de avances, pero no suficientes

Cuando se cumplen 10 años del Acuerdo de París, aprobado en la COP21 de diciembre de 2015 en la capital francesa, el informe reconoce «nuevos indicios de avances reales y crecientes en la lucha contra el cambio climático gracias a los esfuerzos nacionales respaldados por la cooperación mundial».

Según el resumen ejecutivo, las Partes están estableciendo nuevos objetivos climáticos nacionales y planes para alcanzarlos que difieren en ritmo y escala de cualquier otro anterior.

Sin embargo, aunque «las Partes están reduciendo aún más su curva de emisiones combinada. Todavía no lo están haciendo con la suficiente rapidez», advierte el informe.

La urgencia de acelerar las medidas es evidente.

«Sigue siendo evidente que aún se necesita una aceleración importante para lograr reducciones de emisiones más rápidas y profundas. Y garantizar que los enormes beneficios de una acción climática firme lleguen a todos los países y pueblos», afirma el resumen.

Douglas consideró que «hemos sido testigos de un crecimiento extraordinario de las energías renovables en las últimas dos décadas, y los mercados suelen avanzar más rápido que los gobiernos, pero la brecha entre los objetivos y la implementación sigue creciendo».

«Ya no hay tiempo para promesas; ahora es el momento de avanzar. Lo más importante es la visibilidad: proyectos reales en tramitación, plazos claros y marcos financiables que conviertan la ambición en megavatios. Eso es lo que debe aportar la COP30: una señal clara de que estamos en la era de la implementación», afirmó.

Objetivos para toda la economía, alineación con el balance global

Una mejora notable de los nuevos NDC es su mayor exhaustividad. El informe destaca que «los nuevos NDC muestran una progresión en términos de calidad, credibilidad y cobertura económica. Ya que 89 % de las Partes comunican objetivos para toda la economía (frente a 81 % en sus NDC anteriores)».

Las Partes también han respondido a los resultados del primer Balance Mundial. Que realiza una evaluación periódica del progreso en la lucha contra el cambio climático, según los compromisos asumidos en el Acuerdo de París.

«El 88 % de las Partes indicaron que sus NDC se basaban en los resultados del Balance Mundial y el 80 % especificaron cómo». Esto indica una creciente voluntad de alinear la planificación climática nacional con la ciencia y la ambición globales.

Douglas afirmó que el primer balance global fue una llamada de atención. Y que sirvió para catalizar la atención sobre el objetivo de triplicar las energías renovables.

«Ahora, la COP30 debe traducir ese impulso en resultados medibles: reafirmando el objetivo de triplicar las energías renovables, enviando señales financieras importantes para las redes y el almacenamiento, y estableciendo objetivos renovables ambiciosos a corto plazo en la próxima ronda de NDC», remarcó.

Rango previsto de los niveles de emisión de gases de efecto invernadero para las Partes que han presentado objetivos para 2035 de acuerdo con sus nuevas contribuciones determinadas a nivel nacional, con o sin uso de la tierra, cambio de uso de la tierra y silvicultura. Imagen: ONU Cambio Climático

Emisiones descendentes, pero por debajo de la meta de 1,5 °C

El informe analiza el impacto previsto de estas NDC en las emisiones de gases de efecto invernadero.

«En conjunto, las nuevas NDC muestran una reducción de las emisiones previstas de 17 % (11-24 %) por debajo del nivel de 2019», concluye.

Añade que se estima que la plena aplicación de todas las nuevas NDC, incluidos los elementos condicionales, «reducirá el nivel total de emisiones de GEI (gases de efecto invernadero) del grupo de Partes pertinente a 12,3 (12,0-12,7) Gt (gigatoneladas) CO₂ equivalente en 2035, lo que supondría un 19-24 % por debajo del nivel de 2019».

Sin embargo, el informe advierte que «la magnitud de la reducción total de emisiones que se espera lograr por parte del grupo de Partes… no alcanza lo necesario según los rangos del IPCC», el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, que traza las metas necesarias para contener la crisis climática.

Según la última síntesis del IPCC, «las reducciones de las emisiones de GEI tendrán que reducirse en 60 (49-77) % para 2035 con respecto al nivel de 2019» para limitar el calentamiento a 1,5 °C, la gran meta del Acuerdo de París.

Enfoques holísticos y avances sectoriales

El informe identifica un «enfoque que abarca toda la economía y toda la sociedad» como «un pilar cada vez más fundamental para garantizar la estabilidad y el crecimiento económicos, el empleo, la salud y la seguridad y la asequibilidad energéticas, entre muchos otros imperativos políticos, en los países».

La mitigación y la adaptación están cada vez más integradas.

«Todas las NDC van más allá de la mitigación e incluyen elementos. Entre otros, sobre adaptación, financiación, transferencia de tecnología, creación de capacidad y abordaje de las pérdidas y daños. Lo que refleja el alcance integral del Acuerdo de París», indica el informe.

Añade que la adaptación es más importante que nunca, ya que «73 % de las nuevas NDC incluyen un componente de adaptación».

Douglas afirmó que el sector energético está liderando la iniciativa: la energía solar va por buen camino; lo que se necesita es acelerar rápidamente la energía eólica, geotérmica, hidroeléctrica, las redes y el almacenamiento para mantener el ritmo.

Subrayó que la electrificación del transporte, la calefacción y los sectores industriales más difíciles de reducir son los siguientes en la lista.

«Estamos viendo proyectos piloto prometedores de industria limpia y electrificación temprana, pero necesitan marcos políticos claros para poder ampliarse. Todos los sectores deben avanzar más rápido: tenemos que electrificar todo lo que se pueda electrificar, con las energías renovables como base», dijo.

Transición justa e inclusión social

El concepto de transición justa está ganando terreno.

«Un total de 70 % de las Partes consideraron la transición justa al preparar sus nuevos NDC. Y la mayoría de ellas tienen previsto integrar la consideración de la transición justa en la aplicación de los NDC», señala el informe.

Destaca que «las Partes contextualizaron la transición justa como una ayuda para garantizar que el cambio hacia economías bajas en carbono y resistentes al clima no agrave las desigualdades existentes ni cree otras nuevas en las sociedades, permitiendo así una acción climática socialmente inclusiva y económicamente empoderadora».

Bosques, océanos y soluciones basadas en la naturaleza

La protección de los sumideros naturales sigue siendo un tema importante.

«Las Partes han integrado medidas forestales en los objetivos de mitigación de toda la economía. Y han mencionado contribuciones e indicadores específicos para los bosques en sus nuevos NDC», considera el informe.

La síntesis destaca «la colaboración internacional y los pagos basados en resultados de REDD+ (reducción de emisiones de gases de efecto invernadero por la deforestación y degradación de los bosques) como claves para la mitigación en el sector forestal, al tiempo que señala las sinergias con el logro de los objetivos de adaptación y biodiversidad».

Las medidas climáticas basadas en los océanos también están aumentando.

«Las Partes informaron de un aumento significativo de las medidas climáticas basadas en los océanos en comparación con los NDC anteriores. Y 78 % de las Partes incluyeron en los nuevos NDC al menos una referencia explícita al océano. Lo que supone un aumento de 39 %», asegura.

Financiación, tecnología y capacidad: el reto de la implementación

La financiación sigue siendo un reto fundamental para la ambición.

«Un total de 88 % de las Partes proporcionó información sobre la financiación necesaria para implementar actividades en línea con sus NDC, y 75 % caracterizó la financiación en términos de apoyo necesario», señala el informe.

Las Partes informaron de «un coste total comprendido entre 1970,8 y 1975,0 mil nillones de dólares en total, de los cuales entre 1073,88 y 1074,00 mil millones se identificaron como apoyo necesario procedente de fuentes internacionales».

La tecnología y el desarrollo de capacidades también se destacan como factores clave.

«Un total de 97 % de las Partes proporcionó información sobre el desarrollo y la transferencia de tecnología… El 84 % de las Partes hizo referencia al desarrollo de capacidades con distintos niveles de detalle, y 31 % de esas Partes lo abordó en secciones sobre medios de implementación o desarrollo de capacidades», dice el informe.

Inclusión del género, la juventud y los pueblos indígenas

Las nuevas NDC reflejan una creciente atención a la inclusión social y el empoderamiento.

«La integración de la perspectiva de género en las NDC está avanzando, y las Partes tienen cada vez más en cuenta el género para promover una acción climática inclusiva y eficaz. En sus nuevas NDC, el 89 % de las Partes proporcionaron información relacionada con el género y el 80 % afirmaron que tendrán en cuenta el género en la aplicación de las NDC», se insiste en el informe.

Señala además que «es la primera vez que se incluye una sección sobre los niños y los jóvenes en el informe de síntesis de las NDC».

«El 88 % de las Partes, en sus nuevas NDC, incluyeron información. En general más clara y detallada que anteriormente, que refleja un compromiso más firme con la inclusión significativa. Sobre cómo se ha tenido o se tendrá en cuenta a los niños y los jóvenes en la elaboración y aplicación de las NDC», precisa.

Del mismo modo, «el 72 % de las Partes informaron de un mayor énfasis en el papel fundamental de los pueblos indígenas y las comunidades locales en la adaptación al clima y la mitigación, en comparación con 66 % anterior».

Cooperación internacional y esfuerzos voluntarios

El informe de síntesis destaca la indispensabilidad de la cooperación internacional.

«El 97 % de las Partes destacó la importancia de la cooperación internacional. Para movilizar recursos y salvar la brecha entre la ambición de las NDC y su implementación», dice el informe.

Y añade: «Las Partes describieron su compromiso con los socios internacionales para promover una acción climática eficaz e inclusiva a través de iniciativas de cooperación voluntaria, colaboración regional y actividades sectoriales como la transición energética».

A pesar de los avances, el informe lanza una advertencia.

«Con unas emisiones de GEI en 2035 estimadas en promedio 17 % (11-24 %) por debajo de su nivel de 2019. La escala de la reducción total de emisiones que se espera que logre el grupo de Partes no alcanza lo necesario según los rangos del IPCC», asegura el informe.

Y considera que «sigue siendo necesaria una aceleración importante en términos de lograr reducciones de emisiones más rápidas y profundas. Y garantizar que los enormes beneficios de una acción climática firme lleguen a todos los países y pueblos».

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Cumbre de líderes clama por más acción frente al cambio climático

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Inter Press Service – Nuevos reclamos en favor de la acción global por el clima, y críticas al desdén por esa causa que prevalece en Washington, marcaron este jueves 6 el primero de los dos días de la cumbre de líderes mundiales que actúa de prólogo a la 30 Conferencia de las Partes (COP30) sobre cambio climático en la ciudad de Belém, en la Amazonia brasileña.

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión de la cita de líderes y de la COP30, advirtió en su discurso que “es hora de tomar en serio las advertencias de la ciencia”, poque el cambio climático podría cobrar hasta 250 000 vidas cada año y contraer en un tercio el producto interno bruto mundial.

Denunció que “las fuerzas extremistas fabrican falsedades para obtener ventajas electorales y atrapar a las futuras generaciones en un modelo obsoleto que perpetúa las desigualdades sociales y económicas y la degradación ambiental”, una crítica apenas velada, sin nombrarlo, al presidente estadounidense Donald Trump.

La cumbre de líderes reúne durante dos días a 17 jefes de Estado, otros tantos vicepresidentes o jefes de gobierno de cinco continentes, y decenas de ministros y responsables de alto nivel de otros gobiernos e instituciones internacionales.

Se estrenó como modalidad para descongestionar la carga de numerosas delegaciones que convergen en Belém, cerca de la desembocadura del río Amazonas, declarada capital temporal de Brasil, a lo largo de la COP30, que se desarrollará entre los días 10 y 21.

Lula remarcó que mientras las rivalidades estratégicas y los conflictos armados “desvían la atención y agotan los recursos que deberían destinarse a combatir el calentamiento global”, ocurre que “la ventana de oportunidad que tenemos para actuar se está cerrando rápidamente”.

Sin embargo, se declaró “convencido de que, a pesar de nuestras dificultades y contradicciones, necesitamos hojas de ruta para revertir de manera justa y estratégica la deforestación. Superar la dependencia de los combustibles fósiles y movilizar los recursos necesarios para lograr esos objetivos”.

A su turno, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, pidió “medidas urgentes” para reducir las temperaturas globales y “mantener al alcance el objetivo de 1,5 °C”, a fin de que a mediados de siglo la temperatura media del planeta no exceda de 1,5 grados Celsius sobre el promedio de la era preindustrial.

“Cada fracción de grado implica más hambre, desplazamiento y pérdidas, especialmente para los menos responsables. Podría llevar a los ecosistemas a puntos de inflexión irreversibles. Exponer a miles de millones de personas a condiciones inhabitables y agravar las amenazas a la paz y la seguridad”, dijo Guterres.

Entre los primeros europeos en intervenir estuvieron el príncipe Guillermo de Inglaterra y el primer ministro británico, Keir Starmer. El heredero del trono hizo un apasionado llamado a los líderes para aprovechar lo que denominó “el poder del optimismo urgente”.

Starmer, en un tono menos optimista, deploró que “se ha perdido el consenso” en materia climática. Pero reiteró el apoyo británico a los compromisos que se adopten para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que calientan el planeta.

El representante de China, Ding Xuexiang, viceprimer ministro y número tres en la jerarquía de gobierno de ese páis, llamó a “traducir el compromiso climático en acciones; las acciones hablan más que las palabras”.

“Necesitamos eliminar las barreras comerciales y fortalecer la colaboración internacional para alcanzar los objetivos globales de sostenibilidad”, agregó Ding.

Del lado latinoamericano surgieron duras críticas al presidente Trump. Comenzando con el mandatario colombiano Gustavo Petro, quien advirtió de que “el colapso se acerca si Estados Unidos no se mueve hacia la descarbonización”.

Para Petro, la ausencia en Belém de una delegación estadounidense de alto nivel “es un mensaje muy claro. “El señor Trump está contra la humanidad al no venir acá. ¿Qué hacemos? Dejarlo solo. El olvido es el peor castigo. Cuando quiera hablar, hablamos, pero sobre la vida”, apuntó.

Criticó los nuevos permisos de prospección petrolera dados por Trump en su país. “No es taladrar, taladrar y taladrar, está 100 por ciento equivocado”. Y también criticó que los países de la alianza militar atlántica, la Otan, gasten más dinero en armas pues “No es Rusia el enemigo. Es el cambio climático”.

También el presidente chileno Gabriel Boric destacó en su intervención que los actuales “son tiempos en que surgen voces que deciden ignorar o negar la evidencia científica sobre la crisis climática”.

“Sin ir más lejos, el presidente de los Estados Unidos en la última Asamblea General de la ONU dijo que la crisis climática no existe. Y eso es mentira», dijo Boric.

Brasil también presentó en esta cumbre, y recibió reconocimiento y respaldo, del nuevo Fondo para los Bosques Tropicales para Siempre. Que recompensará a los países que logren detener la deforestación. Canalizando recompensas de cuatro dólares por hectárea a 74 países elegibles para la conservación de sus bosques.

El Fondo prevé movilizar unos 4000 millones de dólares anuales y Brasil hará un aporte inicial de 1000 millones, se indicó.

Los discursos de la cumbre de líderes continuarán hasta el cierre de la jornada de este viernes 7. Sin que se prevea la adopción de una declaración conjunta, pues se la planteó como una reunión con amplia libertad de temas y exposiciones. Al servir de prólogo a la conferencia climática que sí debe llegar a conclusiones y compromisos.

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