Rodrigo Paz Pereira pone fin a dos décadas del MAS y se prepara para asumir la presidencia de Bolivia
Con más del 90 % de los votos escrutados, el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia confirmó anoche un resultado irreversible: Rodrigo Paz Pereira fue elegido presidente con el 54,5 % de los sufragios, frente al 45,5 % obtenido por Jorge “Tuto” Quiroga. De esta manera, el dirigente de centroderecha y senador por Tarija pondrá fin a veinte años de gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS) y asumirá el poder el próximo 8 de noviembre.
En su discurso desde La Paz, Paz Pereira habló ante una multitud que celebró el cambio de rumbo: “Dios, la familia y la patria son la base de todo nuestro compromiso”, proclamó. “La ideología no da de comer. Lo que da de comer es tener certidumbre en tu futuro. Este será un gobierno para gobernar con los mejores hombres y mujeres que quieran ayudar a la patria.”
El flamante mandatario agradeció el respaldo de los votantes y envió un mensaje de apertura tras años de polarización. “Bolivia vuelve a recuperar paso a paso su escenario internacional. Hay que volver a abrir Bolivia al mundo”, señaló, en referencia al aislamiento diplomático de los últimos años.
Una dinastía política
Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora y sobrino nieto de Víctor Paz Estenssoro, el nuevo jefe de Estado es el tercer integrante de una dinastía política que regresa al Palacio Quemado. Su campaña se centró en un mensaje de cambio moderado, con promesas de estabilizar la economía y frenar la inflación, que ha golpeado duramente el poder adquisitivo de las familias bolivianas.
En la primera vuelta, celebrada el 17 de agosto, Paz Pereira había sido la gran sorpresa al alcanzar el 32,6 % de los votos, frente al 26,7 % de Quiroga. Pero en la segunda ronda logró capitalizar el descontento con la gestión del MAS y captar el voto independiente, especialmente en el oriente y el sur del país.
El nuevo vicepresidente será el capitán Edman Lara, un ex policía popular en redes sociales que conquistó el voto joven. “Hoy el pueblo nos da la oportunidad de gobernar Bolivia, pero para todos. Se viene una nueva historia. Basta de corrupción”, expresó al conocerse los resultados. Luego, en tono conciliador, añadió: “Es momento de reconciliación de los bolivianos”.
Desde Tarija, donde votó temprano, Paz Pereira había anticipado que “hoy se cierra un ciclo y comienza una nueva etapa para Bolivia”. Su rival, Jorge Quiroga, reconoció la derrota y lo felicitó por teléfono, aunque pidió revisar algunas actas de votación. “No podemos dejar al país en ascuas. Necesitamos una actitud madura. He felicitado a Rodrigo”, dijo el exmandatario.

La derrota del MAS fue contundente, un reflejo del desgaste de un movimiento que durante años controló la escena política boliviana, pero que deja un país con serios desequilibrios: falta de divisas, desabastecimiento de combustible y una economía golpeada por la inflación y la escasez.
Paz Pereira enfrentará, además, un Congreso sin mayoría propia, lo que lo obligará a negociar con otras fuerzas. Analistas prevén que su gobierno buscará reorientar la política exterior boliviana hacia una mayor cercanía con Estados Unidos y un distanciamiento de los regímenes de Venezuela, Cuba, Irán, China y Rusia.
Entre los votantes, predominó la sensación de hartazgo. “La gente está esperando el cambio. Hay mucha gente que no tiene ni para comer”, dijo Luis Iturralde, padre de cinco hijos, en declaraciones al diario La Nación. Otros electores, como Rosa Peláez, coincidieron en que “el fin del MAS es algo positivo”, aunque advirtieron que esperan que se mantengan los programas sociales.
En las calles de La Paz, Sucre y Santa Cruz, las caravanas celebraban entrada la noche el inicio de un nuevo ciclo político. “Bolivia vuelve a abrirse al mundo”, repitió Paz Pereira. Esta vez, el mensaje de cambio fue más fuerte que la resignación.
