Milei y la crisis PyME: impacto del modelo económico en la producción nacional
Leo Bilanski de la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC) habló sobre el impacto de las medidas llevadas adelante por el presidente Javier Milei sobre las PyMEs. Advirtió un “cierre masivo en plena crisis” y rechazó del modelo económico presidencial
Mientras el presidente Javier Milei reafirma su intransigencia política con un discurso de “morir en la suya”, la economía real de Argentina sufre un cierre promedio de 40 PyMEs diarias, reflejo de un modelo que favorece la especulación y la concentración de capital extranjero en detrimento del sector productivo nacional.
Desde la asunción de Javier Milei en diciembre de 2023, la economía argentina transita una profunda recesión, con un deterioro acelerado del mercado interno y la producción nacional. El cierre de pequeñas y medianas empresas —que representan más del 70% del empleo privado formal en Argentina— expone el impacto tangible de las políticas implementadas. Según fuentes sectoriales, 40 PyMEs cierran sus puertas diariamente, con un total acumulado de aproximadamente 15.000 empresas afectadas en menos de un año de gestión presidencial.
El escenario económico muestra una combinación de restricciones crediticias para productores nacionales, inflación persistente, tarifas de servicios públicos crecientes y una apertura indiscriminada a capitales y productos extranjeros, lo que desincentiva la producción local y el consumo interno.
Puntos clave de la política económica y su impacto en las PyMEs
La administración Milei mantiene una política económica basada en la liberalización total de los mercados, reducción del gasto público y desregulación estricta, orientada a atraer inversión extranjera y fortalecer el capital financiero. Sin embargo, estas medidas implican:
- Restricción del crédito para PyMEs: acceso limitado y costoso a financiamiento bancario y financiero, dificultando la renovación de activos y la inversión productiva.
- Aumento sostenido de tarifas: luz, gas, y transporte con ajustes por encima de la inflación, elevando los costos operativos para empresas pequeñas y medianas.
- Apertura comercial indiscriminada: eliminación o reducción de barreras arancelarias y controles que exponen a las PyMEs locales a una competencia directa con productos importados más baratos.
- Fomento a la especulación y capital extranjero: incentivos fiscales y regulatorios para grandes corporaciones y fondos internacionales, que concentran riqueza y limitan el desarrollo del mercado interno.
El presidente Milei ha declarado públicamente su intención de mantener el rumbo actual, afirmando con contundencia: “Me van a sacar con los pies para adelante de la Casa Rosada”. Esta frase simboliza su intransigencia y rechazo a modificar el modelo económico a pesar de las evidentes señales de crisis. En campaña, Milei había prometido “defender la propiedad privada”, pero no especificó que esa defensa privilegiaría a grandes capitales extranjeros, mientras el empresariado nacional y las PyMEs pierden capital y mercado.
Ante este panorama, la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC) ha convocado a un Foro Social y Productivo, que reúne a PyMEs, cooperativas, sindicatos, universidades, organizaciones sociales y la justicia, con el objetivo de elaborar una alternativa política y económica para reconstruir el mercado interno y defender la producción nacional.
Según Leo Bilanski, analista y periodista especializado en economía argentina, “la agresión a las PyMEs no es sectorial, es generalizada y afecta directamente a la mayoría de la población, especialmente a los sectores más vulnerables.”
El cierre masivo de PyMEs tiene consecuencias directas sobre el empleo, la innovación y la economía regional. El sector PyME genera más del 60% del empleo formal privado y su retracción puede aumentar la informalidad laboral y la pobreza estructural. Además, la concentración de la riqueza en manos de grandes capitales extranjeros y financieros puede acentuar la desigualdad y debilitar la soberanía económica del país.
Políticamente, la persistencia en este modelo puede profundizar la fractura social y deslegitimar la gestión presidencial, abriendo espacios para respuestas multisectoriales y reclamos de actores sociales y económicos que exigen un cambio de rumbo.
Si el Gobierno insiste en mantener el actual modelo, se prevé que el cierre de PyMEs continúe o se acelere, profundizando la crisis del mercado interno. Esto podría derivar en mayor conflictividad social, presión sindical y políticas públicas orientadas a la defensa de la producción nacional.
Por otro lado, el Foro Social y Productivo convocado por ENAC y otras entidades puede marcar el inicio de un movimiento multisectorial para diseñar y proponer una hoja de ruta alternativa que priorice el desarrollo sostenible, la justicia social y la recuperación económica con soberanía.
En el plano institucional, la continuidad del modelo de Milei implica tensiones con sectores productivos y podría condicionar las futuras negociaciones políticas y económicas, incluyendo acuerdos con organismos internacionales y el diseño de políticas industriales.









