La Fundación Mediterránea dio su diagnóstico de la economía de Macri: optimismo con varios peros

Compartí esta noticia !

La delegación NEA de la Fundación Mediterránea cerró el año con un balance de la realidad económica matizado con un cocktail con empresarios de toda la región. El presidente del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana, Marcelo Capello rompió el hielo con una mirada sobre las últimas reformas del Gobierno nacional y su impacto en la economía. “Hay optimismo, pero con muchos peros”, deslizó sobre las medidas de Mauricio Macri, sobre quien advirtió, camina haciendo equilibrio “en una delgada línea roja”.

Capello mostró que los indicadores económicos revirtieron la caída de 2016, pero todavía los brotes verdes no llegaron al consumo masivo, que se refleja en las ventas de supermercados, ni a los autos nacionales, ya que la suba en las ventas se explica casi con exclusividad por las marcas importadas.

El especialista reconoció que la mejoría no llegó a la “masa”, ya que el salario real creció apenas por encima de la inflación y el consumo se mantiene en los mismos niveles del año pasado y podría estancarse también en 2018.

Sin embargo, sostuvo que la economía de Misiones creció 1,8 por ciento en el segundo trimestre de este año. “Con la economía Macri, le fue mejor a la Pampa Húmeda”, comparó.

Después, pasó a enumerar algunos puntos flacos que deberían ser señales amarillas. “El déficit financiero es de 6.8 por ciento del PBI, lo mismo que en 2016, mientras que en 2015 era de 5 puntos”, graficó.

“Es más del doble del déficit de los 90 y se financia con deuda, lo que plancha el tipo de cambio”, explicó.

Capello reveló que no hay un ajuste de fondo en las cuentas públicas, que apenas bajó 0,4 por ciento del PBI en dos años, aunque el gasto en subsidios se redujo uno por ciento. Lo que aumentó fue el pago de los intereses de la deuda y los fondos previsionales, que ahora se pretenden achicar con la reforma que tiene media sanción del Senado.

El déficit se explica también por una menor recaudación a raíz de la baja de retenciones a la soja y algunos otros impuestos que han bajado.

El otro punto sobre el que alertó el economista fue el déficit comercial, que es igual al de 1997. “Es un problema por el tipo de cambio apreciado y los altos costos laborales en dólares”.

Capello coincidió con la mirada de los empresarios misioneros que advierten que la reforma impositiva debe contemplar la situación de economías de frontera afectadas por las asimetrías. “Es negativo que se elimine las compensaciones por zonas alejadas de la Capital”, sostuvo. Por caso, si se sostiene la exención de aportes patronales hasta 12 mil pesos, en realidad, los empresarios misioneros terminarán pagando más, ya que actualmente hay una reducción de aportes que llega al 9.7 en Posadas y 10.5 en el interior. Con la reforma impositiva, habrá que pagar 17 por ciento de aportes patronales. Capello reveló que le planteó este problema a los funcionarios de Hacienda, pero la respuesta fue que “no es bueno discriminar por regiones”, misma respuesta que recibieron autoridades de la Confederación Económica de Misiones cuando hicieron el mismo reclamo.

Otra crítica que hizo Capello es al ajuste sobre los jubilados. Indicó que con el sistema actual, de actualización por inflación, los jubilados deberían cobrar el año que viene cerca de 25 por ciento más. Ahora se reducirá a 20 o 21 por ciento, lo que supone un ahorro del 0,3 por ciento del PBI, en un monto equivalente a los 40 mil millones de pesos. Pero, advirtió, con la reforma, que se aplicará desde marzo, los jubilados perderán tres meses de cálculo de inflación.

Después, Gustavo Reyes, mostró algunas señales de optimismo. Indicó que mejoró la confianza del consumidor, pese a que el consumo “no explota”.

Para el economista mendocino, Argentina tiene acceso al financiamiento externo por un bajo riesgo país, por debajo del seis por ciento. Sin embargo, el déficit de cuenta corriente es el doble de los países emergentes, lo que revela un nivel de gastos por encima de los ingresos, con déficits gemelos que se financian en el 80 por ciento por toma de deuda externa.

“La inflación está bajando, pero menos de lo que proyectaba el Banco Central”, aseguró. Reyes advirtió que “hay un éxito relativo del Central” en sus políticas antiinflacionarias, ya que las tasas altas atraen el ingreso de dólares y eso plancha el tipo de cambio, lo que a su vez, esconde una tasa de inflación mucho más elevada. “Las puertas abiertas a la entrada de dólares generan un Deja Vu de la historia argentina, que todos sabemos cómo termina”, dramatizó.  

El economista advirtió que hay riesgos de corto plazo en el financiamiento del gasto vía endeudamiento, ya que el país queda expuesto a una eventual suba de las tasas de interés de los mercados financieros o un shock como el Tequila en los 90.

También puso el alerta en el riesgo de que exploten los pasivos del Banco Central, ya que la deuda en Lebacs, puede superar a las reservas de la entidad.

A mediano plazo, alertó sobre el déficit fiscal, cuya reducción “gradual” expone al país a una elevada deuda, cuyo grifo puede cerrarse en cualquier momento. “Si se financiara en pesos, necesitaríamos una emisión que equivaldría a un 70 por ciento de inflación”, advirtió.

Reyes explicó que el gasto solo bajó en subsidios, pero el gasto financiero aumentó 28 por ciento, lo que revela un “cero ajuste” real. “Las reformas impositivas no parecen muy ambiciosas, ya que tendrán impacto recién en cinco años”, argumentó.

“Hay cero plan de Argentina. No hemos visto planes”, de reformas estructurales, cuestionó. Ante una consulta de Economis, Reyes sostuvo que los riesgos de mediano plazo no están demasiado lejos en el horizonte. “Si no hay cambios profundos en 2018, 2019 puede ser un año complicado”, pronosticó.  

Antes de los brindis, el economista misionero Gerardo Alonso Schwarz dio un panorama sobre la región. Contó algunas flaquezas de la economía regional, como los salarios bajos y la pérdida de empleo en los últimos dos años, que se recuperó levemente en los últimos meses. Sin embargo, la construcción, el sector más afectado, todavía está cuatro mil puestos debajo del pico de los quince mil obreros en blanco de agosto de 2015.

 

Compartí esta noticia !

“Hay que empezar a pensar en la Misiones de 2050”

Compartí esta noticia !

Hay que pensar la Misiones del 2050. Con esa definición, Pablo Ratti muestra su forma de pensar. Con 36 años, este ingeniero industrial con un master en finanzas, se tuvo que topar de repente con la responsabilidad de hacerse cargo de una de las empresas constructoras más importantes de Misiones. Pero su experiencia previa lo muestra curtido. Trabajó desde muy joven en grandes empresas y fracasó estrepitosamente un par de veces como emprendedor. Rebelde, quiso ganarse su espacio en la empresa creada por su padre y no fueron pocas las disputas. De cada una, aprendió lecciones de su padre que hoy le sirven para estar al frente de la compañía que tiene más de 200 trabajadores en obras y un staff permanente de 30 ejecutivos.

Su formación le permite tener una mirada de largo plazo. Habla de la Misiones de dentro de 30 años. Pero también se muestra preocupado no por el 2017, sino por el 2018. Entiende que el Gobierno nacional este año inyectará dinero a la obra pública para mejorar la sensación térmica y el empleo en todo el país. Pero para el año que viene, advierte, se profundizarán las líneas de ajuste, varias de las cuáles, coincide, son necesarias. Tampoco le escapa a opinar sobre la problemática de otras áreas de la economía, como la yerba mate, y no duda en expresar que Misiones necesita debatir la construcción de represas, no sólo por la construcción que demandaría, sino por la energía que cada vez es más escasa.

¿Cómo está la construcción, cómo fue el 2016?

Fue un año de transición, difícil, veníamos de una manera de trabajar que empezó a mermar,  ya antes de las elecciones. Y 2016 se volvió difícil a comienzos del año. ¿Se acuerdan cuando hablaban de una reactivación del segundo semestre?, Vino postergado, y después de Julio, Agosto se empezó a ver un poco distinto. Pero fue difícil. No teníamos certeza de cómo iba la obra pública.

¿Cómo lo viviste en la empresa?

Difícil, con muchos cambios. Siempre los comienzos de año son difíciles para la empresa que trabaja con la obra pública. Porque se para la obra, porque la obra no comienza, o porque  la actividad no se inició.

¿En Misiones se perdieron muchos puestos de trabajo?

Misiones tiene 15 mil obreros y hay mucha informalidad que afecta mucho a la actividad. Y desde luego las obras no comenzaron en tiempo y forma; esa masa de trabajadores no comenzó a trabajar. Y se empezó a parar un poco con la recesión económica. La obra pública es un gran traccionador para Misiones. Maneja una masa de 15 mil trabajadores y sin hablar de la otra parte de subcontratos, corralones y demás, que ayuda a todo esto.

¿Y el parate por qué fue, porque el Gobierno nuevo frenó los pagos, empezó a mirar, a organizar?

Principalmente eso. Siempre un Gobierno nuevo trae esto, un  control, una verificación, muchas dudas sobre cómo se vienen haciendo las cosas. Entonces es cómo que dicen: ¡Para, déjame que miro y seguimos! Y en ese parar, nuestras empresas que son PyMEs, como son pequeñas empresas no pueden aguantarse mucho tiempo sin tener actividad. Y eso trae problemas en todos los sentidos.

¿Y el Gobierno Provincial cómo equilibró eso?

El Gobierno provincial se alineo rápidamente a esta nueva política, creo que ha hecho las gestiones necesarias para que eso empiece a caminar nuevamente. Obviamente que somos una provincia más, de las tantas que estamos con éstas necesidades. Todas esperan que vengan las remesas de Nación para que la actividad comience, que mejoró mucho; lo que no se hizo mucho fue licitar futuras obras.

¿Todavía está en etapa de licitación o ya hay obras en marcha?

Se pueden entregar los contratos que se vienen ejecutando. Eso paró en comienzos del año 2016, eso dejó un déficit, una brecha grande hasta que comenzamos.  Como que recién ahora se está comenzando. Piensen que estamos en un año de elecciones y eso es positivo para la obra pública. Pero el mayor miedo que yo tengo es el año 2018. Porque sabemos que el Gobierno nacional tiene objetivos muy claros, sabemos que quieren bajar el  déficit, bajar la inflación; eso requiere un ajuste y en algún lado se tiene que hacer.

¿Mira más eso que los “brotes verdes”?

Yo creo que todos deberíamos estar viendo eso. Lo que pasa es que los brotes verdes no te anuncian que esto va a seguir en el tiempo, hoy es el brote verde, hoy vamos para adelante y ¿después qué hacemos? Invierto en la empresa para adelante, o me quedo con esto y espero. 

¿Y cuál es su posición, qué va a hacer usted con esto?

Yo soy optimista, yo quiero pensar que este año va a ser para capitalizar las empresas y tratar de transitar un poco el 2018. Porque no tengo en claro el 2018, intuyo que la cosa viene por ahí. Pero puede suceder que lleguen inversiones extranjeras directas y ayude de alguna manera; pero para mí las inversiones extranjeras directas van para otro lado, van a venir por la parte de energías renovables, a energéticas y si nos toca a nosotros, nos toca por atrás. No estamos participando en algo puntual grande. Si vos decís que en 2018 se lanza la  represa  de Corpus por ejemplo ahí hablamos de quiénes somos los empresarios que podemos responder a la demanda de algo como eso.

En base a la proyección a futuro los empresarios de Misiones tienen que apostar a apoyar a algo como Corpus, no sólo por la construcción de ese momento, sino por la proyección…

Hay una necesidad obvia que es la energía. Vamos a necesitar la energía hoy y vamos a necesitar mucho más, más adelante. Como provincia estamos rodeados de ríos, como provincia proveemos energía, es nuestro mayor comidittie de cara al futuro. Hay ambientalistas que tienen su postura y una sociedad que no apoya esto; pero hay que buscar una solución, si no es por ese lado tiene que ser por otro. Hoy nos está costando contar con la energía, la hidroeléctrica de Urugua-í está al tope y atiende una demanda cada vez más grande y nunca vamos a llegar a satisfacer todas las demandas. Como sociedad hay que ver las demandas a futuro y ver los beneficios que como provincia podemos llegar a tener y hoy no lo estamos viendo.

En el caso de Misiones, se terminaron las grandes obras complementarias de Yacyretá, y se terminaron hace poco y eso tuvo su impacto en la actividad…

Son proyectos grandes, pensados desde hace tiempo, proyectados a 30 años lo cual es interesante, nos ha renovado y se requieren otras inversiones. Las inversiones a futuro van a venir desde otro lado, que hoy están reglamentadas por Ley de Participación Público Privada para Obras de Infraestructura. Como empresarios tenemos que alinearnos a eso, que el gobierno Nacional está fomentando, como que las empresas van a financiar al Estado de alguna manera; y de eso sabemos poco. Tenemos que capacitarnos porque no estamos tan al tanto sobre eso, porque esto trae aparejado que tengamos que trabajar con los mercados de capitales. Antes el Estado era el que nos financiaba las obras y el que nos atendía las necesidades urbanas y provinciales.

El Gobierno busca que sean las empresas las que busquen y financien porque piensan que van a ser mucho más eficientes, más productivas. Van a estar las que reamente sepan hacerlo, que es un desafío distinto. Hoy es muy pronto pero si esto prospera es para que esto se quede. El caso ejemplo es en Chile, donde la obra de participación público-privada fue un éxito. Esto requiere tiempo y planificación, porque uno construye una ruta o una escuela y ¿cómo te cobras después eso? Hay que trabajarlo mucho, hay que ver cuáles son las necesidades.

 

Ratti se muestra desenvuelto cuando habla de las proyecciones de su empresa, esa que heredó antes de tiempo de su padre. Dice que estaba preparado para la conducción desde mucho tiempo antes, aunque antes tuvo varias idas y venidas que lo llevaron a recorrer el mundo.

Ahora encara una obra insigne que tendrá una vista insuperable del río Paraná.  

¿Cómo se dividen entre la obra pública y privada?

La obra privada requiere mucha incidencia, se requiere de muchas horas de oficina para ver que va a venir después. Las obras públicas tienen sus tiempos, se hace en etapas; depende de la necesidad de la culminación de la obra. La impronta la pone la empresa de cómo hacer las cosas.

 

¿El destino de la obra pública en Misiones cuál es?

Las viviendas siempre van a ser una necesidad básica. Hoy los créditos hipotecarios alientan que se haga eso de alguna manera. Los bancos apuestan a sacar estos créditos hipotecarios,  es interesante así se manejan de otra manera, se pueden localizar las viviendas donde la demanda esté. No hacer el barrio por allá, y después ver cómo la gente llega al centro y demás.

Pablo Ratti visitó Economis para hablar de las proyecciones de Misiones.

 

¿Cómo te ha cambiado en estos años manejar la empresa?

Si vos querés proyectarte como empresario, hay que mirar para adelante constantemente, tenés que mirar para adelante. A mí me tocó hacerme cargo de una empresa que tenía más de 40 años, y fui aprendiendo. Siempre quise ser director de la empresa, pero fue repentino tras la desaparición de mi padre. Pero lo vemos como una nave,  vamos todos para el mismo lado, puede tener sus conflictos, pero las personas que me acompañaron me sostuvieron. Hoy somos 30 personas, donde hay además 120 obreros, más otras obras del interior, con lo que estaremos llegando a unos 200 obreros. Es decisión de ponerse a caminar para adelante.

¿Y la nueva generación de empresarios misioneros, cómo ve el futuro?

Hay un cambio generacional importante, el tema es si estos cambios se están realizando o si se traspasan éstas generaciones. Las empresas de hace 40 años, son las autóctonas de Misiones. Fueron personas de 30 años creando nuevas empresas y hoy son padres de personas de 40 años que están asumiendo el mando.

¿Te gusta el rumbo económico que propone el Gobierno?

Son propuestas que van organizando lo macroeconómico, que ordenan lo que viene a futuro, la previsibilidad. Qué está bueno, porque estamos acostumbrados al cortoplacismo. Pero al empresario le conviene la previsibilidad, porque antes era a diez años y no sabíamos que pasaba. Hoy el empresario se ve desafiado a ver qué sucede día a día. Entonces hay un trabajo de tiempo, el Gobierno quiere bajar la inflación, y es insistente porque esta mata las empresas, si eso pasa y bajan las variables, las cosas se van a dar de una buena manera.

Habló de las represas…. ¿Las empresas misioneras están preparadas para meterse en Corpus y Garabí?

No sé si para hacerlas en toda su dimensión, pero sí para hacer en gran parte lo que hay hacer, porque tenés todo un trabajo, todo un trabajo de viviendas que a su vez genera mano de obra. Movimientos de suelo, obras complementarias. Las empresas sí podemos y estamos preparadas para responder, no nos vamos a meter con la construcción de las turbinas, pero sí podemos responder en gran parte.  Hoy se rompió la barrera del conocimiento, estamos preparados para afrontar ese conocimiento nuevo, pero hay que ver qué se va a hacer. Ver el qué.

 

Ficha personal – Pablo Ratti
 
Edad: 36 años
Cargo: CEO de Ratti Construcciones S.A.
Hincha de: River (no fanático)
Hobbies: Piloto privado de avión y básquet
Secundario: Roque González
Universitarios: Ingeniero Industrial (UADE) y Master en Finanzas en el CEMA
Compartí esta noticia !

Categorías

Solverwp- WordPress Theme and Plugin