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Pablo Quirno: “Un FMI fuerte es clave para sostener la estabilidad financiera internacional”

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Argentina lidera al G-24 en reclamo por una reforma profunda de la arquitectura de deuda soberana y mayor representación de países emergentes. Argentina, que preside el G-24, pidió en las Reuniones Anuales del FMI una reforma integral de la deuda y mayor voz para economías emergentes.

En las Reuniones Anuales del FMI y el Banco Mundial, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, en su rol de presidente del G-24, llamó a reformar la arquitectura de deuda soberana, ampliar los recursos del Fondo y garantizar una voz más equitativa para los países en desarrollo.

Un llamado a fortalecer el multilateralismo financiero

Durante la conferencia del Grupo Intergubernamental de los Veinticuatro (G-24) celebrada el 16 de octubre de 2025, en el marco de las Reuniones Anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, el secretario de Finanzas de Argentina, Pablo Quirno, encabezó un encuentro en el que se abordaron los desafíos que enfrentan las economías emergentes ante un contexto de bajo crecimiento, endeudamiento elevado y escaso margen de política fiscal.

Mantener un FMI robusto y bien financiado es esencial para prevenir crisis y sostener la estabilidad monetaria y financiera internacional”, afirmó Quirno, al presentar el comunicado final del grupo.

El G-24, presidido actualmente por Argentina, y acompañado en la vicepresidencia por Nigeria y Pakistán, expresó que la actual arquitectura de la deuda soberana resulta insuficiente para responder a las necesidades de los países en desarrollo. En ese sentido, el bloque instó a “una revisión integral del marco de sostenibilidad de deuda, que incorpore al sector privado y a los organismos multilaterales”, y pidió acelerar los esfuerzos de reforma de cuotas dentro del FMI para reflejar el peso real de las economías emergentes en el producto global.

Reformas urgentes: deuda, representación y energía

El comunicado del G-24 destacó varios ejes estratégicos:

  • Reforma de la deuda soberana: se solicitó ampliar el Common Framework —actual mecanismo de reestructuración impulsado por el G20— para incluir acreedores privados y organismos multilaterales, a fin de evitar procesos parciales o prolongados.
  • Equidad en la representación internacional: se reclamó que la revisión de cuotas en el FMI y del esquema accionario del Banco Mundial reflejen el peso económico de los países emergentes y de ingresos medios, “sin desventajar a las economías de bajos ingresos”.
  • Transición energética justa: el grupo apoyó mecanismos financieros innovadores que faciliten la inversión en energías limpias sin comprometer el desarrollo industrial de los países en desarrollo.
  • Movilización de recursos internos: se enfatizó la necesidad de fortalecer los sistemas tributarios nacionales y avanzar en una cooperación fiscal internacional efectiva, capaz de reducir la evasión y generar ingresos sustentables.

Quirno subrayó que “la credibilidad fiscal y monetaria es la base para recuperar el acceso al crédito y la estabilidad macroeconómica”. En esa línea, mencionó que Argentina trabaja en consolidar su disciplina fiscal y monetaria “para construir confianza y aliviar las cargas de deuda, abriendo el camino a la inversión y el crecimiento”.

Hacia un nuevo consenso global

La directora del Secretariado del G-24, Iyabo Masha, amplió los argumentos del grupo al señalar que el actual sistema de resolución de deuda —basado en el Common Framework— es limitado, pues excluye acreedores privados y organismos financieros internacionales. “Necesitamos un mecanismo que contemple también a países con problemas de liquidez temporales, pero solventes, con instrumentos de financiamiento de acceso rápido y basado en el mercado”, afirmó.

El encuentro también abordó la importancia de coordinación multilateral entre el FMI, el Banco Mundial y los gobiernos nacionales, en un contexto donde las tensiones comerciales y los shocks externos limitan la capacidad de respuesta de las economías emergentes.

El gobernador del Banco Central de Nigeria, Olayemi Michael Cardoso, destacó la gestión argentina en la presidencia del grupo: “Hemos logrado una voz más efectiva de los países emergentes ante las instituciones de Bretton Woods. Es un avance sustantivo que esperamos profundizar en los próximos años”, sostuvo.

Por su parte, el ministro de Finanzas de Pakistán, Muhammad Ali Malik, explicó que su país avanza en acuerdos bilaterales para diversificar el comercio en monedas locales, aunque advirtió que la transición requiere estabilidad macroeconómica y confianza internacional.

Más allá del comunicado

El pronunciamiento del G-24 se inscribe en un debate de fondo sobre la sostenibilidad de la deuda global y el rol de las instituciones financieras internacionales. La persistencia de tasas de interés elevadas, junto con un escenario de bajo crecimiento, ha incrementado las vulnerabilidades de los países de ingresos medios y bajos, muchos de los cuales destinan más del 30% de sus ingresos fiscales al servicio de deuda externa.

Para Argentina, que lidera actualmente el foro, la postura representa una reafirmación de su papel activo en la reforma del sistema financiero internacional. El país busca impulsar una agenda que combine responsabilidad macroeconómica con cooperación multilateral y financiamiento sostenible, en un contexto en el que los desequilibrios globales vuelven a colocar a los países emergentes en el centro de las discusiones.

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