Tipos de tarjetas de crédito: ¿cuál es la mejor?

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En la billetera de los consumidores latinoamericanos, las tarjetas de crédito son un elemento casi tan esencial como el documento de identidad. Con una diversidad que refleja las múltiples necesidades y estilos de vida, elegir el tipo de tarjeta de crédito adecuado puede marcar una diferencia significativa en la gestión financiera personal. 

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La decisión de seleccionar una tarjeta de crédito requiere un análisis cuidadoso. Desde los diferentes tipos hasta los intereses que cobran las tarjetas de crédito, cada detalle cuenta para hallar la opción que se acople a las necesidades individuales.

Variedad de tarjetas de crédito en el mercado

El exitoso modelo de negocio de las tarjetas de crédito promueve una gran variedad de opciones para diferentes tipos de usuarios. Por ejemplo, las tarjetas Visa y Mastercard son un clásico con una aceptación casi universal, pero más allá del proveedor, la funcionalidad y los beneficios varían considerablemente.

Tarjetas según categoría

  • Estándar. Son el punto de inicio en el mundo del crédito. Tienen límites moderados y son accesibles en términos de requisitos.
  • Oro y Platino. Escalan en prestaciones, ofreciendo límites más altos y ventajas como seguros de viaje o asistencia personalizada.
  • Black o Signature. Representan la gama alta con límites de crédito superiores y servicios exclusivos.

Tarjetas según programa de fidelización

  • Co-branded. Resultan de la unión entre entidades financieras y marcas comerciales, ofreciendo beneficios en establecimientos específicos.
  • De recompensas. Permiten acumular puntos con cada compra que después se pueden canjear por bienes o servicios.

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¿Qué considerar al elegir una tarjeta de crédito?

Entender los criterios para seleccionar una tarjeta de crédito es vital para tomar una decisión informada. Cada tarjeta posee características particulares que deben ser sopesadas cuidadosamente, desde el límite de crédito hasta la estructura de costos y beneficios. 

  • Límites de crédito. Tu límite de crédito debe estar alineado con tu capacidad de pago. Una tarjeta con un límite muy alto puede ser tentadora, pero también puede incitar a gastar más de lo que se puede afrontar mes a mes.
  • Programas de recompensas. Si sos de los que disfruta los programas de recompensas, elegí una tarjeta que ofrezca puntos o cashback en las categorías donde más gastas. Algunas tarjetas ofrecen más puntos por compras en determinados rubros o bonificaciones por uso frecuente.
  • Seguridad y tecnología. Optá por tarjetas que ofrezcan buenas medidas de seguridad, como la tecnología de chip y PIN, así como servicios de alerta por SMS o app móvil, que te permitan tener un control en tiempo real de tus gastos y movimientos.
  • Beneficios adicionales. Más allá de los programas de recompensa y los límites de crédito, las tarjetas ofrecen una gama de beneficios que pueden incluir seguros de compra, extensiones de garantía en productos adquiridos y protección contra el fraude. 

Algunas tarjetas pueden ofrecer también servicios concierge, que brindan asistencia personal para reservas en restaurantes y eventos. Estos beneficios adicionales pueden incrementar el valor de una tarjeta de crédito y justificar costos anuales más altos.

  • Adaptabilidad y flexibilidad. En un entorno económico dinámico, es importante que la tarjeta de crédito ofrezca cierta adaptabilidad. Esto incluye la capacidad para ajustar el límite de crédito según cambian las circunstancias financieras, y la flexibilidad en los términos de pago. 

Tarjetas que permiten la configuración de alertas personalizadas o la reestructuración de pagos pueden proporcionar una ventaja significativa para el manejo eficiente del crédito.

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Determinar la mejor tarjeta de crédito es un ejercicio de alineación entre las características del producto financiero y las necesidades y hábitos del usuario. No existe una opción universalmente óptima; la decisión óptima depende de un balance entre las finanzas personales, los patrones de consumo y las preferencias individuales. 

Con una evaluación detallada, cada consumidor puede encontrar el tipo de tarjeta de crédito que mejor complementa su perfil económico, maximizando así los beneficios mientras se mantiene un manejo financiero saludable. En definitiva, la mejor es la que se adapte a tu estilo de vida. 

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Cómo sacarle provecho a la tarjeta de crédito

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A partir de noviembre, financiarse con la tarjeta de crédito será más caro. Con una inflación que se movió a un ritmo del 12% mensual en los últimos dos meses, el Banco Central (BCRA) subió las tasas de interés al valor más alto de las últimas dos décadas, una medida que también incluyó a los plásticos y al programa Ahora 12. Sin embargo, ante el constante aumento de los precios de la economía, se le pueden sacar grandes provechos a las tarjetas de crédito si se las utiliza a conciencia.

Según fue reglamentado en la Comunicación “A” 7862/2023, publicada en el Boletín Oficial a mediados de octubre, a partir del mes que viene la refinanciación de la tarjeta de crédito trepará del 107% al 122% nominal anual (TNA). Un tope que regula la entidad monetaria y que aplica únicamente a importes menores a $200.000, o US$200.

Al agregarle costos de comisión bancaria, la tasa se posiciona mucho más arriba que la inflación proyectada para el próximo año. El costo financiero total (CFT), que es lo que efectivamente se terminará pagando, se encontrará en torno al 302,8%. No obstante, la cifra puede variar dependiendo de la entidad monetaria. Estos intereses corren cuando se paga el mínimo de la tarjeta, se pide adelanto de efectivo o se paga en cuotas por fuera del programa Ahora 12.

En cambio, sobre el excedente de los $200.000 o US$200, la tasa es regulada por la Ley de Tarjetas de Crédito (25.065). En el artículo 16, se establece que el interés compensatorio o financiero no podrá superar el 25% de la tasa que el banco aplique a operaciones de préstamos personales. En el Banco Nación, la tasa nominal anual es del 150%, mientras que el costo financiero total efectivo asciende a 445,82% para noviembre. En bancos privados, podría ser incluso mayor.

Teniendo en cuenta las tasas de interés que corren por falta de pago, en el actual contexto inflacionario se le puede sacar un gran provecho a la tarjeta de crédito, siempre y cuando se utilice en línea con los ingresos reales del usuario. Según señaló Guillermo Barbero, socio de First Capital Group, si se consume el día después del cierre del resumen habrá una ventana de 40 días por delante hasta enfrentar el pago.

“Con la tarjeta de crédito uno tiene la posibilidad de adelantar gastos, clave en una economía con una inflación del 10% mensual [o más]. En definitiva, si el cierre de tarjeta está lejos del día en que se hace la compra, se le está ganando un 10%. Es un instrumento básico para intentar defenderse de la inflación. Los riesgos son muy bajos, el problema es que los sectores que menos tienen no lo pueden hacer, porque no suelen tener acceso a estas herramientas”, dijo el analista financiero Christian Buteler.

Durante ese plazo de tiempo, mientras la inflación erosiona el valor real a pagar, incluso se puede poner a trabajar el dinero que se iba a destinar a la cuota. Por ejemplo, con un plazo fijo tradicional a 30 días, que actualmente paga una tasa nominal del 133% anual u 11% mensual. En caso de que el cierre de tarjeta se produzca en menos de un mes, otra alternativa podrían ser los fondos money market de las billeteras digitales, que rinden un 100% anual (8,3% mensual) y tienen liquidez inmediata.

Un caso concreto. Si ayer se efectuó el corte de tarjeta, hoy el consumidor puede hacer una compra de $100.000 en una sola cuota y pagarlo recién en los primeros días de diciembre. Si esos $100.000 se ponen en un plazo fijo, por poner un ejemplo de una inversión conservadora, a finales de noviembre recibirá $111.000 para pagar el resumen de tarjeta y le quedarán $11.000 extra para el bolsillo.

Acá la advertencia. Si se sobrecargó la tarjeta de crédito y no se llega con el efectivo, el cliente bancario tiene la opción de pagar el mínimo del resumen. Es la cantidad más pequeña que exigen las entidades financieras, que suele rondar entre el 5% o 10% de la deuda total. Sin embargo, por el costo de financiamiento del resto, se aplicarán las tasas de entre un 300% y 445% anual.

“Cuando uno se endeuda con la tarjeta de crédito es porque paga algo extraordinario o algo que no se va a repetir todos los meses. Una compra que no es habitual, no es recurrente, que es una sola oportunidad que merece pagarse en cuotas porque comprende varios períodos. Puede ser un artículo que se aprovechará durante varios meses, incluso años, como un electrodoméstico, una prenda de vestir o una reparación del automóvil”, agregó Barbero.

En esa misma línea, remarcó que deberían evitarse consumos sobre aquellas compras recurrentes. Como el gasto de supermercados o de la farmacia. Desde sus orígenes, los plásticos nacieron con el objetivo de facilitarle las compras a los usuarios sin la necesidad de tener la plata en el momento.

Ahora 12

Recientemente, las tasas del plan Ahora 12 también se vieron modificadas, ya que por normativa las mismas se fijan en un 75% de la tasa que pagan los plazos fijos. Desde mediados de octubre, la tasa nominal del programa de financiamiento que impulsa el Gobierno para la compra de productos nacionales quedó en un 99,75% anual.

Además, de acuerdo con la página oficial del Ministerio de Economía, hay topes máximos para cada plan de financiamiento. Si bien aclaran que algunos comercios no cobran interés -algo prácticamente en extinción-, se estableció el máximo interés que puede cobrar un comerciante sobre el precio de contado y dieron algunos ejemplos.

Si un cliente decide financiar la compra con el programa Ahora 3, podrán recargarle un 16,01%. Entonces, un artículo que costaba $100.000 de contado, se dividiría en tres pagos de $38.670. Un total de $116.010. Esa misma transacción, pero con el Ahora 6, se divide en seis cuotas fijas de $22.287. Con un interés del 33,72%, el valor final es de $133.720.

Siguiendo con el ejercicio de los $100.000, si el comprado se inclina por el Ahora 12, el comerciante podrá agregarle un recargo del 76,83%. Es decir, se pagará un total de $176.830, en doce cuotas de $14.736. Con el Ahora 18 (132,84%), el producto terminará costando $232.840, pero en 18 cuotas de $12.936. Finalmente, con el Ahora 24 el artículo se paga un final de $306.290. Pero son dos años de pagar mensualmente $12.762 (206,29%).

“Todo lo que sea cuotas fijas sin interés, o incluso con un interés menor a la inflación proyectada, se sale ganando. Es una cuenta financiera que generalmente no se hace, pero que existe, y da la posibilidad de defenderse frente al avance de los precios. De hecho, en algunas cadenas ofrecen tres cuotas sin interés o 20% de descuento, y sigue conviniendo las tres cuotas sin interés. Porque la inflación es del 10%, 12% mensual, por lo que el valor real a pagar es menor. En un contexto inflacionario, como el actual, el uso de la tarjeta tiene muy bajos riesgos. Siempre y cuando se use de forma responsable, según ingresos proyectados [es decir, salario futuro]”, cerró Buteler.

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Norte Grande: más del 60% de las familias del NEA y NOA se endeudan para llegar a fin de mes

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Los datos surgen de un relevamiento realizado a fines del 2022. En el NEA la situación es más problemática, ya que el 67% de las personas que viven allí recurrió a algún tipo de financiamiento, mientras que en el NOA esa cifra alcanza al 61%. En ambos casos, son niveles superiores al promedio nacional.

Un estudio de la CEPAL en conjunto con el Ministerio de Economía de la Nación arrojó resultados alarmantes: el escenario de super inflación que pulveriza con fuerza el poder adquisitivo de los salarios generó que el 54% de las familias argentinas debe recurrir a endeudamiento para sostener gastos corrientes; además, de ese total, el 64% se endeudó para sostener consumos cotidianos, como comida y medicamentos.

La necesidad de endeudamiento, según el estudio, no surge solo para el consumo de bienes durables de elevado valor, sino también como herramienta para sostener consumos cotidianos y básicos, lo que grafica aún más la problemática vinculada a los ingresos y la erosión sostenida del poder de compra. Además, cabe resaltar que el relevamiento, si bien fue publicada hacia finales de mayo de 2023, fue realizado a fines de 2022, donde el escenario macroeconómico ya era complicado pero se agravó en los primeros meses del corriente año, lo cual hace suponer que la situación descripta se haya profundizado.

Un punto clave del estudio es la modalidad del financiamiento al que accedieron las personas. En un contexto de baja disponibilidad de créditos formales por la propia inestabilidad de la macro, crecieron los casos que recurrieron a fuentes informales, que “suelen tener un costo financiero mayor o redundar en formas de dependencia personal improcedentes, que generan situaciones de elevada vulnerabilidad financiera”, detalla el documento. Cabe señalar que cuando se habla de créditos formales se hace incluye a créditos bancarios o de financieras, de ANSES, tarjetas de créditos o el financiamiento otorgado por fintechs a través de aplicaciones móviles; mientras que los créditos informales referencian a financiamiento a familiares o amigos, fiado o préstamos en comercios, prestamos otorgados al empleador y o préstamos a través de un prestamista.

El NEA es la región donde más personas debieron endeudarse

El documento de la CEPAL brinda algunos detalles en el plano regional. De allí se desprende que las personas que viven en el NEA son las que mas recurrieron a diferentes fuentes de financiamiento para cubrir sus gastos mensuales. Esta cifra alcanza al 66,9% del total de personas de la región, siendo más fuerte en el caso de las mujeres que alcanza al 70,8% y en varones llega al 65,1%. Del total regional, el 44,2% de las personas que recurrieron a financiamiento lo hizo tanto en créditos formales como informales; el 9,5% se endeudó solo por canales formales y el 13,2% lo hizo solamente vía canales informales.

En el NOA, el 61,2% de las personas recurrir a endeudamiento también con mayor fuerza en las mujeres (67,6% vs. el 54,8% de los varones). En esta región, el 34,4% de las personas se endeudaron tanto por vías formales como informales; el 7,7% solo a través de créditos formales y el 19,2% solo a través de canales informales. La cifra presentada por el NOA es la tercera más alta entre las regiones del país, quedando detrás del NEA y del interior de la provincia de Buenos Aires (donde llega al 62,7% de las personas).

En la comparación entre regiones realizada por la CEPAL, como se detalló previamente, el NEA es la que tuvo la mayor cantidad de personas que recurrieron a endeudamiento con el 66,9% seguida por el interior de la provincia de Buenos Aires (62,7%), el NOA (61,2%), la Pampeana (56,4%), el GBA (51,8%), la Patagonia (51,3%), Cuyo (50,6%) y cierra la CABA (41,2%).

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Aumentan los límites para comprar con tarjetas de crédito: cuánto más se podrá consumir

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El ministro de Economía, Sergio Massa  anunciará este lunes el llamado esquema de “Fortalecimiento del crédito al sector privado y mejoras del marco normativo”.

Básicamente, se trata de una suba de los márgenes de compras para tarjetas de crédito. “Es una medida importante en este contexto porque está orientada en sostener el consumo, aumentar la inversión y disminuir el daño de la sequía”, aseguraron en Economía.

La medida ya había sido consensuada con la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), que reúne a las entidades de capital nacional, y por Abappra, que nuclea a bancos públicos y privados. También se espera que se sume la Asociación de Banco de la Argentina (ABA), que representa a los bancos de capital internacional.

Este será el esquema, para el que se tomarán en cuenta los perfiles crediticios de cada cliente:

– Se incrementarán 30 por ciento los márgenes de compras en cuotas de tarjetas de créditos.

– Se incrementarán 25 por ciento los márgenes de compras con tarjetas de crédito en un pago.

– Aumentarán un 25 por ciento los márgenes de adelanto en cuenta corriente a MiPymes.

Las familias argentinas tendrán mayor acceso al crédito en sus tarjetas de crédito. Más de 20 millones de argentinos podrán comprar un 30% más. Por cada $10.000 pesos de disponible en un pago, se suman 3.000 pesos más; y si una familia contaba con 50.000 pesos de crédito en su tarjeta, ahora tendrá 65.000 pesos.

Según datos de abril del sector, en el país hay 39 millones de tarjetas de créditos emitidas, con un financiamiento total mediante esos plásticos (stock) de $2.500 miles de millones y financiamiento en adelanto en cuenta de $1.000 miles de millones.

Las operaciones a través de las tarjetas de crédito registraron un aumento de 6,7% en abril (un valor cercano a la inflación), respecto de marzo, y 85,7% interanual (por debajo de los niveles de la inflación estimada), lo que representó una baja en términos reales, según un estudio de First Capital Group (FCG).

En abril, se registraron operaciones por $2.606.987 millones, lo cual significa un aumento de 6,7% nominal respecto al cierre del mes pasado, unos $163.089 millones por encima de marzo y muy parecido a los valores de la inflación esperada para este período.

En tanto, el crecimiento interanual llegó a 85,7%, por debajo de los niveles de la inflación estimada del año, con una baja de la cartera en términos reales que sugiere una “situación difícil que puede afectar el futuro del mercado de tarjetas de crédito”, indicó el informe de FCG.

En tanto, el uso de tarjetas de crédito en dólares registró una baja interanual de 9,3%, aunque con un comportamiento mensual irregular: En abril hubo una disminución de 0,9% respecto al mes anterior, con un saldo de US$ 225 millones.

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