“El INYM no regula, ordena el mercado y garantiza la calidad de la yerba mate”
Productores de Misiones defienden al INYM, advierten que el Instituto se autofinancia y ordena el mercado sin costo para la Nación.
En un contexto de creciente tensión en el sector yerbatero, productores de Misiones realizaron un “abrazo simbólico” en defensa del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). Matías Pellizzer, productor de Dos Arroyos, alertó que la pérdida del organismo afectaría a pequeños y medianos productores, degradaría la calidad del producto y pondría en riesgo la continuidad de generaciones en la actividad.
“El instituto no pone precios, ordena el mercado. Y hoy, sin controles, la gente está tomando cualquier cosa”, advirtió.
El rol del INYM y la crisis del sector
El reclamo se enmarca en más de dos años de protestas por parte de los productores yerbateros en busca de un precio justo para la hoja verde. Según Pellizzer, existe un malentendido a nivel nacional respecto a la función del INYM: “Está mal visto porque creen que regula el mercado, pero el instituto lo único que hace es ordenar. El precio siempre surge de acuerdo entre varias partes”.
El dirigente remarcó que la situación actual se agrava con el ingreso de yerba importada sin controles de calidad. “Hoy viene yerba de afuera y nadie sabe qué es lo que viene. La gente está tomando cualquier cosa, se perdió mucho la calidad”, señaló.
En este escenario, el riesgo de abandono de la producción es creciente, sobre todo entre los productores medianos, quienes concentran buena parte de la inversión en tecnología y fertilización. “El pequeño productor puede sostenerse con otras actividades como el tabaco o el té, pero el productor mediano es el que más invierte y hoy no lo puede hacer”, explicó.
El impacto sobre medianos productores y la continuidad generacional
Uno de los puntos críticos es la situación de los productores medianos, que cumplen un rol central en la cadena yerbatera y sostienen la transmisión generacional de la actividad. Pellizzer destacó: “El mediano productor manda a estudiar a los hijos, invierte en fertilizantes, en tecnología, en mejorar la chacra. Hoy eso no lo puede hacer. Nos cuentan que no saben cómo sostener a un hijo en la facultad los años que le faltan para recibirse, y es una pena”.
La pérdida de este eslabón significaría no solo menor inversión en innovación y calidad, sino también un quiebre en la continuidad de las familias productoras. “El hijo del mediano productor es el que vuelve al campo, a seguir lo que empezaron el abuelo o el padre. Sin condiciones económicas, ese ciclo se rompe”, lamentó.

Autofinanciamiento del INYM y el debate con Nación
Los productores también rechazaron el argumento oficial de que el INYM representa un costo fiscal. Pellizzer aseguró que se trata de un organismo autárquico: “Desde una oficina en Buenos Aires un diputado me dijo que el instituto le cuesta a la Nación. No tiene ningún costo. Se financia solo, el gobierno nacional no invierte ni un centavo”.
Para los productores, el desconocimiento del funcionamiento financiero del organismo alimenta decisiones políticas que terminan debilitando la cadena productiva. En este sentido, subrayaron que la continuidad del INYM no solo es una cuestión económica, sino institucional, ya que garantiza la representatividad y el equilibrio entre productores, industria y trabajadores en la definición de políticas sectoriales.
Riesgo de retroceso estructural
De prosperar el debilitamiento del INYM, advierten los productores, las consecuencias serían múltiples: caída de precios de la hoja verde, deterioro de la calidad del producto, pérdida de competitividad internacional y desinversión en tecnología. A nivel social, la falta de rentabilidad expulsaría a productores medianos, debilitando la economía regional y afectando la continuidad de generaciones vinculadas a la yerba mate.
“El instituto ordena, no regula. Si desaparece, lo que se pone en riesgo no es solo el ingreso de los productores, sino la identidad de la yerba como producto emblemático de Misiones y de la Argentina”, concluyó Pellizzer.
