Tres destacados científicos en Agrobiotecnología recibieron los premios Fundación Bunge y Born
La Fundación Bunge y Born entregó ayer por la noche sus Premios Científicos 2023, este año, a relevantes investigadores dedicados a la Agrobiotecnología. La ceremonia de premiación -en la que se celebró la edición número 60 de este galardón- se llevó a cabo en el Centro Cultural Kirchner (CCK), y contó con la presencia del ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus; el presidente de la Fundación Bunge y Born, Jorge Born; el director Ejecutivo de la Fundación, Gerardo Della Paolera; y el presidente del jurado, Néstor Carrillo.
La ganadora del Premio Fundación Bunge y Born 2023 en Agrobiotecnología fue la Doctora en Bioquímica Raquel Chan, especialista en biología molecular y celular de plantas, así como en ingeniería genética.
En cuanto al Premio Estímulo 2023 en Agrobiotecnología, uno de los ganadores fue el Doctor Federico Ariel, quien se dedica a la investigación biotecnológica de las plantas para el desarrollo de nuevas técnicas saludables que reemplacen los pesticidas en el cultivo de hortalizas y frutas. La otra ganadora del Premio Estímulo 2023 en Agrobiotecnología fue la Doctora en Ciencias Biológicas Gabriela Soto, con una amplia labor de investigación, desarrollo e innovación en genes de interés agronómico, centrándose en la alfalfa.
Se trata de tres profesionales que se destacan a nivel internacional en agrobiotecnología, disciplina que aplica métodos y conceptos de la biología molecular al mejoramiento de alimentos como cereales, verduras y frutas.
En la ocasión, Filmus felicitó a la Fundación Bunge y Born: “60 años no es poco, y son 60 años en donde en un país tan cambiante es realmente un orgullo que haya una fundación que haya mantenido el norte y a través de este premio reconozca la capacidad de nuestra gente en materia de ciencia y tecnología”. El Ministro de Ciencia continuó: “Felicito en segundo lugar a Gabriela, Federico y Raquel, merecedores de este premio y Raquel por el esfuerzo que ha hecho en toda su carrera. La tercer felicitación es a las instituciones que hicieron posible este reconocimiento, porque atrás de cada uno, de cada una, está el CONICET, la universidad pública que los formó y las instituciones como el INTA”.
“En momentos en los que se discute si hay que invertir en ciencia o no, creo que esta inversión que se ha hecho en ustedes genera mejores condiciones para el país y su desarrollo, pero también mejores condiciones de vida para la humanidad. Quiero recordar a Houssay, que fue nuestro primer Premio Nobel, el que imaginó el CONICET tal como lo conocemos y fue su primer presidente. Él tenía una frase que decía que los países ricos lo son porque invierten en ciencia y tecnología los pobres lo son porque no invierten. La ciencia no es cara, cara es la ignorancia”, recordó el titular de la cartera científica.
Filmus culminó destacando la relación entre lo público y lo privado: “Hay una investigación básica, que mayoritariamente la desarrolla el Estado. Pero sin lugar a dudas, es la articulación público privada la que merece ser reconocida a través de este premio”. Y concluyó: “Que Raquel sea de Santa Fe y de la Universidad del Litoral es un mérito enorme, porque cuesta más desarrollarse ahí. Que dos de los tres premiados sean mujeres también es algo muy importante. Es fundamental tener hoy políticas de Estado, no podemos tener políticas pendulares en ciencia y tecnología, nada en la ciencia es de un día para el otro, y los 60 años de Bunge y Born lo demuestran”.
“La agrobiotecnología permite la manipulación racional y específica de los recursos genéticos para fines definidos: la calidad nutricional, la tolerancia a condiciones ambientales adversas, la resistencia a plagas y la protección ambiental, el incremento del rendimiento, entre otros objetivos”, detalló el presidente del jurado, Néstor Carrillo.
Participaron también del evento el secretario de Articulación Científico Tecnológica, Juan Pablo Paz; la subsecretaria de Federalización de la Ciencia, Tecnología e Innovación, Luz Lardone; y la presidenta del CONICET, Ana Franchi.
Entre los principales logros de Raquel Chan se encuentran: la cocreación del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (CONICET-Universidad Nacional del Litoral), un espacio de primer nivel para estudios e investigaciones en ciencias biológicas en la ciudad de Santa Fe, junto con los doctores Daniel González y Alberto Iglesias. También, haber aplicado ciencia básica en agrobiotecnología, para conseguir importantes resultados y crear productos de mercado que ya son utilizados en distintos países. En particular, la tecnología HB4 de tolerancia a estrés por déficit hídrico en girasol, y luego incorporarlo a la soja, trigo y maíz para sostener rendimientos en climas adversos y sequía.
El jurado sostuvo: “La trayectoria de la Doctora Raquel Chan es la de una científica descollante en el sistema de ciencia y técnica nacional, y reconocida internacionalmente. Es pionera a nivel mundial, no sólo en cuanto a generar factores de tolerancia a estrés hídrico en cultivos, sino también en cuanto al éxito de la transferencia de resultados científicos de alta calidad al desarrollo de productos agrobiotecnológicos necesarios para sostener la agricultura en un contexto de cambio climático desfavorable. Ha registrado nueve patentes, producto de la investigación que desarrolla junto a su equipo, ha publicado cerca de 100 trabajos en revistas especializadas, y ha sido muy activa en la formación de recursos humanos”.
En cuanto a Federico Ariel, su equipo utiliza tecnología no transgénica mediante el uso del ácido ribonucleico (ARN) de interferencia, que permite que las plantas desarrollen moléculas específicas para lograr inmunización frente a hongos, insectos o virus, con el fin de potenciar la productividad de los cultivos de manera respetuosa del ambiente y la salud humana. Los resultados obtenidos hasta el momento, abren un nuevo campo en el sector agrícola a nivel mundial.
La otra ganadora del Premio Estímulo 2023 es la Doctora en Ciencias Biológicas Gabriela Soto. Su equipo trabaja en variedades que permiten mayor producción sostenible, para semilleros, productores y consumidores. Cuenta con tres patentes de carácter internacional. Recientemente, uno de sus desarrollos ha sido reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).