Venta de combustibles: El mejor abril de los últimos 10 años
En términos de consumo de combustibles al público, fue el mejor abril de la última década, de acuerdo a un informe dado a conocer por la Secretaría de Energía en base a los datos de ventas mensuales que las Estaciones de Servicio deben comunicar a esa dependencia, según establece la resolución 1104/04.
El relevamiento precisó que durante el período de referencia la demanda de nafta y gasoil en sus dos variedades alcanzó los 1.512.214 m3, un 12.67 por ciento por encima del mismo mes pero del año prepandemia de COVID -19. Comparado con 2020, las ventas fueron superiores en un 137.6 por ciento y respecto a 2021, escalaron un 25.2 por ciento.
Siguiendo la tendencia de los últimos años, los productos que más crecieron en la preferencia de los clientes fueron los del tipo Premium. En el caso de la nafta, los despachos aumentaron 31 por ciento, mientras que los de diésel lo hicieron en un 27.9 por ciento.
La nafta súper, en tanto, mejoró su registro en un 6.78 por ciento, y el gasoil 5.6 por ciento, pese a las restricciones al suministro que comenzaron a aplicarse ese mes a causa de la disparada de precios, consecuencia de la invasión rusa a Ucrania.
En lo que respecta al desempeño de las marcas, YPF domina ampliamente el mercado con un 51.63 del market share; le sigue Shell con el 23.45, mientras que AXION Energy completa el podio con el 13.34 por ciento.
A CONTRAMANO DEL MUNDO
La curva incremental de la demanda que se viene dando en Argentina difiere de lo que sucede en otros países, que experimentan una situación diametralmente opuesta.
En España por ejemplo, debido a la escalada de los valores de los combustibles, el gasto en las Estaciones de Servicio está un 25 por ciento por debajo de la etapa previa al COVID, según cálculos de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (Ceees).
Un escenario similar se da en los países de la región que dependen de las fluctuaciones del petróleo para fijar los precios en los surtidores, como es el caso de Chile y Uruguay, en tanto que Estados Unidos, que sufre un alza del nivel de inflación de características históricas, obligó a un recorte drástico del consumo individual, entre ellos el combustible de automoción.