Y… ¿hay plan económico?
A más de un mes del cambio de Gobierno, crece la incertidumbre respecto al plan económico que se implementará en Argentina para intentar sortear la crisis económica. Si bien se sancionó la Ley de Solidaridad Social, donde se anunciaron numerosas medidas económicas, como el impuesto del 30% al dólar, suba en las retenciones y congelamiento de tarifas, entre otras; la verdad es que aún no hay mucha claridad respecto a la hoja de ruta para la economía en los próximos cuatro años.
Dentro de esta hoja de ruta, es clave lo que pueda llegar a pasar con la renegociación de la deuda, ya que Argentina no cuenta con la liquidez suficiente como para cumplir con el actual programa de vencimientos. Seguramente, lo que el Gobierno buscará con la reestructuración de la deuda es extender los plazos de vencimientos y alguna quita (al menos en los intereses). Sin embargo, ¿qué podrá ofrecer Argentina para que los bonistas acepten estas nuevas condiciones?
Si bien, cabe aclarar que, al tratarse de deuda soberana, los bonistas tienen mucho que perder si no renegocian la deuda (ya que es muy difícil exigir a un país que pague); también es cierto que van a exigir ciertas condiciones, que brinden seguridad respecto al cobro; y este punto se vuelve clave, tal vez sea el mayor desafío del equipo económico:
- Si los acreedores de Argentina aceptan la reestructuración de la deuda, brindando un mayor plazo para el cobro y una reducción de los intereses (cosa que les resulta sumamente desfavorable); como mínimo exigirán un reordenamiento de las cuentas fiscales, que le permita al Estado ahorrar para devolver lo que debe.
Ahora bien… la gran desafío es ¿cómo puede ahorrar el Estado argentino en un periodo de crisis (heredado del gobierno anterior), con tasas de desempleo, inflación y pobreza en crecimiento?
¿Qué dice Keynes al respecto?
Ante la Gran Depresión de 1929 de la economía norteamericana, Keynes fue uno de los primeros economistas en recomendar la intervención del Estado en la economía, incrementando el Gasto Público, de modo que se recupere el consumo y la inversión y, de ese modo, que la economía vuelva a crecer.
Parecería ser lo que necesita Argentina. Sin embargo, tenemos otros problemas…
¿Cómo incrementar el gasto público si el Estado ya gasta más de lo que recauda?
Según los datos del Ministerio Economía de la Nación, el déficit fiscal (con intereses de deuda) acumulado entre enero y octubre de 2019, incluyendo los intereses de deuda, era de $520.338 millones de pesos.
A dicho problema se suma la deuda argentina y los problemas para cumplir con los cronogramas de pago vigentes, por lo que no nos seguirán prestando dinero para financiar el gasto públicos. Es más, lo que le exigen los acreedores a Argentina es que reduzca el Gasto Público. Lo cual es sumamente lógico si se observa el nivel de endeudamiento del país. Cómo se puede observar en el siguiente gráfico, dicha deuda asciende a U$S311.251 millones de dólares, equivalente al 91,6% del PIB.
Fuente: Ministerio de Economía
Y, por si fuera poco, la presión impositiva en Argentina es muy elevada. Si se siguen incrementando impuestos, las actividades económicas se volverán cada vez menos productivas, se cerrarán más fábricas y se agudizarán los problemas.
El dilema del Ministerio de Economía
¿Cómo se lograrán cumplir con todos los objetivos contrapuestos? ¿Cuáles son las prioridades? ¿Es posible rezagar alguno de estos objetivos? ¿Quiénes se verán afectados? Son algunas de los interrogantes a responder. Mientras tanto a Martín Guzmán se le agota el tiempo, esperar a marzo para conocer un plan económico parece demasiado tiempo. Los agentes económicos se comienzan a ponerse impacientes: tanta incertidumbre nunca es bueno para la economía.
Informe para preocuparse