Capitanich: “Es imprescindible que Cristina sea candidata”
El actual intendente de Resistencia afirmó que “si yo fuera ella, plantearía ser candidata a diputada nacional y que Florencio Randazzo encabece la fórmula de candidato a diputado nacional, ambos por la provincia de Buenos Aires”. Durante casi dos años el alcalde de Resistencia se llamó a silencio. En cierta forma se recluyó en el sillón comunal de la capital del Chaco. Está sin discusión su continuidad en el kirchnerismo, a pesar de todo lo que pasó como jefe de Gabinete afrontando el peor momento del gobierno de Cristina.
“Yo soy peronista y cumplo con la apotegma que nos dejó Perón: Primero la Patria, luego el movimiento y por último los hombres”, asegura.
Criticó duramente la gestión al frente del partido del ex gobernador de San Juan, José Luis Gioja. En otro orden, entrevistado por InfoEldorado.com calificó al gobierno de Mauricio Macri como “unitario” y planteó la necesidad de “una Revolución de mayo democrática en 2019”.
En su discurso del 25 de Mayo en la municipalidad de Resistencia usted dijo que “estamos ante el desafío de una Revolución democrática como fue la de 1810 ante un gobierno unitario” ¿Qué quiere decir con eso?
Al igual que en la Revolución de Mayo hoy estamos planteando con un movimiento nacional y popular y democrático que hoy tiene unicidad discursiva y que es la pugna entre unitarios y federales porque, así como en esa época discutíamos la distribución de las rentas aduaneras hoy discutimos la distribución de la coparticipación federal. Así como antes discutíamos la libre navegación de los ríos, hoy discutimos la protección de la industria nacional ante la apertura indiscriminada de la importación, la destrucción del empleo porque eso afecta a las Pymes, al comercio y al desarrollo de la base industrial. Tenemos un Gobierno que ejerce el poder desde una visión centralista, porteña oligárquica, que beneficia a intereses empresariales con alianzas con empresas extrajeras en perjuicios de las pequeñas y medianas empresas nacionales, comercios y trabajadores.
El gobierno que ejerce el presidente Mauricio Macri ¿es a su entender un gobierno unitario?
Estamos en presencia de un gobierno nacional unitario. Pruebas al canto: la distribución de la coparticipación de 1,4 por ciento a 3,35 por ciento a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y además se le adjudicó obras como el soterramiento del ferrocarril Sarmiento que se construirá con fondos nacionales en vez de con fondos de la CABA por lo cual están transfiriendo recursos nacionales para el lugar más rico del país. La provincia de Buenos Aires tiene un subsidio de 50 mil millones de pesos, de 120 mil a 250 mil millones de pesos de emisión de deuda y, en definitiva estamos hablando de obras que sólo se focalizan en la provincia de Buenos Aires en detrimento del interior. Fue discriminatoria la devolución del 15 por ciento sobre el 1,9 por ciento entre las provincias de Santa Fe, Córdoba y San Luis respecto a las demás provincias lo que hace que seamos provincias de segunda para el gobierno nacional. Se aplican políticas de exenciones a las retenciones a las mineras en detrimento de las economías provinciales; se plantean reducción de Ingresos Brutos del 1,7 por ciento que afecta también a la distribución de recursos a las provincias sin contemplar la situación de las economías regionales y obviamente observamos no solamente un Estado nacional ausenta para la provisión de medicamentos a los adultos mayores que tiene la obra social del Pami. Antes teníamos el programa Norte Grande para fortalecer las políticas públicas para obras en el interior que hoy no se ejecutan. El Gobierno nacional plantea una asfixia económica y financiera a las provincias para que tomen deuda y sean cómplices y coparticipes del endeudamiento a mansalva del gobierno nacional que ya dejó una deuda de unos 92 mil millones de dólares que producirá un gran escándalo y terminará en una crisis de deuda y un default.
En sus alocuciones el presidente Macri dice que va por el camino correcto y que los equivocados son los opositores. ¿Cuál es su opinión?
“En el Gobierno nacional tienen un proyecto centralista, oligárquico ligado a empresas transnacionales y están convencidos de lo que hacen. Es lógico que digan que están en el camino correcto, lo que no dicen es que es para sus propios intereses. La historia demuestra que en los únicos gobiernos que mejora la calidad del empleo, se mantiene la producción nacional, funcionan los comercios y fundamentalmente las Pymes son los gobiernos nacionales, populares y democráticos. Cuando el neoliberalismo se hace cargo del gobierno nacional se produce un retroceso.
Hay una frase que dicen los gobernadores opositores a cada momento refiriéndose al gobierno nacional… “Gobernabilidad con gobernabilidad se paga. ¿Cree que el gobierno está cumpliendo con las provincias que a pesar de ser opositoras le allanan el camino de gobernabilidad a Macri?
No en forma contundente. Si en cuotas. Es decir, Macri exige gobernabilidad al contado y la devuelve en cómodas cuotas oficiando a las provincias.
¿Cómo analiza lo que puede suceder después de octubre más allá de los resultados de las elecciones?
“Hay tres cuestiones que son esenciales: El gobierno nacional tiene mandato constitucional hasta el 10 de diciembre de 2019. Más allá de cualquier resultado esta elección fortalecerá al Pro por encima de las UCR. En provincia de Buenos Aires el Pro no existía en las elecciones de 2013; de manera que todos los diputados nacionales y senadores por Buenos Aires que emerjan de las elecciones de octubre próximo van a ser ganancias para el Pro. En la peor circunstancia, el resultado para el gobierno nacional puede oscilar entre el 28 y 34 por ciento y sería un buen resultado para el oficialismo nacional. Ninguna de estas cosas cambiará la ingeniería institucional porque el gobierno nacional no tendrá mayoría propia en ninguna de las dos cámaras y no tendrá capacidad para generar consenso, pero tendrá una pérdida de confianza muy importante desde el balotaje hasta la fecha y, a su vez mucho depende de Cristina.
¿De Cristina?
“Si. Porque si Cristina Fernández de Kirchner es candidata y obtiene un triunfo electoral sólido eso va a determinar que empiece una nueva agenda política en la Argentina. Porque quedará demostrado que tienen incapacidad de aplicación de políticas públicas en favor de las clases sociales más postergadas”.
¿Cristina debe ser candidata?
“Es indispensable que lo sea; pero también forma parte de una agenda a construir porque la Argentina necesita unidad en la oposición, la cual debe ser unidad en la diversidad porque no puede haber homogeneidad en estas circunstancias. La única manera de lograrlo es tener un acuerdo programático para ponerle freno al neoliberalismo y generar las bases para la construcción de un plan de gobierno para que en el año 2019 el neoliberalismo deje de ser gobierno en la Argentina”.
¿A diputada nacional o senadora?
“Cristina puede elegir, en aras de la unidad y el consenso en forma indistinta, ser senadora o diputada nacional. Es más, si yo fuera Cristina y tengo que decidir, me sentaría con (Florencio) Randazzo y le plantearía que vaya como primer candidato a senador nacional por Buenos Aires junto a Verónica Magario (intendenta de la Matanza) conformando una lista sólida y compacta y Cristina encabezando la lista de diputados nacionales con un abanico muy amplio de sectores, porque no hay que cerrarse porque debemos poner una representación muy amplia y concreta”.
¿Usted sigue siendo Cristinista?
“El escenario político es cambiante y muy dinámico. Yo nunca fui jefe de Gabinete con el objetivo de ser candidato a presidente de la Nación por unas razones muy sencillas: sabía que estaba un golpe institucional en cierne contra Cristina. Lo que pasó con la ex presidenta de Brasil, Dilma Roussef, la etapa experimental era con Cristina Fernández de Kirchner en la Argentina. Afortunadamente pudimos impedirlo. Eso significa que se tiran bombas y las esquirlas quedan, por lo tanto no quedan dudas que a mí me generó un daño político en términos de imagen pública, pero, así como no tengo el odio de quienes son opositores sistemáticos, pero también queda el afecto y el amor profundo de quienes están en este espacio que es el Movimiento Popular y Nacional Democrático que construyó Néstor y continuó con Cristina. Debemos respetar el apotegma peronista que dice que primero está la patria, luego el movimiento y por último los hombres, porque si no cuando nos toca actuar y no lo hacemos tenemos las dificultades que se nos plantean por no tener grandeza”.
Durante un poco más de dos años (renunció a la jefatura de Gabinete el 26 febrero de 2015, cargo al cual había asumido el 18 de noviembre de 2013 en pleno ejercicio como gobernador de Chaco), usted se llamó silencio. ¿Por qué?
En cierta forma es cierto. Una que otra entrevista debo decir que he otorgado; pero tampoco doy demasiado pábulo a los medios de comunicación del enemigo. Porque no quiero que me usen como un instrumento para satisfacer sus intereses”.
¿Cuál es la situación del peronismo hoy?
“Tenemos dos problemas entre el partido y el movimiento que causaron tensión. (Juan Domingo) Perón decía que el partido era la herramienta electoral y el movimiento debe formar parte de una estrategia sin ser sectarios ni excluyentes. El peronismo tiene en el movimiento la capacidad de aglutinar a sectores que aún no tienen afinidad ideológica doctrinaria filosófica precisa. En segundo lugar, siempre hubo problemas de tensión entre partido y gobierno. Cuando estamos en el gobierno la conducción estratégica la ejerce quien conduce el gobierno. Cuando estuvo Néstor y con posterioridad a su ejercicio se ideó una estrategia para que él conduzca el partido; en tanto que yo lo acompañé como vicepresidente primero, porque el vicepresidente del partido era (Daniel) Scioli. La muerte de Néstor nos dejó un espacio vacante quedando (Daniel) Scioli como presidente y yo como vicepresidente y luego se dio la sucesión en un congreso partidario en el cual fue elegido en entonces gobernador de Jujuy, Eduardo Fellner. Tuve mis diferencias que inclusive le manifesté a Cristina porque consideraba que merecía conducir el partido, porque había ganado en forma contundente la reelección como gobernador de Chaco (había obtenido en las elecciones de 2011 el 65 por ciento de los votos) y había demostrado mi vocación de conducir los destinos del partido más grande de occidente. Hoy no tenemos inserción como partido, siendo el partido más grande de occidente; no tenemos la capacidad para el debate de la realidad social y económica de la actualidad porque no existe un espacio para dar ese debate porque nadie lo quiere abrir temiendo la capacidad de razonamiento que implica dicho debate, pero debemos hacerlo. Desde esa perspectiva el peronismo hoy es un partido que está sorteando siempre las dificultades judiciales, que no tiene elecciones internas y democráticas para elegir a sus autoridades, que no se expresa como un canal de oposición política y que en definitiva es un ente burocrático al servicio de una minoría política. Esto se debe cambiar porque el peronismo debe tener una reorganización en el partido Justicialista que debe articular un frente político y social que debe marcar la unidad en la oposición. Es decir, debe ser un partido bien organizado, no lo que hoy es. José Luis Gioja (ex gobernador de San Juan) asumió la responsabilidad de ser el presidente del Justicialismo; yo no compartí la forma ni la metodología, pero acepté para evitar más divisiones. Reconozco que Gioja es un hombre experimentado, fue gobernador de San Juan, ex senador y actual diputado nacional pero a mi entender no satisfizo las necesidades globales de los afiliados y simpatizantes del partido Justicialista. Es un partido que languidece y no sé trata de un partido cualquiera, es el partido de mayor cantidad de afiliados de occidente por lo tanto si dejamos que esto suceda estamos minimizando a la oposición ante un gobierno neoliberal que vino para quedarse con todo. Es cierto que en esta discusión algunos compañeros que están cercanos al macrismo no coincidan conmigo”.
¿Está pensando en 2019?
Primero tengo mandato constitucional como intendente de la ciudad de Resistencia hasta el 10 de diciembre de 2019. Y la verdad que todavía no me planteé opciones, aunque tengo muchas. Lo que tengo claro es que uno no puede ir adonde no tenga respaldo popular. Tengo mucha experiencia de gestión, pero también reconozco que las trompadas se reciben un poco…