
Huawei agradece a Donald Trump y envía un saludo a Apple
Occidente expulsó a Huawei en la 1ra. Presidencia de Donald Trump. Pero Huawei sobrevivió y puede quedarse con mercado de Apple.
Trump puede provocarle un gran daño a Apple, empresa emblemática de USA. El jueves 03/04, USA anunció que el arancel que aplicará a los productos importados desde China será 54%. Entonces, China ejecutó un nuevo paquete de tarifas contra USA del 34%. Huawei cree que puede ser el beneficiario de Trump. Una paradoja ya que fue quien intentó destruir esa empresa china.
Los aranceles de USA entran en vigor el 09/904 y los de China el 10/04. Mientras Apple se encuentra desesperada, Huawei sonríe.
Luego de la ofensiva de Donald Trump 1ra. parte para destruir a Huawei, la empresa tuvo que reinventarse pero sobrevivió.
Huawei es parte del eje productivo de China: líder de infraestructuras de red, fabricación propia de semiconductores y software multiplataforma.
Además, volvió a desarrollar teléfonos celulares y ya es el fabricante de teléfonos celulares N°2 de China. El N°1 es Vivo y el N°3 es Apple.
Huawei abandonó por completo Android para instalar su sistema operativo HarmonyOS, planificado para el mercado asiático -el más dinámico del mundo- ya que Occidente canceló a Huawei, al menos por ahora.
Apenas 1% de cuota de mercado separan a Vivo (17%) de Huawei (16%), y a Apple (15%) de Huawei.
Pero un arancel de 34% a los productos estadounidenses lleva a los iPhone (Apple) a un precio no competitivo en China.

Crisis no prevista para Apple.
Hasta ahora, China es un mercado clave para Apple. China lleva años siendo un mercado clave para Apple. Al 31/12/2024, Apple obtuvo en China el 30% de sus ingresos anuales. Sin embargo, en el 1er. trimestre de 2025., iniciada la guerra comercial global, la participación china en los ingresos de Apple cayó al 15,83%.
Apple, que fabrica la mayoría de sus dispositivos en Asia, pagaría aranceles del 54% para sus productos procedentes de China, del 46% para Vietnam, y del 26-27% para India.
El impacto para Apple es doble: financiero e industrial. La empresa depende de sus dispositivos para generar el 75% de sus casi US$ 400.000 millones en ingresos anuales -el resto viene de Servicios-.
Apple tiene una demanda menos elástica que el resto de marcas, pero precios promedio más cerca del límite que el cliente puede asumir.
Con los aranceles de Trump, la nueva estructura de costos reducirá 7% la rentabilidad de Apple, mala noticia para los accionistas. El viernes 04/04 la cotización de la acción en Wall Street cayó 16%.
Javier Lacort en la web Xataka:
“Las opciones de Apple son limitadas y ninguna es ideal:
Conseguir una exención arancelaria como la que ya obtuvo en la primera legislatura de Trump.”
Absorber los costes arancelarios, lo que erosionaría sus márgenes de beneficio (que son en torno a 25%).
Trasladar el coste a los consumidores mediante precios.
¿Un iPhone a US$ 3.500? Las tarifas de Trump lo hacen casi inevitable
Con los nuevos aranceles del 50% sobre China y del 32% sobre Taiwán, los costos de producción subirán entre un 40% y un 50%, y el precio del iPhone lo reflejará
La reciente escalada arancelaria impuesta por Donald Trump desató un verdadero terremoto en la industria tecnológica. En apenas 36 horas, los mercados presenciaron la peor crisis para las acciones tecnológicas en 25 años, con consecuencias que amenazan con desarticular las cadenas de suministro internacionales, reducir las ganancias del sector en un 15% e incluso empujar a la economía de Estados Unidos a una recesión o estanflación.
Para ponerlo en números, el nuevo paquete comercial impone un arancel del 54% a China, un 46% a Vietnam y un 26% a India. Apple produce la mayoría de sus dispositivos en estos tres países, por lo que el impacto es directo y considerable.
Los nuevos aranceles recíprocos, diseñados para equiparar el superávit comercial estadounidense, fueron bien recibidos por los líderes automotrices e industriales, pero su aplicación al sector tecnológico generó una crisis sin precedentes. A diferencia de los aranceles de la década de 1980, que buscaban revitalizar la manufactura local, esta nueva política golpeó de lleno a Silicon Valley y a la revolución de la inteligencia artificial (IA), con efectos devastadores en la economía internacional.

Los iPhones pueden dispararse a US$ 3.500
Uno de los mayores damnificados por esta medida es Apple, cuya producción depende en gran medida de China, Vietnam e India. Con los nuevos aranceles del 54% sobre China, 46% sobre Vietnam y 26% sobre India, los costos de fabricación se dispararán y, en consecuencia, también lo harán los precios al consumidor.

Según un informe de Wedbush Securities, si Apple decide trasladar estos sobrecostos a sus clientes, el precio del iPhone 16 Pro Max con 1 TB de almacenamiento podría subir de 1.599 dólares a casi 2.300 dólares. En el caso del modelo base, el iPhone 16, el precio aumentaría de 799 dólares a más de 1.100 dólares.
Pero el peor escenario se daría en el largo plazo: de mantenerse esta política, el iPhone 17 podría alcanzar los 3.500 dólares, convirtiéndose en el más caro de la historia.
Este aumento no solo afectará a los consumidores, sino que también ralentizará el desarrollo de la IA, ya que el encarecimiento de chips, hardware y componentes impactará de lleno en la capacidad de inversión y expansión del sector.
Desde la década de 1990, Silicon Valley dependió de las cadenas de suministro asiáticas para la fabricación de chips, semiconductores y otros componentes esenciales. Durante los últimos 40 años, el comercio global permitió a Estados Unidos acceder a tecnología avanzada y barata, consolidando su liderazgo en innovación.
Como se mencionó al inicio del artículo, con los nuevos aranceles del 50% sobre China y del 32% sobre Taiwán, los costos de producción aumentarán entre un 40% y un 50%, lo que afectará la competitividad de las empresas estadounidenses frente a sus rivales internacionales.¿Fabricar en Estados Unidos?
Uno de los objetivos declarados de Trump con esta política fue repatriar la producción tecnológica a Estados Unidos.
Sin embargo, este plan enfrenta serios obstáculos. Sin embargo, este plan enfrenta serios obstáculos.
Para empezar, construir una planta de fabricación de chips o semiconductores en territorio estadounidense lleva entre 4 y 5 años, un tiempo en el que las empresas del sector quedarían en desventaja frente a sus competidores globales. Además, el costo de la mano de obra en Estados Unidos es significativamente más alto que en Asia, y la fuerza laboral carece de la experiencia necesaria para operar estas fábricas a gran escala.
En este contexto, la posibilidad de trasladar la producción al país pareció más una ilusión política que una solución realista.