Reorganización estatal, 111 organismos bajo la lupa. El Gobierno disuelve y fusiona organismos culturales para reducir el gasto público: el INT y varios institutos históricos pasarán a ser dependencias internas.

El Gobierno nacional oficializó, mediante el Decreto 345/2025, una profunda reestructuración en el sector cultural del Estado, que incluye la disolución, fusión y transformación de organismos descentralizados y desconcentrados. La medida afecta a instituciones emblemáticas como el Instituto Nacional del Teatro (INT), la Comisión Nacional de Monumentos y varios institutos de investigación histórica vinculados a próceres como Eva Perón, San Martín, Yrigoyen y Juan Manuel de Rosas, que pasarán a ser unidades organizativas dependientes de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación.

Reforma administrativa: razones y antecedentes

El decreto se ampara en las facultades delegadas al Poder Ejecutivo por la Ley de Bases 27.742, que declaró la emergencia pública por un año y habilitó al Gobierno a reorganizar estructuras del Estado para mejorar su eficiencia y reducir el gasto. En ese contexto, se relevó que, al 7 de febrero de 2025, existían 111 organismos en el sector público nacional —40 desconcentrados y 71 descentralizados— con 477 autoridades superiores y una planta que pasó de 35.481 empleados en 2010 a 88.095 en 2024.

Este sobredimensionamiento fue uno de los argumentos centrales de la Secretaría de Transformación del Estado para impulsar la reforma. Según los informes técnicos citados en el decreto, muchos de estos organismos presentaban ineficiencias en la gestión de recursos, duplicación de funciones y un deficiente sistema de control interno.

Uno de los puntos más relevantes del decreto es la transformación del INT, creado por la Ley 24.800, que dejará de ser un ente autárquico y funcionará como una unidad organizativa dentro de Cultura. La decisión se basa, entre otros factores, en un informe de la SIGEN que detectó debilidades en los sistemas de control interno: solo el 46% de los subsidios otorgados durante la pandemia fueron rendidos, y de ellos, el 92% no fue analizado por el área competente. También se destacó la falta de actualización del registro de beneficiarios inhabilitados y de rendición de cuentas en festivales teatrales.

Institutos históricos: fusión y racionalización

La reestructuración alcanza al Instituto Nacional Yrigoyeneano y al Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, que serán fusionados en una sola unidad con competencia en la promoción de figuras históricas nacionales. En paralelo, el Instituto Nacional Sanmartiniano, el de Investigaciones Históricas Eva Perón y la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos perderán su autonomía y serán transformados en unidades internas.

Asimismo, se reconvierte la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares, que seguirá operando bajo la órbita de Cultura, y se prevé la conformación de consejos asesores ad honorem para brindar asesoramiento en cada área, con carácter no vinculante, salvo en el caso de monumentos históricos, donde el consejo será vinculante.

La medida no implica el cese de funciones esenciales, sino que las tareas pasarán a ser desarrolladas desde una estructura más centralizada, según el decreto. El personal actual mantendrá sus cargos y condiciones hasta la adecuación formal de las estructuras.

Desde la Secretaría de Cultura se instruyó la preservación del patrimonio histórico y la continuidad de las actividades museográficas y culturales. Además, se eliminaron artículos de las leyes que sustentaban la autonomía de los organismos disueltos.

Con esta decisión, el Ejecutivo avanza en uno de los pilares de su plan de gobierno: achicar el Estado sin eliminar funciones esenciales. La consolidación de organismos bajo una sola estructura busca mejorar la eficiencia, pero también genera preocupación en sectores culturales por el posible impacto en la diversidad y autonomía de la gestión.