Yerba mate, más de un año en rojo en el semáforo de economías regionales de Coninagro
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El más reciente informe del Semáforo de Economías Regionales elaborado por la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) volvió a encender la luz roja para la yerba mate, que acumula más de un año en esta situación crítica. La herramienta, que busca sintetizar en un indicador visual el estado de 19 producciones agropecuarias, registró en mayo de 2025 siete actividades en rojo, nueve en amarillo y apenas tres en verde.
La yerba mate comparte el semáforo rojo con arroz, papa, peras y manzanas, vino y mosto, cítricos dulces y mandioca. En todos estos casos, el factor determinante es un deterioro sostenido del componente negocio: los precios se han mantenido estancados o con subas muy por debajo de la inflación, mientras que los costos operativos crecieron con fuerza. En el caso de la yerba, los precios aumentaron apenas un 3 % mensual y acumularon una caída interanual del 9 %, lo que deja a productores y secaderos con márgenes cada vez más ajustados. Sin embargo, se trata de una crisis para el sector productivo, ya que el consumo interno se recupera y en el primer semestre se consumieron 138.279.553,76 kilos, mientras que las exportaciones están en su mejor momento de la década, con un acumulado en el año de 24.495.146,72 kilos enviados al exterior.
En el al mercado interno, se vendieron 138.279.553,76 kilos, consolidando una suba del 15,6% frente a 2024 (119.541.426,22 kg) y acercándose a los niveles de 2023 (138.620.108,35 kg), lo que indica una recuperación del consumo luego de la caída del año pasado.
Las exportaciones alcanzaron 24.495.146,72 kilos, la mejor marca desde 2015. Esta cifra, sumada al consumo interno, llevó el total de ventas a 162.774.700,48 kilos, también el mejor volumen comercializado desde 2015, consolidando un año récord en términos de colocación de producto final, a pesar de la caída en cosecha.
Si bien las exportaciones yerbateras crecieron un 21 % interanual y las importaciones bajaron un 10 %, el repunte del consumo interno —también del 21 %— no fue suficiente para revertir el atraso en los precios. El problema central sigue siendo la brecha entre la actualización de los ingresos del productor y la escalada de sus costos productivos, que se dispararon por la inflación general y el aumento de insumos dolarizados.
Otro caso crítico en Misiones es el de la mandioca, que también figura en rojo. Aunque los precios subieron un 16 % interanual, ese ajuste quedó muy por debajo de la inflación (43,5 %). En este cultivo se observó una fuerte caída en las importaciones (-57 %), pero la rentabilidad sigue golpeada por costos elevados y un mercado interno limitado para absorber excedentes.
En contraste, el sector forestal, que en la medición anterior estaba en rojo, pasó al amarillo gracias a una mejora en las exportaciones —que crecieron un 115 % en los últimos doce meses— y una caída del 21 % en las importaciones. Sin embargo, la suba de precios fue apenas del 10 % interanual, todavía muy por debajo de la inflación, y los costos continúan presionando sobre la rentabilidad.
El semáforo de Coninagro mide tres componentes: negocio (precios y costos), productivo (área o stock y producción) y de mercado (exportaciones, importaciones y consumo). Esta visión integral permite observar no solo la evolución de cada actividad, sino también su sustentabilidad en el tiempo.
En el otro extremo del tablero, solo bovinos, porcinos y ovinos lograron el verde, con precios que crecieron por encima de la inflación y mejoras simultáneas en producción y mercado.
Los resultados del semáforo serán analizados en detalle en la 8ª edición del Congreso Internacional de Coninagro, que se celebrará el 18 de septiembre en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, bajo el lema “Las cooperativas, protagonistas del desarrollo argentino”. Allí, la yerba mate volverá a estar en el centro del debate como una economía regional que, pese a su importancia estratégica para Misiones y Corrientes, no logra salir de su prolongada zona de riesgo.
